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lunes, 3 de diciembre de 2018

Brujas, Satánicos y el Gato Salem: Lo Bueno y Lo Malo de la Nueva Sabrina



Me había prometido no verla. Ya los periodistas y críticos se habían encargado de hacérmela repelente. Pero como he llegado a la conclusión de que es ese grupúsculo el que se encarga de soliviantar ánimos e inventar controversias, decidí ver con mis propios ojos "Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina" (o "El Mundo Oscuro de Sabrina"como la llaman en América Latina), esta nueva versión del popular comic. La sorpresa fue grata. No se crean, esta Sabrina presenta problemas graves, pero también es entretenida, con personajes queribles,  y bastante suspenso.


Todos conocemos a Sabrina, la brujita que a veces aparece por Riverdale, el mismo universo de Archie. Tan simpático personaje ameritó su propia tira cómica y al final de los 60 el spinoff llegó a la televisión en una caricatura dominguera que veíamos por TVN.

A fines de los 90s, Melissa Joan Hart se hizo famosa encarnando a la brujita en “Sabrina The Teenage Witch” para ABC. El show fue todo un hit con el público juvenil ya que equilibraba, y con mucho humor, el angst de los años adolescentes con los esfuerzos de una joven bruja por manejar sus poderes y satisfacer las exigencias de sus tías que fungen como padres adoptivos. 

Era el equivalente a “Hechizada” con esas tías estrafalarias, un concejo de brujas liderado por una reina que a menudo interfería en la vida de Sabrina, y los empeños de esta por ocultar sus poderes de sus amigos y su novio Harvey. Esta serie duró siete temporadas. Sabrina se graduó de la secundaria y partió a la universidad a estudiar periodismo. Incluso (a lo Gidget) se hicieron dos filmes, uno de la brujita en Italia y otro en Australia, en una campaña para salvar a las sirenas. La serie ha seguido activa en canales alternativos y en la imaginación popular. ¿Como nos vamos a olvidar de Salem, el gato parlante?

Era natural que en esta época del refrito se intentara conseguir otro éxito con una versión más contemporánea. Me gustó mucho que Kiernan Shipka (la Sally Draper de “Mad Men”) hubiese sido escogida, pero ya antes de debutar en Netflix, la serie ha estado causando polémica.

Desde su debut la polémica ha subido, con tres grupos fustigando el show de Time Warner. Los padres de familia se quejan de que el show no es adecuado para una audiencia juvenil. Las brujas se quejan de que el show les da una mala imagen. Similar es la queja de una rama de las iglesias satánicas (ni sabía que eran una congregación) que se queja de lo mismo, porque en esta versión del reconocido dramaturgo y guionista Robert Gutiérrez-Sacasa, las tías de Sabrina son hechiceras, pero también adoradoras del diablo. Yaaa!

Tras ver los primeros episodios tengo que darles la razón a los tres grupos, pero eso no quita que esta nueva serie no tenga virtudes. Por eso voy a dar una lista de lo mejor y lo peor de “The Chilling Adventures of Sabrina”.

LO BUENO
1.       Un cuento de terror: A pesar de sus protagonistas adolescentes y de la cortina, todo un homenaje, a las caricaturas, este no es un programa para un público muy joven. Se trata de un auténtico relato gótico, lleno de respeto y alusiones constantes al género de terror. Padres, ténganlo en cuenta.


2.       Kiernan Shipka. Desde pequeña descolló como actriz, pero ese talento precoz ahora está muy bien desarrollado en un personaje que tiene que experimentar y demostrar un mosaico de emociones, algunas bastante adultas.

3.       Gran heroína:  Sabrina es una adolescente responsable, sensata, compasiva, cortés, buena amiga, ¡y virgen! Para resumir, sin ser Hermione Granger, la brujita es un excelente modelo para las nenas post Millenials.

4.       No a la Discriminación:  Excelente que en una estética Sesentera (a muchos los ha confundido y han llegado a creer que por vestuario y atmosfera se trata de un drama retro) se sesguen problemas totalmente contemporáneos como el acoso escolar, el machismo y la discriminación por el aspecto físico, en este caso el de Susie (Lachlan Watson), una de las dos mejores amigas de Sabrina. Que nos muestren que muchos de estos problemas nacen de una administración hostil (Bronson Pinchot irreconocible como el director Hawthorne) y que Sabrina intente solucionar los problemas (con un poquito de magia) por medios legítimos y sin discursos panfletarios es novedoso.

Susie

5.       El primo Ambrose. Aunque este es un personaje del comic original, lo descartaron en la serie de los 90, fusionándolo con Salem, el gato parlanchín. Aquí soberbiamente interpretado por el anglo-africano Chance Perdomo, es un joven nigromante y bisexual que por trasgresiones pasadas sufre arresto domiciliario. Cuando no está preparando cadáveres en la funeraria de Las Spellman, está en su notebook.   Aunque es parte de la Iglesia de la Noche, se enfrenta a los satánicos para proteger a Sabrina. Después de su prima, y Salem, es mi personaje favorito.



6.      
       Salem. Un felino parlante no tiene espacio en una serie de horror como esta. El problema con no crearlo digitalmente es que no es fácil encontrar un gato actor. Ellos son desobedientes y difíciles de entrenar. Mas encima, Kiernan es alérgica a los gatos. Hasta pensaron tener un perro. Por suerte se encontraron a este negrito de ojos verdes. Hasta su manera de ingresar estuvo espectacular. A mí me dio susto cuando se presentó en su aspecto de gobelino para luego transformarse en ese minino tan gallardo. Me gusta que explique que un familiar es un ente sobrenatural que se transforma en animal para asistir el trabajo de una bruja. No es un esclavo como dicen las Tías, es un compañero/socio como lo considera Sabrina.  Y me encantó que se zampara al espantapájaros.


7.       Las Succubitches: Aunque sean las villanas en residencia, el trio de Weird Sisters (homenaje a Macbeth) tienen su gracia. Dorcas, Prudence y Agatha con sus vestiditos de Merlina Addams, sus manías de atormentar chicos mortales (cuanto más machistas sean mejor), y con su exagerado prejuicio a lo Draco Malfoy por las brujas semihumanas como Sabrina, no parecen las compañeras que uno escogería para ir a la escuela, pero a regañadientes han ayudado a la brujita y SPOILER en la escena final cuando aparecen las cuatro en los pasillos de la Academia de Artes Ocultas, me recordaron a Verónica y las Heathers.




8.       Horror: Este un genuino relato de horror, un homenaje a clásicos del género como “Rosemary’s Baby”,” Suspiria” y “The Craft” entre otras, colmado de alusiones literarias y cinéfilas y que pide prestado material a leyendas y mitos universales. Yo la compararía con “Once Upon a Time” en sus mejores tiempos, pero incluso más oscura y terrorífica. Hay momentos como las visiones de Sabrina, las manifestaciones diabólicas y el ataque del espantapájaros en el campo de maíz (me recordó a “The Stand”) que ponen los pelos de punta.


9.       La diversidad argumental: Ya en el primer capítulo sabemos que hay dos hilos de la historia la preocupación de Sabrina por erradicar el bullying en su escuela y otorgar poder a las compañeras, y su angustia de saber que tras un rito de pasaje “brujil” (El Bautismo Oscuro) tendrá que abandonar Baxter High, a sus amigas y a su novio Harvey (Ross Lynch). A medida que avanza la historia, comenzamos a ver a los enemigos de Sabrina, a dudar que la muerte de sus padres fuese accidental, a preguntarnos qué papel juegan en la historia las doce brujas ahorcadas en ese bosque por Los Puritanos. Como si fuera poco, Ambrose sospecha que un cazador de brujas ha llegado a Greendale.


10.   Las razones por las cuales Sabrina quiere ingresar a La Iglesia de la Noche:  Normalmente en estos casos la iniciada se siente con obligaciones hacia familia y ancestros, o no desea en absoluto ser parte de esa nueva vida. En cambio Sabrina lo hace por motivos más mercenarios. Ella no desea perder sus poderes. Como dice, ser bruja “es delicioso”. Luego cuando comparte sus dudas con las Succubitches, se queja que unirse a la Iglesia de la Noche equivale a perder su libre albedrio. Ellas le recuerdan que es un pequeño sacrificio para el poder que alcanzará, pero para Sabrina poder no tiene valor sin su libertad.

11.   El castigo a los bullies: Después que tres jugadores de futbol agreden y humillan a Susie, la menuda transgénero golpea a uno lo que deviene en una pateadura. Por supuesto, es la aporreada Susie quien es castigada y suspendida. Sabrina decide que es hora de apelar a la magia y recluta a las Succubitches. Ojala todos los bullies y violadores del mundo tuvieran ese castigo. Sin spoilers, para los que no quieran ver el video clip, incluye sexo homoeróticos (que ellos no esperaban), apariciones demoniacas en una caverna y un par de semanas de impotencia.

12.   Soundtrack: La banda sonora es fantástica, tal vez me lo parezca porque sea retro, contiene piezas de los 60 (“Be My Baby” de The Ronettes) y de los 70 (“Strange Magic” de ELO. Me había olvidado de ellos), junto a versiones contemporáneas de “Black Magic Woman” y “I Put a Spell on You”. La idea es usar temas asociados con magia y brujería. En el episodio en que Los Spellman, Sabrina incluida, son atacados por Batibat, Demonio de las Pesadillas, usan cuatro versiones de “Dream a Little Dream”, las de Ozzie Nelson (1931), Doris Day (1949) Pink Martini y los von Trapp que, acabo de enterarme, son los genuinos nietos de la Novicia Rebelde (2014) y una versión para piano de Iruma. Lástima no incluir mi versión favorita, la de Mama Cass

13.   Vestuario: La ropa de Sabrina es espectacular para una jovencita. Me encantan desde sus mocasines hasta el enagua de seda color champaña que usó para el bautismo oscuro. Precioso el vestido blanco de novia que usó para su fiesta de cumpleaños que luego se tiño de negro para el aquelarre.


14.   Miss Wardwell: Es un personaje complejo que comenzó como la humilde maestra solterona (Michelle Gómez) que luego fue poseída por una curiosa diablesa, Madame Satán, cuya agenda todavía desconocemos y que reapareció en Baxter High convertida en una feminista vampiresa de espesa melena y trajes más ajustados que los de Christina Hendrick en “Mad Men”. Aunque Madame se hinque a besarle las pezuñas al Señor Oscuro, está abiertamente en contra del patriarcado, aquí representado por el Padre Blackwood (Richard Coyle) con quien constantemente discute. Aunque me gusta el personaje, su ambigüedad me hizo titubear entre ponerla aquí o en la lista de Lo Malo. Me refiero al rol que juega en la vida de Sabrina y sus amigas. Wardwell es su guía, su mentora en la lucha contra la censura y el machismo de las autoridades, pero sabemos que le importa un pepino el bienestar de las chicas y Batibat la llamó “Madre de los Demonios”.  ¿Representa acaso una advertencia las adolescentes de no confiar en adultos manipuladores o es un rechazo al feminismo caduco?


LO MALO
1.       Brujas representadas como entes sobrenaturales: ¡Dale con la misma canción! Ya sé que hasta J.K. Rowling cayó en el mismo cuento de separar brujas de humanos y de hablar de la gente que practica magia como si fueran entes sobrenaturales. A ver, de una vez por todas, las brujas son humanas, nacidas de mujer, si no lo fueran no las hubieran quemado en Europa ni ahogado, ni ahorcado entre los Puritanos coloniales. La bruja es un ser mortal que siente, que va al baño, que come, etc.. Voy a ir más lejos y decir una de mis máximas: “toda mujer es bruja, solo que la mayoría no quiere serlo”. En el caso de Sabrina, el ser bruja va ligado al poder de no envejecer, eso la hace” inhumana”. ¡Oh, y los embarazos brujiles duran 13 meses!

2.       Satanismo:  Desde las sacerdotisas vudú hasta las wiccanas han criticado la representación de los brujos como adoradores del Coludo (hasta el Padre Blackwood se escandaliza cuando Sabrina menciona el nombre de “Satanás”.  Prefieren llamarlo “El Señor Oscuro”. ¿Ecos de Voldemort, anyone?)  Las brujas reales no adoran a nadie en especial por el solo hecho de ser brujas, a pesar de que muchas hechiceras practican alguna forma de paganismo. Pero se puede ser bruja y no ser pagana. Aunque suelen ser sincretistas, puede bien haber católicas o judías que practiquen alguna forma de magia dentro o fuera de su tradición religiosa, eso sí con cierto énfasis en el aspecto femenino del Creador. En general, una bruja se reconoce por venerar la tierra y los que la habitan, eso abarca humanos, animales y seres sobrenaturales. No voy a decir que “adoran la Naturaleza” puesto que un fin de la magia es dominar la naturaleza y ponerla al servicio del mago.
Altares de santeros, brujos y curanderos

3.       Mala prensa para las brujas: No contentos con describirlas como miembros de aquelarres satánicos, además las muestran practicando rituales perversos como sacrificios animales, uso de sangre humana en sus ritos y hasta el canibalismo. Ya eso es como mucho. Es tal la perpetuación de la maldad de estas brujas satánicas que una congregación “satánica” Temple Satán demandó legalmente tanto a Netflix como a Warner Brothers quejándose que ofrecían un retrato desfigurado del satanismo (WTF?) y que se habían apropiado de su ídolo…¡El Gato Bafometo! Ósea, se olvidaron del minino en “Knightfall” y lo rescataron en “Sabrina” Este noviembre, las partes llegaron a un acuerdo amigable, y la serie se comprometió a darle crédito al templo como “los dueños legales” de Bafometo al que representan como un chivo (¡!) Hora de que el gato los demande.
El Chivo Bafometo vs El Gato Bafometo

4.       Publicidad para asesinos en serie. En el coro de su nueva escuela, la Academia de las Artes Invisibles, Sabrina entona un himno que es de autoría del notorio criminal Charles Manson. Antes de sus infames asesinatos, el líder La Familia Manson intentó hacer carrera en el mundo del rock y llegó a grabar un Long Play, dentro del cual esta este tema “Always is Always”.  Aunque se entiende la ironía de que en una escuela satánica se usen las obras de antisociales y enemigos del género humano, no me parece que se le de publicidad a un asesino en serie entre cuyas víctimas se cuentan tres mujeres, una de las cuales estaba en avanzado estado de embarazo.

5.       Desnudo:  Muchos padres se han quejado del excesivo contenido sexual de la serie. Como dije al comienzo es una serie para adultos, y las escenas de contenido sexual (hetero y homosexual) son poco gráficas y de buen gusto. Dicho esto, paso a mi incomodidad ante un desnudo parcial en una escena que no lo requería por no ser de índole sexual. En el primer episodio, estando en la bañera, Sabrina tiene una visión de sus padres en el bosque. Para seguirlos sale de la tina. Es un desnudo breve, parcial y nublado, pero se ve el contorno del busto. KIernen tiene 19 años por lo que es legal filmarlasi es que no se trata de un doble y obviamente uno se baña sin ropa, pero pudieron haber elegido otra manera de representar esta visión sin tener que apelar a una imagen que, para los televidentes, sobre todo los fans de la actriz, puede resultar erótica. Mayor molestia cuando la trama muestra a Sabrina y a sus tías incomodas ante la idea de la chica deba exponerse desnuda ante la Congregación de la Iglesia de la Noche.

6.       Brujería representada como un mundo patriarcal. Mostrar que las brujas pertenecen a una congregación donde todo el poder está en manos de un hombre (Padre Blackwood) y donde se someten a los caprichos de un ente masculino (el Señor Oscuro) es un absurdo. Si de algo se ha acusado a las brujas desde siempre es de no someterse a sociedades y religiones patriarcales, de ser liberadas y de vivir vidas poco tradicionales.

7.       La muerte del murciélago: En el primer episodio vemos a Sabrina aplastar un murciélago con un libraco. Aparte de que el animal es inofensivo, la imagen de una heroína (más encima bruja) matando un ser vivo que no representa un peligro para ella, fue incoherente y desagradable. El mal sabor aumentó cuando Ambrose inmediatamente ofreció resucitar al animalito, y las tías le ofrecieron un espacio para enterrarlo en su cementerio de mascotas. Eso nos indica que son una familia que aprecia los animales, ¿entonces cómo explicar que Sabrina, a sangre fría, mate a una criatura indefensa?

8.       Exabrupto de Sabrina: Ya dije que Sabrina no es Hermione. Acaba de cumplir dieciséis años no se puede esperar que sea juiciosa las veinticuatro horas del día, pero cuando muestra su lado inmaduro resulta improcedente e inoportuno. Miss Wardwell que sabe perfectamente como manipular a la brujita, le deja en el camino un álbum de recortes de periódicos. Sin preguntarse quién le ha hecho llegar (y el motivo) del regalo, Sabrina cae en la trampa. Los recortes cubren la carrera de Daniel Webster (John Rubinstein), que funge como defensor de la niña Spellman en el juicio que contra ella sostiene La Iglesia de la Noche. Aparentemente, el abogado se ha especializado en sacar libre a criminales endurecidos, asesinos en serie, y maleantes sexuales. Sabrina va casa de su defensor y lo apostrofa. Webster, desolado, le cuenta que dejó la abogacía (y cayó en el alcoholismo) cuando uno de sus clientes se metió en su casa y violó, y asesinó a su única hija. El concuerda con Sabrina que asistir legalmente a un criminal confeso es un error. Esto es un ataque a todo el sistema legal estadounidense (al que Sabrina apela para su defensa) ya que se apoya en el principio de que todo criminal merece defensa. ¿Ahora resulta que un buen abogado solo puede defender a los inocentes? ¿Cuántos inocentes no han sido acusados de crímenes horribles y solo han logrado salir libres gracias a una buena defensa? Además, para la Iglesia de la Noche, Sabrina es una criminal blasfema, su única oportunidad de evitar un horrible castigo es con el mejor abogado posible ¿y lo va a desperdiciar por un súbito prurito moral? Es un poco ilógico.

9.       Metáfora anti-religión: Mi último, pero con la serie nace de este artículo que leí antes de ver las aventuras de Sabrina. Confieso que fue una de las razones para no verla.  Según el artículo, la serie utiliza la urgencia de convertir a Sabrina em miembro de la congregación de la Iglesia de la Noche y el dominio que este culto tiene sobre sus seguidores como una metáfora sobre el fanatismo religioso y posturas extremistas de derecha (énfasis en lo último). Toda persona sensata está en contra del extremismo (sobre todo el de derecha), pero como últimamente los mensajes anti religión y cualquier postura tradicionalista se han vuelto tan estridentes y radicales como lo que se ataca, temí que este show fuera panfletario. Muy por el contrario. Aunque es fervientemente anti-machismo, discriminación, bullying y censura, todo ataque a la religión organizada proviene de los satánicos y como Sabrina bien lo explica, Don Satas representa el Mal y ella no quiere ser “mala”. Por otro lado, el culto satánico exige que sus seguidores sacrifiquen su libre albedrio. Tanto el cristianismo como el judaísmo rechazan el determinismo, y creen que el libre albedrio es un patrimonio necesario del creyente. Por último, a Sabrina no la salvan del castigo satánico ni sus hechizos ni la labia de su defensor. Gana el juicio solo cuando su Tía Hilda (Lucy Davis) confiesa públicamente que Sabrina fue bautizada por su madre mortal en la iglesia católica. Desde ese momento, la Iglesia de la Noche ya no tiene poder sobre ella.


Como ven hay nueve razones para no verla, y catorce para no perdérsela. Con eso yo creo que he dado suficiente motivación para al menos echarle una mirada, y juzgar por ustedes mismos. Espero sus opiniones.



lunes, 21 de octubre de 2013

El Siniestro Dr. Mortis: Una leyenda del comic chileno




Ha llegado la hora de hablar  del  legendario Dr. Mortis, un exponente clásico de comic fantástico latinoamericano. Tan grande es el poder este individuo de muchas identidades que está provocando su resurrección. Lo prueban una novela grafica, un posible proyecto televisivo y varios sitios en Internet

Fue su creador el puntarenense Juan Marino Cabello y no nació en el papel, sino en las ondas radiales. Era por allá por 1945, que en la Radio Magallanes se oía por primera vez una macabra aventura de un ser espantoso llamado Mortis. Las historias eran narradas por el mismo Marino quien daba vida a su siniestra criatura. A veces, Mortis aparecía en el cuento, otras era solo la voz narradora.

Como les he contado, yo no vine a tener televisión sino hasta abril del´68. Antes, mi entretenimiento y el arma de mi imaginación eran mis lecturas y la radio. En noches de lluvia, acurrucados en la cocina, mientras las nanas (estrictamente puertas adentro) hacían nadar sopaipillas en chancaca, mi hermano y yo esperábamos a que la Radio Portales nos ofreciese las primeras notas de "Una noche en el Monte Calvo", seguidas de esa icónica carcajada que señalaba el inicio de una historia de ese archicriminal satánico. Tengo un amigo que todavía me hace brincar de susto con imprevistas imitaciones de la risa siniestra del Dr. Mortis.



Para mi gran suerte, Mortis también vivía entre las páginas de historietas que se podían conseguir en el kiosco de la esquina. Así, iniciamos una colección de revistas, hoy perdida como tantas otras cosas en ese cambio de continentes.  Hace poco, compré algunas ediciones para regalarle a mi hermano. Difíciles de encontrar y caras, estas revistas asombran por lo cortas que eran. ¿Cómo en medio de cuatro o cinco páginas, tan delgaditas que un aguacero destruiría, podía encerrarse tanta imaginación y terror?

Juan Marino y su elenco (urbatorium.blogspot.com)


Dicen que Marino y su mujer Eva Martinic llegaron a crear 170 historietas, cual mas terrorífica que la anterior. A mediados de los 70’s, se les acabó la veta creativa y Mortis llegó a su supuesto final. Finalmente, su más potente adversario el sacerdote Libby consigue encapsular a Mortis en un ataúd que queda abandonado en una isla perdida.

La identidad del médico  sigue siendo motivo de debates. Era el Mal encarnado  bajo mil nombren, todos anagramas de Mortis. Podía aparecerse a sus victimas como un esqueleto que recordaba imágenes medievales de La Muerte (Mortis significa muerte en latín), o como un diabólico vampiro, y en un cuento se le aparecía a un huérfano del Berlín de la posguerra como una gigantesca araña.

Su apariencia más común era la de un anciano de aspecto distinguido, barba en punta, y mirada siniestra a lo Boris Karloff. Podía ser el dueño de un restaurante húngaro cuya especialidad, el cerdo Mistor (ahí el anagrama) era en realidad carne humana, o ser el director de un sanatorio que ofrece curas para enfermos terminales y al que acude la leucémica Sarah van Dine a la que sus millones no podrán salvar de ser otra victima de Mortis.


El Dr. Mortis era un ente milenario y omnipresente. Sus historias podían tener lugar tanto en un fuerte de La Legión Extranjera en los Años 20’s, como en el Japón contemporáneo. Sus victimas eran convertidas en “sus hijos” y pasaban a formar parte de  huestes de zombis obligados a cumplir su voluntad. Su misión era esclavizar a la humanidad convirtiéndola  en una población de no-muertos.

Lo que más me angustiaba era la invencibilidad de  Mortis. A pesar de que le temía a las cruces y al agua bendita, nada podía matarlo y muy pocos de los “buenos” de sus cuentos podía escaparse de sus zombis. De alguna manera, el terror más grande que provocaba la labor de Mortis era lo ineludible de ésta. El representaba un futuro incierto, cruel e inevitable.

Aun así las historias eran tan bien escritas, los ambientes tan exóticos e interesantes, y los adversarios  tan nobles y simpáticos que no había manera de alejarse de esos comics, que leía con fruición y que me acompañaban hasta el baño.
(ergocomics.com)


Otra virtud de la historieta era la imprevisibilidad. Mortis se enamoraba, tenia una hija, en un relato la humanidad se veía obligada a solicitar su ayuda y en ocasiones hasta asistía a otras personas en sus venganzas. Uno de mis  cuentos favoritos era sobre una mujer cuyo marido intenta matarla, pero es rescatada por su difunta madre, una acolita de “el Maestro”, como llamaban sus seguidores a Mortis.

En otra historia, que recuerda un poco a una novela de Agatha Christie, trece comensales se reúnen a cenar en una mansión alejada. El decimotercero, por supuesto, es nuestro malévolo doctor. El inicia una charla sobre que método preferirían sus compañeros de mesa para asesinar a alguien. Poco después, esa misma noche, cada comensal llega a su fin de la manera que habían elegido.



Resulta que todos fueron miembros de un jurado que condenó a muerte a un inocente. La madre del ejecutado, bajo el disfraz de cocinera, es quien ha fabricado esa venganza. Mortis la desenmascara y le recuerda que la ha asistido en su vendetta. Ella exige saber su identidad. Mortis se convierte en esqueleto, lanza un “¡Muahahaha, soy La Muerte!” y se abalanza sobre la anciana exigiendo su pago.

Para su época, El Dr. Mortis era una historia que creía en la paridad sexual, puesto que tanto sus ayudantes  como sus victimas suelen pertenecer al género femenino. Un detalle que se me escapaba entonces es cuan violentamente gráficas eran estas viñetas, no recuerdo haberme escandalizado ante imágenes de sangre, zombis putrefactos o monstruos repulsivos. Seria tal vez porque estaban muy bien dibujados.

La violencia y la truculencia eran factores que aumentaban el terror del pulp y el placer masoquista de leerlo. Para quienes todavía no se recuperan del shock provocado por La Boda Roja, les cuento que medio siglo ante, ya Mortis convertía  a las preñadas en blanco de su brutalidad. En un relato, una pareja, en el que la mujer está en estado,  sobrevive a un naufragio. Llegan a una isla desierta donde la vegetación es exuberante y peligrosa. Pronto descubren que el follaje está compuesto por entes vivos y acaban ambos, y su bebé también, convertidos en “Musgantropos”, monstruos cubiertos de hojas. En otra historia que me recordó a The Day of the Triffids, una embarazada es devorada por plantas asesinas.


Para terminar y para mis Reinas románticas,  en esos días en que todavía no había televisión en casa, los crímenes de Mortis ya proporcionaban sus buenos “chongos”. Obviamente nadie (creo) se iba a enamorar del mal doctor, pero sus adversarios si ofrecían posibilidades para fantasear.

Así antes de El Agente de C.I.P.O.L y el Capitán Crane de “Viaje al Fondo del Mar” (mis primeros chongos televisivos) yo ya sufría  al ver al valiente Teniente Martini ser derrotado por Mortis en “La Legión Maldita”. Y esa mano que el médium Chandra Lamahal, tras que Mortis se la cercena, envía a través de calles londinenses para que salve a su novia, me parecía el tope del romanticismo.  Esa historia, hoy descubro, se llamó “La Garra del Dr. Mortis”.



Cuando hice mi lista de nobles licántropos olvide incluir al sufrido François, hombre-lobo de los Pirineos. Este desdichado y romántico individuo  llega a la clínica de Mortis en “Dr. Mortis, médico de  monstruos”, con la esperanza de ser curado de su maldición, todo para descubrir que el archivillano solo quiere los espermatozoides lobunos para preñar a sus hijas-robot. Se las traía este medicucho.


El licántopo descubre los planes de Mortis (lambiek.net)


Tan poderoso fue el hechizo del D. Mortis que el 2010, casi cuarenta años después de la defunción de la revista,  se crea un web comic sobre el monstruo titulado “In Absentia Mortis”. En el  2011 se publica la novela gráfica Mortis, El eterno retorno de Italo Ahumada y Miguel Ferrada. En ella se narra como Mortis, ayudado por su cofradía de zombis, es rescatado de su condición de naufrago en isla desierta.

Esta novela demostró la importancia de Mortis en la imaginación popular chilena del Siglo XXI. Prueba de ello son los muchos sitios de Internet dedicados a información sobre el siniestro médico como esta página donde pueden leerse casi todos los números de la revista. Y desde el 2010 que Jorge Olguín anda preparando un proyecto televisivo para la televisión chilena sobre el Siniestro Dr. Mortis. No hay manera de derrotar a este inmortal personaje.

jueves, 3 de octubre de 2013

Mizomba y Mawa: chilenos y fantásticos


En mi búsqueda por rescatar (al menos en recuerdo) el comic fantástico latino, no puedo dejar afuera la contribución de mi país al mundo de la historieta. Es por eso que hoy les hablo de dos pulps nacionales, cada uno dotado de personajes muy originales, que deleitaron mi infancia y temprana adolescencia.

Comienzo con “El Intocable”. Nacido en las prolíficas imprentas de la Zig-Zag en 1966, mi primer año escolar, El Intocable era el sobrenombre de Mizomba, un héroe justiciero que habitaba las selvas del África Ecuatorial. Venerado por la  tribu sobre la que lideraba su padre adoptivo, Mukala, el tal Mizomba se creía un enviado de su dios Klitan, Señor de la Montaña de fuego.


El aspecto de Mizomba era realmente diferente del de su tribu, puesto que se trataba de un gigante blanco y rubio. En realidad, el look caucásico de Mizomba se debía a que era hijo del noble inglés Sir Richard Manley, y único sobreviviente del navío “Argos” en el cual habían perecido sus padres.

Mizomba, cuyas aventuras llegaron a su fin en 1974, luchaba por proteger a su gente de otras tribus, del hombre blanco, de cazadores de esclavos árabes y de grandes depredadores. Lo más fantástico del rubio era su aura y el que alguna vez tuviese que lidiar con médicos brujos y su magia negra; descubrir alguna que otra civilización perdida y utilizar la inteligencia casi sobrenatural de sus ayudantes animales. A mí, por supuesto, me interesaba más saber con quien se casaría el Intocable: ¿con la negrita Carola o la rubia Lady Mariana?



Obviamente, José Zamorano, el creador de Mizomba se había inspirado en el Tarzán de Rice Burroughs para inventarse a este Intocable. Más novedosa y fantástica fue la contraparte femenina de Mizomba que Juan Bley saca al mercado en 1970. A diferencia de El Intocable (y de sus antecesoras la italiana “Pantera Rubia” que desde los 50’s era publicada en Chile, y la Elundi de los Tigres, otra princesa hindú que reinaba en las junglas donde ni el monzón la despojaba de su bikini) “Mawa de  la Jungla” residía en un espacio latinoamericano y no tenía nada de caucásica.



Mawa vivía en el Matto Grosso A pesar de que uno de sus apodos era “diosa blanca”, su piel era cobriza y su cabello oscuro, pero las tribus que le rendían pleitesía no la veían como una de ellos. Se la conocía como la “Sacerdotisa de la Silla del Diablo” (un monte que llegué a identificar con Roraima en la Amazonía venezolana). Nunca se supo de qué culto era sacerdotisa, y finalmente para los indios, ella era  una diosa protectora.

No se sabía nada de sus orígenes ni de donde venia. Una amiga mía juraba que Mawa descendía de los habitantes de Atlántida. Su secreto estaba unido a un puñal malayo en cuyo mango iba escondida la foto de los padres de la diosa de la jungla. Por eso se creía que su origen era en algún punto del Oriente.

Los dibujantes Juan Francisco Jara y otro de apellido Quiñones, cuyo nombre se me escapa, vistieron a Mawa con un ceñido traje de baño hecho en piel de jaguar. En algunas ediciones andaba descalza, en otras con zapatillas y una coqueta banda para el cabello que hacia juego con el bañador. Otros detalles femeninos eran los aretes y hasta pulseras, que no sé donde compraría

A pesar de que sus dibujantes la dotaron de curvas voluptuosas, Mawa era una mujer sin hombre, algo que perturbaba mi romántica imaginación de pre-adolescente. Cada vez que algún macho (casi siempre un afuerino blanco y atrevido) le ponía la mano encima a la sacerdotisa ya se sabia que el insolente tendría mal fin.



Sin embargo, no era un personaje antipático o inhumano, tenia sentido del humor, amparaba a su gente y era buena amiga de los indios amazónicos. Lo mas importante es que la adelantada Mawa era una medioambientalista total, vivía para proteger selva, etnias y fauna  de los depredadores blancos y sus “pájaros de fuego” (léase balas).

Iba a todos lados acompañada de un par de jaguares  sagrados, Usha y Saak, a los que trataba como si fueran humanos. Algo que siempre me incomodó era como Mawa podía pasear con sus mascotas luciendo un traje hecho de piel de jaguar. Tal vez era sintética.



Si mi hermano gozaba con las andanzas de Mizomba, las niñas nos identificábamos con la “diosa de la jungla”, conjeturábamos sobre sus orígenes, sobre si seria una creación de Loloto, su consejero-brujo, y  nos intrigaban detalles mundanos como dónde dormía, dónde iba al baño y qué tipo de toallas higiénicas usaría.

En ese entonces, yo, devota del libro de Bernard Heuvelmans Tras la pista de los animales desconocidos, también encontraba fascinante los encuentros de Mawa con entes sacados de la criptozoologia. La diosa se enfrentaba a dinosaurios, boas gigantescas y un ogro de la montaña que yo identifiqué como el misterioso mono antropoide de la Sierra de Perija al que alude en su libro Heuvelmans



Me cuentan que después de mi partida de Chile, a Mawa la mandaron a la India. Al final venia de allá, y que la pusieron a combatir contra un tal Dr. Diavolo y hasta le inventaron romance con un cazador llamado Víctor Nagaland. Yo prefiero pensar en ella como un producto sudamericano y residente de las junglas de nuestro continente.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

De Francia a México: Fantomas, La Amenaza Elegante



Mi reciente investigación sobre el comic fantástico me llevó a explorar la terra ignota de los súper-héroes latinos. Así llegué a Fantomas. Mi hermano me escribe asegurándome que Fantomas (como Rocambole) son franceses. Efectivamente, el nombre y el concepto de un criminal elegante vienen del folletín  galo de comienzos del Siglo XX, pero la tira cómica, la imagen del “buen ladrón” y los enemigos fantásticos a los que enfrenta son netamente mexicanos.

En 1911, Marcel Allain y Pierre Souvestre inventan al archicriminal Fantomas, protagonista de 32 novelas (más once siguientes que Allain publicaría tras la muerte de su socio). Fantomas es un psicópata asesino, un ex presidiario que roba y mata por placer utilizando sádicos métodos como boas constrictor, ratas portadoras de enfermedades y otros medios truculentos. Es un viajero infatigable y un villano en toda la extensión de la palabra. Arruina a sus amigos, sus mujeres se suicidan y deja hijos regados por todo el mundo.


Resulta un poco curioso que sea este delincuente y no su némesis el inspector Juve, quien capture la imaginación popular de los franceses de la Belle Epoque. Tanto es el éxito del folletín que Louis Feuillade crea una serie de filmes alrededor de Fantomas. De ahí viene esa imagen sofisticada del hombre del frac con un antifaz. En los libros, Fantomas opera embutido en ajustadas mallas negras con una capucha que cubre su cabeza.



Sin embargo, aunque Fantomas sea un protagonista en el cine, en libros y en el teatro (donde combate contra el mismísimo Sherlock Holmes) no llega al comic. No será hasta 1941 que el mismo Allaine, en colaboración con el dibujante Santini, publica en “Gavroche” un pulp basado en héroe-villano. La censura del gobierno de Vichy, horrorizada ante la glorificación de un criminal, le impide continuar.

 En las posguerra, a fines de los 50’s, “Opera Mundi” también intenta crear un comic que tendrá menos de un año de vida. En los 60’s aparecerán fumettis con las aventuras de Fantomas, en 1980 Claude Chabrol y Juan Luís Buñuel (hijo del gran Buñuel) dirigirán una miniserie para la televisión en la cual Helmut Berger dará vida a Fantomas, y en los 90’s se publicarán novelas gráficas, sobre este icono de la cultura popular francesa. Para entonces toda una generación de latinos conoceremos otra cara de Fantomas, una más amable y fantástica.
Helmut Berger como Fantomas


En 1969, la editorial mexicana Novaro, que desde 1951 publicaba historietas de superhéroes, tuvo la idea de desenterrar este personaje de Allaine y Souvestre para convertirlo en protagonista de una tira cómica. El Fantomas de la Novaro solo conserva dos elementos del personaje original: el nombre y su hábito de apropiarse de lo ajeno.

 Este Fantomas está lejos de ser archicriminal psicópata, es un millonario que roba por deporte, un poco como el Raffles británico o el Arsene Lupin galo. Sus dibujantes, que incluyeron a Rubén Lara y Víctor Cruz, buscaron distanciarlo del Fantomas original   y le crearon una ceñida máscara blanca que recuerda  la usada por los jugadores de lucha libre. En cuanto al vestuario, Fantomas alterna las capas, traje de etiqueta y sombrero de copa de su homologo francés con un uniforme muy curioso que combina un top ajustado color rojo revolucionario con los pantalones y botas de un oficial de Caballería de película del Oeste.



El Fantomas mexicano, en personalidad y modus operándis, se asemeja a James Bond o incluso al Robert Wagner de la serie “Ladrón sin destino”. Es refinado, instruido, mundano y siempre rodeado de mujeres despampanantes como sus doce ayudantes conocidas como “Las Chicas del Zodiaco”. Planea sus golpes en modernas y amplias oficinas en las afueras de Paris, dotadas de tecnología ultramoderna, mucha de ella inventada por su amigo el Profesor Semo, que tanto inventa aparatos para hacer lluvias como maquinas del tiempo. Una de esas  llevará a Fantomas a Amboise en el siglo XVI a codearse con Leonardo Da Vinci y el Rey Francisco I.

Fantomas es un ladrón de guante blanco, pero sus victimas son siempre oligarcas abusadores o ricos depravados que merecen que los desvalijen. En sus dieciseis años de vida en caricaturas, Fantomas se distinguió por la nobleza de su protagonista y por la conciencia social detrás de sus actos. De hecho la gran parte de su botín era dirigida a causas de beneficencia. Esta tendencia hizo que la tira cómica fuese muy admirada por los intelectuales del Boom latinoamericano e incluso Julio Cortazar le hace un homenaje en Fantomas contra los vampiros multinacionales (1977).



A medida que Fantomas avanza en popularidad se va alejando de la imagen criminal y acercándose más al esquema de superhéroe. Eso  gracias a que sus enemigos  son también enemigos de la humanidad. Así, Fantomas salva al mundo de sabios locos, mega tiranos y hasta del Cuarto Reich en una serie de aventuras en las que pelea contra el Hijo de Hitler.



Pero la mayor variación del modelo francés reside en la inclusión de detalles fabulosos. Gracias al Profesor Semo, Fantomas incursiona en el mundo de ciencia ficción y a partir de los 70’s, en su lucha contra el diabólico Barón Niebla, el enmascarado entra de lleno al mundo fantástico.

Vemos a Fantomas presenciar un aquelarre la noche de Walpurgis en las Montañas de Hartz, huir de una trampa de la  mismísima Fata Morgana, desbaratar trampas de brujas, conocer sirenas, neutralizar criaturas míticas, evitar el acoso sexual de una vampiro y hasta enfrentarse al Príncipe de las Tinieblas. Ya no se puede ser más “fantastico” que eso.



La inmensa imaginación (y erudición) de los escritores del comic que incluyeron a Sotero Garciarreyes (QEPD) y a Gonzalo Martré contribuyeron a que toda una generación de niños de América Latina (incluyendo a Servidora) nos ilusionáramos con las aventuras de un ladrón que a veces era el único capaz de derrotar a los peores villanos.