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miércoles, 5 de mayo de 2021

The Irregulars vs The Nevers: Fantasías Victorianas

 


La Era del Superhéroes (sea Marvel, DC, o King Kong) ha reemplazado a la maravillosa New Age fantástica que originó este blog. Sin menospreciar el legítimo allure de los héroes y caricaturas, se extraña la profundidad de esa fantasía pasada. Como si se quisiera recuperar esa esencia esta primavera nos han visitado super héroes victorianos, tanto en Netflix con “The Irregulars” y en HBO con” The Nevers” y con ellos celebramos el noveno año de este blog.

Los Irregulares: Muy Diversos, pero Menos que Regulares

Después de probar suerte con “Enola Holmes” (que al menos está basada en un libro conocido) algunos incautos de la BBC se aventuraron a seguir pisándole los callos a los herederos y custodios de la obra de Sir Arthur Conan Doyle. Así nacen “Los Irregulares”, una visión revisionistatípica de la Era Twitter de Sherlock Holmes y de sus mini ayudantes The Baker Street Irregulars.

Aquí tenemos unos irregulares adolescentes, fugitivos de ese coco victoriano, The Workhouse. Son diversos, rebeldes y como dijo un crítico en The Wall Street Jornal  “uncharming characters”.  Realmente son unos pesados, pero son jóvenes y multirraciales.  Lo único que no son, es victorianos. Hablan la jerga de hoy con mucha palabrota y terminología ultramoderna, no se peinan ni se visten como en la época en que se supone que están. Beatrice, su líder (la actriz chino-irlandesa Thaddea Graham) anda vestida de vaquero del Lejano Oeste y su hermana Jessie (Darci Shaw) anda con una moda que me recuerda un cosplay que se inventó una amiga en los 90, pero que ni la mendiga más harapienta del East End se hubiese puesto en el siglo XIX.

                                                              Hermanitas Proletarias

No entiendo motivo ni necesidad de situar la historia en la era victoriana. ¿Para inventarle un romance a Bea con Leopoldo (Harrison Osterfield) el hijo menor de la Reina Victoria?  A propósito, aplaudo la investigación que hicieron de la hemofilia. En el primer episodio, Leo es arrojado por un tabernero a un piso empedrado. Un golpe de esa magnitud hubiese provocado una tremenda hemorragia en un verdadero hemofílico.

                                                         El Príncipe y la Mendiga

El verdadero propósito de colocar tan poco elevada historia en los 1880s es poder incluir (y denigrar) a Sherlock Holmes, sacarlo del canon más allá de lo que hicieron en “Enola Holmes”. Si allá Sherlock tenía una hermana, aquí tiene una hija. Si el detective interpretado por Henry Cavill era cálido y emocional, acá es solo un pobre drogadicto que ni bajo la influencia del opio puede resolver crímenes.

Para eso están Los Irregulares que, tal como Holmes son manejados por el siniestro Dr. Watson (Roy Pierreson). Al comienzo parece que Watson solo necesita mantener la ilusión de que Holmes sigue siendo el maestro de detectives, pero pronto vemos que hay algo más oscuro.  Desde el Purgatorio un espíritu (luego nos enteramos de que se trata de la madre de Bea y Jessie) ha provocado una grieta en el velo que separa el mundo real con el mágico. Esto ha empoderado a una cantidad de personajes marginalizados que ahora pueden ejercer su venganza.

Los casos son un poco pueriles (uno se roba bebés, otra roba dientes) y son resueltos de manera muy rápida y fácil por los irregulares por lo que ni siquiera tenemos muchos misterios ni una elaborada resolución basada en una mente superior como ocurría en la obra de Conan Doyle. Los Irregulares se la pasan más en discusiones sobre problemas domésticos o en diatribas en contra del mundo de privilegiados donde ellos no tienen cabida, que resolviendo crímenes. Una ironía es que muchos poderosos clasistas son interpretados por actores de color, comenzando por el despótico y despectivo Dr. Watson.



“The Irregulars” fracasa en todos los factores que hacen a una obra atractiva. Sus personajes son insufribles, su estética es rebuscadamente fea, sus misterios son pueriles y el cuento de la humanidad a punto de perecer cuya salvación está en manos de un grupo de renegados juveniles, ya está bien añejo.



Después de tragarme un par de episodios de este bodrio y ver que muchos críticos concordaban conmigo de que era intragable ni con un sorbo de champagne, tuve mis dudas sobre ver “The Nevers”, otro cuento de freaks victorianos cuya mayor mérito y mayor falla es que fue creación de Josh Whedon.

A Pesar de Josh Whedon

Una de las contradicciones de esta Era de Cancelación es que un producto puede acumular méritos, pero será cancelado si su creador está en la picota. Hace año y medio, los fans de la obra de Whedon esperaban con fervor el debut de lo que se esperaba fuese un versión de X-Men trasladada al universo victoriano. Solo que, en el camino, Whedon fue expuesto como un ente abusivo, un creador de ambientes tóxicos de trabajo, y un misógino. Milagro que alguien se atreviese a ver “The Nevers”. Sin embargo, la serie ha tenido un récord de audiencia a pesar del estigma que pesa sobre su creador.

La historia abre en Londres en 1886. Un inexplicable suceso cósmico provoca una lluvia de polvo de estrellas sobre los londinenses. Los “tocados” por ese polvo (la mayoría mujeres) desarrollan prodigiosos poderes que harán que su sociedad las conozca como “The Touched”. A propósito, “The Nevers” es un título artificial. Las “tocadas” nunca son llamadas por ese nombre, pero obvio que la serie no podía llamarse “The Touched”. Hubiese invitado a chistes de mal gusto.

                                           Mary Brighton y su misteriosa canción

Los poderes de Las Tocadas van desde lo extra útil como los de la irlandesita Penance Adair (Anne Skelly) cuyo nuevo dominio de la electricidad la lleva a crear fabulosos inventos incluyendo un automóvil. El medico jamaiquino Horatio Cousens (Zachary Momoh) desarrolla la capacidad para cicatrizar heridas y la bella Mary Brighton (Eleanor Tomlinson) con su divina voz puede calmar los miedos de “Las Tocadas”. Otros adquieren poderes un poco engorrosos como Primrose que alcanza los tres metros de altura o Myrtle que habla sin ton in son en cualquier idioma.

                                                   Primrose desde su elevada estatura

Por supuesto que el caso más peligroso es Maladie (Amy Manson) a quien le cayó el polvo de estrellas cuando se la levaban al manicomio. Se salvó de la camisa de fuerza para convertirse en la asesina serial más buscada por Scotland Yard. Gente como Maladie y sus secuaces les dan un mal nombre a Las Touched y las pone en la lista negra del gobierno, donde un gabinete de patriarcas blancos encabezados por Lord Massen (Pip Torres) busca neutralizarlas.

No es el único, hay un médico loco que anda a la caza de Touched para experimentar con ellas. Ni hablar de Lord Hugo Swann (James Norton), un hedonista y bisexual aristócrata que también anda buscando Touched para poblar su burdel que espera sea una especie de Salón Kitty donde las pupilas atraerán y espiarán a gente importante que revelarán secretos que His Lordship utilizará para sus chantajes.


                                          El mejor rol que le he visto a James Norton

Este pilar de la sociedad tiene ya en su nómina al inspector Mundy (Ben Chaplin) y quiere agregar al ingenuo Augie (Tom Riley) cuya hermana invalida Lavinia (Olivia Williams) ha creado un refugio para Tocadas. Refugio regentado por la joven viuda Amalia True (Laura Donnelly) a quien el polvo de estrellas rescató de las aguas del Támesis adonde se había arrojado. Ahora Amalia está dotada de poderes de clarividencia, capacidad para saltos largos olímpicos y habilidades pugilísticas que dejarían en vergüenza a Mike Tyson.

                                                       Amalia en el Tamesis

¿Demasiados Personajes?

Ese es el elenco principal de esta historia que ha recibido muchas críticas, la mayoría de gente que en pos de la cancelación de Whedon, busca cancelar su obra. El cuento de nunca acabar de nuestra obesamente inmoral cultura. La mayor queja es sobre la saturación de personajes imposibles de recordar… Duh! Obvio que para el nivel de déficit atencional de la generación binging, estos son muchos personajes (y eso que ni les hable del Beggar King). Ohh qué tiempos aquellos cuando nos sabíamos hasta el nombre de los lacayos de los Stark.

¿Como nos va a ser fácil olvidar a Lavinia Bigelow?  Una de esas millonarias victorianas que imparten caridad caprichos ante y mantienen a su familia aterrorizada con la amenaza de desheredarlos.  En este caso el cuasi desheredado es su hermano menor. ¿Como nos vamos a olvidar del frágil, ingenuo Augie que, nadie sabe, también está un poco “tocadito”?  

                                                 Lavinia no es tan protectora como parece

Es en la Opera, cuando Maladie interpreta su propia idea del Bel Canto con una masacre de actores y públicos, que Augie y Penance descubren que son almas gemelas, pero se interpone Lavinia quien le recuerda que un Bigelow no se puede casarse con una Tocada y menos (¡Horror!) una irlandesa. Augie obedece porque es cobarde y va a esconder su cobardía en el Club de Balseros de su mejor amigo.  Lord Swann quiere que Augie sea su socio para que el respetable apellido Bigelow le atraiga más clientes. ¿Qué dirá Lavinia?

                                       ¿Qué dirá Hugo cuando sepa que su socio es un "tocadito"?

Su opinión deja de importar al segundo capítulo cuando descubrimos que Lavinia es cómplice del científico loco en una conspiración para lobomotizar a los Touched y convertirlos en esclavos que trabajan en unas especies de minas. También descubrimos después de un magnifico match de lucha libre que Maladie una vez se llamó “Sarah” y que Mrs. True se llamó “Molly”. Que fueron amigas hasta que Amalia traicionó a Maladie, pero entonces la viudita no tenía el mismo rostro.

Resulta muy significativo que un disparate con patas como “The Irregulars” reciba todo tipo de elogios por parte de la crítica (con la excepción de Cosmopolitan, Variety y The Wall Street Journal) y “The Nevers” sea cancelada con quejas lapidarias provocadas por errores que encontramos en otras series como “Watchmen” o “Lovecraft Country” que igual han sido éxitos. En realidad, pareciera que la gran falla de la serie es que es un producto Whedon. De hecho, muchas críticas lo mencionan por nombre y en Mashable dicen que seguro que la serie repuntará cuando Whedon ya no forme parte de ella.

Aunque estoy de acuerdo con Variety (donde tuvo buena critica) que, aunque a ratos se sienta un poco tonta, siempre es entretenida.  The Nevers resulta más ambiciosa que Buffy o las películas de Los Vengadores que llevaron a Whedon hasta una cúspide para luego arrojarlo (o arrojarse) al abismo. Es cierto que los villanos son un poco caricaturescos, sobre todo Maladie que pretende ser El Guasón con enaguas, pero acaba aburriendo con su perorata sin sentido.

                                         La revelación de Maladie camino al manicomio

Otros como en Idobi.com han notado un constante pecado de Whedon. En su esfuerzo por apaciguar a los vigilantes de la diversidad, Don Josh inserta personajes de color en roles secundarios, asegurándose que los principales sean blancos. Aja, has quedado al descubierto, ¡felón!

Cuando la Profundidad se vuelve Propaganda

Mi problema es diferente. Sin querer acusar a la serie de presentismo, su profundidad me resulta panfletaria.  Por ejemplo, hay un amago de contarnos que a fines del Siglo XIX también existía una preocupación por la deformación del lenguaje. Pero hay una diferencia total entre el lenguaje inclusivo que es promovido hoy, y la molestia ante el uso de vocablos extranjeros, en este caso galicismos.

Lord Massen dice no entender porque usar émployee (empleado) cuando ya el término ingles The employed (los empleados) lo cubre. Amalia le explica que “employee” singulariza al individuo destacándolo de entremedio de la masa. Y sigue con una exaltación del individualismo que resulta contradictoria en una serie que exalta la lucha de clases y la importancia del grupo para defenderse de los poderosos.


                                                   Diálogo de Perplejos

Por otro lado, Lord Massen me parece que hace eco de mis preocupaciones cuando dice temer que el cambio genere caos. Es cierto, en nuestra cultura deconstruccionista-canceladora se busca destruir sin construir, derribar estatuas e instituciones sin hallarles reemplazo, y eso siempre genera caos. Cuando Massen habla de que están viviendo en la era de lo imposible convirtiéndose en lo posible y como eso abre los apetitos/ambiciones de quienes (no necesariamente mujeres) no deberían tenerlos, está hablando de nuestros tiempos.

Alejándonos del presentismo, examinemos los miedos de Lord Massen en su contexto histórico. Ese momento de increíbles adelantos e inventos tecnológicos dará paso, en quince años, a la Gran Guerra. Ese es un principio del caos político que llevará a las dos guerras más destructivas que haya conocido la humanidad. Los apetitos y ambiciones de unos pocos provocarán revoluciones que devendrán en dictaduras. Los cambios sociales nacidos del “progreso” maquillarán horrores del pasado y los perpetuarán bajo otros nombres y rostros hasta hoy día. Como que el patriarca blanco no anda muy equivocado.

                             Tan latosita está la serie que hasta hay quien shipea a este par

Aunque en cincuenta cosas “The Nevers” le gana a “The Irregulars”, también tiene sus bemoles. Mi hermano, que tiene ojo crítico, encuentra que hay algo falso en la escenografía, que todo parece filmado en un escenario. Es cierto que con tanto efecto especial se necesita de mucho CGI.

También, como no está acostumbrado a las películas de superhéroes, la encuentra un poco “tonta”. “Silly”es un adjetivo que varios críticos han aplicado a la trama. Estoy de acuerdo en que hay personajes que están un poco demás y que a ratos me encuentro como si estuviera viendo “Héroes” y no una serie con contenido adulto.



Una última palabra sobre los personajes, factor indispensable en mi apreciación de cualquier relato. Me gustan las Touched principales, ojalá no arruinen los personajes de Amalia y Penance. A mi hermano y a mí nos agrada, con reparos, el Inspector Mundy, y como somos representantes del patriarcado, nos encanta Lord Massen (es como Tommy Lascelles con más poder).

                         El secreto de Mundy es otro homenaje a la diversidad y realmente una sorpresa

No se puede hablar de estas seudo fantasías en seudos escenarios de fines del Siglo XIX sin evocar a la maravillosa “Penny Dreadful”. No se molesten en buscarlos parecido, si los hay es pura coincidencia. Mi hermano describió “The Nevers” como “una necesidad de construir un relato sobrenatural a lo Henry James, “pero que no pasó del inodoro de James”. Pero al menos la está viendo, “The Irregulars” solo merece su indiferencia.

¿Han visto alguna de estas series? ¿Qué les han parecido?

ADDENDUM: Terminé   de escribir esta nota el viernes pasado, antes de ver el episodio cuatro, el peor de la temporada. No seria nada, pero se trata del antepenúltimo. Yo estaba bajo la impresión de que como toda serie normal tendría 8-10 entregas. En cambio, nos dan miseras seis, y a la cuarta introducen elementos sorpresivos que nos hace notar un desnivel del libreto (aparte de escenas aburridas de las que mi hermano se queja)

Hay arcos que no avanzan a la misma velocidad que otros. Es como una pintura de franjas, en la que algunas cubren todo el lienzo y otras dejan huecos blancos. Se acaba la serie y Hugo no ha puesto en marcha su negocio, no sabemos si Lavinia y Lord Massen son aliados, y no sabemos que esconde este en el sótano. Y en un cap. nos meten una nave alienígena, la posibilidad de que Amelia venga del futuro, ect. ¿Dónde está la verdadera Mrs. True?

En vez de respondernos, entremezclan esos datos tan importantes con un cuarto de hora de Augie y Penance, muy lindos, pero cuyo romance sigue en foja cero y otra de Amalia en un bar poniéndose hasta las chanclas y rompiéndole el violín a un músico al que se quiere comer. ¿Esas son las nuevas reglas de cortejo entre mituteras?

                                            Augie y Penance, tan bonitos y tan sositos.

Todo mi interés en la serie murió, al ver que es un ejemplo de lo que pasa por entretenimiento hoy en día: libretos aburridos, fragmentados, con cabos sueltos y 0 respeto por la imaginación del público. Eso si mucho gasto en efectos especiales y en contratar elencos diversos.  De ahí que“The Nevers” amerite vergonzosos criticas como esta en The Screenrant.Lo mas triste es la interrogante de Time que como es posible que ” The Irregulars” que es más tonta (sillier) que “The Nevers” tenga mayor aceptación entre el público.

 

 

miércoles, 3 de febrero de 2021

Gogol: Terror y Fantasía Histórica Estilo Ruso

 


Feliz 2021 atrasado. Comenzamos el año con un producto exótico que es parte de mi descubrimiento de las excelentes producciones de época de la ex Unión Soviética. Confieso que le tenía miedo a ‘Gogol”. Pensé que iba a ser una especie de “Freud” que iba convertir a alguien real en detective para embarcarlo en una orgia de sexo, violencia y horror, todo lo que hoy pasa por terror. Para nada. Se trata de una serie muy original, al nivel estético de Alex de la Iglesia, con su guiño a Tim Burton, pero que combina un relato histórico de la vida de pueblitos ucranianos de comienzos del Siglo XIX con elementos folclóricos eslavos. Algunos totalmente salidos de la cabeza del Gran Gogol.

Hoy el nombre de Nikolái Gogol casi ha desaparecido aplastado por la plétora de genios literarios que nos brindó la Rusia decimonónica. En su tiempo fue muy conocido por su sátira de la corrupción burócrata de su tierra llamada El inspector general; por su novela histórica Taras Bulba, y por su clásico Las almas muertas donde combina literatura picaresca con denuncia social.



De niña lo conocía por uno de los relatos más terroríficos que he oído en mi vida, “Vy”, que mi padre nos leyera en días de invierno antes de tener televisión en casa.  “Vy” es el nombre de un monstruoso rey de los gnomos, uno más de los espantajos que aterrorizan a un estudiante de teología obligado a velar,  por tres noches consecutivas,  el cadáver de una joven bruja. En esta miniserie rusa de ocho episodios se entremezclan elementos de esa Novella con las investigaciones del joven Gogol, escritor metido a detective.



En el Moscú de 1829, Nikolái Gogol, de 20 años, se considera un fracasado. Escribe libros de poesía bajo seudónimo y luego compra las copias y las quema para evitarse leer críticas. Antes de morir, su madre le consiguió un empleo de escribano en la Policía Secreta moscovita. Gogol debe asistir en la escena del crimen tomando notas, pero en ocasiones sufre de extraños desvanecimientos durante los cuales descubre la identidad del criminal.

                                               Obras publcadas, Obras quemadas

Intrigado, el Inspector Yakov Guro lo invita a acompañarlo a la Ucrania natal de Gogol a investigar una serie de crímenes. En la aldea de Dikanka, varias jovencitas han sido encontradas degolladas. Se cree que su asesino es un fantasmagórico jinete. Las autoridades locales no quieren que en Moscú los crean salvajes supersticiosos, así que no ayudan mucho a los investigadores.

Desde su llegada, Gogol ha tenido visiones de una hermosa mujer rubia. Es Elizaveta Andreievna Danishevskaya, la esposa del millonario local. Lisa y Gogol hacen amistad y él descubre que ella ha leído y amado sus poemas. Obvio que el joven escritor se enamora de ella.



De regreso de casa de Lisa, y cruzando el bosque, Gogol se tropieza con el jinete que lo persigue. Es rescatado por Oksana, la hija del molinero, que le da una pócima que lo hace tener más visiones espeluznantes. Cuando despierta en su cuarto en la taberna, nadie le cree.

El molino está derruido y abandonado desde hace 30 años. Pero el ayudante del jefe de policía les cuenta a Gogol y a Guro que Oksana existió, que se ahogó en circunstancias misteriosas, que su padre se suicidó y su madrastra desapareció. Poco después comenzaron a aparecer jóvenes degolladas. Eso es lo que el jefe de policía Binkh no desea que los afuerinos sepan. Esta no es la primera vez que el jinete ha atacado a las muchachas del pueblo.



Gogol tiene otra visión. Se ve en medio de una cofradía de mujeres desnudas lideradas por Oksana quien le cuenta que son víctimas de su madrastra, una rusalca (ondina de rio) que también es bruja. Gogol usa sus poderes y descubre a la bruja, las muchachas la despedazan. Al día siguiente, Gogol y Guro descubren un brazo cercenado en medio del campo. El brazo es de Hannah, la tabernera, quien es una poderosa y vigorosa bruja a la que con dificultad logran matar.



Feliz por haber esclarecido el crimen, Gogol se va a dormir, pero Lisa aparece en su cuarto y hacen el amor. En medio de la refriega erótica, Lisa se convierte en Oksana y le anuncia al escritor-detective que Hannah servía al asesino, pero que este todavía anda suelto.

Gogol sale de la taberna y ve una casa en llamas. Adentro, Guro combate contra el jinete quien lo mata. Al día siguiente, Gogol le anuncia al jefe de policía que se quedará en el pueblo y descubrirá al asesino. Esa será su manera de honrar la memoria de su jefe.



Con ayuda de un equipo compuesto por Yakim, su fiel criado; Vakula, un herrero que antes pintaba frescos en iglesias y Leopold Bamgart, un médico alemán borrachín, Gogol comienza una intrincada investigación que lo llevará a enfrentarse con monstruos del folclore ucraniano, sociedades secretas y su propio pasado.

También recibirá ayuda de Oksana, la seductora rusalca que quiere ayudar a Gogol a controlar sus poderes y a descubrir por que es un elegido para vencer al jinete. Obsesionado con Lisa, Gogol rechazará a la rusalca, pero finalmente se dará cuenta que no puede continuar sin ella.


Esta magnífica historia de terror, combinada con un vistazo a la vida del campesinado ucraniano a comienzos del Siglo XIX, fue presentada originalmente en los cines. Está compuesta de tres cintas que han sido adaptadas hasta convertirse en una miniserie de ocho episodios. Su estilo recuerda al de             ” Sleepy Hollow” de Burton, pero también a lo que Poncho Cuarón hizo con Harry Potter y el Prisionero de Azkaban.  Otros han dicho que les recuerda a “Penny Dreadful”, la original, y algo hay de eso.

Debido a que es cine hay más desnudos que en las series rusas de televisión. Tenemos un par de escenas de sexo gráfico, una orgia, y gore para rellenar toneles. Sin embargo, es esencialmente una historia sobrenatural y son los efectos especiales los que llaman la atención. Velas que rezuman sangre, el jinete asesino que parece un samurái fantasma, y una bruja que pone a volar a Gogol y sus ayudantes.


Tenemos una cantidad de creencias populares desde las inocentes como quemar una sábana en una noche especial para conseguir novio hasta que El Coludo deja una casaca roja en la puerta de las esposas infieles. La más importante es la creencia en rusalcas, esas ninfas vampiras del folclore ruso, que aquí son las almas de las ejecutadas por el jinete. Eso da un toque exótico a todo lo que pudiéramos considerar cliché del género como que el héroe sea tan bruto.

Es mi único problema con la serie, pero rodean a Gogol tantos personajes inteligentes, interesantes y simpáticos que puedo soportar las constantes metidas de patas del protagonista. Otra cosa que me molesta es esa vieja dicotomía entre rubia y morena. Lisa Andreievna es rubia, pálida, frágil, refinada, pura como virgen de icono, y tiene vestidos bonitos. Oksana anda en su camisón mojado de mortaja, tiene el cabello oscuro, es carnal, agresiva y lasciva. Igual, yo estoy en el Team Oksana que, aunque rompa espejos en sus ataques de celos, puede tragárselos para ir a solicitar de su rival que auxilie al torpe Gogol,  siempre metido en líos.





A pesar de que la escenografía es típica de película de fantasía con una estética minimalista e impresionista a la vez, tenemos algo que caracteriza al drama de época ruso: la atención al detalle. Lo vemos en objetos como el escritorio portátil de Gogol, el maletín de Guro que es en realidad un cesto de picnic dotado de bandejita con contenedor para huevos duros y el atril que Lisa usa para sostener la novela que lee. También en los exteriores exquisitos de las mansiones de los ricos que contrastan con las chozas de los mujiks.




Gogol también funge de documento histórico. Vemos la opresión y corrupción de la elite. Nos enteramos de que en eras pre-Jeffrey Epstein ya había orgias en las que utilizaban jovencitas secuestradas o compradas, porque la pornográfica Sociedad de las Almas Muertas subsiste gracias a   carne de siervas sobe las que sus torturadores tienen poder de vida y muerte.

Comentando “30 Monedas”, el ultimo éxito de Alex de La Iglesia, con los Gatos Honorarios Pol Gines y su señora Tati Quieta, me entró la duda de como tratan El Mal en series que no son abiertamente ateas o que incluyen personajes del clero. ¿Es posible vencer al Mal con El Bien, representado por rituales religiosos? ¿Son vistos la religión y sus representantes como poderosos ante la oscuridad diabólica?



En” Gogol” tenemos protagonistas creyentes. Gogol rechaza el ateísmo del Dr. Bamgarten diciendo que es peor que su alcoholismo. Lisa es asidua a la iglesia. El pope del pueblo es bueno y justo. Sin embargo, ni la fe de estos personajes puede impedir que un diabólico jinete siga haciendo daño. Hay humanos que lo sirvenbrujas y hasta un maleantepero nadie parece dispuesto a vencerlo usando la religión formal.

Casi al final de la serie, aparece un teólogo que hace exorcismos en nombre de la Iglesia Ortodoxa. Viene armado de estacas y clavos benditos con los que elimina brujas. inexplicablemente, Gogol lo asiste en un ritual para impedir la resurrección de una bruja que debe ser practicado en la iglesia. No se entiende el motivo por el cual el escritor abandona al pueblo y su lucha contra el jinete en una noche que sabe que este atacara. El ritual no ayuda a detener al jinete, más bien lo contrario y consiste en la lectura de un rito de exorcismo escrito en un latín deformado.

También en los tres capítulos finales descubrimos que el tema del cuento es la resurrección.  Aparentemente los resucitados son vistos como “personas oscuras” condenadas al infierno cuando les llegue su segunda muerte. Incluso alguien inocente como un niño que fue resucitado al nacer. De igual manera, las brujas vienen a la tierra predeterminadas a serlo. Tal como las asesinadas por el jinete están condenadas a convertirse en rusalcas y temerles a los objetos consagrados. Ese determinismo es un poco incómodo.


                                         Lizaveta Andreievna un personaje que da sorpresas

Por otro lado, la historia se mueve gracias al poder femenino. A pesar de ser una sociedad patriarcal, las decisionesbuenas o malas las toman las mujeres: muertas o vivas, viejas o jóvenes, ricas o pobres. Vemos a dos jovencitas ir a capturar al asesino de su padre; a una chica crear una elaborada venganza para castigar a su madrastra adultera; a otra ir a rescatar a su hermana de un burdel de millonarios; y a una niña salvar a Gogol de la hoguera. 

                                                    Vasilina, un personaje digno de conocer

En ese sentido es una historia de mujeres, para mujeres, en donde la magia femenina es omnipresente. La recomiendo como una serie que sin ser feminista retrata el enpoderamiento que nace de fuerzas buenas y malas y donde el amor (al fin y al cabo es el Mes de los Enamorados) siempre supera al Mal. Recuerden los que están en Norte América, "Gogol" puede ser vista con subtitulos en Canadá, La Unión Americana y Mexico.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Lo Bueno y Lo Malo de la Segunda Temporada de "The Terror"



Con ciertas dudas voy a recomendar “The Terror: Infamy”, y únicamente porque la Segunda Temporada de la serie de Sir Ridley Scott destaca por sus méritos en medio de la mediocridad del material de época/histórico del 2019. Como cuento de terror, asusta; como denuncia social retroactiva, informa y estremece; como una visión atmosférica de Estados Unidos en 1942 es fidedigna y transporta. El problema es cuando se unen esos tres factores. No hay pegamento que los sujete, la trama se mueve o vertiginosamente o a paso de caracol, y los protagonistas no dan la talla.

LO BUENO
El Kwaidan: El relato de terror es lo más efectivo de la serie.Casi sin escenas de sangre (aunque una fantasma a la que la cara se le comienza a desgarrar al punto que debe suturársela es bastante gory), ni monstruos, la presencia de lo maligno es parte de la atmosfera.



“¿No sientes como que alguien nos observa siempre?” pregunta el protagonista. Es que Yuko es omnipresente, y por hermosa que sea la fantasmita, se sabe que cuando ella pasa, alguien pierde la cabeza, la vista o la vida. Y esa primera escena donde el espíritu en forma de viento irrumpe en un funeral, derriba un ataúd que expulsa a una muerta vestida de blanco como una novia, es tan bella como espeluznante.

Kiki Sukesane: El personaje de Yuko es el eje central de esta temporada, un peligroso espíritu que provoca desgracia donde pisa. Kiki Sukesane se las arregla para hacerla exquisita y amenazadora a la vez. Cuanto más frágil sea su aspecto de muñequita japonesa, más terrible es ver que su envoltura humana se descascara, se le tuercen los huesos, sangre mana de sus ojos.

Eso es maquillaje, pero Kiki logra conmover, asustar, intrigar sin nunca provocar repulsión. Estamos de su lado aun sin conocer sus motivos para desencadenar desastres. Junto con George Takei, la japonesita es lo más elogiable en términos de actuación en el reparto. Si algún día hacen otra versión de Shogun, me gustaría ver a Sukesane como Lady Mariko (y a un Gran Danés de nariz quebrada como el Anjin-San).

La Glacial Indiferencia: La gran promesa de esta temporada era la exploración de un periodo de la historia estadounidense bastante oscuro y que todavía se desconoce. Vemos como la población japonesa de una isla de la costa californiana es expulsada de su hogar y luego encarcelada. Vemos como un puñado de inocentes pescadores japoneses son acusados de espionaje y encerrados en una cárcel en los páramos de Dakota del Sur, sin juicios, sin abogados, sin atención médica.

A pesar de que esa es la agresión peor, que, aunque les hablen con dureza no hemos viso apremios físicos y que al único que han matado hasta ahora fue porque agredió a un guardia y amenazó con un arma a los soldados que lo balacearon, estamos ante un horrible caso de abuso y tortura mental de inocentes. Lo más horrible es la indiferencia glacial conque los blancos se dirigen o tratan a los prisioneros.

Esa indiferencia se manifiesta en su manera de ignorar sus preguntas más básicas como “¿Dónde estamos?” La fría crueldad con que envían a los prisioneros-pescadores a pescar en el hielo y luego que sobreviven, les exigen que pesquen también para ellos (los guardias) tengan que comer da la impresión de que tampoco están muy contentos de estar en ese desierto helado, pero eso no los hace empatizar con sus cautivos.

Diferente es la glacial indiferencia que el protagonista experimenta tras ser obligado a instalarse con su familia en Los Ángeles. Nadie, con la excepción de su maestro judío, está dispuesto a ayudar a Chester (Derek Nio) y a su familia.

Contrasta la actitud del profesor con la de su vecina que rápidamente delata a Chester al FBI, o las miradas de reproche que le dirigen a Chester sus compañeros caucásicos cuando regresa a la universidad. ¿Cómo es posible que toda una población viese indiferente que mujeres y niños fuesen encarcelados nada más que por creer que podían ser espías?

Los Paralelos con el Presente:   La razón tiene que ver con un flagelo del presente, la xenofobia. La idea de que hay razas inferiores y por ende peligrosas. Se entiende que tras el ataque a Pearl Harbor y el conocimiento de las atrocidades que los japoneses estaban cometiendo en el sudeste de Asia, se crease desconfianza, pero hay otro factor en juego.

En Gran Bretaña, al comienzo de la guerra, se arrestó a todos los fascistas importantes, y a todos los alemanes e italianos (aun a los judíos y a los refugiados políticos) y los pusieron en campos, la mayoría en la Isla de Man. 7,000 fueron enviados a Canadá y 740 murieron cuando su barco (la Arandora Star) fue bombardeado.

En Estados Unidos solo 11,000 alemanes (y la mayoría por ser miembros del Bund y otras asociaciones abiertamente Nazis) fueron encarcelados. De la inmensa población italoamericana solo 250 fueron a prisión. De hecho, compartieron campos con los japoneses. ¿Entonces cómo se explica que todos los japoneses en suelo americano (más de 100.000 incluyendo mujeres, niños y ancianos) fuesen considerados un elemento peligroso?

Esa desconfianza nacía de un temor ancestral a lo que se llamaba “orientales” o más comúnmente “El Peligro Amarillo” (The Yellow Peril).  Los japoneses y los chinos fueron tan pioneros en el Oeste como los caucásicos. Ayudaron a construir el ferrocarril, pusieron tiendas y lavanderías y los japoneses se volvieron pescadores como habían sido en su tierra, pero nunca se les dejó ser parte de la sociedad blanca.

La idea preconcebida era que estas personas eran todas criminales en potencia, vendedores de drogas, secuestradores de jovencitas obligadas a prostituirse, miembros de sociedades criminales. La ironía es que, aunque algo de eso era aplicable a los chinos, los japoneses, hasta después de la Segunda Guerra Mundial, casi no eran convictos de actos delictivos, era gente tranquila y de bien.

Sin embargo, existía esta percepción, se les creía un grupo peligroso, salvaje y delincuente, más o menos como muchos nos ven a los latinos.  Existía también otro temor, los matrimonios mixtos. Había una preocupación que hoy escucho de parte de gente anti-latina de que al mezclarse ese elemento foráneo con la población “blanca” se cambiaría el perfil racial de Estados Unidos.

Las imágenes que nos ofrece la serie de gente empujada a subir en buses y a acabar en campos (Roosevelt los llamó “de concentración”) en establos y otros edificios ruinosos nos recuerdan a las que nos muestran las noticias sobre lo que ocurre en la frontera México-Estados Unidos. Uno de los momentos más chocantes de la serie es cuando el ejercito irrumpe en el orfanato donde trabaja Luz (Cristina Rodlo), la novia de Chester, y se llevan a todos los niños japoneses, incluso a los bebés.

“Todo el que tenga una gota de sangre japonesa debe ser internado” reza la nueva política. Esto motiva a Luz que está embarazada, a trasladarse voluntariamente a Colinas de Oro, el campo en Oregón donde están internados Chester y su familia.

Parece grotesco e increíble ¿verdad? Tal como nos parece hoy grotesco ver criaturas separadas de sus padres, viviendo en jaulas, o presentándose ante un juez que no habla su idioma, sin interprete ni abogado. Lo terrible es que ambos escenarios corresponden a la realidad.
Pequeño indocumentado se pesenta ante el juez.

En Manzanar, el campo más grande de concentración de japoneses existía un espacio conocido como “La Aldea de Los Niños”. Ahí fueron internados niños de tres orfanatos, dos de Los Ángeles (Shonien y Maryknoll House) y uno de San Francisco (El Ejército de Salvación).  
Bebés huerfanos en The Children's Village

Mas increíble aun, se envió a ese lugar a niños que ya habían sido adoptados por parejas caucásicas, separándolos de facto de sus padres, Muchos padres de crianza blancos tuvieron que entregar a los niños temerosos de la nueva ley que amenazaba con cárcel a quien “amparase a un japonés”.

Otro tremendo absurdo, fue que los niños de matrimonio mixto también estaban obligados a ir con el padre o madre japoneses a esos internamientos. Es lo que ocurre en el filme “Come See the Paradise”.

Peor aún, huerfanitos que parecían blancos y nadie sabía que tenían hasta solo un octavo de sangre nipona, de pronto se encontraron tras alambre de púas solo porque el FBI diligentemente había desenterrado sus árboles familiares. ¿Se imaginan si eso ocurriera hoy con los latinos con la predominancia de matrimonios entre nosotros y gente de otros grupos étnicos incluyendo caucásicos?
Bajo guardia armada huerfanitos japoneses son llevados a un campo.

La Atmosfera de Época: A diferencia de muchas series que cubren los 40 (sobre todo las españolas) se han recreado muy bien no solo los establos donde son internados los protagonistas sino también el ambiente de la era. Tenemos música de Duke Ellington, Johnny Mercer y Artie Shaw.

La ropa también está perfecta. Las faldas tan cortas de Luz se deben a que su falta de vestuario maternal acorta las que trajo cuando no tenía barriga.  (Chester le tiene que regalar sus camisas y le manda hacer un blusón maternal con un saco). Por otro lado, la escasez de tela fue un fenómeno en todos los países en guerra.

Los cupones para géneros eran escasos y para hacerse un vestido había que ahorrar meses de cupones, por eso las faldas femeninas se hicieron cada vez más menguadas. Por último, parte del uniforme de las “pachucas” californianas contrastando con los inmensos trajes de los “pachucos”fueron unas futuristas minifaldas. Lo mismo ocurrió con otra tribu urbana de entonces, Los “Zazous” que florecieron durante la Ocupación de Francia.
Pachuca de Los Angeles con minifalda


LO MALO
El Ritmo Desigual:  Aunque tal como la Primera Temporada, se esperaba que esta comenzara lentamente y fuese adquiriendo velocidad a medida que avanzaba, “The Terror: Infamy” tiene un desequilibrio en términos de dinamismo. Se entrecruzan escenas muy lentas con otros sucesos tan acelerados que uno no comprende lo que pasó. Lo del espía infiltrado en Dakota fue tan WTF que ni nos preocupamos de si se ahogó, se congeló, o si regresó con bien a la prisión.
Enfrentandose a un espía

Las escenas de Chester y Luz (hasta el tercer episodio) son la parsimonia misma. A ella le dan diálogos tan largos que devienen en monólogos soporíferos. Sin embargo, las escenas de la súbita decisión de Chester de huir del campo, la forma en que lo hizo, tal como el modo en que llegaron él y Luz a casa de su profesor, fueron tan apresuradas e ininteligibles que restaron credibilidad a los hechos.

La Pareja sin Química: Luz y Chester son la pareja menos romántica que haya visto recientemente. Se la pasan en largos discursos que al otro no parecen interesarle y ciertamente no nos interesan. Ambos están conscientes de que cometieron un ‘terrible error” (tener sexo premarital). Al comienzo la única solución viable es un aborto. Cuando Luz decide tener al bebé y darlo en adopción, a Chester le baja un sentido de responsabilidad e impulsivamente le ofrece matrimonio.

Luz inicialmente lo rechaza, porque él no tiene nada que ofrecerle. Luego acepta huir con él, a pesar de que eso los convierte a ambos en prófugos de la justicia. Finalmente decide acompañarlo de regreso al campo, pero porque cree que ese será el destino final de su hijo.

Me dio un poco de lata que pusieran una pareja tan sin gracia. Sobre todo, si uno las compara con amores interraciales más intensos en el mismo contexto como la ya mencionada “Come See the Paradise” o en “If Tomorrow Comes”, una versión de Romeo y Julieta en días de Pearl Harbor.

El Personaje de Chester: No quiero sonar como el recapper de The AV Club que parece odiar la serie, pero Chester Nakayama es insufrible. Una mezcla de arrogante con pasivo, indeciso con impulsivo, de egoísta con exagerado, que alterna entre actos irresponsable con súbitos accesos de conciencia que lo hacen tomar decisiones erráticas y peligrosas. Alexander Woo, el escritor, explica que trató la personalidad de Chester como una mixtura de lo tradicional japones y la actitud de un chico americano de entonces, pero el coctel le quedó amargo.

Quizás un actor más competente hubiese podido hacernos a Chester interesante o añadirle más complejidad, pero Derek Nio no da la talla y le falta experiencia. Aparte que (soy una gata seriefila muy frívola) ¿por qué escogieron un actor tan feíto y poco carismático? Hay japoneses guapísimos (yo tenía un vecino…ayy) pero este ni siquiera está como para darse un taquito de ojo.

El Terror al “Gran Salvador Blanco:  Cuando a comienzos de los 90 comenzaron a aparecer libros y filmes sobre “Los Justos” (así les llamamos a los que salvaron judíos durante el Holocausto), y sobre todo después de “La Lista de Schindler” hubo una reacción contraria en la misma comunidad judía. Unos lo vieron con escepticismo (Como mi Ma que decía que, si fuera verdad “que tantos nos dieron un vaso de agua a los judíos, nos hubiéramos ahogado en un mar”).  

Otros argumentaban que mostrar a un puñado de rescatistas minimiza y trivializa la tragedia del Holocausto haciendo creer que tuvimos muchas manos que nos extendieron ayuda. Bendita cada mano, pero por cada Schindler hubo cientos de batallones de la SS y sonderkommandos, etc.

Un caso similar ocurre con blancos “buenos” en filmes sobre esclavos u otras formas de racismo contra la población de color de USA. Para definir este combatido cliché, la cultura afroamericana ha creado un término The Great White Savior (el gran salvador blanco).

En esa categoría caen desde (hasta ayer) admirados iconos como Atticus Finch en To Kill a Mockingbird hasta personajes contemporáneos como Viggo Mortensen en “The Green Book”.  Oigo comentarios de parte de la inteligencia afroamericana que no prevalecerían esos clichés si hubiese más filmes hechos por negros, para negros y donde los negros se salvasen a sí mismos y a su comunidad.

Pues parece que algo de esa actitud se les ha pegado a los productores de esta serie, porque no hay ni un blanco bueno. El profesor de Henry, aparte de solo tener dos escenas, resultó ser un incompetente. ¿Sera cierto que NADIE levantó la voz para protestar el injusto encarcelamiento? ¿No hubo salvadores blancos?

A pesar de que en los campos la medicina, y todo tipo de asistencia estaba en manos de profesionales nipones, hubo blancos que si lograron entrar como fue el caso de sacerdotes y pastores protestantes puesto que había muchos japoneses que eran cristianos. Llegaron los cuáqueros que fue el grupo que más militó a favor de los internados y el fotógrafo Ansel Adams quien hizo una crónica-denuncia del internamiento. 
Internados en Manzanar. Fotografía de Ansel Adams

Aunque la Cruz Roja tenía prohibido entrar, eso no evitó que sus representantes se presentasen periódicamente en las entradas de los campos. No serian “salvadores” pero demuestran que no había una total indiferencia en el mundo no japones.

Otra cosa, la serie nos muestra a los jóvenes japoneses manifestando desprecio por los estadounidenses y sobre todo por la idea de unirse a su ejército. Chester se enlista solo para huir del bakemono, del espíritu que lo tortura.

Eso no es cierto. Todas las memorias y criónicas de la época hacen hincapié en el deseo de los internados de probar su patriotismo. Lo atestiguan los kilos de medallas ganadas por soldados Nisei. Se sabe de qué aun en los campos había cursos de” Americanización” solicitados y dados por los mismos japoneses. ¿Entonces por qué excluir esta verdad que motivaría un periodo de asimilación en la comunidad japonesa de la posguerra?
Jovencitas Nisei en uniforme de la Fuerza Aerea de los Estados Unidos

Como ven “The Terror: Infamy” es imperdible, pero incluso en su más aplaudido merito, la lección histórica,  cae en exageraciones y falsificaciones de una realidad ya en si trágica y vergonzosa.