Hace un tiempo, hice una serie de posts sobre “vampiros que
realmente asustan”. Fue una reacción
contra el hechizo que estas criaturas ejercen
sobre el público moderno. De monstruos sedientos de sangre, los vampiros se han
vuelto hijos de vecinos, héroes protectores
y símbolos sexuales. ¿Como ocurrió ese cambio?
Aunque se les menciona, los vampiros no son parte importante
del universo de Harry Potter. Su importancia en la literatura y su evolución de
alimaña a héroe preceden a la obra de Rowling. Aun así, el auge de la fantasía
creado por la saga ha propiciado la publicación de muchas historias de vampiros
al igual que la producción de filmes y series televisivas que los exaltan.
El proceso de evolución vampírica inicia en los 70‘s. Ya comentamos
como
el “Dracula” de Frank Langella (quien hiciera su aparición inicialmente en Broadway)
explotó la sensualidad del personaje. Entre 1973 y 1976, Anne Rice crea a
Lestat y Louis, los primeros sex symbols
vampíricos. Sin embargo, el privilegio de crear un vampiro con código moral le corresponde
a la serie de televisión “Sombras Tenebrosas” que retrata el progreso de
Barnabas Collins de mero chupasangres a héroe y protector de su comunidad. Ya
he hablado de eso en
otra nota explicando por que la serie de Dan Curtis tiene que poco que ver
con la parodia de Burton-Depp.
Por sexis que fueran los vampiros de Anne Rice, no tenían el
calibre moral del protagonista de Hotel
Transilvania, la primera de una serie de novelas vampíricas de Chelsea
Quinn Yarbro. Quinn eligió a un personaje histórico, el enigmático aventurero
Saint-Germain como su héroe, y lo
convirtió en un vampiro inmortal quien ha estado dando vueltas desde los días
en que Nerón quemaba Roma.
Aunque de esa serie solo se ha traducido al castellano la
primera novela (y eso en este siglo), entre 1978 y el 2012, Chelsea Quinn
Yarbro no ha dejado tranquilo a Saint-Germain.
Le inventa una aventura por año, aventuras que llevan al vampiro y a
Roger su fiel lacayo, a visitar diferentes épocas históricas desde la Roma
Imperial hasta la Alemania de Hitler. La autora hasta se ha dado un tiempo para
escribir secuelas dedicadas a las amantes-progenies del galante vampiro.
Hotel Transilvania
tiene lugar en la Francia de Luis XV (espacio en que vivió el verdadero Saint Germain). El vampiro está abocado a luchar en contra de aristócratas devotos al
Señor de la Oscuridad, para eso finge ser el Príncipe Ragosy, dueño del Hotel
Transilvania. Aunque se alimenta de sangre humana, Saint-Germain/Ragosy es un bienhechor
que tanto socorre a cocheros heridos, como a hechiceros españoles fugitivos de
la Inquisición.
A una de sus famosas veladas en el Hotel Transilvania asiste
Madeleine de Montalia, recién salida de un convento. Madeleine se enamora de
Saint-Germain quien corresponde al sentimiento, pero hay un problema. El
Marques de Montalia, “regaló” a su hija a un círculo satanista que planea sacrificar
a la joven virgen. Saint-Gemain debe destruir el círculo, rescatar a Madeleine
y, para evitar males mayores, despojarla de su virginidad y humanidad
convirtiéndola en vampiro.
A pesar de esos textos precursores, la ficción de los 80’s
insistiría en describir a los vampiros
como monstruos crueles y poco atractivos. Vagas excepciones por hacerlos
personajes simpáticos o dignos de compasión son los filmes ”The Hunger”,
“Lifeforce” y la novela Fevre Dream,
escrita por un tal George R.R. Martin (1982).
En 1989, la CBS lanzó una película hecha para televisión
titulada “Nick Knight”. El cantante Rick Springfield, ídolo de incontables quinceañeras,
dio vida al vampiro milenario que trata de enmendar su vida como policía de Los
Ángeles. La película no tuvo buena acogida y el show que la CBS planeaba crear
en torno a Nick Knight, no pasó de proyecto. Sin embargo, tres años más tarde “Forever
Knight” apareció en la televisión canadiense, con el vampiro ahora interpretado
por el galés Geraint Wyn Davies.
Nick Knight cuyo verdadero nombre es Nicolás de Brabante, es
un ex cruzado que fue convertido en vampiro. Tras siglos de chupar sangre en compañía
de sus creadores Jeannette y La Croix, y de conocer a todo tipo de personajes
históricos, Nick se arrepiente. Su propósito de enmienda lo lleva a beber solo
sangre de animales (a lo Cullen Family), y a trabajar como detective en la sección
de homicidios de Toronto.
No es de sorprender que “Forever Knight “ surja en 1992, el
mismo año en que Gary Oldman interpreta
al Dracula de Francis Ford Coppola. Dos años mas tarde en “Entrevista al
Vampiro”, los ex monstruos serán interpretados por el trío de de galanes de los
90’s, Brad Pitt, Tom Cruise y Antonio Banderas. Con eso quedaba ya más que demostrado
que los chupasangre eran seres muy atractivos.
Aun así, el final de
los 90’s le pertenecía más a los cazadores de vampiros que a sus presas. “Blade”
triunfaba en el cine; Buffy escabechaba chupasangres en pantalla, y en 1993 nacía
Anita Blake, de la pluma de Laurel K Hamilton que con Guilty Pleasures (Placeres Prohibidos) iniciaba una saga protagonizada
por una caza-vampiros muy peculiar, que continua hasta nuestros días.
La ficción
vampírica contemporánea sigue una
trayectoria diferente a la de la fantasía post-Harry Potter. Sin embargo, no es
coincidencia que será después el boom
de la saga de Rowling, que los vampiros adquieran un aura benévola y se conviertan
en héroes de sus propios cuentos. De eso hablaremos en la segunda parte de este
post.