Estaba pensando qué tema podría ser apropiado en estas
fechas, cuando, examinando mis notas antiguas,
noté un cargado de tintas en contra de Inmaculados y más fuerte aun (casi
bordeando en hate language) en contra
de David Benioff y Dan Weiss. Como es época de ser generosos y perdonar
ofensas, revisé y revisé y encontré por fin lo que más me ha gustado de la
serie, los cambios que superan al libro. Uno de esos cambios es el retrato de la experiencia militar-bélica de Jon Snow y sus
compañeros en el Castillo Negro. Así que aquí viene mi ofrenda de paz y mi
regalo de Hannukah para Los Ds.
Repasemos los hechos que llevan a Jon Snow, El Bastardo de
Invernalia, a unirse a la orden monástica-militar
de La Guardia de la Noche (o Guardia Nocturna
como la llaman en otras traducciones).Para escapar de su condición de hijo
ilegitimo de Edd Stark, Señor de Winterfell, del odio de su madrastra y de un
futuro ambiguo, Jon deja el único hogar que ha conocido y parte al Norte
siguiendo los pasos de su tío Benjen Stark.
La serie, como el libro, retrata el idealismo ingenuo del
joven Jon y su duro despertar al llegar al Castillo Negro y descubrir que no es
tan fácil ser un Explorador como Benjen,
que la vida de la Guardia no es tan llamativa ni gloriosa como la pinta el folleto
de reclutamiento y que si en Invernalia tenía
que calarse el maltrato de su madrastra, aquí enfrenta el desprecio de su
superior ser Allisser y la hostilidad de los forajidos y pelafustanes que componen las filas de La Night Watch.
Hay cosas que obviamente no pueden traducirse a la pantalla.
Cosas como la desilusión de Jon, su nostalgia por su casa y sus hermanos (¡La
de veces que se acuerda de Sansa!), y el estado calamitoso de la Guardia Oscura
que una vez fue una admirada y respetada institución pero que hoy es vista por
los señores del Sur y por la corona como un mal necesario y fácil de olvidar.
Finalmente, Jon recapacita y decide intentar acoplarse a su
nueva vida, rebajando su orgullo y acercándose a sus compañeros, en especial a
Grenn(a quien casi le ha roto el brazo) y a Sapo. Hasta se ofrece a enseñarles
esgrima y con eso se gana la inquina de Ser Allisser.
Fue en ese punto donde Weiss&Benioff tomaron las riendas
y consiguieron crear un sentimiento de hermandad entre estos jóvenes y
desorientados reclutas. Esto ha hecho que más de uno hable de “una Band of
Brothers disfuncional”, olvidando que el mayor encanto de la Compañía Easy era
su disfuncionalidad con esos reclutas medio salvajes y esos oficiales
psicópatas unos, alcohólicos otros.
Lo cierto es que Los Arcángeles hicieron algo que también
hizo Sophia Coppola en “Marie Antoinette”: utilizar la edad de los personajes,
para crear dentro de un contexto histórico (o un pasado fantástico como en La Canción de Hielo y Fuego) una teen movie. ¡Y les resultó! Porque conocen
o recuerdan muy bien lo que es ser adolescente y así lo refleja su libreto.
En el libro, Martin también crea ese círculo de compañeros
de infortunio que pasan a ser entrañables amigos, pero los Arcángeles perfeccionan
el texto. Por ejemplo, reducen la pandilla de Jon a cuatro chicos, muy
diferentes entre sí, que son Jon, Sam Tarly, Grenn y Pyp. En el libro además
tenemos a Halder y a Sapo, pero ya eran muchos y es más manejable tener cuatro,
aparte que la serie expandirá el grupo, acoplando a Edd, El Penas.
En el libro, Grenn y Sapo le hacen una encerrona a Jon. Son interrumpidos
por Donal Noyce quien le dice a Jon que los chicos no han tenido los
privilegios que ha gozado lord Snow, pero Jon está más ocupado en pensar que el
privilegiado ha sido Noyce. Sera después de saber que su hermano ha recuperado
el conocimiento, que Jon se acerque a Grenn.
En la serie, el episodio es presentado de manera más sutil. Tyrion Lannister es quien interrumpe la pelea. En vez de despedir a los atacantes como si fueran niños rebeldes, el Gnomo se los presenta a Jon enumerando las razones por las cuales El Bastardo debe tenerles lastima, pero a la vez respetarlos. Un detalle interesante es que Pyp aparece (Y no Sapo como en el libro) y Tyrion cuenta que ha sido enrolado en La Guardia tras robar alimento para su hermana. Más tarde, Pyp revelara que la verdadera razón es que viene huyendo del acoso sexual de su amo.
En la serie queda claro que Jon es convencido por las palabras de Tyrion. Debido a eso decide hacer a un lado su autocompasión y orgullo y darle una oportunidad a sus compañeros. Así Jon forma su pandilla y todo está listo para la llegada de Sr Samwell Tarly de quien hablaré en otro post.
En la Segunda Temporada, Grenn acompaña a Jon y Sam en la Expedición
Mormont. Ahí se les agregará Edd, El Penas y serán Grenn y el quejoso los que
escuchen junto a Sam, el tercer sonar del cuerno. Aunque siempre me ha parecido
cobarde la manera en que abandonan al Gordito en su huida de Los Caminantes
Blancos, la idea de los Arcángeles (puesto que ese episodio no es canon)
es dar la impresión de que Grenn, Pyp,
Sam, Jon y hasta cierto punto Edd son los elementos “buenos” de la Guardia, son
los herederos de verdaderos Vigilantes como lo fueron Benjen y Yoren. Gracias a
su trabajo de guionistas Los Ds nos dejan claro a Inmaculados y Lectores que la
pandilla de Jon Snow está totalmente alejada de canallas como Rast, Karl Tanner, y los otros amotinados que
asesinarán a Lord Mormont.
A pesar de que George.
R. R. Martin también explota el ángulo adolescente de la Pandilla del Castillo
Negro, serán Los Arcángeles quienes más trabajen para hacer a Jon y sus amigos
identificables con el público juvenil.
Lo vemos en ese coro de “¡Espada!
¡Espada!” con la que exigen que Jon muestre a LongClaw el regalo del Oso
Mormont, como con intercambios en el Torreón de Craster. El coro es canon, los
intercambios no lo son.
Otro personaje que la serie ha privilegiado con excelentes
resultados es Edison Tollet, alias Edd, El Penas. Edd aparece en la Segunda
Temporada que corresponde a Choque de Reyes.
En el libro, él es quien informa (fuera de texto) a Sam sobre las costumbres
sexuales de Craster y el gordito a su vez las transmite a Jon.
En la serie, en cambio es El Penas quien en cámara nos cuenta a espectadores y Pandilla sobre el reino del incesto “crasteriano”. Es ahí que Grenn y Sam expresaran disgusto por la conducta de su anfitrión. Algo que no parece molestarle a nadie en el libro. Será El Penas quien diga que los hábitos “familiares” de Craster lo han salvado de ser exterminado por los Caminantes, porque en la serie Edd no es un quejoso profesional, sino un hombre práctico, un poco pesimista, pero no tan ensimismado que carezca de sensibilidad o inteligencia.
Edd, siendo mayor que los chicos, actúa como figura paterna,
ergo gruñona. Mientras están pelando vegetales para la cena, Edd les cuenta ese
tragicómico relato de la muerte de su madre. Lo interrumpe la llegada de una de
las esposas de Craster. Como típicos adolescentes, Grenn y Sam desvían su
atención hacia la chica. “Nada como ver una mujer alejarse” exclama Sam Grenn replica que prefiere verlas llegar. Sam
está de acuerdo. Obviamente, hablan de las partes rotundas de la anatomía femenina.
Esto lleva a Grenn a recordar sus revolcones con una lecherita. Son casi un
cliché de chicos pubescentes obsesionados con el físico del sexo opuesto. Edd
gruñe que estaban antes teniendo una conversación seria.
Sin embargo, por pueril que sea el interés de los jovencitos,
contrasta con la crudeza del encuentro de los exploradores y las esposas de Craster
en Clash of Kings. Ahí es Jon quien
conoce a Eli y debe defenderla del acoso de sus hermanos de armas. Aunque de
Eli voy a hablar en un post separado, en la serie su aparición va precedida por
esa admiración e ingenua lujuria por parte de dos “chicos buenos” al harem de
Craster.
Hay mucho candor en
ese breve dialogo de Grenn y Sam. Un
candor que divierte y no ofende. Diríamos que es una conversación” refinada”. Sobre todo en
comparación con los excesos sexuales que tanto afean la serie. Aun la inocente queja
de Sam que su anfitrión debería
compartir a las esposas con el resto de la humanidad ni se nos ocurre que pueda
ser una sugerencia para la violación
masiva que Karl Tanner y los desertores cometerán en La Cuarta Temporada.
Un grave error argumental de la adaptación es la descripción
de cómo Jon deserta de La Guardia Oscura y se une a Los Salvajes. Desde la muerte
del Manco hasta el romance con Ygritte,
los ingredientes del arco de Jon en la Tercera y Cuarta Temporada no ayudan a
mejorar su historia y disminuyen su imagen totalmente. Es por eso que críticos
y troneros respiramos aliviados cuando Jon, malherido, recobra el conocimiento
en el patio del Castillo Negro y reconoce a sus “hermanos”. Desde ese instante,
Jon vuelve a tomar fuerza como carácter, incluso durante la más que inventada razzia en contra de los amotinados.
Nuevamente serán Pyp, Grenn y Edd quienes lo secunden, a
pesar que los dos últimos apenas han podido salvar la vida huyendo del Torreón
de Craster. La presencia de Grenn vuelve a ser útil cuando es quien reconoce a
Fantasma sirviendo de puente para el reencuentro de Jon y su lobo.
En su momento me hice eco del malestar de los Lectores ante
la decisión arcangélica de matar a Grenn y a Pyp en la Batalla de Castillo
Negro. Si bien en la saga ambos gozan de
buena salud, yo les veo cara de futuros Caminantes Blancos. Tengo la impresión de que la Sexta Temporada será una
masacre total, con dos batallas épicas en Invernalia y en Castle Black, y con
una carnicería en La Boda Negra de Walder Fray. Es posible que cuando El Rey de
la Noche arrase con el Muro también se lleve por delante todas las guarniciones
de la Night Watch y con ellas a Pyp y a Grenn. Tal vez a Edd, El Penas. Noo, espero
que mi Dolorous Edd haya seguido a su amigo Jon Snow en ruta al Sur.
Como sea, Weiss&Benioff se encargaron de darles a Grenn
y a Pyp muertes limpias, dignas y gloriosas. Tal como al poner a Edd a cargo de
la guadaña gigante lo elevaron a un rol heroico impensado por Martin. Pyp, tras
un breve momento de miedo, se desempeña valerosamente en el asalto al Castillo
Negro. Termina muriendo en brazos de Sam luego que lo alcanza una flecha de
Ygritte. La muerte de Grenn es más gloriosa que la del General Custer en Little
Big Horn. Y no me canso de oírlo recitar su juramento junto a sus compañeros
antes de defender un pasadizo de un gigante, nada menos.
La ultima validación del impacto de la muerte de Grenn y de
Pyp queda cargo de Edd, El Penas cuando se rehúsa a apoyar al Lord Snow en su afán
de refugiar a Los Salvajes en el Castillo Negro :“Te seguiría a todas partes.
Lo sabes. Pero ellos mataron a Grenn y ellos mataron a Pyp. Ellos mataron a
cincuenta de nuestros hermanos. No puedo olvidar eso. No puedo perdonar eso.”
Con esas palabras (que no están en el libro) Edd reafirma su
hermandad con La Pandilla, su lealtad hacia La Guardia y el cariño que lo une a
Jon. Será por eso que en “Casa Austera”
siga a Jon y pelee codo a codo con Los Salvajes a quienes no puede perdonar.
Gracias a los cambios mencionados Weiss&Benioff
consiguieron interesarnos en el arco de Jon, lograron hacernos memorables a los
miembros de la Pandilla del Castillo Negro y por una vez, superaron a la saga.
¿Hay otras ocasiones parecidas? ¿Hay otros personajes que son más interesantes
en la serie que en el libro?
En mi próxima entrega hablaré, D-s mediante, del romance
Sam-Eli, y reconoceré que me equivoqué al acusar a los Arcángeles de
“gordofobia” porque al final Sam es uno de los personajes a los que mejor le ha
ido en una serie que lamentablemente gusta destrozar las creaciones de George
R.R. Martin