martes, 20 de febrero de 2024

Psiquiatría vs Fantasmas Rurales Victorianos en The Living and the Dead

 

Cuando en Chile hacia listas de todo lo que vería en la tele, a mi regreso a Nueva York, esta serie del 2015 estaba en los primeros cinco espacios. Recuerdo que en su momento se habló de que sería una contrincante para Penny Dreadful. Aunque nada se compara a la serie de Showtime, Los vivos y los muertos demuestra que la BBC también era capaz de asustar con un sólido relato gótico.

El 2015 es un año importante en la cultura popular occidental. Marca casi el final de un mundo en donde imperaba la calidad por sobre lo políticamente correcto. Para los propósitos de este blog, marca el fin del auge de los fantástico. Curiosamente, es en este decline que encontramos un breve renacimiento del relato gótico.

Aunque, a fines de Los 90, la fantasía había entrado con una estampida en la literatura/y pantallas chicas y grandes, el terror gótico no había sido bien representado. En el 2014, Penny Dreadful vino a cambiar las cosas y a abrir nuevas puertas al subgénero. Ese mismo año, la televisión abierta de USA presentó la excelente Sleepy Hollow con Ichabod Crane resucitando en el Siglo XX y colaborando con una policía de un pueblo del estado de Nueva York para evitar que el Jinete sin Cabeza provoque el Apocalipsis.

Fue por entonces que la ITV decidió seguir esa pauta y recobrar un género al que le iba bien en el cine donde Daniel Radcliff dejaba atrás a Harry Potter para perseguir fantasmas victorianos en La mujer de negro y Tim Burton y Johnny Depp parodiaban el gótico televisivo por excelencia,  Sombras Tenebrosas.

La ITV se veía como una creadora de productos más refinados que las series de sabor cockney de la BBC. Después de todo llevaba cinco temporadas de un fenómeno mundial como Downton Abbey. Así se le encargó este cuento de fantasmas que tiene lugar en la campiña de Somerset en 1894.

Nathan Appleby (Colin “Merlin” Morgan) es un médico siquiatra reconocido en toda Europa que viene a visitar a su madre enferma en su propiedad ancestral en Somerset. Lo acompaña su mujer, Charlotte, (Charlotte Spencer,  la Lady Esther de Sanditon), una emancipada fotógrafa. Su llegada coincide con las festividades del solsticio.



La madre de Nathan le pide que no sea él quien encienda la fogata que inicia las festividades, pero el psiquiatra le recuerda que es un deber de todo varón Appleby.. Mientras los Esposos Appleby celebran con los trabajadores, un espíritu maligno acecha a la enferma.  “¡Deja en paz a mi hijo! “le ordena la mujer, pero el esfuerzo la mata. ¿Se trata del mismo viejo siniestro que persigue a Harriet, la hija adolescente del Vicario Denning?

Los Appleby entierran a la madre. Los trabajadores están asustados, creen que el psiquiatra venderá la propiedad y se volverá a Londres. Esa casa no trae buenos recuerdos a Nathan puesto que ahí murieron su primera esposa y Gabriel, su hijito.

Para no dejar a nadie desempleado, Nathan decide abandonar su práctica médica y dedicarse a sacar adelante una propiedad que ha estado en su familia por siglos. Charlotte abraza con entusiasmo los planes del marido y utiliza su dote para comprar un rudimentario tractor . Esto incomoda a los labriegos que temen que la maquina los reemplace.





El vicario visita a Nathan, teme por su hija. Harriet se ha vuelto taciturna. Sabemos que también se ha vuelto cruel. La vimos arrojar un patito vivo a los cerdos para que se lo devoraran. Nathan está muy ocupado con su granja y se niega a aceptar una paciente rural.



Cambia su actitud cuando, una noche,  Harriet aparece en su propiedad y se zambulle en la laguna. Nathan decide dejarla en la granja bajo observación. Cuando la interroga, la chica dice no recordar nada, pero luego habla de un espíritu que la domina y que le ordenó lanzarse al lago.



Nathan confía a su esposa que Harriet está sufriendo de una crisis debido al miedo a su sexualidad adolescente. Eso la lleva a adoptar otras personalidades. En un acto digno del Dr. House, Nathan se mete en el cuarto de Harriet, en la vicaría,  y lo registra buscando alcohol u otra señal que explique la perturbación de la chica. Encuentra algo más sorprendente, unos cilindros que son los predecesores de la cintas de grabación.

En un vitáfono , la primera máquina grabadora/reproductora, Los Appleby escuchan encantados las voces de la gente a su alrededor que al parecer grabase Harriet. Nathan se perturba cuando escucha la voz de su hijo llamándolo, pero hay algo más perturbador. De pronto de la maquina sale una voz cascada y desconocida. Dice llamarse Abel North y entona una serie de quejas blasfemas y agresivas. En un momento, la grabación se detiene y es Harriet quien entra en la sala y la acaba con la misma voz masculina de Abel North.



La situación es grave. El Dr. Appleby cree que se trata de un caso de doble personalidad, pero a Charlotte comienza a incomodarla la paciente. Cree que quiere seducir a su esposo y no está equivocada. Una tarde, la hija del vicario acompaña a su psiquiatra a poner flores en las tumbas de sus seres querido. Ahí Harriet comienza a hablar, primero con la voz de Olivia y luego con la del pequeño Gabriel. Nathan le exige que se deje de bromas. Ella se abalanza sobre el médico y lo besa en la boca. Cuando él la rechaza, la joven lo golpea con una fuerza insospechada y huye.

Charlotte no aguanta más . Ese mismo día ha descubierto que han roto el tractor y acusa a John, el capataz, lo que la sitúa en contra de sus labriegos que confían en él . No necesita de más problemas. Exige a su esposo que envíe a Harriet de regreso con sus padres.

Los esposos Appleby buscan a Harriet en los campos y presencian el macabro suicidio de John. No saben que ha sido impulsado por Harriet o el espíritu que la posee. Nathan solicita el permiso del vicario para hipnotizar a Harriet. El experimento es un desastre y la chica huye para luego intentar matar a Gwen, la doncella de Charlotte.



Nathan ha averiguado que Abel North fue un antiguo labriego, un hombre de mala catadura que no caía bien a nadie y cuya aura criminal aumentaba con su bravata de que había matado a una mujer. Nathan medita sobre una frase que Harriet repite cada vez que North la posee: “lo que no está bautizado no puede ser enterrado”.

Sospecha que el espíritu de North no puede descansar porque no ha tenido un entierro cristiano debido a que nunca lo bautizaron. De ahí su empeño en zambullir a Harriet en el lago o de ella intentar ahogar a Gwen. Entonces será el propio Vicario Denning quien bautice a North, dentro del cuerpo de Harriet, y así se libran de ese espíritu…pero hay más.

En los próximos cinco episodios, Nathan se enfrentará a fantasmas de todo tipo, incluso algunos que vienen del futuro. A medida que entierra sus prejuicios científicos va desenterrando secretos, algunos relacionados con su familia, y que deberían permanecer bajo tierra. Todo este proceso va enloqueciendo a Nathan y alejándolo de Charlotte quien también enfrenta problemas propios. Se ha convertido en la mayoral de un grupo de labriegos que desconfía de ella y ademas intenta quedar embarazada.



La atmosfera victoriana se consigue de una manera ya perdida en las nuevas producciones británicas, gracias a vestuario y música apropiada, al igual que la iluminación y escenografía que ha recordado a los espectadores la obra pictórica de Constable y que nos transporta a las novelas de Thomas Hardy. El ambiente de la serie ayuda mucho a aumentar la atmosfera de terror y angustia.

Existe una yuxtaposición entre un mundo oscuro y misterioso poblado de espíritus poco amistosos y un paisaje bucólico, un remanso de paz donde solo parecen habitar humanos benévolos cuya bondad desaparece cuando interviene lo sobrenatural. Me ha recordado a la excelente De Lark Rise a Candleford, con la descripción de pueblos pintorescos donde en contraposición al progreso de fines de la era Victoriana se encontraban costumbres y creencias que los campesinos conservaban desde tiempos milenarios.

Aquí también las vemos,  desde la celebración del solsticio,  hasta el Árbol de los Deseos, donde Gwen cuelga un paño manchado con sangre menstrual de Charlotte para pedir que su ama conciba. Pero también sentimos que estos resabios del paganismo pueden ocultar fuerza ocultas y violencias que nos hacen sentir que entramos en el territorio de The Wicker Man.



Hay un conflicto constante entre pasado y progreso que se refleja en una lucha en contra de Charlotte,  de sus máquinas,  de sus esfuerzos por traer el tren a sus tierras y por su incapacidad de quedarse en el sitio que corresponde a la esposa del amo. Y es que Charlotte va perdiendo a su mayor aliado.

A medida que aumenten sus dudas, Nathan va a ir cayendo cada vez más en el oscurantismo de sus empleados a pesar de los esfuerzos del Vicario Denning por traerlo al presente. Es fascinante ver a un clérigo ser más librepensador y progresista que un psiquiatra. Realmente es el tipo de detalles que hace a The Living and the Dead imperdible.



Contenido Violento y Gore: Fuerte el suicidio de John. También la escena del patito devorado por puercos, aunque solo oímos sus gritos. Los poseídos atacan a la gente e intentan matarlos tal como los labriegos agreden a quien creen ser brujos.

Contenido Sexual y Desnudos: Un labriego muestra nalgas mientras tiene sexo con Gwen. Otro se baña desnudo en la laguna en el tercer episodio. Muchas escenas de cama de los Appleby, pero nada más allá del foreplay y no hay desnudos.

Factor Feminista: Charlotte es una mujer independiente, moderna y con idea progresistas que debe luchar contra los recelos de un pueblo que desconfía de ella por afuerina y por ser mujer. Vemos muchas familias de asalariados que son manejadas por una madre viuda por lo que no es extraño este comportamiento independiente, la misma Gwen es dueña de su vida. El problema de Charlotte no está en su género sino en su clase y en ser forastera. Otro caso interesante es el del vicario librepensador que permite que su hija lea y desarrolle un criterio independiente.



Factor Diversidad: Aunque no hay diferencias étnicas ni de otro tipo, hay un fuerte distingo entre lo de afuera y la cultura rural imperante. Cualquier intento de cambiarla, sea a través de progreso o brujería, convierte al revolucionario en un” otro”,  un paria. A fines de la serie hay un viaje en el tiempo y conocemos a la bisnieta de los Appleby que está casada con un anglo-africano.

 

3 comentarios:

  1. I never seem to be able to remember Charlotte Spencer's name, which is sad as she should be getting more lead roles in UK instead of the likes of Annabel Sciolly and similar wenches.
    Colin reminds me of all the great series leads which never really made a career after their shows, like lovely Alexander Dreymon who is nowhere to be seen and even Aidan Turner who never surpassed his Poldie days.

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    1. I know, I grieve for gorgeous beings like Aidan and Colin who don't get chances. Funny, Charlotte Spencer is a true redhead and loses roles to dyed fake bricktops. She's quite beautiful. And, you forgot, around the last episodes of Living we got our own sweet David Oakes.

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  2. ¡Tu publicación es un ejemplo radiante de brillantez! Perspicaz, bien articulada y verdaderamente valiosa. Gracias por compartir tu perspectiva.

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