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domingo, 8 de noviembre de 2015

Íncubos, vampiros y héroes satánicos: Los “Demon-Lovers” de la ficción gótica


Aun los críticos de “La Cumbre Escarlata,” la última obra de Guillermo del Toro, han tenido palabras de elogio para Tom Hiddleston quien enfrenta el desafío de interpretar a un ambiguo protagonista. Sir Thomas comienza como villano seductor para acabar como víctima heroica. Para las “jaimeras” Sir Thomas comparte ciertas características con El Matarreyes, lo que no es coincidencia. Ambos pertenecen a un arquetipo  conocido por los fans de la ficción gótica: como el amante-demonio (Demon-Lover). ¿De dónde sale este personaje y cómo pasa de villano a héroe?

Para encontrar el origen de este anti-héroe hay que viajar a la antigüedad más vetusta  donde lo encontramos en la primera épica literaria de la historia. Gilgamesh, el héroe sumerio, era hijo de un lilu, un demonio del folklore de Mesopotamia. Estas criaturas tenían la mala costumbre de seducir y embarazar humanas, a las que se les aparecían de noche aprovechándose de sus víctimas dormidas (el equivalente femenino eran las lilitus. De ahí viene Lilith).

Tras el cautiverio babilónico, los hebreos regresan a Tierra Santa portando todo ese bagaje mítico que integran a su folclore y así tenemos también historias de los Shedim, una raza superior a la humana,, intermedia  entre ángeles y demonios cuyos miembros son capaces de seducir, secuestrar, incluso casarse con humanas que les parezcan atractivas. Ya he comentado anteriormente (y los que han leído mi novela conocen este tema) sobre el Rey Ashmedai, monarca de los Shedim, y su apetito por las humanas bonitas, tal como lo describe El Libro de Tobías, parte de los textos bíblicos.

Aunque la iglesia medieval  crea de manera dogmática que los siervos de Don Satas  acosan a sus feligresas dormidas o despiertas, el folclore universal también adjudica estos malos hábitos a muchas criaturas míticas, duendes como el Alp alemán o el Trauco chileno,  hadas  como el Gancanach irlandés ,  incluso animales que se transforman en hombres seductores. En el Lejano Oriente son los zorros los que sufren una metamorfosis para  tener relaciones sexuales con humanos y humanas. En el Brasil se habla de los Botos, delfines que se transforman en hombres para enamorar a chicas bonitas.

El mayor peligro de estos Casanova sobrenaturales recae en los hijos que dejan en medio de la población mortal. A pesar de que algunos de estos infantes son portentosamente hábiles como es el caso del Mago Merlín de la Leyenda Artúrica, la mayoría  son criaturas contrahechas y debiluchas. De ahí viene el topo del changeling, la idea de que todo crío deforme o enfermizo sea producto de una relación con un ser de otro mundo.

Los cuentos de hadas son también una excelente fuente de información sobre estos caballeros fantásticos. Mi primer encuentro con un amante-demoniaco fue un cuento francés que encontré en una colección de leyendas universales. En la Provenza medieval, la aldeana Margarita tiene la suerte de ser la elegida por un forastero  para esposa. Todos la envidian porque el novio se nota que es un gran señor. El novio se lleva a Margarita lejos, a un castillo enlosa paramos. Para abreviar el es un vampiro que  está muy lejos de ser un Edward Cullen. La ataca y ahí acaba la luna de miel.
Cuando leí el cuento le vi tremendas similitudes con la historia de la Princesa Dalal, un cuento intercalado de los muchos de ese tipo que encontramos en ese universo literario que son Las mil y una noches.

El relato es  parte del ciclo de “Los 16 Capitanes de Policía “y lo cuenta el sexto capitán. Dalal, hija de reyes, parece no ser muy amiga de la higiene porque un día peinándose se encuentra un piojo en el cabello. En vez de matarlo, lo encierra en un ánfora de aceite. El piojo engorda y crece hasta romper la fuente, huye del palacio y se pone a comerse el ganado de la región. Lo matan, pero el rey reflexiona que tal como el piojo, su hija un día va a querer libertad y es mejor casarla. Manda despellejar al piojo y cuelga la piel en la puerta del palacio. El que adivine de qué animal se trata se llevará la princesa como  premio.Obviamente, nadie adivina hasta que un día llega un extraño que sorprende a todos al decir “se trata de un piojo engordado en aceite”. El rey despacha a Dalal con su nuevo marido. El se la lleva lejos, lejos y para abreviar, resulta ser un algol, un vampiro arábigo.

Lo que estos cuentos hacen, amén de presentarnos al “amante demoníaco” siglos antes que la ficción gótica y romántica crearan el término, es ofrecernos una fábula con moraleja sicológica. El amante demoníaco representa la sexualidad contenida de sus víctimas. Es una alegoría de lo que puede ocurrir si las mujeres se dejan llevar por sus pasiones. El rey teme a la sexualidad pubescente de Dalal, pero su solución es desterrarla entregándola a un desconocido que puede hacerle daño. Margarita deslumbrada por el forastero cae en la guarida de un vampiro.

La lección  es clara. Hay que tener cuidado con estos hombres y con las pasiones que nos llevan a ellos. Sobre todo hay que temer e al amor que nos saca de nuestra confort zone y nos aleja de lo familiar para internarnos en lo desconocido y lo peligroso. Margarita bien podría ser Bella  de Crepúsculo y querer convertirse en vampiro. Dalal es Edith Cushing que abandona su tranquilo y puritano mundo de la Nueva Inglaterra para irse a vivir en una mansión peligrosa en todos los sentidos (si hasta el piso está podrido) al lado de gente muy bonita pero corrupta y letal como lo son su marido, y su  cuñada Lucille que le anda sirviendo tés envenenados.

Mucho se discute de si “La Cumbre Escarlata” es un filme de terror o suspenso. Desde el momento en que  hay fantasmas y casas que supuran sangre ya nos adentramos  en los dominios de lo paranormal. Y aunque Sir Thomas puede ser un vulgar caza fortunas como los que aparecen en las novelas de Henry James o incluso un psicópata ambicioso del film noir, es el poder sobrenatural que tiene sobre Edith lo que lo   distingue de la fauna ya mencionada.

En su reseña de “Crimson Peak”, la Reina Estelwen comenta la incoherencia del personaje de  Edith que de feminista independiente pasa a ser la niña dócil deslumbrada por  Thomas. Eso solo tiene lógica si se le asocia al mito del incubo, si se le adscribe a Thomas el poder hipnótico  que un demonio o vampiro ejerce sobre su presa. Ee magnetismo  va asociado a una dependencia sexual por parte de la víctima y es la característica más siniestra de la tipología del “amante demoniaco”.

Cuando Lady Caroline Lamb crea a Lord Ruthven el protagonista de su novela Glenarvon está  desahogando su despecho al intercalar en su roman a clef las características  mas siniestras de  su ex amante, Lord Byron. La sociedad de entonces, escandalizada por ese exabrupto, repudia a Lady Caroline y el mundo olvida rápidamente la novela. Hasta que un par de años después Polidori, médico de Byron, rescata a Ruthven, lo convierte en el protagonista de su novela debut y crea un inmortal género del horror: la crónica vampírica.

 El Vampiro,  como Frankenstein, fue escrita en ese año sin verano en que Byron, Los Shelley y Polidori se refugiaron en una villa suiza. Aburridos de tanta lluvia, en una noche de tormenta, deciden   competir en su propia versión de Nanowrimo.  Es ahí que el médico escribe El vampiro, la historia de Lord Ruthven, un típico héroe byroniano aristócrata, seductor e inescrupuloso.  Seduce y mata a Ianthe ,la joven griega amada por Aubrey, el narrador y compañero de viaje de Ruthven. Antes Ianthe le cuenta a Aubrey sobre el mito del vampiro. Ruthven y Aubrey continúan su viaje y son atacados por bandidos. El agónico Ruthven hace jurar al narrador que nunca le contará nadie que ha muerto. Aubrey regresa a Londres y poco después aparece Ruthven. Inmovilizado por su promesa, Aubrey no puede evitar que Ruthven seduzca a su hermana y la mate en su noche de bodas.


Con este cuento Polidori incorpora a la literatura inglesa el mito del no-muerto que ahora será combinado con  el héroe-satánico. La diferencia está en que en el folclore balcánico un vampiro es un monstruo repugnante, pero en la literatura gótica será un ser atractivo al menos poseedor de un poder mágico para dominar sexualmente a sus víctimas. Ese dominio, es lo que obliga a criaturas sensibles y sensatas a olvidar sus valores e ideales y servir a un individuo perverso. En el Drácula original se menciona constantemente, sobre todo por Mina, este hechizo que las víctimas del vampiro son incapaces de repeler.

En la versión de Drácula de 1976, tenemos este caso.  Lucy, la protagonista es como Edith independiente, liberal, instruida, mas encima es sexualmente activa, pero eso no la salva de caer sumisa en la cama de un seductor Drácula que vive en una casa tan dilapidada y surrealista como Crimson Peak.

El héroe satánico no necesita tener colmillos para dominar sexualmente a la protagonista y se convierte en un personaje omnipresente de la novela victoriana. Satánicos serán Heathclieff y Rochester, pero el seductor letal demoníaco por excelencia es el protagonista de una novella de Oscar Wilde donde nuevamente se cruza al terreno fantástico. Y ya saben quién es, uno que seduce gracias al truco mágico de permanecer eternamente joven y hermoso.


Pero Doryan Gray tiene la capacidad de redimirse o de demostrar algún remordimiento. Sucede que paralelamente al auge de este incubo literario, los héroes byronianos están salvando su alma gracias al amor de una buena mujer. En El Retrato de Doryan Gray, Oscar Wilde hace mencion a Gladys como fuerza redentora capaz de neutralizar la maldad de su protagonista. Eso ya venía de  la era romántica donde Don Juan Tenorio alcanza el perdón de sus pecados gracias a la intervención de Doña Inés. (Cont.)

martes, 7 de julio de 2015

Sin Licencia Para Amar: Vanessa Ives, Melusine, Dame Ragnell y otras mujeres monstruosas


Un detalle novedoso del ultra original compendio de virtudes que componen a Vanessa Ives, protagonista y raison d’etre de “Penny Dreadful”, es su incapacidad de disfrutar de su sexualidad. Tras años de meterse en líos cada vez que se metía en la cama de alguien, el personaje de Eva Green descubre a fines de la primera temporada que cada encuentro sexual es una invitación para que un demonio la invada. Como Vanessa, hay mujeres en el mundo del mito, leyenda y fantasía que no pueden amar, sea porque representan un peligro para la pareja, o porque su apariencia hechizada inhibe el contacto con cualquier posible amante.

Que a Vanessa la ronden los demonios y que se manifiesten como un espejo de su sensualidad no es de sorprender. Ya  Los Textos Apócrifos  nos cuentan  la historia de la pobre Sarah cuyos maridos tienen la mala costumbre de morirse en su noche de bodas, y siempre antes de consumar su unión. La eterna virginidad de Sarah se debe a que ha provocado la pasión de nuestro conocido Ashmedai, Rey de los Shedim, y que es Su Majestad quien se presenta en la cámara nupcial para acabar con sus rivales.

Sarah, a diferencia de las mujeres de mis novelas, no cede ante los caprichos del Rey y se le enfrenta aun sabiendo que lo que le espera es una soltería eterna y que jamás vivirá su “hora de felicidad”. Para suerte de ella se le aparece su primo Tobías, que viene de protagonizar su propia road movie en donde su compañero de viaje  ha sido el mismísimo Arcángel Rafael. 


Tobías se casa con Sarah, a pesar de la mala reputación de la archiviuda. El Arcángel le da al novio un emplasto hecho con tripas de pescado. Tobías, en vez de pasarse la noche de bodas en merecumbé, hace que su esposa se le una en oración. Aparece el Rey de los Shedim, los ve rezando y no fornicando, huele la peste a pescado y emprende veloz  rumbo a Egipto. Tobías y Sarah pueden vivir felices, comer perdices, y hacer el amor cuantas veces lo permita el calendario judaico.

A lo mejor eso es lo que tendrán que hacer en Penny Dreadful para desencantar al “Pequeño Escorpión”. “Desencantar” es un término de cuento de hadas, una forma de literatura donde proliferan  mujeres hechizadas que solo pueden volver al mundo real gracias a la intervención  de un valeroso príncipe o héroe. En la Saga de los Nibelungos, tenemos a Brunilda en su lecho flamígero, ahí está La Bella Durmiente del Bosque sumida en profundo sueño,  y  Rapuncel encerrada en su torre. Todas  son ejemplos de mujeres que no pueden vivir y menos amar hasta que llegue el hombre de su vida a desencantarlas.


Un caso diferente tiene lugar en el cuento de Hans Christian Andersen, “La Sirenita”. La heroína del cuento es una princesa marina, mimada por su familia, que ve alterada su existencia al enamorarse de un humano. A la que Disney llamaría Ariel solo le queda un camino. Cambiar su destino y apariencia vendiéndole su voz a una bruja. Es una metáfora de los peligros del amor que obligan a las mujeres a dejar de ser ellas y a perder su derecho a expresarse, a cambio de ser felices junto a un hombre.


A pesar de que Disney y “Once Upona Time” (y Ron Howard en su comedia romántica “Splash”) insisten en darle un final feliz a este cuento, la verdadera Sirenita pierde todo derecho a amar e incluso a volver a ser quien fue. La moraleja es cada oveja con su pareja, pero también que hay mujeres que no pueden obtener el amor que desean porque no son de este mundo. ¿Será el caso de Vanessa?

Hay  casos de mujeres de otro mundo que pueden ser felices en el mundo humano. Es lo que ocurre con Kim Basinger en la comedia de ciencia ficción “My Stepmother is an Alien” (completa y en español). Celeste  es una marciana que viene a la tierra investigar y detener un experimento que puede afectar a su planeta. Tras descubrir las maravillas terráqueas, como el whisky, los sándwiches, Jimmy Durante, y sexo y romance, Celeste dice que prefiere vivir con los terrícolas,  amar a Dan Ackroyd y formar con él una familia.

Curiosamente, este es un motivo que aparece en cuentos del folklore universal, sin ese final feliz. La esposa sobrenatural nunca se adapta a la vida normal ni puede resistirse a los prejuicios humanos que terminan por quitarle la licencia para amar. La leyenda de Melusine es el ejemplo más conocido.



Debido a una maldición, el hada Melusine se convierte dragón un día de la semana. Raymond de Lusignan, Conde de Poitou se enamora de ella. Se casan, tras él prometerle que la dejará en paz un día a la semana. Son muy felices y tiene como cien hijos (de los cuales muchas familias reales europeas dicen descender). Pero, pero, la curiosidad  gana al Señor Conde, la espía y al romper el tabú también deshace los lazos matrimoniales. Melusine no puede ser feliz con un hombre que no cumple sus promesas y que es incapaz de  confiar ciegamente en ella. Se marcha llevándose a sus hijas y dejando los hijos varones con el padre.


Aunque este cuento, que con variaciones existe a lo largo del globo terráqueo, y puede interpretarse desde el punto de vista femenino/feminista de una mujer que insiste en mantener su privacidad e independencia, cambia si se le ve desde la óptica masculina. ¿Qué tal si a Raymond no le gustó una mujer con escama y se buscó una con piel más tersa? Por algo, Melusine ocultaba su transformación. Y después de todo las razones para ser amada en nuestro Siglo XXI van asociadas a rasgos físicos supuestamente perfectos.

No se necesitan ver las mil y un versiones del cuento de Betty La Fa para reconocer que las arrugas, el sobrepeso, y la falta de atributos corporales y faciales, afectan las posibilidades de una mujer de conseguir la pareja deseada. La fantasía también hace eco de esa realidad y muchas veces la doncella hechizada presenta apariencia monstruosa que la hace repelente a la vista.

De ese motivo folclórico, mi favoritas son las leyendas asociadas con las loathly hags (viejas repugnantes) que encontramos en los cuentos celtas. El primero  es el de Niall de Los Nueve Rehenes. En uno de esos concursos para ver quién tiene más méritos para ser rey de Irlanda, Niall y sus hermanos llegan a una fuente mágica custodiada por una vieja fea. La vieja exige un beso como pago por un trago  de agua. Solo Niall se anima y... ¡oh, maravilla! La vieja se vuelve guapa y joven y lo corona rey.

Más triste es la historia de Diarmuid  y el Hada que pertenece al Ciclo Feniano. Diarmuid es el más joven de la Banda de los Fianna, los legendarios guerreros de la antigua Irlanda. Una noche, llega una  anciana y andrajosa mendiga a suplicar techo y comida al hall donde duermen los guerreros. Todos  la rechazan con asco. Solo el joven Diarmuid le hace un espacio cerca del fuego. Pasan la noche juntos y a la mañana siguiente ocurre la conocida metamorfosis. La Loathly Hag es una poderosa y hermosa fae. Se casa con Diarmuid y hasta le pone una mansión cerca del mar. Solo le impone una condición. Nunca recordarle que fue fea, vieja mendiga. Como el Señor de Lusignan, Diarmuid rompe la promesa y como Melusine, el hada se marcha.
·De The Enchanted World: Spells and Bindings de Time-Life Books


Diarmuid, muy arrepentido, parte en una de esas búsquedas heroicas hacia el Otro Mundo, ahí encuentra  que su mujer, que es hija del Rey de Las Hadas,  yace  moribunda. El dolor de la separación la está matando. A continuación hay otra búsqueda por la cura que es suministrada por un druida. Diarmuid recibe una copa cuyo contenido debe beber su mujer, pero el druida le advierte: apenas la beba el hada sobrevivirá, pero el amor que el guerrero siente por ella desaparecerá. Efectivamente, la pócima salva la vida del hada, pero Diarmuid deja de amarla en ese instante demostrando otra vez que hay criaturas fantásticas sin licencia para  el amor.

·De The Enchanted World: Spells and Bindings de Time-Life Books


Aunque hay muchas leyendas similares  no se puede hablar de hags sin mencionar a la Dame Ragnell del Ciclo Artúrico cuya existencia fue cantada en varios poemas medievales e incluso es incluida en uno de los más famosos trabajos literarios del Renacimiento, Los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer.

Estos son los puntos básicos del relato. El Rey Arturo se mete en problemas con un caballero que lo emplaza. En un año el monarca deberá responder una pregunta que siglos más tarde todavía no tiene respuesta: ¿Qué es lo que desean las mujeres? Si la respuesta no es la adecuada el caballero decapitará a Arturo.


Como sabemos es una pregunta difícil de responder hasta para Mel Gibson, pero al auxilio del rey llega Dame Ragnell, la hermana del caballero. Está dispuesta a darle la respuesta (que solo revelará Arturo al hermano de la dama) que salvará la vida del rey, pero a cambio, exige la mano del soltero más cotizado de Camelot, Ser Galván, el sobrino de Arturo.
(Goodreads.Com)

Como buen caballero, Galván se dispone a sacrificarse a favor de su tío.  Y sacrificio es en verdad porque Ragnell es vieja, fea, contrahecha y muy grosera. Se celebran los esponsales. Todos murmuran a espaldas de los novios. Las burlas ya tienen chato a Galván. Más encima, la novia durante su banquete de bodas, se porta más ordinaria que Tyrion Lannister en el suyo.
·De The Enchanted World: Spells and Bindings de Time-Life Books
Finalmente los novios se encuentran solos en la alcoba nupcial. Fiel a su palabra, Galván se dispone a consumar su matrimonio. Es ahí cuando ocurre el milagro y Ragnell pasa a ser despampanante. Me imagino que luego de la consumación será cuando Ragnell le explique a su marido que está hechizada, y que su licencia para amar trae límites. Puede ser atractiva para él solo en sus noches de amor. O en cambio, puede acallar todas las burlas, deslumbrando a la corte con su belleza para volver a ser vieja ramplona a la hora del sexo.

“Vos elegís” le dice la dama.
Galván lo piensa mucho, pero se encuentra en un dilema y finalmente dice
“Os dejo a vos la elección, Mi Señora.”

Y esa es la punchline, porque al decir esas palabras, al ceder su derecho de amo y señor, Galván está expresando la respuesta secreta que salvó la vida de su tío, pero también está desencantando totalmente a su esposa. Lo que las mujeres quieren es tener la última palabra, el derecho a escoger y solo así pueden romper cualquier hechizo que las domine y les impida amar.

Nuestra óptica moderna encontrará muchas explicaciones sicológicas a estos ejemplos que he descrito. A mí lo que más me impresiona  es la conciencia de los narradores antiguos de lo difícil que siempre ha sido para una mujer “especial” poder encontrar el amor y vivirlo a su manera.