Un cambio que trajo la invención del héroe licántropo, fue
la aparición de mujeres lobas que hasta ahora casi no se conocían. La idea del
lado bueno de la licantropía aunada a una metamorfosis que convertía al humano
en un hermoso animal, hacia posible, desde un punto de vista estético, que las
protagonistas también le aullasen a la luna.
Hay ejemplos en la literatura pre-siglo XX de licántropas,
pero tal como lo concibiera la Iglesia durante sus misóginas cacerías, se trata
siempre de malévolas hechiceras. Así en su novela bizantina Los Trabajos de Persiles y Segismunda El Manco de Lepanto incluye
una bruja que se convierte en loba. En el cuento de terror “El lobo blanco de
las Montañas de Hartz” la madrastra del protagonista usa su magia para
convertirse en fiera y devorar a sus hijastros.
El cine evitó relatos de mujeres-lobas, aunque, en 1944,
Nina Foch, interpreta a una en “The Cry of the Werewolf”. Un año más tarde,
June Lockhart cree ser víctima de la licantropía en “The She-Wolf of London”.
En ambos filmes las lobas nunca aparecen con máscaras absurdas. O no se les ve
el rostro o aparecen como lobos normales.
El cine-terror mexicano de los 60’s nos trae a Kitty de
Hoyos en “La Loba” (1964), un romance licantropico. De acuerdo a los cánones
cinematográficos audaces de los 60’s y 70’s, ya pueden aparecer monstruas
hibridas. Así surgen filmes que son parte de la mixtura horror-sexploitation
tan en boga y con títulos sugerentes como “Nympho Wolf” o “My Mother is a
Werewolf”. El colmo llega con la cinta italiana “La Lupa Mannara” de 1976,
donde Annik Borel enseña vello púbico y facial, no se sabe cual más hirsuto.
Por suerte estas ridiculeces son escasas.
El primer retrato positivo de licántropa emergió en esa
fabula de Neil Jordan “In the Company of Wolves” (“En Compañía de lobos”). Uno
de los cuentos intercalados muestra a una lobita que se vuelve humana, pero extraña
su mundo. Por suerte encontré en YouTube el filme completo y en castellano. A pesar de
que el filme fue muy incomprendido en su
momento, el argumento permitió a la licantropía adquirir caracteres románticos,
incluso con el final en que Caperucita
Roja decide convertirse en loba y formar pareja con el que siempre ha sido el
villano de la historia.
“In the Company of Wolves”, y los cuentos de Angela Carter
en los que la trama está basada utilizan la licantropía femenina como una
metáfora de los cambios hormonales adolescentes y el miedo y la fascinación al
sexo que los acompañan. Pero el cuento de la loba humana también gira en torno
al estereotipo de la “mujer salvaje”, de esas cuyos mitos pueblan las páginas
de Women who Run with Wolves (Mujeres que
corren con lobos) de Clarissa Pinkolas Estés.
Ya solo falta que una estrella de cine y sex-symbol de los
90’s de vida a una loba y eso ocurrirá en 1994. Los 90’s comenzaron con una
revisión total de grandes mitos del cine del horror. Gary Oldman dio un rostro
romántico a Dracula en 1992, dos años más delante De Niro interpretaba a un atormentado
e incomprendido monstruo de Frankestein. En ese mismo año, Jack Nicholson le
aullaba la luna como un simpático y moderno hombre lobo en “Wolf” (“Lobo”).
Will es un editor que enfrenta problemas en el ámbito
laboral y en su matrimonio. Una noche en que conduce a través de un descampado
en Vermont atropella accidentalmente a un hermoso lobo. Al bajarse a examinar a
la criatura, ésta se pone de pie, le muerde una mano y huye.
A partir de ese momento, Will experimenta cambios físicos y
emocionales. Se vuelve más peludo, aumentan sus apetitos incluyendo el sexual,
se hace más fuerte y ágil, se agudizan sus sentidos. Así descubre que su rival
en el trabajo (James Spader) es amante de su mujer (Kate Nelligan). Will muerde
a su enemigo y le orina los zapatos “para marcar territorio”.
Pero también Will comienza a sufrir lagunas mentales y no
recuerda que ha hecho durante el plenilunio. El público sabe que a Will le crecen
los colmillos (casi la única metamorfosis que experimenta) y se va de cacería
bajo la luz de la luna. ¿Pero incluirán asesinatos estas expediciones?
La única que apoya y ayuda a Will a afrontar su licantropía
es Laura (Michelle Pfeiffer) hija de su odiado jefe (Christopher Plummer). Ella
arriesga su vida para demostrar que Will no es un asesino. No quiero dar más
detalles sobre este fascinante filme, pero me veo obligada a revelar un inmenso
SPOILER con este clip del final de la película.
Michelle Pfeiffer, en 1994, era un símbolo sexual, una
actriz más que taquillera y ya había incursionado en el mundo fantástico como
una de las “Brujas de Eastwick”, como la amada de un licántropo en “Ladyhawke”
y como La Gatubela. Ahora se las arregló para sorprender en ese primer retrato
de licántropa guapa y heroica.
La literatura de la Era de La Fantasía de esta última década
ha visto el nacimiento de muchas lobas humanas. Las series de Carrie Vaughn
sobre la locutora Kitty Norville y de Kelly Armstrong sobre Elena Michaels, la periodista de Toronto,
muestran como es vivir en el mundo moderno siendo licántropa.
Sin embargo, los mejores retratos de mujeres lobas se los debemos
a una fantasía histórica y a una novela juvenil. En 1997se publicaba Silver Wolf (La loba de plata) de la pluma de Alice Borchardt, hermana de Anne
Rice.
La dama franca Gisela llega a la Roma medieval con una última
esperanza, que el Papa desencante a su hija Regeane y la libere del molesto hábito
de convertirse en loba. Regeane es una cambia-pieles como su padre, pero para
Gisela y su familia la metamorfosis es indicación de poderes diabólicos. La
muerte de Gisela deja a la lobita a merced de su villano tío Gundabald quien
tiene siniestros planes para su sobrina.
El Papa Adriano tiene problemas con los lombardos y quiere
que Carlomagno y sus francos vengan en su ayuda. Quien puede ayudarlos es
Maeniel, líder de una tribu de bárbaros que habita la zona entre el reino
carolingio y el lombardo (el actual Valle de Aosta). Para conseguir su
fidelidad se le ofrece como esposa a alguien de la dinastía carolingia, esa es
la niña-loba. Gundabald encierra a su sobrina en el sótano, la golpea, la mata
de hambre y la amenaza con revelar su secreto lo que haría que las autoridades
la quemen por bruja.
Regeane logra huir en varias ocasiones, pero siempre es
atrapada. En sus huidas vive fantásticas aventuras que la llevan a una villa-prostíbulo,
un leprosorio y un convento. Hace amistad con la cortesana Lucila, con una niñita sajona y con Antonious, el
hijo leproso de Lucila y el Santo Padre. A pesar de su fragilidad, Regeane está
llena de poderes, tiene visiones que la llevan a otros mundos y a comunicarse
con los muertos incluyendo a su difunto padre. También tiene dotes de
curandera.
En busca de yerbas que curan la lepra, Regeane se interna en
un bosque de las afueras de Roma y conoce a un lobo que le roba el corazón,
pero nada puede contra las intrigas de su tío y debe casarse con Maeniel a
quien encuentra atractivo, pero que no consigue hacerla olvidar al lobo.
Finalmente ocurre lo que tememos y Regeane acaba en la hoguera, pero es
rescatada por su marido que le revela que él es el lobo. Regeane parte al reino
de su esposo donde puede vivir en paz su licantropía.
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(tumblr.com) |
Es un libro sumamente original e interesante que por primera
vez muestra a los lobos como seres superiores, no caníbales asesinos. Lamentablemente,
esta novela tiene algunos errores que impidieron que se convirtiera en un
cásico. Está mal escrita. Borchardt no es Martin, su exceso de descripciones
aburre. Por otro lado, el argumento a ratos es sexista. Las mujeres son todas buenas, con mínimas excepciones, los hombres son perversos, pervertidos y ambiciosos. Por último, aunque es romance paranormal, tiene muy poco de romance, pero si tiene mucho sexo y
violencia, incluyendo un inexplicable affaire lésbico entre Reagane y Lucila,
aun así es una pionera en el género licántropico.
En 1999, Anette Curtis Klause publica Blood and Chocolate, la historia de Vivian, una adolescente que
sufre el ser la inadaptada de su clase de secundaria. Mayor problema tendría la
chica si sus celosas compañeras supieran que es licántropa. En su infancia Vivian fue parte de un mini grupo de
chicos-lobos llamados “Los Cinco”. Pero la llegada de la adolescencia hizo que
sus amigos se volvieran díscolos y pusieran en peligro a La Manada atrayendo el
interés de los humanos. Un incendio intencional provocado por humanos dejó a
Vivian huérfana de padre y ha obligado a la manada a emigrar a Maryland. Pero
los licántropos necesitan de un líder. Ese parece ser Gabriel de quien se
enamora Esme, madre de Vivian, solo que a lobo le gusta la hija.
Vivian se enamora de su compañero Aidan que parece abierto a
la idea que existen seres sobrenaturales. Gabriel se gana el puesto de líder de
la manada y Esme y su rival Astrid luchan por el derecho de ser su hembra. Esme
va perdiendo, cuando Vivian interviene y vence a Astrid, dejándola tuerta. Ante
su horror la chica se ha convertid en la hembra Alfa y está obligada a ser
mujer de Gabriel.
Vivian le confiesa su realidad a Aidan quien reacciona con horror,
asco y rechazo. Vivian comienza a sufrir episodios de amnesia en los que
despierta manchada de sangre y sin poder recordar nada. Esto ocurre
paralelamente a una ola de misteriosos y brutales asesinatos en su ciudad. Finalmente
será Gabriel quien ayude a esclarecer los misterios que rodean a Vivian y le enseñará
a aceptar su licantropía y su amor.
Esta preciosa novela que les recomiendo sin dudar, se
convirtió en un bestseller y obligadamente fue llevada al cine. La cinta del
2007 fue un fracaso estruendoso. Le hicieron cambios absurdos como trasladar la
acción a Bucarest, subirle a edad a Vivian y eliminar todo el trasfondo de la
secundaria. Para colmo, al final Vivian se queda con Aidan. El que haya sido un
fiasco en pantalla no resta el valor de a novela que sigue siendo el mejor
retrato de licantropía en la literatura. Blood
and Chocolate no ha sido superada, pero el Siglo XXI verá nuevas
posibilidades en los licántropos tal como integrarlos al auge de la ficción
vampírica (Continuará)