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lunes, 17 de agosto de 2015

¿Atrapados y sin salida? Mis esperanzas en el futuro de Penny Dreadful


Para muchos seguidores de “Penny Dreadful “, el final de la segunda temporada fue catastrófico. Un miembro de La Liga Anti Monstruos perdió la vida; Vanessa perdió la fe; Calibán la esperanza y el Lobo Chandler, su libertad y pasaporte. ¿Seré yo la única que veo esos desastres como tropiezos menores? Algo me dice que pronto los personajes, que parecen estar atrapados, recobrarán su libertad de una manera inesperada. Alerta: SPOILERS a granel.

El tema de la trampa comenzó en el penúltimo capitulo. Evelyn captura a Sir Malcolm para usarlo como cebo y atraer a “Amunet” Ives. Vanessa, sin escuchar consejo de nadie, parte a la casa embrujada a rescatar a su padre adoptivo (¿Solo adoptivo?). Al hacerlo acepta el desafío de la perversa médium de enfrentarse a Lucifer. “Ven a conocer a tu Amo “le dice la McRory con una sonrisita que hiela la sangre.

La Brigada Anti-Monstruos en pleno, incluyendo a Ethan (y eso que hay luna llena), parte a rescatar a su reina y todos caen la trampa. Las Nightcomers (con excepción de Hécate, que al final fue la más lista del cuento) atrapan al pobre Lyle, al que ni la recitación del Shema parece poder salvar. ¿Por qué Lyle tendrá tanto cuidado con que no se sepa que es judío? Le rogó a Victor que no revelara su secreto.

En cuanto a Victor, las brujas lo encierran junto a Malcolm, A ambos los atormentan los zombis de su pasado que los agobian a con reproches y empujan al suicidio. Pero la trampa más terrible se la prepara Hécate a Ethan y a Sembene. Comprimidos en un estrecho corredor, observan aterrorizados como los rayos plateados entran por el cielo raso. Chandler tiene una sola salida: darse un tiro, pero Sembene lo detiene. Le recuerda que El Señor le ha encargado una misión. No puede morir. El pistolero baja el revólver, se convierte en lobo y mata a Sembene.



Tengo que tomar un respiro, cada vez que revivo esa escena es un golpe que siento en los ovarios. No puedo creer que Sembene esté muerto. Y lo confirmo “está tan muerto como Jon Snow”, ósea renacerá de alguna forma porque Sembene es un personaje con demasiadas posibilidades para desaparecer tan fácilmente. Seguro que Malcolm llevará su cadáver a algún doctor brujo experto en resucitar zombis.

Después de la muerte de Sembene, esperaba una masacre total. Pero no contaba con Vanessa. Careada con esa muñeca clon por cuya boca habla El Demonio, la aprendiz de bruja recurre al Verbis Diablo y la hace pedazos. Las muñecas se desmayan, los escorpiones son absorbidos por “El Pequeño Escorpión” que ahora tiene las toxinas dentro del cuerpo.


En ese momento, Evelyn Poole comienza desmoronarse como La Bruja Mala del Oeste. Le llega el “viejazo”. Aúlla desesperada al sentir como las arrugas invaden su rostro. Para su suerte, llega el licántropo que de un zarpazo impide que siga envejeciendo. ¡Qué fácil se acabó con esa diabla! Yo quería que sufriera más.

Ethan-lobo y Vanessa se ponen frente a frente. Tal como ocurriera en el primer episodio, La Ives avergüenza al monstruo quien huye sin hacerle daño. En el acto acaba el hechizo. Lyle mata a balazo limpio a las brujas. Malcolm y Victor olvidan sus planes suicidas, y Hécate desaparece en la noche tras incendiar la casa con el cadáver de su madre en el interior. Como la Khaleesi, ha emergido del fuego lista para reinventarse.

Paralelos a este cuento del castillo de “Irás y no volverás”, otros personajes también se encuentran  enjaulados. Algunos literalmente como el pobre Calibán que cayó en la trampa  de  Lavinia que resultó la más perversa de su familia. Los Putney murieron a manos de Calibán, y posiblemente Lavinia muera de inanición o se parta la cabeza contra la pared. Se lo merece, ciega traidora.

Un twist fantástico de John Logan fue convertir al ser más frágil e inocente de la historia en el peor monstruo. Fue la cieguita la que se encargó de enjaular a “Mr. Clare” para que se convirtiera en la gran atracción del zoológico de freaks que sus padres planeaban para aumentar el caudal de sus arcas. Esa escena en que los repelentes Putney le dicen al encarcelado Calibán lo que piensan hacer con él estuvo escalofriantes puesto que ahí ya no se sabía quién era el freak, si Calibán o sus carceleros.



Doryan Grey y Bronna resultaron inmortales, pero quedaron tan encerrados como los demás. Es cierto, sobrevivieron a las balas del Dr. Frankenstein y desdeñosamente le perdonaron la vida al Creador. Aun así, y a pesar de sus bravatas de como dominarán la mundo (otra vez, Pinky y Cerebro) esa escena final de ellos bailando como muñequitos de caja de música daba la impresión de que estaban  encerrados en su propio narcisismo.


El joven Frankenstein quedó al final solo en la única compañía que no lo abandona, la morfina. Calibán partió en un viaje hacia El Polo Norte. Le rogó a Vanessa que lo acompañara. Miss Ives, generosa como siempre, le dio un apasionado beso y lo dejó partir asegurándole “usted el más humano que he conocido”. Malcolm, cargando el cadáver de su amigo, el ex comerciante de esclavos, partió al África a darle un entierro digno a Sembene.

Todos quedaron en tránsito. La pareja de bailarines inmortales en su in tándem circular que igual crea una atmosfera claustrofóbica.; Victor encapsulado en  La nave del olvido drogadicto; Calibán rumbo al continente helado, y el explorador en su viaje fúnebre. Ethan Chandler, tras entregarse la policía, recibe un horrible  corte de pelo y horribles noticias. Su sueño de muerte limpia no se realiza. Se le empaca a  USA donde lo esperan la horca y su padre, no se sabe cuál es peor castigo.


Entiendo entonces la sensación de desesperanza que queda en los espectadores, encarnada en ese último gesto de Vanessa de lanzar su crucifico al fuego. Muchos interpretan ese gesto como una pérdida total de fe, un rechazo de D-s y por lo tanto del Bien. Me niego a aceptar eso.

La fe de Vanessa es parte de su constitución física. Esta breve “noche oscura del alma”, como la llamara San Juan de la Cruz,  es únicamente una etapa, un momento desesperación que no afecta  la espeluznante (no hay otra palabra de definirla) manía de Vanessa de ayudar al prójimo, de  vivir para proteger a otros, de ejercer una caridad que se niega a sí misma, de hacer el Bien. Después de todo El Bien, así en abstracto, es otro nombre para D-s.



Si Severus Snape hubiese conocido a Víctor Frankenstein lo hubiese tildado de “insoportable sabelotodo”, y nunca estuvo tan manifiesta la soberbia intelectual del médico que cuando acusó a Miss Ives de ser una “adicta a la religión”. Una adicta es una fanática y alguien como ella, tan pragmática en su manera de practicar el catolicismo no puede ser calificada de tal. Ninguna fanática religiosa ayudaría a practicar abortos,  seria aprendiz de bruja, se involucraría en vendettas asesinas o sería tan tolerante y flexible con los pecados ajenos.

Reitero, Vanessa tal vez pase por una etapa de irreligiosidad, quizás impiedad, pero no ha dejado de creer. Como Madame Kali, siente que Dios le ha vuelto la espalda y no ha sabido apreciar o recompensar su sacrificio. El duelo entre Amunet y su supuesto Amo-Futuro-Marido fue terrible porque la  puso cara a cara con  la tentación máxima: vender su alma al Diablo, a cambio de una felicidad semi-eterna junto al pistolero licántropo.


Ahora sabemos cuál es el sueño que Vanessa anhela. Y entre El Amo y Madame Kali la presionaron de una manera tan diabólicamente irresistible que a mí me hubiera sido imposible  rehusarme. Le prometieron décadas de felicidad domestica junto al hombre que ama, la familia que siempre ha soñado tener y morir tranquila en su cama, rodeada de los suyos. Todo a cambio de una eternidad convertida en la Madre de todos los Males. Un precio exiguo  cuando no se tiene nada y se nos ofrece todo, pero Vanessa rechazó esa propuesta, se enfrento al Mal y lo destruyó.  ¿Y cuál fue su premio? Descubrir que Ethan, su amado, es una bestia en noches de luna.


Aun así Vanessa acepta este nuevo desafío y le ofrece, a quien ya deberíamos llamar Larry Talbot, su vida para compartirla. Pero Ethan está agobiado por el remordimiento de haber matado a su amigo. La rechaza en una breve carta y se entrega a la policía. Aun así, yo creo que ese barco no llegará a América, que en el próximo plenilunio, Ethan será rescatado por Hécate, que ese par no ha comenzado todavía la hermandad que puede llegar a ser.


Creo que Ethan y Hécate serán el próximo desafío de La Liga Anti-Monstruos, y tal vez  tengan que batallar también en contra de Los Inmortales. Por algo Brona y Doryan lanzaron una amenaza a Victor. En cuanto al Dr. Frankenstein, no me importa nada ni cual sea su final. Como diría Cersei “No tiene remedio”. Y Calibán regresara de su expedición al Artico y apuesto que será el rival de amores del hombre-lobo. Vanessa no quiso acompañarlo hasta los hielos árticos, pero siente admiración por el pobre monstruo.

Lo último que vemos es a la desconsolada Vanessa, sola en su cuarto, en una casa vacía, arrojando su crucifijo a la chimenea. Un gesto fútil que nace de la desilusión, pero Vanessa es demasiado mujer, demasiado bruja, demasiado ángel, demasiado Amunet para dejarse ganar por sus enemigos. Cuando vuelva Malcolm, ya se pondrán a trabajar en algún plan futuro. Rehabilitar al drogadicto, acabar con los inmortales, o rescatar al lobo de la bruja. Y la fe de Vanessa seguirá con ella. Lo dijo Calibán cuando le recordó que D-s siempre la esperará. “Pero Ud. No cree en D-s” le dice la sorprendida  Miss Ives. “Pero usted si” le sonríe el monstruo humano.



jueves, 25 de junio de 2015

El Mal Avanza a Paso de Caracol: La Segunda Temporada de Penny Dreadful


Dejé de reseñar la segunda temporada  de “Penny Dreadful “por falta de tiempo y quórum, nunca por aburrimiento. He gozado cada capítulo que he visto y me apena  cuando la califican de lenta y aburrida  o se quejan de que carece de argumento o conflicto que resolver. Si de algo sufre esta serie de Showtime es de exceso de conflictos. En cuanto a historia, ahí está ese eterno conflicto entre El Bien y El Mal. La diferencia es que aquí “los buenos” deben primero vencer el Mal en su interior. Eso  toma tiempo lo que explica el frustrante ritmo de caracol de este cuento de terror victoriano. ALERTA DE SPOILERS para quienes no hayan visto PD hasta el capitulo “Memento Mori” (2x08). Además incluiré  los promos de YouTube  del penúltimo  episodio de la temporada.

No desdeño totalmente  las críticas puesto que tienen algo de razón.  En “Penny Dreadful” las historias paralelas al combate principal se sienten desvinculadas, a pesar de los esfuerzos un poco burdos de hacer que Vanessa Ives se involucre en todas ellas sea comprándole calzones a Lily-Bronna, recitando poesía con el Monstruo de Frankenstein, o asistiendo al desastroso baile de Dorian Grey.

Se ha dicho que Eva Green carga la serie sobre sus hombros, que ella es el meollo de todo este laberinto de perversión, esoterismo y fantasía decimonónicos. No discuto tal aseveración porque ella es la serie, ninguna otra subtramas opaca los momentos en que llena la pantalla. Vanessa Ives es tan importante que cuando Doryan Grey se lamenta que  ella insista en llamarlo “Mr. Grey”, expresa lo que todos los personajes desean: la atención total del “Pequeño Escorpión”.


Bruja, amada por Lucifer, y diosa inalcanzable, Vanessa es la quintaesencia de la musa que inspiró el arte de su época. La Belle Dame Sans Merci combinada con los modelos pre-Rafaelistas. Tan frágil como una Elizabeth Barret Browning y tan apasionada como una de Las Bronte, con  dejos de las hadas artúricas de la poesía de Tennyson, Vanessa es también una reina, emula de la Victoria Regina que dio nombre a su era. Tal  como la soberana tiene su John Brown que no usara kilts, pero sabe disparar, traducir latín y le crecen cosas con la luna llena.



La conclusión es que si Vanessa no anda por ahí, las subtramas no se sostienen por si solas. Como ejemplo veamos  las aventuras del Dr. Frankenstein. John Logan  ha conseguido diversificar, sin falsear, los puntos principales del relato de Mary Shelley. Víctor construye a La Novia de Frankenstein que rechaza a La Criatura y se enamora de su creador. Calibán halla más cariño en un ser invidente. ¿Pero dónde está la diferencia que pueda engancharnos con una trama tan conocida?

Víctor se enamora y pierde su virginidad gracias a su mujer-robot. Sin embargo la Prima Lily es más cercana a la Coppelia de Hoffman que a la gritona Elsa Lanchester. Tiene gustos caros, le atraen los bailes y la diversión. No le basta con Víctor, coquetea con Dorian Grey y vuelve a su viejo oficio, solo que acaba estrangulando al nuevo cliente.

En cuanto a John Clare, el nuevo alias de Calibán, me está aburriendo. Sufre mucho y su relación con la cieguita Lavinia no avanza. Tan latigudo es este Calibán que Lily consiguió asustarlo con su discursete anti-hombre y su plan de acabar con Víctor. Al menos, tuvo la decencia de besar al Monstruo, porque al final Lily, muy guapa ella, es más monstruo que John Clare.



Pero si el arco Franken-Lily no consigue atraparme, la fábula de Dorian Grey es un despropósito total.  No es descabellado que el esteta se sienta atraído por un travesti. Doryan es el aventurero sexual por excelencia y su apetito por lo nuevo y escandaloso en la alcoba es insaciable (mi hermano insiste en que DG ya ha explorado la zoofilia al “comerse” al Lobo Chandler.)Con el auge contemporáneo de nuevos géneros sexuales, es comprensible que se intente atraer al colectivo transgenero, pero la aparición/desaparición  del travesti no tiene pies ni cabeza. Ciertamente no ayudó a simpatizar mucho con los cross-dressers puesto que Angelique duró muy poco en escena.


Dorian Grey conoce y le gusta una chica que es un chico, decide enfrentarse a su sociedad viviendo abiertamente su romance. Incluso hace una fiesta en honor de su amante. Todo perfecto ¿Pero qué ocurre? En plena fiesta, el veleidoso aristócrata se siente atraído por una mujer con los ovarios bien puestos (aunque los hayan extraído de un cadáver.) La corteja  de manera tan pública y descortés que yo, en lugar de la travesti, le doy una pateadura ahí mismo en el medio del salón.


No se entiende. ¿A Dorian qué le gusta, quién le gusta? Nadie puede ser tan veleta. Aparte que en vida nunca le interesó mucho la Bronna aparte de excitarse con una mina que le vomitaba sangre al llegar al orgasmo. Ni supo que la prostituta tísica había muerto. Pero ahora los ojos se le van tras las curvas de Lily Frankenstein como si fuera lo más deseable del mundo y hasta la reconoce. Algo que no ocurrió con Vanessa que también conocía a Bronna.






En el último episodio titulado “Memento Mori”, lo desconcertante se volvió disparatado. Como la esposa de Barba Azul, Angelique entra al cuarto escondido y por fin vemos el Retrato de Doryan Grey. A pesar de que jura que guardará el secreto, Dorian no le cree y la envenena. Colorín Colorado. Lo siento Dorian-fans, pero espero que Lily le de matarile.

Las otras  líneas argumentales de esta temporada son débiles. Todo el cuento del detective Rusk que peleó en La Guerra Bóer (totalmente anacrónico mencionar un evento que ocurrirá casi una década más tarde) me latea hasta las lágrimas. Y espero que el sobreviviente-chantajista  de la Matanza de La Posada de Los Marineros tenga mal fin. Sobre todo  ahora que encontró al Lobo y la Caperucita escondidos en una casita en el bosque. La verdad que sus chantajes no le quitan  el sueño a nadie ni al mismo Ethan Chandler.


En cambio, muchos se quejan de que Sembene no tenga historia todavía, sin reparar en lo necesario y poderoso  que es su rol de raissonneur. Es al africano al único de La Brigada Anti-Monstruos al que Ethan se atreve a revelar su secreto  y me espeluznó y encantó a la vez que fuera Sembene el testigo de la metamorfosis del cowboy. Por si fuera poco, Sembene, cuyos lazos con el explorador nunca han sido explicados, será quien rescate a Sir Malcolm embrujado por la vagina de la supuesta Evelyn Poole.

A mí siempre me ha desagrado Helen McRory, y no porque haya capturado al pelirrojo más sexi de la pantalla, pero este papel le ha quedado a la medida. Evelyn Poole, Madame Kali o cualquiera sea su verdadero nombre (como la Reina Nicoll también creo que puede ser Erzebeth Bathory) es un personaje totalmente desalmado. Como la Condesa Sangrienta, La Poole vive con un solo objetivo, la eterna juventud. Para  eso sirve a un satánico Amo que exige le traigan a Vanessa para que sea su consorte.

En su obsesión por ser siempre joven y mala, Evelyn pasa por encima de todo, de su hermana, incluso de una hija con quien mantiene una rivalidad un poco bufa. En realidad, mucho de este arco de las brujas es algo chocarrero. Evelyn azotando al aristócrata masoquista, o matando vaquitas parece un remedo de bruja malévola. Incluso su seducción de Sir Malcolm es más hilarante que sexy  y su colección de muñecos vudús, rellenos con sangre y vísceras de bebés, es repulsiva y jocosa a la vez. Me recuerda las marionetas de “Puppetmaster”. La única ocasión en  que el personaje trasciende la caricatura es cuando le dice a Ferdinand Lyle que no fue ella quien se alejó de D-s, fue Él quien la abandonó.


Lyle es un personaje que me cautiva. Un granuja encantador que sirve a La Poole con esperanza de que lo mantenga eternamente joven y que le guarde el secreto de sus escapadas homosexuales. Sin embargo, en esta temporada, Lyle ha revelado un lado más serio como que tiene la preparación de un judío ortodoxo y que también posee conciencia. Cansado de jugar el rol de agente doble, finalmente en el penúltimo capítulo, Lyle se inclinará por El Bien y confesará a La Brigada Anti-Monstruos su conexión con las hechiceras. Esperamos que sobreviva a esta traición y que reaparezca en la ya anunciada Tercera Temporada.


Hasta ahora, Evelyn Poole ha fallado en todos sus intentos por atrapar a Vanessa o incluso de neutralizar a su fiel “Perro de Dios.”  Cómo la misma Hécate le dice, la espiritista está vieja y es un poco chambona, aunque no tanto como la hija a quien Ethan reconoció enseguida como una impostora. La pobre brujita ni se preocupó en imitar un acento de la Nueva Inglaterra, ni de leerse un libro de mitología para saber el origen de su nombre.

También es que hemos descubierto mucho sobre Vanessa y su pasado y por eso la sentimos una contrincante vigorosa. Ya no es solo la jovencita perseguida por demonios, la ex lunática que provocó la desdicha de su mejor amiga. Ahora sabemos que habla parsel, y que es una bruja bona fide.

Lo mejor de esta temporada fue  presenciar el entrenamiento mágico  de Vanessa bajo la tutela  de una bruja rural, semi inmortal cuya casa le había sido regalada por el mismísimo Cromwell. Maravillosa estuvo Patty Lupone como  Joan Clayton, la Cut-Wife , una  curandera de pueblo que funge como ginecóloga campesina  Sin embargo, esta mujer cuya mayor desgracia fue ser hermana de Evelyn Poole, era también una eficaz taumaturga que legó toda su sapiencia a su discípula a quien apodara “El Pequeño Escorpión”.

Lloré la horrible muerte de Joan , sobre todo porque recientemente me enteré que la ultima bruja en ser quemada en el Reino Unido fue una irlandesa de Tipperary, linchada por sus mismos parroquianos, en 1895, ósea la época de “Penny Dreadful.” Pero más ira me causó que el señor local, el mismo que le presenta el traste a La Poole para que le dé con su fusta, no contento con quemar a una inocente, marcara con un hierro candente a Vanessa. Aunque estoy de acuerdo con la ira de Ethan, comprendo y aplaudo que Vanessa usara su poder para hacer que al  asesino de su maestra lo devoraran sus propios perros.


Y hablando de perros, esta temporada supimos que Ethan Chandler es el producto de la aristocracia ranchera del Viejo Oeste y que efectivamente sirvió en La Caballería. De sus experiencias militares conserva  una excelente puntería y un remordimiento constante por el papel que jugó en la pacificación/masacre de los nativos americanos. Lo que no sabemos aun es como contrajo su licantropía. Pero para las brujas está claro que lo que para Chandler es una maldición, es en realidad parte de su misión vital.


El pistolero debe  luchar contra El Mal  y proteger a Vanessa. Lo que no se sabe es si parte de  la misión del  Hound of God sea enamorarse  de la bruja. Es evidente que ambos están predestinados a estar juntos, a protegerse mutuamente. ¿Incluye eso el amor? Como sabemos, Vanessa tiene vetados los placeres de la carne puesto que son una invitación para que su demonio personal la posea. ¿Pero no será el hombre-lobo  el encargado de romper ese maleficio? Ya suena a cuento de hadas y es uno de los motivos por los que shipeo a rabiar a este par.


Faltan nada más que dos capítulo. En el próximo Vanessa sola se enfrentará a su rival para rescatar a Sir Malcolm. Ver a Vanessa llegar, envuelta en la bruma londinense, a la casa de Evelyn Poole es un homenaje a todos esos filmes de “luz de gas”, pero verla persignarse nos recuerda la llegada de Max von Sydow en “El exorcista”.

La verdad es que la señal de la cruz en Vanessa es el equivalente al desenvainar la espada de Eowyn y Brienne of Tarth. Vanessa es una guerrera. Es una guerrera bruja. Es una guerrera bruja y católica. Una combinación tan extravagante que abre mil posibilidades y que es el anzuelo  que me tiene  colgada de “Penny Dreadful”.


martes, 5 de agosto de 2014

Grand Guignol: Penny Dreadful, Final de Temporada


Sir Malcom recobró una hija, pero Vanessa conservó su demonio. Calibán consiguió una esposa, pero Ethan perdió a la suya y sufrió de un empacho de luna llena. “Penny Dreadful” terminó su primera temporada de manera dignísima, dejándonos con apetito por más, respondiendo algunas preguntas, pero también abriendo nuevas interrogantes.

Calibán se cambia de casa
¿Por dónde comenzamos? La estructura es tan circular que realmente no hay principio. Los días de Calibán en el teatro están contados. Maud comete el error de obsequiarle una naranja y un besito en la frente. Lo próximo es que Cali se presenta en el camerino de la actriz cuando ésta anda en enaguas. El monstruo viene pintarrajeado como guerrero maorí y también trae una naranja y besos. La espantada Maud aúlla, se libra de su atacante, y exige el despido del utilero. Con gran pesar y abrazos, Vincent tiene que echar a su protegido. Justo cuando descubrimos que  Mina Palma y sus Vampiros se esconden en la buhardilla del Gran Guiñol.



Sin lugar donde ir, Calibán busca asilo en el laboratorio de Frankenstein. Con su cordialidad acostumbrada, el médico le ordena que se largue, no le perdona el asesinato de van Helsing, saca el revolver que le regaló Ethan y se prepara a destruir a su primogénito. Calibán lo desarma lamentándose de lo que se ha convertido. Ahora sabe que no es su rostro el feo, sino su alma. Lo alienta a jalar el gatillo. Apiadado, Victor baja el arma y por primera vez tiene un gasto cariñoso con Cali, le pone la mano en el hombro.


La Novia de Frankenstein

Ethan Chandler se ha pasado la mañana diciendo el Rosario  a la cabecera de Brona. Pero la pobre ex prostituta ya casi no puede respirar. El pistolero va en busca del Dr. Frankenstein. Víctor ofrece un sedante como paliativo, pero Brona se niega. Físicamente no se siente tan mal como espiritualmente. Toda la vida renegó de un D-s que le proporcionó un destino tan cruel. Ahora teme a lo que vendrá luego que cruce el umbral de la muerte.

Al siniestro Frankenstein (que ya parece hermanito de Ramsey Snow) se le ocurre una idea. Manda a Ethan a ver si está lloviendo en la esquina, y le larga un discursito a la moribunda. Existe un mundo intermedio que no es ni Cielo ni Infierno. Un mundo que le va a gustar a Miss Croft. Claro que hay que pagar un precio, pero seguro que Brona no va a regatear. Antes que la tísica pueda decir “si” o “no”, Frankenstein la asfixia con un cojín. Para cuando llega Ethan, Brona ya no respira.


El cínico Víctor le dice a Ethan que el final de Bona fue “digno” y que él se encarga del cadáver. El pobre viudo se va a beber a una taberna, pero lo andan siguiendo un par de individuos de mala catadura que quieren “cazarlo”.  

Llegan al bar, le cuentan que son detectives de La Agencia Pinkerton. Los ha contratado Papá Chandler para llevarlo de regreso a casa. El más siniestro le ofrece una opción al pistolero. O viene por las buenas y se pasan el viaje jugando Canasta o….Su amigo, un Apache Jiricahua, le muestra a Chandler una cadena para arrastrar a un elefante y le ofrece llevarlo encadenado como un simio. El lobo se pone de pie, les da la madre de las palizas y se marcha.

Dorian Gray recibe la bota

Dorian Gray regresa de su viaje a Italia y se presenta en la Mansión Murray a ver a su endemoniada amante. Es un encuentro incomodo, muy formales para quienes se sacaron hasta sangre en medio de su revolcón.  A él casi le cuesta llamarla por su primer nombre. Le cuenta que, creyéndola enferma, se fue al Continente a buscar libros, pero a Vanessa no le interesa oír de los viajes de Mr. Gray. No quiere leerle el Tarot, no quiere cenar con él, no quiere seguir viéndolo. Dorian, desacostumbrado a la palabra “no”, la invita a encontrarse esa tarde en el invernadero.

Vanessa acude a la cita, pero es categórica. “Yo no soy la mujer que usted cree y con usted no soy la mujer que quiero ser”. Admite que existe una conexión especial entre ambos, pero su intimidad juntos invoca una presencia que ella no puede admitir así que... ¡calabazas, calabazas, cada uno p‘a su casa!


Dorian no entiende Apiadada, Vanessa lo acaricia. “Pobre Dorian, no estás acostumbrado a sentirte asi ¿Verdad?” “No sé como me siento” responde el esteta. “Se llama “rechazo”” le dice Miss Ives, lo besa  y se marcha. Dorian,  solito otra vez, se enjuga un lagrimón. ¡Pobre Dorian! Espero juegue un mejor papel en el futuro, porque eso de ser relleno erótico, a la larga resulta aburrido y resta seriedad al personaje.

Antes de La Gran Batalla
Vanessa ha descubierto que Mina se oculta en el Gran Guiñol. Se preparan para la gran batalla Sir Malcom va a la armería en busca del rifles ultimo modelo ( ultimo modelo 1891). Ahí se tropieza con Madame Kali, la espiritista que ha venido en busca de un revolver. Intercambian palabras y flirtean heavy.

Kali revela que se llama Evelyn, que viene de Brighton y que es viuda. Todo indica que este par tendrá algún escarceo amoroso en la próxima temporada. A mi me preocupa más el que Evelyn-Kali demuestre cierto interés por Vanessa, a pesar de que Malcolm solo le revela que era amiga de su hija e insiste en que no la ve muy a menudo. Me huelo que Madame Kali vendrá a la Mansion Murray, y no solo a seducir a un viejo explorador.

Sir Malcolm Murray ha tomado una decisión y se la comunica a Vanessa. No abandonará a Mina como lo hizo con Peter.,  Si puede salvarla lo hará, pero está dispuesto a destruirla si eso acaba con el sufrimiento de su hija.

Vanessa insiste en que se sincere con ella. El explorador lo hace con cruel franqueza. Mientras Vanessa sea un puente hacia Mina, la protegerá, pero llegado el momento si debe sacrificarla no dudará en hacerlo. “Te sacrificaría por salvarla. La elegiría por sobre ti. Hasta espero tener esa oportunidad”.


El trágico destino de sus hijos lo agobia de tal manera que ha escondido sus fotos porque verlas le rompe el corazón. Termina Murray diciendo que Vanessa no espere de él consuelo, su remordimiento es sol suyo. Miss Ives se indigna, le recuerda que él también tiene culpas que cargar. La diferencia, argumenta Sir Malcom, es que él no le huye a sus culpas.

“¡Ya Tengo una Hija!”
Esa noche, La Brigada Anti-Monstruos se reúne en las afueras del Gran Guiñol. Un último momento de Ethan-Vanessa. Ella le ofrece su pésame y un cigarrillo. El pistolero le dice que no le gusta el tabaco, ella dice que tampoco le gusta. Terminan fumando juntos como para demostrar que las parejas de freaks pueden hacer algo más con sus bocas.

Adentro del teatro vacio, se despiertan las banshees que les caen a gritos a los brigadistas. Todos se defienden como pueden. Hasta Victor anda dando balazos como un Sam Barbitas cualquiera. Sir Malcom acorrala al vampiro secuestrador en el escenario y lo atraviesa con una estaca. Muerto el perro, se acaban sus novias. Vanessa se reúne con Murray en el escenario.

Por un costado aparece Mina. Los llama por su nombre. Vanessa la abraza. Mina pone ojos rojos y enseña colmillo. Le agradece a su padre que le haya traído a Vanessa. Se dispone a morder a la traidora que le robó el novio. Sir Malcom horrorizado intenta hacerla reacciona Recordarle quien es.


“Soy lo que quiero ser” anuncia Mina. Agrega que ahora todos serán felices cuando El Amo ya posea a Vanessa y encarguen muchos monstruitos juntos. Esperen ¿entonces el coso feo que Malcolm acaba de convertir en shish kebab no era El Amo? Sir Malcolm le dispara a Mina. Escandalizada ella le recuerda “¡Soy tu hija!”. “Ya tengo una hija” dice el explorador antes de rematar a la vampira. Sir Malcolm tomó la decisión mas acertada, pero también la más inesperada.

Un Hombre Lobo Americano en Londres
Tras esa cacería, Ethan continúa con su velorio irlandés bebiendo en una taberna semi desierta. Ahí llegan Los Pinkerton. “Se acabó la diversión” dice el más feo. “Eso crees?” le rectifica Ethan que observa complacido el progreso de la luna llena. Se aferra a la mesa y  hunde el rostro en su vaso. Sus cazadores comienzan a zaherirlo ¿Acaso es un mono? “No, un mono no” responde la voz ronca del nuevo monstruo del plantel que levanta la cabeza. Y a mi me dio una  risa, porque parecía miembro del elenco de “Cats". Ósea, parecía disfraz de Halloween. Y de gato, no de lobo.


Mientras el licántropo hace pedazos taberna y detectives, yo me imagino como aplaudirán los Niños de Verano, que ya se quejaban de que no querían lobos sino “hombres-lobos verdaderos”. Me siento vieja.
Claro, quienes crecieron con Jacob Black y el difunto Alcide Herveaux,  estarán ansiosos de ver monstruos híbridos y peludos. Para quienes nos calamos medio siglo de peluquines hollywoodenses y   máscaras de utilería (y sabemos que un verdadero licántropo es un hombre transformado en lobo, no victimas hirsutas de porfiria) esta transformación de Ethan Chandler resulta risible En fin, lo importante es que ya salió del closet.

Sir Malcolm y su Extraña Familia
A la mañana siguiente, un Sir Malcolm más sereno quita los mapas de su escritorio. Le dice a Vanessa que tenía razón. No volverá a África. Con tristeza comenta que ahora la sala se vera vacía. Se le quiebra la voz al preguntar si tal vez no seria mejor poner ya un árbol de Navidad. Vanessa lo abraza y lloran juntos.
A ella le parece bien lo del árbol. “Los Muchachos pueden ayudarnos a decorarlo” dice. Por “Los Muchachos” me imagino que se referirá a la Brigada. Suena chistoso imaginarse a un licántropo y a un fabricante de monstruos colgando guirnaldas y estrellitas en un pino navideño, pero es un final tierno. Se ha cerrado un círculo. Sir Malcolm perdió a su hija pero formó una nueva familia con la que se celebrará la llegada del 1892.


¿Y qué hacen Los Muchachos? Ya de nuevo hombre, el Lobo Chandler vaga manchado de sangre por los muelles del Támesis. Víctor le enseña a Calibán el cadáver de Brona. Cali sonríe encantado de lo bonita que le va a quedar La Novia. Sir Malcolm vuelve a sacar a la luz las fotos de sus hijos y Vanessa vuelve a sentarse ante la iglesia, pero esta vez tiene el valor de entrar al templo.

Vanessa en el confesionario
Miss Ives consigue una entrevista con el párroco Un sacerdote más sensato y útil que el Padre Matthew. Ella le anuncia que cree en demonios y monstruos. ¿Cree en ellos su interlocutor? El curita le responde lo que yo diría. Cree en la existencia de El Mal, pero también en la misericordia divina, y muchas veces esas manifestaciones de posesión son producto de enfermedades mentales. Vanessa insiste y el párroco se da cuenta que ella solicita un exorcismo.

Con cara preocupada le cuenta una experiencia persona. En su infancia, en Gales, los feligreses de su parroquia decidieron que un niño ente ellos estaba endemoniado. Sin esperar el permiso papal, le practicaron un exorcismo. Todos, incluyendo al niño, murieron. “¿Encontraron a D-s?” pregunta Vanessa. “Ninguno lo encontró” le responde el sacerdote.

El le dice a Vanessa que la posesión puede ser una prueba divina. Que es como ser tocada por el dorso de La Mano de D-s, lo que la hace única y sagrada, una elegida para sufrir por su fe. Si lo desea, solicitará el permiso de Roma, pero tal vez nunca lo reciba. Incluso, un exorcismo puede tomar años ¿Quiere Vanessa realmente ser “normal”? ¿Dejar de ser única? Vemos el rostro vacilante de Miss Ives y nos quedamos sin respuesta.


Esperamos la próxima temporada para saber si Vanessa tendrá su exorcismo. Espero qué no.  Espero que abrace su condición y siga luchando contra demonios y demostrándonos por qué el Amo la ha elegido. Y que se pase más tiempo con el Lobo siendo su Caperucita. 

miércoles, 30 de julio de 2014

Possession: Penny Dreadful 1x07


El penúltimo episodio de “Penny Dreadful” resulta el mejor hasta la fecha, pero las razones de su calidad han sido trabajadas en las anteriores entregas de la serie. Hemos llegado al punto en que podemos cobrar los dividendos por la energía, tiempo y emociones que hemos invertido en los personajes. Porque nos importan es que nos estremecemos en “Posesión” al conocer sus lados más oscuros e íntimos.

Se trata de un episodio claustrofóbico donde La Brigada Anti-Monstruos, en pleno, se encuentra secuestrada en la Mansion Murray, velando y vigilando a una Vanessa poseída. Es en ese escenario donde se desencadenan revelaciones y confesiones, donde se forjan alianzas momentáneas, y en donde nos enfrentamos a la máxima sartriana de que “El Infierno son  los demás”. Especialmente el mundo exterior al que Sir Malcom no quiere dejar entrar, a pesar de la omnipresente presencia de Calibán que, sin ser parte de la vigilia exorcista, insiste en perseguir a su creador.

Vanessa despierta después de su experiencia “voladora” en la biblioteca de Sir Malcom. Está vestida con un pijama de crepe de china negro, hay fuego en la chimenea, y Sembene (un único criado en esa gigantesca casa) ha preparado el té. Sin embargo, Vanessa no ha regresado. Su demonio interior finge ser Mina. Con vocecita de Gollum acusa a  su padre de haberla abandonado, de haber hecho llorar a “madre gorda”, de despreciar a su mujer por obesa, de no haber ido al funeral de su amante, y de haberse acostado con todas las mujeres de África y haber obligado a Peter a hacer otro tanto.


A medida que la poseída escupe reproches, sube el tono de su voz, se intercalan gruñidos animales en su discurso, y comienzan a moverse cosas. Las tazas se quiebran, se rompen los vidrios, vuelan los libros  y un librero se desmaya. Tiene que entrar Sembene, que a golpes “seda” a Vanessa, para detener esta actividad de Poltergeist

Victor Frankenstein es el primer convocado. A su llegada, Vanessa ya parece calmada. Lo recibe en su cuarto, peinándose, pero el demonio sigue ahí. Reconoce que Victor es virgen y le recita palabra por palabra, el trozo de la oda de Shelley que obsesiona a Frankenstein. Aterrorizado, éste sale del cuarto. No se necesita mucho para asustar a Víctor, pero como es tozudo como mula, no lo demuestra ante Sir Malcom. En cambio, se manda una disertación freudiana sobre la histeria sexual que provoca las crisis de Vanessa. Si claro, todas las mujeres que se sienten culpables por acostarse con Doryan Gray tienen ataques telequinéticos y son clarividentes. ¡Ayy, Victor!


Displicente el médico juguetea con el Tarot de Miss Ives. De pronto, aparece una araña en un naipe, y otra, y otra. Los arácnidos cubren la mesa. Ante los ojos de Murray y el medico, los insectos invaden el piso. Obviamente, otra reacción provocada por la represión sexual de Vanessa. Hablando de la susodicha, ésta comienza a aullar como descosida atrayendo a los racionales científicos, incluso cruzando la calle donde la escucha el hombre-lobo.


Ethan sube al cuarto de Miss Ives y la encuentra acuclillada como rana en el suelo, cubierta de sudor y en paños menores. Inmediatamente, sigue un intercambio risible, pero tierno, digno de Jane Austen. Vanessa le pide disculpas a “Mr. Chandler” por su lastimoso aspecto. "No soy yo”, asegura. El pistolero se hinca a su lado. “Mi Querida Señorita Ives ¿Qué puedo hacer por usted?” Ya solo falta que le ofrezcan una tacita de café y que él pregunte “¿No será mucha molestia?”

Vanessa le cuenta como lucha contra la criatura que lleva adentro. Más tarde le contará que es como un animal que la rasguña intentando salir. El le toma la mano, y con lágrimas en los ojos, Vanessa admite que es el gesto más dulce que ha sentido en mucho tiempo. ¡Qué sola debe estar la pobre endemoniada!

Hablando del invasor, éste rápido se manifiesta.  Lo primero que pegunta a Chandler es quién fue “el sumiso” durante el revolcón que se dio con Doryan. Aparte de grosero, el demonio es un indiscreto. Amenaza con contarle a Brona, pero también delata a la pobre Miss Croft por haberse acostado, entre toses de Dama de las Camelias con el esteta, “el joven encantador de nuestros sueños”. Comienza a retorcerse y a hablar en lenguas extrañas. Victor le inyecta un sedante.



En a biblioteca, Malcom dice que Vanessa hablaba en árabe y que suplicaba que la dejaran morir. Aprovecha  de compartir con ellos las teorías del egiptólogo sobre Amonet. Ethan exige que traigan un cura y le saquen el diablo del cuerpo. Victor se ríe. Entonces mejor que traigan un curandero o una gitana. Sir Malcom es tajante. No quiere a nadie del exterior. Solo ellos velarán por Vanessa. La harán sentir menos sola, eso le dará fuerzas para luchar por su alma.


Por una semana, viven embotelladlos en la casa, en vigilia constante, montando guardia cerca de Vanessa. Durante esa semana, Calibán también monta guardia en las afueras de La Mansion Murray, ni la nieve lo detiene.


Ethan le enseña a Victor a disparar.  Descubrimos que Ethan es un buen cocinero y que Frankenstein es adicto a la morfina. De pequeño le daban cocaína para calmar el asma y de ahí viene su drogadicción. Descubrimos que Victor cree en todo, menos en D-s; que Ethan dice no creer en D-s; y que Sembene cree en todo. Es el africano el que le pide al pistolero que traiga un sacerdote para acabar con el martirio de Miss Ives.


Al cabo de la semana, Vanessa despierta con Ethan a su lado. Le agradece sus desvelos, dice que pudo enamorarse de él. Chandler le ofrece ir por un sacerdote y Vanessa da su consentimiento. En el medio de su terrible ordalía, sigue pensando en los demás. Teme hacerles daño a los que la rodean. Le suplica a Ethan que, llegado el momento, la mate. Pero lamentablemente el verdadero Ethan Chandler está abajo en a biblioteca discutiendo con Sir Malcom. El que está en la cabecera de Vanessa es su demonio.



Admiro a Vanessa que pelea de tú a tú con su invasor. A pesar de su agotamiento, se aferra a su alma inmortal incluso cuando el engendro amenaza con matar a sus compañeros. Vanessa sabe que no se dialoga ni se hacen tratos con los demonios malignos. Finalmente le pregunta qué busca de ella. El falso Ethan (con ojos retintos de poseído) le dice que quiere que sea la Madre del Mal, que reine junto a él sobre un mundo oscuro donde no haya más dolor. Vanessa aparentemente se rinde, deja que su invasor la abrace y hay en su rostro una sonrisa serena, pero es solo por un instante. Siguen los gritos y las crisis. Miss Ives no se entrega fácilmente.


Ethan comienza a sospechar que Sir Malcom tiene una oscura razón para fomentar la posesión de Vanessa. Efectivamente. Malcolm exige que la debilitada endemoniada aproveche su estadía entre dos mundos para buscar a Mina. ¡Es el colmo del oportunismo! “¡No puedes ser tan cruel!” solloza  Vanessa. Entra Ethan y escucha la conversación. Exige que el explorador se retire del cuarto. Tienen una discusión en el pasillo con Victor haciendo mal tercio. El médico dice que ya perdieron esa batalla, que acepten que Vanessa muere. Ethan quiere un sacerdote. Malcolm pregunta si para administrarle los santos oleos o para exorcizarla.

Frankenstein se horroriza ante la idea de traer un cura. Le pregunta a Murray si no le queda ni un cachito de decencia. Sale con uno de sus discursos anti-imperialistas de que Murray no puede tener decencia después de haber matado a medio continente africano. Ethan exasperado le grita al explorador “¿Quiere una hija? ¡Ahí la tiene!”


Sir Malcolm decide ir a buscar la ayuda de la Iglesia. Antes le pide a Víctor que le de algo para poder estar despierto esa noche.  Frankenstein le inyecta heroína. El explorador le cuenta que en su obsesión por encontrar la desembocadura del Nilo, abandonó a Peter moribundo. Que el ultimo deseo de su hijo fue que nombrara una montaña por el. Pero al bautizar a la Sierra Murray, Malcom solo pensaba en su gloria. “No, Doctor, no me queda ni un cachito de decencia”.

El explorador va por auxilio religioso, pero se trae al párroco de a esquina. El pobre Padre Matthew casi se desmaya cuando se entera de que lo han llamado para lidiar con Satanás.

Un aparte. Los fans de la serie que ya están bastante airados por la inclusión del elemento religioso, tildan a Matthew de inepto y cobarde por no exorcizar a Vanessa. Yo los tildo de ignorantes. Las razones por las cuales, ni el judaísmo, ni la Iglesia Católica (no sé del Islam, pero me imagino que han de ser igualmente escrupulosos) no practican exorcismos a la ligera es porque, además de que bien puede tratarse de una enfermedad mental como diagnostica Víctor,  el exorcista debe ser unas persona muy especial y muy preparada. No cualquier clérigo puede meterse en esos bretes.

Lo que pasa es que la cultura popular tiene esa imagen de pastores protestantes sureños o ministros evangélicos haciendo esos shows de expulsar demonios con música góspel y brincos y chillidos. Un exorcista  es un sacerdote muy entrenado, que ha seguido cursos y tiene experiencia en esas lides. En el judaísmo solo puede practicarlo un rabino cabalista y en presencia de un minyam (diez varones circuncidados y de mas de 13 años de edad).


El Padre Matthew, obviamente no califica. No sabe, ni quiere exorcizar, no ha sido preparado para ello y se apoya en la burocracia. Hay que solicitar permiso a Roma y eso tomará tiempo. Muerto de risa, Frankenstein lo acusa de ser un viejo ridículo: “¡Ya, dele la Extremaunción y váyase a la mierda!” Desde que comenzó su bromance con Chandler, el médico anda muy grosero. Necesidad de imitar a su ídolo.

Al pobre cura le fallan los nervios al ver a Vanessa emaciada y maniatada en su lecho. En ese momento, El Padre Matthews bien querría irse a la mierda como le aconsejó Victor. Lo intenta, pero Ethan le cierra el paso. El sacerdote comienza a hablar con Vanessa. Le da su nombre “Matthew=Mateo”. Vanessa recuerda que el siquiatra que la torturó también se llamaba Matthew. Pero recuerda otro “Mateo”, uno que fue crucificado en Hieropolis. El cura se asusta. La poseída se lanza sobre el Padre Matthew y le arranca a mordiscos un pedazo de cara  Se desprende de sus ligaduras, se trepa al techo a lo Spiderman e intenta huir. La Brigada no puede controlarla. Solo Nathan (fuerza de licántropo) la somete. Antes Vanessa le lanza una patada a Victor (¡Yeeeh!) A gritos, Chandler exige que saquen al cura del cuarto.


El pistolero se enfrenta al Diablo y desenfunda su Smith y Wesson. Vanessa, acorralada, le suplica que la mate. Y aquí viene el momento de aplauso. El atormentado Chandler se arranca la medalla de San Judas que le dio Brona y se la planta en la frente a la poseída. Acto seguido, comienza recitar una formula en latín “San Judas, Apóstol,  Amigo de Jesús”. La recita varias veces con mucho fervor, como un mantra. La medalla se incrusta en la frente de Vanessa quien se desmaya, aparentemente libre de posesiones. Ethan baja la escalera, pasa spor el lado del cura que está acurrucado en un peldaño, se pone su gabardina, su sombrero hongo, y sale sin decir palabras a una calle nevada a la luz del día.


Mas tarde vemos a Vanessa dormida, con un camisón nuevo y limpio. En su modorra, se entremezclan imágenes de Mina y de la obra que viera en el Gran Guiñol. Se levanta, baja y le dice a Sir Malcom, “Ya sé dónde está Mina”.

Todavía estremecida por el capitulo,  que ya he visto tres veces, reconozco que lo que más me impresionó (aparte de la impagable actuación de Eva Green)  fue la actitud de Ethan, su desarrollo como personaje y el buen trabajo de J. Harnett. Su misterio, más allá de la ya anunciada licantropía, sigue  presente. De todas las revelaciones, su actitud ante Vanessa es la que más me intriga. Ya sabíamos que Murray era un mal padre y la adicción de Frankenstein no es muy sorprendente. Con ese afán de experimentar y  de auto medicarse, los médicos decimonónicos terminaban todos convertidos en drogadictos (Freud se volvió adicto a la cocaína de tanto usarla para curar su sinusitis).

Los Niños de Verano andan diciendo que hombre que sabe latín y sabe exorcizar tiene que ser cura renegado. Ya, párenle. Aunque el latín no era parte del currículo escolar del angloamericano del Siglo 19, es posible que Ethan  Chandler haya tenido una educación académica, incluso médica, que explicaría su conocimiento de esa lengua.


Por otro lado, él no practicó ningún exorcismo. Un exorcismo católico necesita de tres factores que aquí no estuvieron presentes: saber el nombre o esencia del demonio con el que se enfrentan; invocar el nombre de D-s, o Cristo o de ángeles (los santos no suelen usarse en ese tipo de ritual) y exigirle al demonio que abandone al poseído. Hasta donde yo sé, el demonio sigue adentro de Vanessa, si se calmó fue porque ella logró dominarlo, gracias a la combinación de fe desesperada del pistolero y de las fórmulas latinas que le resultaron familiares.

Un par de errores en la serie. El primero es cronológico. Para 1891 la desembocadura de Nilo estaba recontra descubierta. Otro error es de índole histórica. San Mateo no fue martirizado. El que si lo fue, es San Judas Tadeo, aunque fue decapitado y no en Turquía sino en el Líbano.

Una ultima reflexión, se habla tanto de la represión sexual de Vanessa como origen de su posesión, pero lo que me hizo ver este capitulo es que el gran problema de ella es la falta de cariño. En varias ocasiones, agradeció las muestras de afecto de Chandler, casi cae en las redes del demonio porque éste adoptó la forma del único del grupo que la trata con amabilidad, y su gran dolor fue descubrir que su amada figura paterna, Sir Malcom la estaba usando sin piedad.


Búsqueda de afecto es algo que tienen en común los personajes. Se esmeran en contarnos lo poco paternal que fue Sir Malcom con sus hijos, Victor anda desesperadamente buscando reemplazos para su padre y hermanos, sea en Van Helsing, Sir Malcolm o  Ethan. Ni hablar de la orfandad de Calibán, y Doryan Gray dejó en claro que era la soledad  la que lo empujaba a buscar variedad de entretenimientos y experiencias sexuales. En cambio, Ethan y Brona al encontrarse y aceptarse mutuamente, han superado esa soledad.


martes, 22 de julio de 2014

What Death Can Join Together: Penny Dreadful 1x06


Entrando a la recta final de la primera temporada, la serie se aboca al aspecto romántico, un poco distorsionado como todo lo que ocurre en "Penny Dreadful". Ethan y Brona se profesan su mutuo amor; Calibán descubre que las lágrimas no son un remedio para un corazón destrozado; Van Helsing intenta convencer a Víctor de que debe darse un tiempo para el romance y, en su primera cita, Vanessa y Doryan Gray hablan de lo importante que es encontrar un alma gemela sobre todo para freaks como  ellos. ¿Qué más pasó en “Lo que la muerte puede unir”?

Victor le practica una autopsia al cadáver de Fenton. Aparte de la hemofagia y de ser proclive a merendarse gatos crudos, el difunto poseía la fisiología de un hombre normal. Empujada por Sir Malcom, y ayudada por el Tarot, Vanessa descubre que a Mina la tienen un barco en el puerto de Londres.

Sir Malcolm comienza a preparar una nueva expedición. Ethan, tras su francachela con Doryan Gray, regresa con Brona. Miss Craft le pide disculpas, dice que no había razón para ser tan cruel como lo fue con él. Ethan recuerda que en su pasado ha hecho cosas peores. Brona le dice que debe perdonarse. Terminan aceptando que se aman y estarán juntos hasta el final. El pistolero, incluso, se niega a aceptar la súplica de su mujer de mantener distancia física  para evitar el contagio.


Calibán no es tan afortunado en el amor. La Prima Donna de su compañía baja a su taller a solicitar ayuda con un artilugio que usa en el escenario. Llena de buenas intenciones, Maud le pide al monstruo que no le diga “señora”. “Somos una familia” le dice y le cuenta que su hermano sufrió un accidente que lo dejó horriblemente quemado. Ella entiende y no le teme a los físicamente imperfectos. El problema es que Maud hace esto como un gesto de buena voluntad y un deseo de amistarse con alguien que es parte de su familia teatral, pero el romántico Calibán malinterpreta su interés. Cuando descubre que Maud tiene novio, Calibán llora amargamente.


Entretanto, Sir Malcom prepara una nueva expedición. Le dice a Victor que no lo necesitará en ella, precipitando al médico a una nueva crisis de desilusión. Lo salva Van Helsing que lo invita a cenar. Durante la comida, El Profesor recuerda su armonioso matrimonio con la difunta Hannah. Aconseja a su joven colega  buscar el amor. En la vida no todo es el trabajo. Pero Frankenstein sigue obsesionado con ideales románticos irrealizables. De alguna manera, él y Calibán comparten esa inhabilidad de vivir normalmente.


Van Helsing lleva a Victor a su casa. Necesita hablar del monstruoso peligro que los asecha a todos y que Sir Malcom quiere destruir sin conocer realmente el mal que busca. Procede a darle una lección total de vampirismo a Victor, incluso se apoya en el famoso penny dreadful Varney, El Vampiro. Termina confesando que su amada Hannah era chupasangre y él tuvo que atravesarle el corazón con una estaca.


Victor pregunta porque lo ha elegido a él, para hacerlo depositario de todos esos datos.  Van  Helsing, conmovido, le dice que su vida se acaba. La de Victor comienza, no debe involucrarse en cacerías de vampiros y malgastar sus dones.  Le suelta una cita de Drácula “los muertos viajan rápido”. Y razón no le falta porque en un callejón, y ante los horrorizados ojos de Victor, Calibán  ahorca a Van Helsing. Le recuerda su promesa a “su padre”. Va a matar a todos los que ama, hasta que Victor no le construya una mujer. El médico llora desconsolado y Calibán despectivo le dice que las lágrimas no ayudan ni consuelan.


Sir Malcom ha preferido  no  incluir a  Vanessa en sus nuevos planes. De hecho la anima para que acepte salir con Doryan Gray que ha venido a buscarla. Mientras Miss Ives posa (vestida) para su primera sesión fotográfica. Sir Malcom tiene un perturbador interludio con su criado. Sembene le habla como nunca antes lo había hecho. Hasta lo llama por su nombre de pila para recordarle que Mina puede estar más allá de la salvación. Cegado por su cariño de padre, Murray insiste que encontrar a Mina es sinónimo de salvarla. “No, por la sangre que compartimos, por las millas que hemos viajado, Malcom, no somos iguales. De donde provengo, sabemos que hay gente que no puede ser salvada Si tu hija es una de esas ¿qué pasará? Tienes que saber lo que vas a hacer”.


Tras la sesión fotográfica, Doryan escolta a Miss Ives de regreso a su casa. Impulsivamente, ella lo invita a cenar. Esa noche, Vanessa se pone un vestido un poco escotado, negro con lunares blancos Le pregunta a Sir Malcom si no es muy atrevido. Con cariño paternal, el explorador la tranquiliza. Se ve muy bien.

La cena entre Doryan y Miss Ives es tan deliciosa como el pollito que Mr. Grey insiste en cortar solo (para que no los molesten los camareros). Se habla de temas elevados: las diferentes corrientes de moda en las que ha incursionado Doryan, sus posturas religiosas y el amor. Interesante que Doryan exprese un interés por los aspectos estéticos de la Iglesia Católica (esa fue la fascinación de Oscar Wilde toda su vida. “La Mujer Escarlata me tienta” solía decir).


Vanessa expresa con medias palabras su condición de “freak”, su posición de paria en una sociedad que no tolera lo diferente, y la soledad que acompaña su diferencia. Doryan afirma que hay poder en ser distinto, que sus vidas son una búsqueda constante por alguien que sea como ellos. Pero entonces al encontrar a su igual ya los freaks no serian únicos argumenta Vanessa. Pero tampoco estarían solos dice Doryan.

La velada termina en la pinacoteca de Doryan Grey con el par discutiendo los meritos de los retratos al compas del Dueto de Las Flores de Lakme (era una de mis piezas favoritas pero Las 50 Sombras de Grey me ha hecho odiarla) Miss Ives solicita música mas bailable, y su amable anfitrión coloca un cilindro de Bizet. Nada muy bailable, pero aparentemente afrodisiaco ya que terminan donde terminan todas las visitas de esa casa. Lo próximo será que nuestro libertino favorito  compartirá cama con Sembene o con el perro Flash Jack para demostrarnos que no le hace asco a nada.


La escena de alcoba es amplia y grafica con muchos cambios de postura. Eso si los admiradores de Eva Green se quedan con los crespos hechos porque mi hermana sefardita no muestra ni un pezón. Compensan las tomas de las nalgas de Doryan que, ya sabemos, tiene predilección por los deportes sangrientos asi que le alcanza un abrecartas a Vanessa. Ella le hace un par de sangrías en el cuerpo. Lo están pasando muy bien, pero irrumpe el diablo aguafiestas. “Hola, Hija Mía” le dice cariñosamente “Te estaré esperando”. Miss Ives pone ojos en blanco, y escapa con ropa en mano dejando a Doryan a medio camino. El pobre esteta decadente se consuela yendo a mirar su retrato. Seguimos sin ver el cuadro, pero las heridas que Miss Ives le provocó mágicamente comienzan a cicatrizar y a desaparecer.

Entretanto, La Brigada Anti-Monstruos llega a un barco en cuarentena anclado en el muelle del Támesis. En el camino, Chandler comparte con su patrón su preocupación por el estado de salud de Miss Croft. Sir Malcolm ofrece costear de su bolsillo la estadía de la prostituta en un sanatorio exclusivo en el campo. Ethan no quiere internarla, la cuidará hasta el final. Su único deseo es que Brona viva sus últimos días con dignidad. Me conmueve hasta las lágrimas. Nunca se me había ocurrido que proporcionar una mejor calidad de vida al ser amado fuera una prueba tan grande de amor.

El explorador le recuerda que el final de la irlandesa será doloroso. “Muy pronto necesitará opio para soportar el dolor. Dejará de ser quien es”. “Entonces, en lo que ella se convierta, yo lo amare” dice el pistolero. ¡OHHHH!

Adentro del barco descubren una media docena de esas criaturas que vimos en el primer capitulo, cadáveres femeninos de cabellos plateados de Targaryen y ojos rojo-rubí de Melisandre. Ninguna es Mina. Tanta bulla despierta al Amo que duerme en la bodega del barco. Emite una orden y Las Novias de Drácula despiertan y atacan a los intrusos. Gritan como banshees, y brincan como John Carter de Marte, pero son muy débiles. Los balazos y los puñales acaban con ellas. Hasta se las pone fuera de combate con trompadas y patadas.


Entremedio del alboroto, una de las seudovampiras deja caer una vela sobre paja (siempre tiene que haber antorchas y material inflamable a mano). Se arma un incendio, El Amo se dispone a abandonar el barco, lleva a rastras a Mina que grita “¡Padre, Sálvame!” Malcom quiere correr tras de ella, pero es detenido por Sembene y Chandler,  que se lo llevan.


De vuelta a casa, el atribulado explorador está de un humor horrible. Ethan intenta consolarlo y solo recibe una lluvia de sarcasmo. Se agota la escasa paciencia de Chandler que acusa a Murray de ser igual que su padre, un controlador que no sabe perder. Hay batallas que se pierden, no todo sale de acuerdo a nuestros planes. Lo único que importa es rodearse de gente confiable. Más o menos acusa a Malcom  de no confiar en Vanessa y no haberla llevado en su expedición. “¿Y tú confías en ella?” pregunta el explorador. La respuesta es afirmativa Chandler aconseja a Sir Malcom confiar en Vanessa  “sino vamos a perder muchas batallas”.


Sir Malcom se queda esperando a su hija adoptiva. Pero Vanessa retorna descalza y despeinada con ojos de loca (por suerte, vestida). Malcom está a punto de contarle sobre el barco cuando Miss Ives súbitamente vuela por los aires. Ante el atónito  explorador, Vanessa levita y  gira en el aire como un ahorcado.