La Era del Superhéroes
(sea Marvel, DC, o King Kong) ha reemplazado a la maravillosa New Age
fantástica que originó este blog. Sin menospreciar el legítimo allure de
los héroes y caricaturas, se extraña la profundidad de esa fantasía pasada.
Como si se quisiera recuperar esa esencia esta primavera nos han visitado super
héroes victorianos, tanto en Netflix con “The Irregulars” y en HBO con” The
Nevers” y con ellos celebramos el noveno año de este blog.
Los
Irregulares: Muy Diversos, pero Menos que Regulares
Después de probar
suerte con “Enola Holmes” (que al menos está basada en un libro conocido) algunos
incautos de la BBC se aventuraron a seguir pisándole los callos a los herederos
y custodios de la obra de Sir Arthur Conan Doyle. Así nacen “Los Irregulares”, una
visión revisionista—típica de la Era Twitter— de Sherlock Holmes y de
sus mini ayudantes The Baker Street Irregulars.
Aquí tenemos unos
irregulares adolescentes, fugitivos de ese coco victoriano, The Workhouse. Son
diversos, rebeldes y como dijo un crítico en The Wall Street Jornal “uncharming characters”. Realmente son unos pesados, pero son jóvenes y
multirraciales. Lo único que no son, es
victorianos. Hablan la jerga de hoy con mucha palabrota y terminología ultramoderna,
no se peinan ni se visten como en la época en que se supone que están.
Beatrice, su líder (la actriz chino-irlandesa Thaddea Graham) anda vestida de vaquero
del Lejano Oeste y su hermana Jessie (Darci Shaw) anda con una moda que me
recuerda un cosplay que se inventó una amiga en los 90, pero que ni la mendiga más
harapienta del East End se hubiese puesto en el siglo XIX.
No entiendo motivo
ni necesidad de situar la historia en la era victoriana. ¿Para inventarle un
romance a Bea con Leopoldo (Harrison Osterfield) el hijo menor de la Reina
Victoria? A propósito, aplaudo la
investigación que hicieron de la hemofilia. En el primer episodio, Leo es
arrojado por un tabernero a un piso empedrado. Un golpe de esa magnitud hubiese
provocado una tremenda hemorragia en un verdadero hemofílico.
El verdadero
propósito de colocar tan poco elevada historia en los 1880s es poder incluir (y
denigrar) a Sherlock Holmes, sacarlo del canon más allá de lo que hicieron en “Enola
Holmes”. Si allá Sherlock tenía una hermana, aquí tiene una hija. Si el
detective interpretado por Henry Cavill era cálido y emocional, acá es solo un
pobre drogadicto que ni bajo la influencia del opio puede resolver crímenes.
Para eso están Los
Irregulares que, tal como Holmes son manejados por el siniestro Dr. Watson (Roy
Pierreson). Al comienzo parece que Watson solo necesita mantener la ilusión de
que Holmes sigue siendo el maestro de detectives, pero pronto vemos que hay
algo más oscuro. Desde el Purgatorio un espíritu
(luego nos enteramos de que se trata de la madre de Bea y Jessie) ha provocado
una grieta en el velo que separa el mundo real con el mágico. Esto ha
empoderado a una cantidad de personajes marginalizados que ahora pueden ejercer
su venganza.
Los casos son un
poco pueriles (uno se roba bebés, otra roba dientes) y son resueltos de manera
muy rápida y fácil por los irregulares por lo que ni siquiera tenemos muchos misterios
ni una elaborada resolución basada en una mente superior como ocurría en la
obra de Conan Doyle. Los Irregulares se la pasan más en discusiones sobre
problemas domésticos o en diatribas en contra del mundo de privilegiados donde
ellos no tienen cabida, que resolviendo crímenes. Una ironía es que muchos
poderosos clasistas son interpretados por actores de color, comenzando por el despótico
y despectivo Dr. Watson.
“The Irregulars”
fracasa en todos los factores que hacen a una obra atractiva. Sus personajes
son insufribles, su estética es rebuscadamente fea, sus misterios son pueriles
y el cuento de la humanidad a punto de perecer cuya salvación está en manos de
un grupo de renegados juveniles, ya está bien añejo.
Después de
tragarme un par de episodios de este bodrio y ver que muchos críticos concordaban
conmigo de que era intragable ni con un sorbo de champagne, tuve mis dudas
sobre ver “The Nevers”, otro cuento de freaks victorianos cuya mayor mérito y mayor
falla es que fue creación de Josh Whedon.
A Pesar de
Josh Whedon
Una de las contradicciones
de esta Era de Cancelación es que un producto puede acumular méritos, pero será
cancelado si su creador está en la picota. Hace año y medio, los fans de la
obra de Whedon esperaban con fervor el debut de lo que se esperaba fuese un
versión de X-Men trasladada al universo victoriano. Solo que, en el camino, Whedon
fue expuesto como un ente abusivo, un creador de ambientes tóxicos de trabajo,
y un misógino. Milagro que alguien se atreviese a ver “The Nevers”. Sin embargo,
la serie ha tenido un récord de audiencia a pesar del estigma que pesa sobre su
creador.
La historia abre
en Londres en 1886. Un inexplicable suceso cósmico provoca una lluvia de polvo
de estrellas sobre los londinenses. Los “tocados” por ese polvo (la mayoría mujeres)
desarrollan prodigiosos poderes que harán que su sociedad las conozca como “The
Touched”. A propósito, “The Nevers” es un título artificial. Las “tocadas”
nunca son llamadas por ese nombre, pero obvio que la serie no podía llamarse “The
Touched”. Hubiese invitado a chistes de mal gusto.
Los poderes de
Las Tocadas van desde lo extra útil como los de la irlandesita Penance Adair (Anne
Skelly) cuyo nuevo dominio de la electricidad la lleva a crear fabulosos
inventos incluyendo un automóvil. El medico jamaiquino Horatio Cousens (Zachary
Momoh) desarrolla la capacidad para cicatrizar heridas y la bella Mary Brighton
(Eleanor Tomlinson) con su divina voz puede calmar los miedos de “Las Tocadas”.
Otros adquieren poderes un poco engorrosos como Primrose que alcanza los tres
metros de altura o Myrtle que habla sin ton in son en cualquier idioma.
Por supuesto que
el caso más peligroso es Maladie (Amy Manson) a quien le cayó el polvo de
estrellas cuando se la levaban al manicomio. Se salvó de la camisa de fuerza
para convertirse en la asesina serial más buscada por Scotland Yard. Gente como
Maladie y sus secuaces les dan un mal nombre a Las Touched y las pone en la
lista negra del gobierno, donde un gabinete de patriarcas blancos encabezados
por Lord Massen (Pip Torres) busca neutralizarlas.
No es el único,
hay un médico loco que anda a la caza de Touched para experimentar con ellas.
Ni hablar de Lord Hugo Swann (James Norton), un hedonista y bisexual
aristócrata que también anda buscando Touched para poblar su burdel que espera
sea una especie de Salón Kitty donde las pupilas atraerán y espiarán a gente
importante que revelarán secretos que His Lordship utilizará para sus
chantajes.
El mejor rol que le he visto a James Norton
Este pilar de la
sociedad tiene ya en su nómina al inspector Mundy (Ben Chaplin) y quiere
agregar al ingenuo Augie (Tom Riley) cuya hermana invalida Lavinia (Olivia Williams)
ha creado un refugio para Tocadas. Refugio regentado por la joven viuda Amalia
True (Laura Donnelly) a quien el polvo de estrellas rescató de las aguas del Támesis
adonde se había arrojado. Ahora Amalia está dotada de poderes de clarividencia,
capacidad para saltos largos olímpicos y habilidades pugilísticas que dejarían
en vergüenza a Mike Tyson.
¿Demasiados
Personajes?
Ese es el elenco principal
de esta historia que ha recibido muchas críticas, la mayoría de gente que en
pos de la cancelación de Whedon, busca cancelar su obra. El cuento de nunca
acabar de nuestra obesamente inmoral cultura. La mayor queja es sobre la
saturación de personajes imposibles de recordar… Duh! Obvio que para el nivel
de déficit atencional de la generación binging, estos son muchos personajes (y
eso que ni les hable del Beggar King). Ohh qué tiempos aquellos cuando nos
sabíamos hasta el nombre de los lacayos de los Stark.
¿Como nos va a
ser fácil olvidar a Lavinia Bigelow? Una
de esas millonarias victorianas que imparten caridad caprichos ante y mantienen
a su familia aterrorizada con la amenaza de desheredarlos. En este caso el cuasi desheredado es su
hermano menor. ¿Como nos vamos a olvidar del frágil, ingenuo Augie que, nadie
sabe, también está un poco “tocadito”?
Lavinia no es tan protectora como parece
Es en la Opera,
cuando Maladie interpreta su propia idea del Bel Canto con una masacre de
actores y públicos, que Augie y Penance descubren que son almas gemelas, pero
se interpone Lavinia quien le recuerda que un Bigelow no se puede casarse con
una Tocada y menos (¡Horror!) una irlandesa. Augie obedece porque es cobarde y va
a esconder su cobardía en el Club de Balseros de su mejor amigo. Lord Swann quiere que Augie sea su socio para
que el respetable apellido Bigelow le atraiga más clientes. ¿Qué dirá Lavinia?
Su opinión deja
de importar al segundo capítulo cuando descubrimos que Lavinia es cómplice del
científico loco en una conspiración para lobomotizar a los Touched y
convertirlos en esclavos que trabajan en unas especies de minas. También
descubrimos después de un magnifico match de lucha libre que Maladie una vez se
llamó “Sarah” y que Mrs. True se llamó “Molly”. Que fueron amigas hasta que
Amalia traicionó a Maladie, pero entonces la viudita no tenía el mismo rostro.
Resulta muy
significativo que un disparate con patas como “The Irregulars” reciba todo tipo
de elogios por parte de la crítica (con la excepción de Cosmopolitan, Variety
y The Wall Street Journal) y “The Nevers” sea cancelada con quejas lapidarias
provocadas por errores que encontramos en otras series como “Watchmen” o “Lovecraft
Country” que igual han sido éxitos. En realidad, pareciera que la gran falla de
la serie es que es un producto Whedon. De hecho, muchas críticas lo mencionan
por nombre y en Mashable dicen que seguro que la serie repuntará cuando Whedon ya no forme parte de
ella.
Aunque estoy de
acuerdo con Variety (donde tuvo buena critica) que, aunque a ratos se sienta un poco tonta,
siempre es entretenida. The Nevers
resulta más ambiciosa que Buffy o las películas de Los Vengadores que llevaron
a Whedon hasta una cúspide para luego arrojarlo (o arrojarse) al abismo. Es cierto
que los villanos son un poco caricaturescos, sobre todo Maladie que pretende
ser El Guasón con enaguas, pero acaba aburriendo con su perorata sin sentido.
Otros como en Idobi.com han notado un constante pecado de Whedon. En su
esfuerzo por apaciguar a los vigilantes de la diversidad, Don Josh inserta personajes
de color en roles secundarios, asegurándose que los principales sean blancos. Aja,
has quedado al descubierto, ¡felón!
Cuando la
Profundidad se vuelve Propaganda
Mi problema es
diferente. Sin querer acusar a la serie de presentismo, su profundidad me
resulta panfletaria. Por ejemplo, hay un
amago de contarnos que a fines del Siglo XIX también existía una preocupación
por la deformación del lenguaje. Pero hay una diferencia total entre el
lenguaje inclusivo que es promovido hoy, y la molestia ante el uso de vocablos
extranjeros, en este caso galicismos.
Lord Massen dice no entender porque usar émployee (empleado) cuando ya el término ingles The employed (los empleados) lo cubre. Amalia le explica que “employee” singulariza al individuo destacándolo de entremedio de la masa. Y sigue con una exaltación del individualismo que resulta contradictoria en una serie que exalta la lucha de clases y la importancia del grupo para defenderse de los poderosos.
Diálogo de Perplejos
Por otro lado,
Lord Massen me parece que hace eco de mis preocupaciones cuando dice temer que
el cambio genere caos. Es cierto, en nuestra cultura deconstruccionista-canceladora
se busca destruir sin construir, derribar estatuas e instituciones sin
hallarles reemplazo, y eso siempre genera caos. Cuando Massen habla de que
están viviendo en la era de lo imposible convirtiéndose en lo posible y como
eso abre los apetitos/ambiciones de quienes (no necesariamente mujeres) no
deberían tenerlos, está hablando de nuestros tiempos.
Alejándonos del
presentismo, examinemos los miedos de Lord Massen en su contexto histórico. Ese
momento de increíbles adelantos e inventos tecnológicos dará paso, en quince años,
a la Gran Guerra. Ese es un principio del caos político que llevará a las dos
guerras más destructivas que haya conocido la humanidad. Los apetitos y
ambiciones de unos pocos provocarán revoluciones que devendrán en dictaduras.
Los cambios sociales nacidos del “progreso” maquillarán horrores del pasado y
los perpetuarán bajo otros nombres y rostros hasta hoy día. Como que el
patriarca blanco no anda muy equivocado.
Aunque en
cincuenta cosas “The Nevers” le gana a “The Irregulars”, también tiene sus
bemoles. Mi hermano, que tiene ojo crítico, encuentra que hay algo falso en la escenografía,
que todo parece filmado en un escenario. Es cierto que con tanto efecto
especial se necesita de mucho CGI.
También, como no está
acostumbrado a las películas de superhéroes, la encuentra un poco “tonta”.
“Silly”es un adjetivo que varios críticos han aplicado a la trama. Estoy de acuerdo
en que hay personajes que están un poco demás y que a ratos me encuentro como
si estuviera viendo “Héroes” y no una serie con contenido adulto.
Una última
palabra sobre los personajes, factor indispensable en mi apreciación de
cualquier relato. Me gustan las Touched principales, ojalá no arruinen los
personajes de Amalia y Penance. A mi hermano y a mí nos agrada, con reparos, el
Inspector Mundy, y como somos representantes del patriarcado, nos encanta Lord
Massen (es como Tommy Lascelles con más poder).
No se puede
hablar de estas seudo fantasías en seudos escenarios de fines del Siglo XIX sin
evocar a la maravillosa “Penny Dreadful”. No se molesten en buscarlos parecido,
si los hay es pura coincidencia. Mi hermano describió “The Nevers” como “una
necesidad de construir un relato sobrenatural a lo Henry James, “pero que no pasó
del inodoro de James”. Pero al menos la está viendo, “The Irregulars” solo merece
su indiferencia.
¿Han visto alguna
de estas series? ¿Qué les han parecido?
ADDENDUM: Terminé de
escribir esta nota el viernes pasado, antes de ver el episodio cuatro, el peor
de la temporada. No seria nada, pero se trata del antepenúltimo. Yo estaba bajo
la impresión de que como toda serie normal tendría 8-10 entregas. En cambio,
nos dan miseras seis, y a la cuarta introducen elementos sorpresivos que nos
hace notar un desnivel del libreto (aparte de escenas aburridas de las que mi
hermano se queja)
Hay arcos que no avanzan a la misma velocidad que otros. Es como una pintura de franjas, en la que algunas cubren todo el lienzo y otras dejan huecos blancos. Se acaba la serie y Hugo no ha puesto en marcha su negocio, no sabemos si Lavinia y Lord Massen son aliados, y no sabemos que esconde este en el sótano. Y en un cap. nos meten una nave alienígena, la posibilidad de que Amelia venga del futuro, ect. ¿Dónde está la verdadera Mrs. True?
En vez de respondernos,
entremezclan esos datos tan importantes con un cuarto de hora de Augie y Penance,
muy lindos, pero cuyo romance sigue en foja cero y otra de Amalia en un bar poniéndose
hasta las chanclas y rompiéndole el violín a un músico al que se quiere comer. ¿Esas
son las nuevas reglas de cortejo entre mituteras?
Todo mi interés en la serie murió, al ver que es un ejemplo de lo que pasa por entretenimiento hoy en día: libretos aburridos, fragmentados, con cabos sueltos y 0 respeto por la imaginación del público. Eso si mucho gasto en efectos especiales y en contratar elencos diversos. De ahí que“The Nevers” amerite vergonzosos criticas como esta en The Screenrant.Lo mas triste es la interrogante de Time que como es posible que ” The Irregulars” que es más tonta (sillier) que “The Nevers” tenga mayor aceptación entre el público.
Desde FB de Maggie Sendra
ResponderEliminarTengo una mina con Netflix y Amazon y yo perdiéndomelo...😂😂😂🤣🤣🤣 Me gusta la fantasía, bueno, a mi me gusta más lo sobrenatural, admito que soy una masoca fanática de las películas de Casas con fantasmas. Si, el genero está muy trillado, pero a mi me gusta. Pero aun ni termino de encontrar una serie de fantasía que yo diga..Whoa!!!!! Sombra y hueso lo he intentado pero me lio con todos los personajes. Por lo que he leído son dos sagas entrelazadas pero nada que ver unos personajes con otros. Hay quien dice que eso es un acierto, yo no lo creo. Quizás no me gustan las series corales. Es una pena porque el ambiente ruso/sovietico era un punto a favor, pero...
Maggie Sendra Yo como tronera proesional no me lío con personajes, pero los de sombra, que latosos! A mi si no me gusta n los personajes o no encuentro alguno con el cual identificarme, no puedo tragar una serie. The Nevers iba muy bien hasta que metieron el cuento de los alienigenos.
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