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jueves, 20 de abril de 2017

Todas las Reinas son Cersei ( La Influencia de Juego de Tronos)


 Cersei Lannister es una contendiente trascendental en el Juego de Tronos, un personaje icónico de la saga y la adoración de su fandom. No es de sorprender entonces verla convertida en prototipo. Desde que en el primer capítulo Lena Heady se quejara del viaje agotador hasta Invernalia, que Cersei se ha convertido en un patrón para recortar a otras tiranas amargadas y soberbias del género fantástico y del drama histórico.

Cersei y otras Reinas “fantásticas”
Es tal la asociación de Cersei con otras villanas mandamases del género fantástico que cuando se publicitaba “Emerald City” ya se hablaba de La Bruja Mala del Oeste como de una especie de Cersei. Es que bruja, mala y poderosa obligada a parecerse Cersei. Y ahí es donde erran, La Leona Lannister es un personaje negativo, pero no es bruja. Lo que sucede es que, para sus enemigos y sus víctimas, Cersei es como un ente malévolo de cuentos de hada, una hechicera que persigue a las heroínas: un cruce entre la a Madrastra de Blanca Nieves y La Bruja Blanca de Narnia.




Cuando vi a la Reina Ravenna de “Blanca Nieves y El Cazador” inmediatamente la identifiqué con Cersei. Ambas son rubias, ambiciosas, controladoras, preocupadas de que una rival más joven no les quite el trono, y con unas mangas gigantes que es un milagro que no vivan enganchadas de las manijas de las puertas. Ravenna tiene un hermano Finn con el que parece unirla algo más que cariño fraterno (le permite que la vea bañarse desnuda). Yo que, cuando vi la película, estaba en medio de la segunda temporada de GOT, inmediatamente reconocí la correlación Finn y El Matarreyes.

Otros hermanitos rubios y cariñosos 

Esa afinidad entre Ravenna y Cersei no es accidental. Obvio que los productores de Blanca Nieves ya tenían en mente a la hija de Tywin como epitome de reina mala. Tal como lo tendría presente Tim Burton. Si Blanca Nieves era la Sansa de Ravenna: Alicia en El País de las Maravillas representa algo parecido para la gritona Reina de Corazones. Helena Bonham Carter interpretó a la tirana caprichosa, pero letal por excelencia, tomando lecciones con la Leona Lannister, y ese siniestro Sota de Espadas definitivamente tenía un aire de Matarreyes morocho.

infamous.fin















Aunque Ravenna y Cersei son contemporáneas y está claro que el rol de Lena Heady influyó en la creación la madrastra de Blancanieves. La Alicia de Tim Burton es del 2010, un año antes que” Juego de Tronos debutara en HBO. Es posible, que Burton, Linda Woolverton (la libretista) o algún consejero, tuviera conocimiento de una Canción de Hielo y Fuego y eso haya ayudado a perfilar la dicotomía Reina-Alicia.

¿Está Cersei basada en Ana Bolena?
(telegraph.co.uk)

No podemos especular de la misma manera sobre la similitud entre la Ana Bolena de Natalie Dormer y su suegra en GOT. “Los Tudors” comenzó en el 2007 y Ana Bolena tuvo trascendencia desde el comienzo de la serie. Para la segunda temporada, Ana había pasado de ser una joven, un poco ambiciosa, pero llena de ansias de reforma y de amor por su monarca marido, a una mujer recelosa, paranoica, de mal talante y amiga de la botella. ¿Suena parecida a alguien? Por supuesto que sí.

Hay una escena, en la segunda temporada, donde George, el hermano de la reina, sorprende a Ana en su recamara, borracha y al borde del ataque de nervios. Cuando Ana, en medio de su pataleta, se muestra obsesionada con el peligro que representan para ella su hijastra Maria, y la madre de esta, Catalina de Aragón y expresa el deseo de acabar con ambas, es como si escucháramos a Cersei complotando contra sus enemigos y desahogándose con el hermano.

 George Rochford fue al cadalso acusado de haber tenido amores incestuosos con su hermana, Cersei es amante de su gemelo. Podría asegurar que Weiss & Bemioff le echaron una ojeada a “Los Tudor’ antes de crear una visión audiovisual de la Cersei de Martin.

El prototipo de “La Reina Mala”
(Esquire)

Una de las bellezas de la Canción de Hielo y Fuego, es que Martin se ha inspirado en muchas entidades históricas para crear a sus personajes. Eso convierte a la Canción en un roman a clef donde el historiador profesional o amateur tiene que identificar al personaje verdadero tras el ficticio. De la relación incestuosa de los mellizos Lannister se ha dicho que está basada en los amores clandestinos de Lucrezia Borgia y su hermanito, pero en “Los Borgia”, Holiday Granger creó una Lucrezia que más se parecía a Luna Lovegood que a Cersei.

Sin embargo, los productores de “The White Queen”” si se acordaron de la hija de Tywin Lannister cuando se trató de caracterizar a Margarita de Anjou. Apodada “La Reina Mala”, Margarita ha sido una obsesión de la ficción histórica. Shakespeare la incluyó en cuatro de sus obras y se han escrito óperas y un sinnúmero de novelas sobre ella. Sus mismos contemporáneos la describían como hermosa, pero de temperamento volátil y agresivo.
Boda de Margarita de Anjou y Enrique VI

A pesar de que llevó a Inglaterra a una guerra civil cuando derrocaron a su marido Enrique VI, Margarita no fue feliz en su matrimonio. Enrique estaba loco y no tenía mucho apetito sexual. La reina, sin embargo, tuvo un hijo que fue su adoración (como Joffrey de Cersei) y que puede haber nacido de amores adúlteros de Margarita con Lord Ormonde o con el Duque de Somerset. Shakespeare creía que el amante de la reina era su mentor, Lord Suffolk. El caso es que, el pueblo no quería a Margarita por tacaña y arrogante y se rumoraba de que su hijo Eduardo era ilegitimo. Ya con esas ya tenemos a la verdadera Cersei.
Margarita llora la muerte de su hijo
Cersei llora la muerte de su hijo

Pero esa correlación se hizo más patente en la adaptación de la novela de Philippa Gregory. Parecía que la actriz flamenca, Veerle Baetens, siempre tenía presente a Cersei al interpretar a “La Reina Mala”, sobre todo en su trato de la desdichada Anne Neville, su nuera. Como Cersei con Sansa, Margarita se complacía en humillar a su nuera, en recordarle su posición vulnerable, en no escatimar recurso para hacerle más difícil su situación. En ningún momento sentía piedad de la orfandad de Anne o de su falta de experiencia. El peor momento fue cuando Margarita se impuso como testigo de la terrible noche de bodas de Anne.


¿Lancaster o Lannister? ¿No se parece a Joffrey el monstruito?

El Príncipe de Gales era la adoración de su madre y tan bruto, malévolo y soberbio como Joffrey. Margarita, tal como Cersei, parecía molesta de tener que compartirlo con la nuera y por eso descargaba su frustración sobre Anne.

Tal como Cersei era más déspota con Sansa cuando esta había perdido a su familia, Margarita es más exigente e insensible cuando Anne recibe la noticia de la muerte y derrota de su padre. Como “The White Queen” data del 2013, está claro que Cersei ha sido el modelo escogido para fabricar un estereotipo de reina mala y medieval.

Cersei y Catalina de Médicis: el lado maternal de las tiranas

El 2013, también vería el nacimiento de” Reign”, una serie inclasificable, Tanto así que la han vendido como “fantasía”. A pesar de incluir druidas, fantasmas y un juvenil y atractivo Nostradamus lanzando profecías a diestra y siniestra, lo más fantástico de este programa es la pretensión de ser histórico al relatarnos la juventud de Maria Estuardo en Francia. Obvio que la descripción de la Reina de los Escoceses en la Corte de los Valois, abarca a su querida suegra, la legendaria Catalina de Médics. En la vida real, la Reina de Francia no pasaba a su nuera. La serie exagera esa enemistad y Doña Catita vive complotando en contra de Maria, ya que teme que sea la causa de la prematura muerte del joven rey (una de esas locas profecías de Nostradamus).



Obvio que cualquier rivalidad entre reina “mala “y joven nuera hace que los troneros hablen ya de Cersei-Sansa, pero como Maria es mucho más avispada y poderosa que la niña Stark, mejor sería compararla con Daenerys. Para fines de la tercera temporada, Catalina y Maria son aliadas. Sin embargo, Catalina sigue en un rol “cersiano”. El nuevo rey es Carlos, que anda con ganas de vengarse de las negligencias maternas. Carlos, como Joffrey, es medio loco. Este año nos han llevado a creer que es un asesino en serie, un necrófilo, y un caníbal, en ese orden. Al final resultó que lo más malo que había hecho fue convertirse al protestantismo.
Carlos cuando creiamos que se comía a los niños del pueblo (International Business Times)

Entretanto, Catalina como Cersei desesperadamente intenta recuperar el poder que alguna vez tuvo sobre el rey. Como ocurriera con Tommen y Joffrey, Carlitos se aleja de la madre, no cree en sus palabras y es agresivo con ella. Tal como nos pasa con La Leona Lannister, nos da lástima ver a una mujer que solo busca proteger a su hijo y que encuentra rechazo. Las escenas de Catalina y su hijo-rey me traen a la memoria muchas escenas de “Juego de Tronos” y eso no es coincidencia.

La Cersei Vikinga

El 2013 fue también el año que conocimos a Ragnar Lothbrok y su familia. En la semi-igualitaria sociedad vikinga no hay espacio para una reina tan retorcida como Cersei. Dejémosle esas cosas a los sajones que enloquecen a las mujeres con su opresión patriarcal. Pero, aunque tuvimos reina loca a la sajona, no fue Kwenthrith quien demostró tener algún parecido con la hija de Tywin.

Para los que militamos en el Team Aslaug fue un shock ver a la hija de Sigfrido, degradarse y caer en niveles cersianos. A pesar de ser toda una princesa, Aslaug, como Cersei, se traumatizó al descubrir que su marido no la amaba. Se buscó un amante, se obsesionó con su hijo más débil, se encariño con la botella. Aunque difería de Cersei en que nunca amó el poder, y que en el fondo era una buena mujer, su depresión, su falta de interés en las cosas que realmente importaban, su complejo de victima que la hacía egoísta las desgracias ajenas la ponía al nivel de la reina tirana. Sus enemigos rápidamente aprovecharon para tildarla de “la nueva Cersei”.

Cersei en la Casa Blanca


(Huffington Post)

Lo ocurrido con Aslaug saca a la luz el estereotipo al que los productores apelan cada vez que tratan con una mujer poderosa a la que la desgracia hace tambalear. Comparar a Jackie Kennedy con Cersei Lannister parece una aberración. Sin embargo, en el filme de Pablo Larraín, tanto director como libretista aprovechan este estereotipo cersiano para demostrar, no tanto la magnitud del dolor y trauma de Jackie, sino su necesidad de mantener un mito como una manera de superar que ya no es Primera Dama.
(The Sag Harbor Express)
Reinas, hermanos y cadáveres (metro.co.uk)


En la vida real, el espacio entre el asesinato de John Kennedy (septiembre 22, 1963) y su funeral (septiembre 25) fue mínimo. Durante esos días, la Primera Dama estuvo muy ocupada, con tiempo escaso para dormir, y rodeada de gente, parientes, amigos, funcionarios, secretarias y dignatarios. Cada uno de esos momentos está documentado. Sin embargo, el filme extiende ese periodo y tiene a Jackie haciendo cosas imposibles como ir a buscar el sitio para enterrar a JFK, algo que estuvo a cargo de Robert Mcnamara.  Aunque desconocía este último detalle, como fanática de Jackie, sentí que había mucho de falso en el filme y en la actuación de Natalie Portman.

Un a escena totalmente surrealista tiene a Jackie vagando por cuartos vacíos de la Casa Blanca, empinando innumerables shots de vodka y copas de vino. En su borrachera (también mezcla el alcohol con píldoras) se cambia de vestido tras vestido y en un momento hace un semi desfile para un par de agentes secretos que aparecen de la nada. En la vida real, en la Casa Blanca no cabía ni un alfiler, la única intimidad de Jackie era cuando iba al baño. 




Si hubiera estado tan ebria como la describe el filme no hubiera podido acompañar a pie el ataúd del marido. Pero entiendo que el libretista quiere que sintamos a Jackie como una mujer solitaria y aislada, tan ocupada creando y viviendo un mito que no puede ser ella, misma. Por eso se disfraza, se aturde con alcohol y se despide se su palacio. A medida que comprendía eso, ante mi horror visualicé a una Cersei embriagada deambulando por los pasillos del palacio en Desembarco del Rey.

Otra escena que me hizo pensar en Cersei, fue Jackie en el Cementerio de Arlington.  Llueve a cantaros, pero ella insiste en arrastrar a su entourage a encontrar el lugar perfecto para enterrar a JFK. Frustrada, se adelanta chapoteando y casi cayéndose cuando sus tacones de aguja se entierran en el lodo. Esta escena que nuca ocurrió, muestra una mujer acostumbrada a mandar que se molesta cuando le llevan la contraria. De nuevo vi a Cersei discutiendo con sus ministros. Ya la esperaba ordenando que arrestaran a Meñique.

Por último, esta para mí lo más insufrible de la película, la relación con Robert Kennedy. Aparentemente, Jackie únicamente puede sincerarse con su cuñado. Esto deviene en intercambios mordaces entre ambos, pequeñas conspiraciones y recriminaciones y hasta una pataleta de la Primera Dama en la que acusa a Bobby de exponerla a ella y a sus hijos a las balas de un hipotético asesino. En la vida real, Jackie y Bobby fueron muy unidos, tanto que se ha rumorado que fueron amantes. Los críticos han comentado que las peleas entre los cuñados parecen “de matrimonio”. Para mis esas discusiones de hermanos(cuñados)y amantes, sonaban a las de Cersei y Jaime.


 En una entrevista, mi compatriota Larraín dijo que no sabía cómo enfocar el personaje de Jackie, porque le era totalmente ajena, por lo que acabó recreándola como “una reina”. Una lástima que Pablito no conociera más reinas que Cersei Lannister.

Futuros Clones de Cersei
Esta semana cuando veía el comienzo de “The White Princess”, ya trataba de identificar a la clon de Cersei. ¿Será la suegra o la madre de la primera reina Tudor? Tan acostumbradas estoy a ver el estereotipo que me sorprendería que no lo tuviéramos en esta serie de Starz.

Lo que es seguro es que seguiremos viendo estas reinas obsesivas, destructivas paranoicas que aman el vino tanto como a sus hijos.   ¿Cuál de las mencionadas les recuerda más a Cersei?  ¿Se me ha olvidado algún otro clon entre las reinas fantásticas o históricas? Recuérdenmelo ¿Que reina histórica o ficticia, que se parezca a Cersei les gustaría ver en pantalla?  
(Cersei y Leonor de Aquitania)


Yo ya tengo mis candidatas del pasado histórico. Me gustaría ver algún día, siguiendo ese modelo cersiano, a la rebelde Leonor de Aquitania (con Juanito sin Tierra como Joffrey). Desde que la interpretara Glen Close en la última adaptación de Un león en invierno, que a Leonor la tienen olvidada, a menos que se cuenten esas apariciones de relleno en las quinientas adaptaciones de Robin Hood.

 Otro gran personaje cersiano fue Isabella, “La Loba de Francia” a la que conocimos en Los Reyes Malditos de Maurice Druon. No me gustó la última adaptación, así que preferiría que los ingleses se encargaran de adaptarla, como maestros del genero histórico que son. Y obvio, que muestren a Isabel como una Cersei de la vida real.

viernes, 2 de agosto de 2013

La Era de los Guardianes: Crónicas Fantásticas (IV)


En la leyenda y el mito, el héroe/heroína tiene que luchar contra el Mal, amparado por magia y seres sobrenaturales, y defender su comunidad, su raza o simplemente salvar el mundo.  Aunque toda historia épica abarca ese elemento, la idea del protagonista como protector y guardián  es por antonomasia el argumento principal de la fantasía.

Todo  relato epico-fantastico presenta alguna lucha entre el Bien y El Mal,  éste último encarnado a veces en figuras antropomórficas, llámense Voldemort, Saurón o Los Otros. Todo héroe, desde Frodo hasta Harry Potter, por insignificante que parezca. tiene una como misión destruir la raíz del Mal  Pero  tras del auge “potteriano”  el concepto de “Guardián salva-mundos” saturó de tal manera el mercado que una agente literaria, especialista en representar fantasías, puso en su pagina web que por favor no le mandarán más historias de ese tipo (¡!!!!)



Sin embargo, hay algo portentoso en el concepto de gente común y corriente que de pronto se convierten en “elegidos” y tienen que emprender viajes fabulosos para rescatar a la humanidad. ¿No fue eso lo que inicialmente nos atrapó de “Héroes”?  ¿Ese promo que rezaba “Save the Cheerleader, Save the World” (Salva a la porrista. Salva al mundo)?



También hay algo mágico en los héroes a regañadientes que no quieren arriesgar el pellejo, pero terminan entregándolo todo. “’ ¡Quédate tu aquí, para salvar el mundo!” le espeta Brendan Frazer a Rachel Weisz en “La Momia”, pero lo más bien que se sacrifica y acepta ser vapuleado por Imothep y sus fantasmagóricos esbirros.



 Y no hubo nada más romántico que ese encuentro entre un mercenario cínico y la mágica hechicera que lo íntima con sus artes curanderas, su don profético y hasta su virginidad a rescatar a una ciudad de su perverso gobernante en “El Rey Escorpión”. Algo parecido ocurre en “Blanca Nieves y El Cazador” en la que Kirsten Stewart destruye la imagen de la heroína-victima del cuento de hadas  para ponerse una armadura más refulgente que la de Brienne de Tarth e ir a la batalla para derrocar a su reina madrastra.

(squidoo.com)


Un ejemplo que netamente expresa su deuda con la obra de Rowling es la saga de Percy Jackson que ya comentamos cuando hablábamos de mitología clásica. Como Harry Potter, Percy es un chico incomprendido, solitario, a merced de un padrastro abusivo. Todo cambia cuando descubre que es un semidiós. Después de asistir a un campamento para gente como él, Percy debe evitar que la humanidad caiga bajo la ira de sus olímpicos parientes recuperando el rayo de Zeus.



Los guardianes no se dedican únicamente a  salvar el mundo. A veces la misión puede consistir en proteger a la comunidad de criaturas nefastas. De esos guardianes tenemos muchos en la ficción, algunos pertenecen a cofradías como los Cazadores de Sombras de Cassandra Clare en la saga The Mortal Instruments o los “magi” que vigilan que no despierte el siniestro Imothep en “La Momia”.



Los más conocidos obviamente son los caza vampiros. He oído quejas de la glorificación de estos señores cuando los pobres vampiros solo quieren que los dejen en paz. Recordemos que por siglos la humanidad no vio a los vampiros como sex symbols a lo Robert Pattinson o Stephen Moyer, sino como verdaderas plagas. Además la vida del cazador de vampiros es triste y solitaria. Coppola intentó darle un toque de lujuria a Van Helsing y Hugh Jackman de darle un toque de sex appeal, pero la verdad es que andar tras vampiros todo el día es una labor ingrata que excluye vida social y familiar.

Los Guardianes no solo cazan vampiros. Otras presas son los demonios y a ese gremio pertenecen los Cazadores de Sombras de Cassandra Clare y el pobre John Constantine. Hay que expresar compasión por ese personaje de Keanu Reeves que en el 2005 nos mostró el lado más trágico de un peculiar exorcista. Constantine nace con el pode de reconocer ángeles y demonios cuando ellos se dignan a visitar la Tierra.



Tan terrible era ese don que en su adolescencia, Constantine se suicida. En los dos minutos que preceden a ser revivido por un paramédico, Constantine desciende al Averno donde Lucifer le comunica que está maldito y que cuando muera terminará en el infierno. A pesar de esta certeza, Constantine dedica su vida a destruir demonios y finalmente consigue, gracias a un acto altruista, ser sanado de cáncer por el propio Lucifer.

(wodumedia.com)


Aunque Constantine es  la cara triste del trabajo de protector, hay otro personaje fantástico que me inspira más compasión. Tal vez porque James Purefoy me es más atractivo que Keanu, aunque alerto que el filme es tan oscuro que a Purefoy casi no lo distinguimos, más encima anda casi embozado por un sombrero alón.

Como John Constantine, Solomon Kane es un personaje de historietas. En 1928, Robert E. Howard crea a este aventurero-puritano que en la Era Barroca lucha contra el Mal venga éste en la forma de una vampira o de un doctor brujo.  Casi un siglo más tarde, Michael J. Bass llevaba al cine las aventuras de Kane. El filme abre con Solomon (Purefoy) un mercenario que en una batalla contra los Otomanos termina en una fortaleza colmada de espejos poblados por demonios. Uno de ellos se le acerca y le comunica que está maldito y que su destino final será el infierno.

Desde ese instante, el atribulado Kane viaja incusamente sin hallar descanso. De joven fue desterrado de sus tierras tras matar a su hermano así que no tiene familia ni hogar que lo acojan. Luego de ser expulsado, ahora de un monasterio, el ex mercenario  como expiación jura no volver a utilizar la violencia. Juramento  lo que lo convierte en presa fácil de cuanto bandido cruza su camino. Se encuentra con una familia de puritanos que se convierten en sus compañeros de viaje.



Llegan mas bandidos. Kane se harta y los hace pedazos, pero no puede evitar que rapten a la joven Meredith. El padre de Meredith le dice a Kane que si rescata a su hija salvará su alma. Esto llevará a Kane a luchar contra el hechicero Malachi y su ayudante (que resulta se hermano del héroe) y `pasar mil peripecias antes de rescatar a Meredith y su alma.



Aunque oscuros y un poco deprimentes, tanto personaje como historia son sumamente  poderosos y se entiende que hayan tenido una muy buena acogida con público y críticos. Una lástima que no se hayan hecho secuelas, porque, reitero., la salvación  en manos de un  héroe improvisado, desdichado y despreciado es un gran gancho y mucho más en las novelas de fantasía.


No podemos habla de la Era de Guardianes sin  referirnos a nuestra fantasía fetiche. Martin también tiene estos vilipendiados guardianes. No hay mejor ejemplo que la solitaria y mísera vida de la venida a menos Guardia Oscura. Pero no es el único caso. ¿Por qué todos admiran a Ned y hacen lo contrario con El Matarreyes que lo sacrificó todo por salvar a una ciudad? ¿Por qué el atareado Varys es motivo de más burla que el traidor Pycelle? No es fácil se Guardián, pero sin ellos no tendríamos historias fantásticas.

jueves, 28 de junio de 2012

Ya no son para niños: Hollywood y los cuentos de hadas


(foto de culture.com)


Este año hemos visto dos versiones fílmicas de Blanca Nieves. El año pasado vimos “Tangled”, adaptación animada de Rapunzel,  y a Amanda Seyfried  huir del Lobo Feroz en “La Chica de la Capa Roja”. Pronto tendremos a Angelina Jolie como un hada ofendida en “Maleficent”, basada en La Bella Durmiente. En pos de la siempre vigente fantasía,  Hollywood ha encontrado una inspiración en los cuentos de hada.

Angelina Jolie en "Maleficent" (foto de thehollywoodgossip.com)


Toda obra de ficción tiene su orígen en algún mito y los cuentos de hadas son una variación “urbanizada” del mito y la leyenda folclórica. Se basan en ellos y  conservan  sus arquetipos, tal como refinan elementos  sobrenaturales que en el pasado fueron creencias religiosas. En del cuento de hadas sobreviven seres que antes representaban un peligro para quienes creían en ellos: duendes, dragones, troles, sirenas, brujas y, por supuesto, hadas. En los cuentos ocurren cosas prodigiosas, los animales hablan, la gente sufre metamorfosis, las fregonas se vuelven princesas, los sapos se vuelven príncipes. Es ese espacio  hasta los reyes deben someterse a los designios de magos y hechiceras y las princesas son encantadas por hadas celosas.

Hay  quienes verán en estas fábulas meros relatos para hacer dormir a los niños,  nosotros, los "Fantásticos”, reconocemos en ellos  el origen de nuestro género favorito.  No es de sorprender que Hollywood concuerde con esta última percepción y  le arrebate al estudio Disney su mayor fuente de inspiración. De ahí nacen estos nuevos filmes que pretenden darle a viejas ficciones un ángulo más sofisticado.

Este año tuvimos dos visones del la historia de Blanca Nieves. Si bien "Mirror, Mirror” es una parodia jocosa, “Blanca Nieves y el Cazador” es más que un simple intento de desligar a Kristen Stewart de los vampiros. Los críticos han ninguneado este último filme haciendo hincapié en que lo único que vale en él es Charlize Theron en su retrato de la pérfida Reina Ravenna, que en  malevolencia deja chica a Cersei. 



Aunque pretenda ser una victima de una sociedad patriarcal, Ravenna termina siendo la mayor enemiga de sus congéneres. No solo intenta matar a su hijastra, pero además es el mayor peligro de las mujeres de su reino, cuya savia vital mantiene su belleza fresca en una variación de la leyenda de Elizabeth Bathory.

(Foto de guardian.co.uk)


En esta versión, Blanca Nieves deja atrás el estereotipo de damisela en apuros, para convertirse en una amazona guerrera, que ya sabemos que las nenas en armadura están de moda. ¿Será que Kristen está lejos de ser mi actriz favorita, que sus peligros y batallas me dejan fría (aparte del episodio del Bosque Negro que me encantó)? A mi el que me gusta es El Cazador. Desde que lo incluyen en el titulo, ya no están diciendo que el personaje de Chris Hemsworth es tan importante o más que la heroína. Ciertamente es más importante que el pobre príncipe William que no sabe qué pinta en este cuento.

(foto de digitalspy.com)


Resulta curioso que en un intento por darle a la trama un sesgo feminista o hacer más compleja a la heroína,  se termine privilegiando a quien es el verdadero protagonista. El Cazador es un  gruñón, antisocial, medio borracho y obsesionado con resucitar a una esposa muerta, pero  que termina de protector y mentor de Blanca Nieves a quien se supone debe matar. Sin El Cazador hubiese encontrado este filme inaguantable y es que él es quien proporciona un equilibrio a una historia que sin ser romance, es de pareja.

(moviesabout.com)


Si Blanca Nieves y su Cazador han logrado satisfacerme, no puedo decir lo mismo de  “La Chica de la Capa Roja” que acabo de ver en HBO. De pequeña ningún cuento me daba mayor terror que La Caperucita. Tal vez, porque décadas antes de leer The Uses of Enchantment de  Bruno Bettelheim, yo ya sabia que el Lobo Feroz era un hombre peligroso que no únicamente devoraba (léase, las hacia caer en actos sexuales) Caperucitas, además les mentía fingiendo ser un personaje benévolo.



Por eso me encantó "The Company of Wolves”, esa visión gótica de Neil Jordan de Caperucita Roja. Aparte de demostrarnos que el cuento es una metáfora del angst adolescente y del despertar de la sexualidad, el guion adopta una postura positiva hacia  la licantropía y ofrece un par de lecciones morales tal como que el deseo combinado con compasión  supera todos los miedos. Inolvidable la escena final en que Caperucita transformada en lobo huye con su licántropo.



Nada de eso me brindó la de la Capa Roja. No niego que es un buen relato de misterio. La identidad del hombre lobo me resultó una sorpresa, pero ya estoy aburrida de ver tantos cuentos de pueblos paranoicos que ante peligros sobrenaturales acaban  cayendo en manos de amenazas mayores, los fanáticos religiosos.También tengo un problema con un reparto que no me atrapa y con una Amanda  Seyfried sosísima que no llega a ser mas  que una serie de iconos, La Bella del Pueblo, La Bruja, La Carnada para el Hombre-Lobo, etc. Ni ese final ininteligible que nos  da a entender que Valerie vive esperando a su licántropo salva un filme lleno de clichés.

Un problema de traducir el cuento infantil a la pantalla es que se le depura de lo mejor, y se promueven los clichés más babosos y personajes y situaciones acartonados. Se evita cualquier controversia. Por ejemplo, en la versión original del cuento  de Rapunzel antes que la bruja haga un Jaime Lannister y defenestre al príncipe, éste se las ha arreglado para preñar a la heroína. Nada de esto fue incluido en “Tangled”. En una versión barroca italiana La Bella Durmiente es violada en su sueño por El Príncipe quien, tras su experiencia necrófila, la abandona. A Aurora no la despierta un beso sino los dolores del parto. Inclusive en la refinada versión de Charles Perrault, el Príncipe es hijo de una ogresa caníbal que quiere devorar a sus nietos. No creo que se atrevan a incluir estos detalles en “Maleficent”.

(Foto de Wikipedia)


Ya es hora de que Hollywood, que tanto se ufana de no tener tapujos y de ser audaz hasta el punto del mal gusto, se atreva a desvincular al cuento de hadas de su aura infantil. Que descoloque al espectador ofreciendo todo lo que el cuento puede aportar en su exploración de la psiquis humana aun en sus aspectos más tortuosos.

 Para eso deben dejar  atrás  cuentos demasiados conocidos que ya en la imaginación popular están circunscritos a versiones infantiles. Hay muchísimos  cuentos que merecen oportunidad de interesar a públicos en ambos lados de la categoría G, que después de todo edad no es sinónimo de madurez ni intelecto. Si queremos oscuridad ahí está mi cuento favorito, Piel de Asno, que inicia con un padre que quiere implantar el incesto en su familia. La Hija del Rey del Pantano, uno de los cuentos menos conocidos de Andersen, incluye metamorfosis, animales parlantes, y un viaje en el tiempo, pero su base es una violación de la que nace Helga, la protagonista.

Jean Marais y Catherine Deneuve en una versión fílmica de "Piel de Asno" de los 70's (foto de sensacine.com)


Las Mil y una Noches brinda una riqueza de material fantástico e incluso de ciencia ficción fusionada con los matices de la tragedia humana. Y como esos hay millares de ejemplos que los productores de Hollywood deben recordar en su búsqueda de material fantástico. ¿Qué cuento de hadas querrías ver convertido en filme?