Mostrando entradas con la etiqueta In the Company of Wolves. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta In the Company of Wolves. Mostrar todas las entradas

viernes, 5 de julio de 2013

Mujeres que corren con los lobos: heroínas licántropas


Un cambio que trajo la invención del héroe licántropo, fue la aparición de mujeres lobas que hasta ahora casi no se conocían. La idea del lado bueno de la licantropía aunada a una metamorfosis que convertía al humano en un hermoso animal, hacia posible, desde un punto de vista estético, que las protagonistas también le aullasen a la luna.

Hay ejemplos en la literatura pre-siglo XX de licántropas, pero tal como lo concibiera la Iglesia durante sus misóginas cacerías, se trata siempre de malévolas hechiceras. Así en su novela bizantina Los Trabajos de Persiles y Segismunda El Manco de Lepanto incluye una bruja que se convierte en loba. En el cuento de terror “El lobo blanco de las Montañas de Hartz” la madrastra del protagonista usa su magia para convertirse en fiera y devorar a sus hijastros.

El cine evitó relatos de mujeres-lobas, aunque, en 1944, Nina Foch, interpreta a una en “The Cry of the Werewolf”. Un año más tarde, June Lockhart cree ser víctima de la licantropía en “The She-Wolf of London”. En ambos filmes las lobas nunca aparecen con máscaras absurdas. O no se les ve el rostro o aparecen como lobos normales.


El cine-terror mexicano de los 60’s nos trae a Kitty de Hoyos en “La Loba” (1964), un romance licantropico. De acuerdo a los cánones cinematográficos audaces de los 60’s y 70’s, ya pueden aparecer monstruas hibridas. Así surgen filmes que son parte de la mixtura horror-sexploitation tan en boga y con títulos sugerentes como “Nympho Wolf” o “My Mother is a Werewolf”. El colmo llega con la cinta italiana “La Lupa Mannara” de 1976, donde Annik Borel enseña vello púbico y facial, no se sabe cual más hirsuto. Por suerte estas ridiculeces son escasas.



El primer retrato positivo de licántropa emergió en esa fabula de Neil Jordan “In the Company of Wolves” (“En Compañía de lobos”). Uno de los cuentos intercalados muestra a una lobita que se vuelve humana, pero extraña su mundo. Por suerte encontré en YouTube el filme completo y  en castellano. A pesar de que el filme  fue muy incomprendido en su momento, el argumento permitió a la licantropía adquirir caracteres románticos, incluso con el final  en que Caperucita Roja decide convertirse en loba y formar pareja con el que siempre ha sido el villano de la historia.



“In the Company of Wolves”, y los cuentos de Angela Carter en los que la trama está basada utilizan la licantropía femenina como una metáfora de los cambios hormonales adolescentes y el miedo y la fascinación al sexo que los acompañan. Pero el cuento de la loba humana también gira en torno al estereotipo de la “mujer salvaje”, de esas cuyos mitos pueblan las páginas de Women who Run with Wolves (Mujeres que corren con lobos) de Clarissa Pinkolas Estés.

Ya solo falta que una estrella de cine y sex-symbol de los 90’s de vida a una loba y eso ocurrirá en 1994. Los 90’s comenzaron con una revisión total de grandes mitos del cine del horror. Gary Oldman dio un rostro romántico a Dracula en 1992, dos años más delante De Niro interpretaba a un atormentado e incomprendido monstruo de Frankestein. En ese mismo año, Jack Nicholson le aullaba la luna como un simpático y moderno hombre lobo en “Wolf” (“Lobo”).



Will es un editor que enfrenta problemas en el ámbito laboral y en su matrimonio. Una noche en que conduce a través de un descampado en Vermont atropella accidentalmente a un hermoso lobo. Al bajarse a examinar a la criatura, ésta se pone de pie, le muerde una mano y huye.

A partir de ese momento, Will experimenta cambios físicos y emocionales. Se vuelve más peludo, aumentan sus apetitos incluyendo el sexual, se hace más fuerte y ágil, se agudizan sus sentidos. Así descubre que su rival en el trabajo (James Spader) es amante de su mujer (Kate Nelligan). Will muerde a su enemigo y le orina los zapatos “para marcar territorio”.

Pero también Will comienza a sufrir lagunas mentales y no recuerda que ha hecho durante el plenilunio. El público sabe que a Will le crecen los colmillos (casi la única metamorfosis que experimenta) y se va de cacería bajo la luz de la luna. ¿Pero incluirán asesinatos estas expediciones?



La única que apoya y ayuda a Will a afrontar su licantropía es Laura (Michelle Pfeiffer) hija de su odiado jefe (Christopher Plummer). Ella arriesga su vida para demostrar que Will no es un asesino. No quiero dar más detalles sobre este fascinante filme, pero me veo obligada a revelar un inmenso SPOILER con este clip del final de la película.



Michelle Pfeiffer, en 1994, era un símbolo sexual, una actriz más que taquillera y ya había incursionado en el mundo fantástico como una de las “Brujas de Eastwick”, como la amada de un licántropo en “Ladyhawke” y como La Gatubela. Ahora se las arregló para sorprender en ese primer retrato de licántropa guapa y heroica.

La literatura de la Era de La Fantasía de esta última década ha visto el nacimiento de muchas lobas humanas. Las series de Carrie Vaughn sobre la locutora Kitty Norville y de Kelly Armstrong sobre  Elena Michaels, la periodista de Toronto, muestran como es vivir en el mundo moderno siendo licántropa.



Sin embargo, los mejores retratos de mujeres lobas se los debemos a una fantasía histórica y a una novela juvenil. En 1997se publicaba Silver Wolf (La loba de plata) de la pluma de Alice Borchardt, hermana de Anne Rice.



La dama franca Gisela llega a la Roma medieval con una última esperanza, que el Papa desencante a su hija Regeane y la libere del molesto hábito de convertirse en loba. Regeane es una cambia-pieles como su padre, pero para Gisela y su familia la metamorfosis es indicación de poderes diabólicos. La muerte de Gisela deja a la lobita a merced de su villano tío Gundabald quien tiene siniestros planes para su sobrina.

El Papa Adriano tiene problemas con los lombardos y quiere que Carlomagno y sus francos vengan en su ayuda. Quien puede ayudarlos es Maeniel, líder de una tribu de bárbaros que habita la zona entre el reino carolingio y el lombardo (el actual Valle de Aosta). Para conseguir su fidelidad se le ofrece como esposa a alguien de la dinastía carolingia, esa es la niña-loba. Gundabald encierra a su sobrina en el sótano, la golpea, la mata de hambre y la amenaza con revelar su secreto lo que haría que las autoridades la quemen por bruja.

Regeane logra huir en varias ocasiones, pero siempre es atrapada. En sus huidas vive fantásticas aventuras que la llevan a una villa-prostíbulo, un leprosorio y un convento. Hace amistad con la cortesana Lucila,  con una niñita sajona y con Antonious, el hijo leproso de Lucila y el Santo Padre. A pesar de su fragilidad, Regeane está llena de poderes, tiene visiones que la llevan a otros mundos y a comunicarse con los muertos incluyendo a su difunto padre. También tiene dotes de curandera.


En busca de yerbas que curan la lepra, Regeane se interna en un bosque de las afueras de Roma y conoce a un lobo que le roba el corazón, pero nada puede contra las intrigas de su tío y debe casarse con Maeniel a quien encuentra atractivo, pero que no consigue hacerla olvidar al lobo. Finalmente ocurre lo que tememos y Regeane acaba en la hoguera, pero es rescatada por su marido que le revela que él es el lobo. Regeane parte al reino de su esposo donde puede vivir en paz su licantropía.

(tumblr.com)


Es un libro sumamente original e interesante que por primera vez muestra a los lobos como seres superiores, no caníbales asesinos. Lamentablemente, esta novela tiene algunos errores que impidieron que se convirtiera en un cásico. Está mal escrita. Borchardt no es Martin, su exceso de descripciones aburre. Por otro lado, el argumento a ratos es sexista. Las mujeres son todas buenas, con mínimas excepciones, los hombres son perversos, pervertidos y ambiciosos. Por último, aunque es romance paranormal, tiene muy poco  de romance, pero si tiene mucho sexo y violencia, incluyendo un inexplicable affaire lésbico entre Reagane y Lucila, aun así es una pionera en el género licántropico.

En 1999, Anette Curtis Klause publica Blood and Chocolate, la historia de Vivian, una adolescente que sufre el ser la inadaptada de su clase de secundaria. Mayor problema tendría la chica si sus celosas compañeras supieran que es licántropa. En su infancia  Vivian fue parte de un mini grupo de chicos-lobos llamados “Los Cinco”. Pero la llegada de la adolescencia hizo que sus amigos se volvieran díscolos y pusieran en peligro a La Manada atrayendo el interés de los humanos. Un incendio intencional provocado por humanos dejó a Vivian huérfana de padre y ha obligado a la manada a emigrar a Maryland. Pero los licántropos necesitan de un líder. Ese parece ser Gabriel de quien se enamora Esme, madre de Vivian, solo que a lobo le gusta la hija.



Vivian se enamora de su compañero Aidan que parece abierto a la idea que existen seres sobrenaturales. Gabriel se gana el puesto de líder de la manada y Esme y su rival Astrid luchan por el derecho de ser su hembra. Esme va perdiendo, cuando Vivian interviene y vence a Astrid, dejándola tuerta. Ante su horror la chica se ha convertid en la hembra Alfa y está obligada a ser mujer de Gabriel.

Vivian le confiesa su realidad a Aidan quien reacciona con horror, asco y rechazo. Vivian comienza a sufrir episodios de amnesia en los que despierta manchada de sangre y sin poder recordar nada. Esto ocurre paralelamente a una ola de misteriosos y brutales asesinatos en su ciudad. Finalmente será Gabriel quien ayude a esclarecer los misterios que rodean a Vivian y le enseñará a aceptar su licantropía y su amor.



Esta preciosa novela que les recomiendo sin dudar, se convirtió en un bestseller y obligadamente fue llevada al cine. La cinta del 2007 fue un fracaso estruendoso. Le hicieron cambios absurdos como trasladar la acción a Bucarest, subirle a edad a Vivian y eliminar todo el trasfondo de la secundaria. Para colmo, al final Vivian se queda con Aidan. El que haya sido un fiasco en pantalla no resta el valor de a novela que sigue siendo el mejor retrato de licantropía en la literatura. Blood and Chocolate no ha sido superada, pero el Siglo XXI verá nuevas posibilidades en los licántropos tal como integrarlos al auge de la ficción vampírica (Continuará)


jueves, 28 de junio de 2012

Ya no son para niños: Hollywood y los cuentos de hadas


(foto de culture.com)


Este año hemos visto dos versiones fílmicas de Blanca Nieves. El año pasado vimos “Tangled”, adaptación animada de Rapunzel,  y a Amanda Seyfried  huir del Lobo Feroz en “La Chica de la Capa Roja”. Pronto tendremos a Angelina Jolie como un hada ofendida en “Maleficent”, basada en La Bella Durmiente. En pos de la siempre vigente fantasía,  Hollywood ha encontrado una inspiración en los cuentos de hada.

Angelina Jolie en "Maleficent" (foto de thehollywoodgossip.com)


Toda obra de ficción tiene su orígen en algún mito y los cuentos de hadas son una variación “urbanizada” del mito y la leyenda folclórica. Se basan en ellos y  conservan  sus arquetipos, tal como refinan elementos  sobrenaturales que en el pasado fueron creencias religiosas. En del cuento de hadas sobreviven seres que antes representaban un peligro para quienes creían en ellos: duendes, dragones, troles, sirenas, brujas y, por supuesto, hadas. En los cuentos ocurren cosas prodigiosas, los animales hablan, la gente sufre metamorfosis, las fregonas se vuelven princesas, los sapos se vuelven príncipes. Es ese espacio  hasta los reyes deben someterse a los designios de magos y hechiceras y las princesas son encantadas por hadas celosas.

Hay  quienes verán en estas fábulas meros relatos para hacer dormir a los niños,  nosotros, los "Fantásticos”, reconocemos en ellos  el origen de nuestro género favorito.  No es de sorprender que Hollywood concuerde con esta última percepción y  le arrebate al estudio Disney su mayor fuente de inspiración. De ahí nacen estos nuevos filmes que pretenden darle a viejas ficciones un ángulo más sofisticado.

Este año tuvimos dos visones del la historia de Blanca Nieves. Si bien "Mirror, Mirror” es una parodia jocosa, “Blanca Nieves y el Cazador” es más que un simple intento de desligar a Kristen Stewart de los vampiros. Los críticos han ninguneado este último filme haciendo hincapié en que lo único que vale en él es Charlize Theron en su retrato de la pérfida Reina Ravenna, que en  malevolencia deja chica a Cersei. 



Aunque pretenda ser una victima de una sociedad patriarcal, Ravenna termina siendo la mayor enemiga de sus congéneres. No solo intenta matar a su hijastra, pero además es el mayor peligro de las mujeres de su reino, cuya savia vital mantiene su belleza fresca en una variación de la leyenda de Elizabeth Bathory.

(Foto de guardian.co.uk)


En esta versión, Blanca Nieves deja atrás el estereotipo de damisela en apuros, para convertirse en una amazona guerrera, que ya sabemos que las nenas en armadura están de moda. ¿Será que Kristen está lejos de ser mi actriz favorita, que sus peligros y batallas me dejan fría (aparte del episodio del Bosque Negro que me encantó)? A mi el que me gusta es El Cazador. Desde que lo incluyen en el titulo, ya no están diciendo que el personaje de Chris Hemsworth es tan importante o más que la heroína. Ciertamente es más importante que el pobre príncipe William que no sabe qué pinta en este cuento.

(foto de digitalspy.com)


Resulta curioso que en un intento por darle a la trama un sesgo feminista o hacer más compleja a la heroína,  se termine privilegiando a quien es el verdadero protagonista. El Cazador es un  gruñón, antisocial, medio borracho y obsesionado con resucitar a una esposa muerta, pero  que termina de protector y mentor de Blanca Nieves a quien se supone debe matar. Sin El Cazador hubiese encontrado este filme inaguantable y es que él es quien proporciona un equilibrio a una historia que sin ser romance, es de pareja.

(moviesabout.com)


Si Blanca Nieves y su Cazador han logrado satisfacerme, no puedo decir lo mismo de  “La Chica de la Capa Roja” que acabo de ver en HBO. De pequeña ningún cuento me daba mayor terror que La Caperucita. Tal vez, porque décadas antes de leer The Uses of Enchantment de  Bruno Bettelheim, yo ya sabia que el Lobo Feroz era un hombre peligroso que no únicamente devoraba (léase, las hacia caer en actos sexuales) Caperucitas, además les mentía fingiendo ser un personaje benévolo.



Por eso me encantó "The Company of Wolves”, esa visión gótica de Neil Jordan de Caperucita Roja. Aparte de demostrarnos que el cuento es una metáfora del angst adolescente y del despertar de la sexualidad, el guion adopta una postura positiva hacia  la licantropía y ofrece un par de lecciones morales tal como que el deseo combinado con compasión  supera todos los miedos. Inolvidable la escena final en que Caperucita transformada en lobo huye con su licántropo.



Nada de eso me brindó la de la Capa Roja. No niego que es un buen relato de misterio. La identidad del hombre lobo me resultó una sorpresa, pero ya estoy aburrida de ver tantos cuentos de pueblos paranoicos que ante peligros sobrenaturales acaban  cayendo en manos de amenazas mayores, los fanáticos religiosos.También tengo un problema con un reparto que no me atrapa y con una Amanda  Seyfried sosísima que no llega a ser mas  que una serie de iconos, La Bella del Pueblo, La Bruja, La Carnada para el Hombre-Lobo, etc. Ni ese final ininteligible que nos  da a entender que Valerie vive esperando a su licántropo salva un filme lleno de clichés.

Un problema de traducir el cuento infantil a la pantalla es que se le depura de lo mejor, y se promueven los clichés más babosos y personajes y situaciones acartonados. Se evita cualquier controversia. Por ejemplo, en la versión original del cuento  de Rapunzel antes que la bruja haga un Jaime Lannister y defenestre al príncipe, éste se las ha arreglado para preñar a la heroína. Nada de esto fue incluido en “Tangled”. En una versión barroca italiana La Bella Durmiente es violada en su sueño por El Príncipe quien, tras su experiencia necrófila, la abandona. A Aurora no la despierta un beso sino los dolores del parto. Inclusive en la refinada versión de Charles Perrault, el Príncipe es hijo de una ogresa caníbal que quiere devorar a sus nietos. No creo que se atrevan a incluir estos detalles en “Maleficent”.

(Foto de Wikipedia)


Ya es hora de que Hollywood, que tanto se ufana de no tener tapujos y de ser audaz hasta el punto del mal gusto, se atreva a desvincular al cuento de hadas de su aura infantil. Que descoloque al espectador ofreciendo todo lo que el cuento puede aportar en su exploración de la psiquis humana aun en sus aspectos más tortuosos.

 Para eso deben dejar  atrás  cuentos demasiados conocidos que ya en la imaginación popular están circunscritos a versiones infantiles. Hay muchísimos  cuentos que merecen oportunidad de interesar a públicos en ambos lados de la categoría G, que después de todo edad no es sinónimo de madurez ni intelecto. Si queremos oscuridad ahí está mi cuento favorito, Piel de Asno, que inicia con un padre que quiere implantar el incesto en su familia. La Hija del Rey del Pantano, uno de los cuentos menos conocidos de Andersen, incluye metamorfosis, animales parlantes, y un viaje en el tiempo, pero su base es una violación de la que nace Helga, la protagonista.

Jean Marais y Catherine Deneuve en una versión fílmica de "Piel de Asno" de los 70's (foto de sensacine.com)


Las Mil y una Noches brinda una riqueza de material fantástico e incluso de ciencia ficción fusionada con los matices de la tragedia humana. Y como esos hay millares de ejemplos que los productores de Hollywood deben recordar en su búsqueda de material fantástico. ¿Qué cuento de hadas querrías ver convertido en filme?