jueves, 26 de diciembre de 2019

Fallas y Virtudes de la Primera Temporada de “ The Witcher”


No iba a hacer nada sobre “The Witcher”. Tiempo no me sobra, y aunque la serie de Netflix es entretenida, no es un tema del que quiera explayarme por escrito. Menos si me puede llevar a discrepar  con algunos reyes de fábula fanáticos de la saga de Geralt de Rivia. Pero unos recaps negativos, particularmente el de Entertainment Weekly,  tan innecesariamente injusto, me empujaron a entrarle a una reseña. ALERTA: Spoilers hasta el quinto capítulo.

La Princesa, La Bruja y El Carnicero de Blaviken
Comienzo diciendo que soy totalmente Niña de Verano en este cuento. No he leído los libros de Andrzej Sapkowzki, no conozco los juegos de videos. Por eso pido disculpas si salgo con alguna simpleza, no pretendo conocer las geografías ni las mitologías del Reino de Fábulas (conocido como “El Continente”) por el que circula Geralt (Henry Cavill), mitad caballero errante, mitad Django Unchained.

Mas o menos lo que sabía es que Geralt no es enteramente humano, es un mutante lo que le permite unirse al gremio de los Witcher, cazadores de monstruos en un universo donde estos abundan y molestan. Me contaron que en algún momento Geralt debe encargarse de la protección de la princesa Cirilla, heredera del Reino de Cintra,  y contará con la ayuda de su examante/amor de su vida, Yennefer, la mejor maga del Continente.

Bueno, hasta ahora nada de eso ha ocurrido. Me explican los conocedores que en Netflix optaron por comenzar con una precuela de la saga, inspirada en una serie de cuentos que el autor polaco escribiera en 1993 titulada The Last Wish. De ese modo la trama se divide en tres historias separadas que en algún momento se encauzan.

La primera es la historia de Cirí, princesa heredera de Cintra. Después que el usurpador Nilfgaard se queda con su trono y su reino, la Reina Calanthe (Jodhi Mai) envía a su nieta Cirilla (Freya Allen) en una búsqueda heroica: debe encontrar a Geralt de Riva. Gran parte de esta temporada es ocupada por las andanzas de Ciri y sus esfuerzos por evadir a los soldados de Nilfgaard. Esta trama no está en el material original.

También inventado es el cuento de Yennefer (Anya Chalotra), a la que encontramos convertida en una porqueriza deforme viviendo en la humilde aldea de Vergenberg. Un día, cansada de los malos tratos de su familia y de sus vecinos, la jorobadita descubre que tiene un don mágico: abrir portales a otras dimensiones. Así se encuentra con Istredd (Roy Pierresson) una especie de arqueólogo mágico y soplón profesional que la delata con Tissaia de Vries (MayaAnna Buring), directora de una Hogwarts para Señoritas.

Por cuatro marcos, Tissaia compra a la cuidadora de cerdos y se la lleva a su internado. A pesar de que Yennefer intenta suicidarse, es mentirosa, y para colmo, la peor alumna de la clase, Tissaia no ceja en su empeño de convertir a la jorobadita en una gran hechicera. Entretanto Yennefer aprende otras cosas en sus revolcones con Istredd que parece trabajar para todos los grandes magos, y vive delatándola.
Tissaia y su "cerdita"

Lástima que como Hermione Granger, Yennefer tiene “la sangre sucia” (desciende de elfos que en el Continente son una raza de parias). Tampoco ayuda que sea chueca de cara y cuerpo. Cuando ve que otras con menos méritos que ella consiguen mejores puestos de magas cortesanas, la ambiciosa Yennefer decide cambiar su destino. Tras rechazar la propuesta de Istredd de huir juntos, se somete a una histerectomía sin anestesia que es el pago para volverse guapa y así conseguir el empleo que desea:  mágica consejera de reyes.
Istredd y Yennefer

Me he detenido en estas damas porque son más interesantes que el protagonista. Vale explicar que la serie salta de un cuento a otro, y también hace saltos cronológicos, por lo que la historia no ocurre en tiempos paralelos. Lo de Yennefer ocurrió mucho antes que la caída de Cintra, incluso en el cuarto capítulo, Geralt es un invitado al compromiso de la princesa Pavetta, madre de Cirí.

Aun así, la serie comienza con Geralt matando monstruos, porque para eso sirve un Witcher, a pesar de que el refrán de la historia es que el peor monstruo es el ser humano. El cuento de Geralt sigue las pautas del western. Geralt es un solitario, sin afectos ni pertenencias (los Witcher son estériles) que lo obstaculicen, es lacónico, antisocial, cuando habla resume sarcasmo. Su vida errante está vinculada a su empleo de cazarrecompensas. Pero Geralt no caza Bad Hombres sino monstruos.

En el primer capítulo lo vemos llegar al pueblo de Blaviken, arrastrando el cadáver de una kikomora (una araña gigante con rostro humano). Como en todo pueblo del Far West, los cazarrecompensas son despreciados. En el salón local no quieren ni servirle una cerveza y hasta ofrecen darle una paliza. Nuestro héroe es rescatado por Renfri (Emma Appleton), capitana de un posse de bandoleros. La amistad Renfri-Geralt es interrumpida por la vivaracha Marilka (Mia Mackenna Bruce) que le cuenta al Witcher que su padre, el alcalde, está dispuesto a comprarle el kikomora.
Renfri

Al llegar a casa del supuesto padre de Marilka, Geralt,  que posee poderes,  nota que se trata de una mansión embrujada atraviesa (literalmente) la puerta y se encuentra en un jardín poblado por chicas desnudas. Son un holograma conjurado por el gran hechicero Stregobor (Lars Mikkelsen,  hermano de Mads) para pasar el tedio de ser un recluso en constante temor de ser asesinado por un terrible monstruo.

El monstruo resulta ser Renfri que, como explica Stregobor, es una princesa fugitiva que desde pequeña demostró ser mala leche, torturando animalitos y matando gente por capricho. A pesar de ese currículo, Geralt, que posee un código moral, se niega a matar a la princesa bandida. Se encuentra con Renfri quien le cuenta que solo mató un hombre, un enviado de Stregobor que la violó.

Geralt medio la convence de marcharse del pueblo y dejar a Stregobor en paz. Acto seguido hacen el amor en una muy buena escena donde no muestran ni una nalga ni una teta y si mucha ternura. De poco vale, Renfri manda a sus hombres a matar al Witcher. Geralt los despacha todos y mata a a Renfri de yapa, lo que le rompe el corazón. Al parecer el Witcher se ha enamorado y eso que se supone que los de su raza carecen de emociones.

De esta experiencia le quedan a Geralt el sobrenombre de “Carnicero de Blaviken”, el recuerdo de Renfri que lo persigue hasta en sueños,  y una costumbre de socorrer princesas en peligro. En el segundo episodio,  nuestro Don Quijote se consigue un Sancho Panza, cronista y cantor de gesta,  todo encerrado en Jarziek (Joey Batey), un trovador de taberna que antes de tener al Witcher de musa, componía canciones sobre abortos.

En el tercer capítulo, Geralt es contratado para matar o salvar a una princesa embrujada. Ahí conoce a la brujita Triss Merigold (Anna Schaffer). En el último episodio debe amparar los amores de la Princesa Pavetta (Gaia Mondadori) y el embrujado hombre-puercoespín a quien ella ama. Las aventuras de Geralt toman un cariz episódico cuya unidad la proporcionan las historias intercaladas de Yennefer y Cirilla.
Pavetta y Duny

¿Criticas Injustas?
Hasta ahora he visto seis de los ocho episodios de esta temporada y todavía no he leído ni un comentario oficial de mis reinas ni para alabarla ni para maldecirla. Hay comentarios de usuarios en Rotten Tomatoes, la mayoría son positivos. Eso si la mayoría son de Inmaculados, ni un “pio” de parte de Lectores. Yo esperaba quejas de puristas por los cambios. Nada.  En lo que respecta a los críticos, las reacciones han sido mixtas.

En EW, Darren Franich encargado de reseñar la serie, se aburrió tanto que le pidió a su colega, Kristen Baldwin que le echara una mano. La calificaron con una “F” básicamente porque la encuentran aburrida y confusa. El título de la reseña es ya lapidario (“desnudamente terrible”). Concuerdo que hay muchos clichés y que algunos diálogos son penosamente confusos, pero no la acusaría de aburrida y posee factores novedosos.

Las otras reviews no son mejores. La comparan con “The Mandalorian” y con “Juego de Tronos”. “The Witcher” siempre pierde. En Salón.com, el reseñador sale con unas excusas bien cojas de que hay que esperar al capítulo cinco que ahí la cosa se pone buena, o que la verdadera saga comenzará en la segunda temporada (WTF?) Hasta nos sale con un que “al fin y al cabo nos tomó tiempo encariñarnos con los personajes de GOT”. Hey dude! Yo al final del primer capítulo de GOT sabia a quién amaba (Daenerys), a quien odiaba (Sansa), quien me interesaba (Tyrion) y a quien quería en mi cama (Matarreyes-tira-niños-por-la-ventana).

Aquí me cae bien el Geralt, es un tipo decente; le he tomado cariño a Ciri (sus padres eran adorables); me reventó la Calanthe; y le tengo lastima a Yennefer. Ya con eso puedo trabajar. En cuanto a recomendarla…

Si te gustan las batallas bien gory (aquí vuelan cabezas y brazos y se desparraman las entrañas a cada rato), si te gusta la zoología monstruosa, los héroes con espadas, si eres adorador del dios de las tetas y del vino, esta serie es para ti. En EW se quejaban, y solo con tres episodios vistos, de la cantidad de chicas encueradas.

Es cierto,  están los hologramas de Stregobor que son como pinturas de desnudos, tenemos a la striga del tercer episodio que anda desnuda porque se parió sola y nadie le ha pasado ropa. Cavill muestra un poco cuando está encamado con una ramera que exhibe pechuga porque ese es su trabajo. Tenemos a Yennefer desnuda y jorobada montada arriba de Irdredd, y a Yennefer enseñando tetas cuando le extirparon el aparato reproductivo para quitarle la joroba. Esa escena creo que fue la única vez que sentí que el desnudo era gratuito.

En el cuarto episodio no hay sexo ni gente pilucha, eso sí hay mucho amor. Para compensar se fueron al cerdo con una orgia en el quinto. Bueno, es que GOT dejó la vara alta en el tema de desnudos y sexo como parte de la fantasía épica.

Para ser justa, aunque hay cosas interesantes en la trama, (el poder mágico de la voz femenina, las opciones que tenemos las mujeres y como muchas veces nos arrepentimos de los caminos que tomamos) la música es ¡bleeh! las actuaciones son desiguales, el vestuario es horrible,  y la cinematografía parece apoyarse solo en efectos digitales muy de juego de video.

“The Witcher” no posee la majestuosidad de GOT, e incluso está por debajo de “Vikingos” que en esta última temporada está dando catedra con su cinematografía. No creo equivocarme porque todavía no he visto un artículo que alabe los aspectos técnicos de la serie, aparte de los efectos especiales.

En cambio encontré este fascinante artículo de Forbes donde expresan mis razones para despreciar la cultura del binging. La razón por la cual nos gustan más “The Mandalorian” y “Game of Thrones” es porque nos la pasaban en entregas semanales. Cada capítulo estaba confeccionado para dejarnos pensando, hambrientos y a la espera del próximo.

En cambio “the Witcher” está dirigida a gente que planea tragársela de una sentada de ocho horas. Las escenas son atropelladas, los eventos se suceden con ininteligible velocidad, los diálogos resultan pesados porque intentan dar información que no puede ser transmitida por acciones. El amigo del videogame se zampa sus ocho horas y se pone a buscar otro juego. El espectador pensante, que nota que la serie tiene algún mensaje, o que intenta mostrarte la dinámica de un mundo mágico, se frustra ante la manera densa en que son presentados ambos.

En Vox han sido más crueles diciendo que es como si Weiss&Benioff les hubieran vendido sus ultra cocinadas, pero aún no utilizadas,  ideas a esta serie. A pesar de que Sapkowski ha alabado la serie, los críticos parecen o no saber que esta saga tiene una base literaria o consideran “The Witcher” desvinculada del material original.

Ha llegado el punto que los encargados de la publicidad de “The Witcher” han pedido que dejemos de compararla con la saga martiniana. Tarde, si ellos mismos la vendieron como la que reemplazaría a GOT en nuestros corazones troneros. En este articulo de The Ringer, nos dicen que le falta para ser GOT. Yo añadiría más dimensión en la caracterización de los personajes.

El Mensaje Postfeminista
Voy a detenerme un momento en otra razón para ver la serie, pero esta es bien personal.  Reinos de Fabula siempre en sus análisis ha tomado una postura feminista y femenina, hablo del postfeminismo o Tercera Ola del movimiento. Muchos se quejan de chicas en bola en “The Witcher, pero nadie comenta la abundancia de personajes reconocibles y significativos que pertenecen al sexo con vagina.

Algunos han notado la cantidad de chicas superpoderosasalgunas un poco monstruosasque enfrentan desafíos o con espadas o brujería. Lo que no han visto es que a pesar de estar la serie en el bolsillo de Soros (todo el producto de Netflix lo está), hay un mensaje encubierto de postfeminismo que me ha hecho witcherfan.

En el cuarto capítulo, tenemos clarísimo el enfrentamiento entre dos tipos de heroínas feministas: Calanthe, que llega al compromiso de su hija en armadura, medio borracha y manchada de sangre, y la hija de la que la reina se burla y tilda de histérica. Al final de la noche, Pavetta ha descubierto el poder de su voz gracias al amor y la compasión que la hacen “libre” del matriarcado de su madre, que se revela como traidora, terca y caprichosa.


Yennefer quiere una carrera, rechaza la propuesta de Irdredd porque no quiere ser segundona de un mago. Para moverse en los altos círculos de poder necesita ser guapa. Para serlo opta por descartar su derecho a la maternidad. tReinta años más tarde, sigue siendo hermosa, pero se ha convertido en la guardaespaldas de una reina frívola y malvada que sacrifica a su propia hija y le grita a Yennefer “¡bruja inútil”. Al final, antes de enterrar a la bebé asesinada, Yennefer la consuela diciéndole que tiene suerte de estar muerta porque las mujeres “solo son envases”.

Me recordó la razón por la que mi madre dejo de ver “Charmed” (la original). Siempre preguntaba “¿Si estas chiquillas tienen tanto poder como es que tienen vidas tan desorganizadas? Entonces no se merecen ser brujas”.  Lo mismo sentí al oír a Yennefer.

Despreciar su sexo, no reconocer su fortaleza, sentir que una decisión, tal vez errada, arruinó su vida. Esa es la marca de la hembra débil no de una prodigiosa hechicera. Y sin embargo es cierto. En un mundo donde la mujer tiene más opciones, también hay más oportunidades de equivocarse en la toma de decisiones.

¿Qué les ha parecido “The Witcher”?  ¿En qué es inferior a “Juego de Tronos”? ¿Les parece una serie feminista?