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jueves, 30 de mayo de 2013

The Keep: Los vampiros y la fantasía histórica.


¿Qué hubiera pasado si los Nazis se hubieran enfrentado a un vampiro? ¿A cuál le echaríamos porras? Esa es la premisa de The Keep  de Paul Wilson, reconocido autor de ciencia ficción que en esta historia combina terror gótico con ficción histórica.

Ya saben lo mucho  que  me gusta la fantasía histórica. La leo y la escribo. Mi problema es que las fantasías históricas  o suelen tener lugar en pasados remotos o en la era victoriana, como en el subgénero del steampunk. A mi me fascina la primera mitad del Siglo XX y ese es el espacio donde transcurren mis historias, pero no es una era muy favorecida por los autores de fantasía. Una excepción es la excelente novela que voy a reseñar. Se trata del bestseller de Paul Wilson que en castellano se conoce como El Torreón o La Fortaleza, nuevo título asignado por Alamut Ediciones en su reedición del 2012.

En Varsovia, en 1941, El Mayor Eric Kaempffer de las SS se alista para viajar a Rumania. Tras un año de entrenamiento en Auschwitz, Kaempffer, un Nazi fanático, se siente listo  para implementar un campo de concentración en Ploesti. Aunque Rumania sea un país neutral, el antisemitismo es casi política de estado. 

Gabriel Byrne como Kaempffer


Antes de su viaje, Kaempffer recibe otra  misión de parte de sus superiores. Un contingente de la Wehrmacht está estacionado en el Paso de Dinu, cerca de la frontera rusa, y su comandante El Capitán Klaus Woermann ha enviado un desesperado y críptico mensaje: “algo está asesinando a mis hombres”.
Kaempffer conoce al Capitán. Lucharon juntos durante la Gran Guerra, pero ha sido el SS quien acusó a su ex compañero de armas de falta de patriotismo por negarse a unirse al Partido. Ya tenemos un interesante enfrentamiento, El Nazi brutal y “el Alemán Bueno”, pero esta novela es sobre otro tipo de lucha, El Bien contra El Mal encarnado.

Woermann ha sido enviado a encontrar una vía de abastecimiento para el ejército alemán luego que invadan Rusia. Los soldados se  han instalado en una antigua fortaleza cuyas paredes están tachonadas de crucecitas de zinc. Un soldado las cree de plata y arranca una. Ahí comienza el terror. Cada día aparece otro de los hombres de Woermann muerto, mutilado y desangrado.
Juegen Prochnow como Woermann (brucesangels.com)


Llega Kaempffer. El cree que se trata de partisanos. Woermann cree que se trata de algo sobrenatural. El problema queda zanjado cuando el “algo” deja un mensaje escrito en sangre en la pared en un antiguo idioma eslavo. El único capaz de descifrarlo es el historiador y folklorista Teodor Cuza. Cuza vive en Bucarest y es judío. La SS lo arresta y lleva a la fortaleza junto a Magda, su hija.

Magda Cuza es la heroína y el personaje más interesante de esta novela. Su relación con su padre recuerda a la de Sigmund Freud con su hija Anna. Magda es la asistente, enfermera y ama de llaves de Cuza. Por atenderlo ha postergado su vida y, aunque bonita a sus 31 años, es tan virgen como Brienne de Tarth. Pero el mundo real está obligando a Magda a ser protagonista de su propia historia. Los Nazis la arrestan, un gitano se permite acariciarle el trasero, y ya en el torreón, es atacada por dos SS. El intento de violación es interrumpido... ¡por el vampiro!

Alberta Watson como Magda/Eva Cuza (rottentomatoes.com)


La situación parece ser clara: los alemanes son malos, el vampiro que los mata y rescata vírgenes judías, es bueno. Pero no es tan sencilla la situación. El vampiro se presenta ante Cuza. Dice llamarse Molassar y ser un antiguo señor de esta región. Se indigna ante la invasión alemana a su tierra y se muestra más indignado cuando Cuza le cuenta sobre los planes Nazis de exterminio. Por judíos que sean, Molassar los ve como  vasallos que merecen su protección.

Sir Ian McKellen como Cuza (bigother.com)


A cambio de su ayuda, Molassar exige que Cuza coopere con sus planes y para demostrar su poder hace que el inválido se levante de su silla de ruedas. Ya con eso consigue la complicidad del profesor. Esto no conviene a los interés de Glenn, “El pelirrojo”, un enigmático personaje que aparece en la escena para luchar contra el vampiro y seducir a Magda. El despertar del monstruo ha hecho venir a Glenn (cuyo verdadero nombre es Glaeken) de lejanas tierras.

Molassar (cinetropolis.net)


Glenn intenta advertir a todos  de la verdad. Molassar no se llama así, no es un señor feudal ni siquiera es un vampiro aunque se comporte como tal. Es un hechicero que en tiempos milenarios cobró tanto poder que Glenn debió enterrarlo bajo esa fortaleza que él mismo construyó. Pero los alemanes no están dispuestos a ayudar o creer en Glenn. Cuza ciertamente es incondicional del vampiro. ¿Qué partido tomara Magda? ¿El de su padre o  el del hombre que la desfloró? Les dejo aquí los primeros capítulos de esta novela y mi último spoiler es que, a pesar de lo compleja de la situación, The Keep tiene un final feliz...

Lamentablemente, en 1983, dos años después de su publicación, Hollywood llevó The Keep a la pantalla con resultados desastrosos. Wilson ha rechazado siempre esta pésima adaptación que agrega a su estética mediocre (fue filmada en Gales, muy lejos de los Balcanes), una serie de clichés. El filme inicia con campesinos y el pope local advirtiendo a los alemanes del peligro que los espera y rogándole que no vayan al torreón. Parece una película de la Universal de los 30’s. ¿A quién se le ocurriría, en 1941, decirle a la Wehrmacht que no puede ir a alguna parte?



Otro desastre es la música, una cacofonía moderna que no crea atmósfera. Irónicamente la banda sonora a cargo de Tangerine Dream, es una de las pocas razones por las que el filme es recordado. "The Keep" tuvo un elenco más que competente. Sir Ian McKellen interpretó al  Profesor Cuza, Gabriel Byrne hizo de Kaempffer y Jurgen Prochnow dio vida a Woermann, pero  la elección de protagonistas fue desafortunada.

Scott Glenn  es un buen actor, pero no tiene ni el sex-appeal ni la intensidad que requería el personaje de Glaeken. Alberta Watson (a la que le cambiaron el nombre y sin motivo aparente pasó a llamarse Eva)no supo capturar ni la tragedia ni la sensualidad reprimida de Magda. En el libro, Wilson crea una intensa y erótica “primera vez” que en pantalla, a pesar  del exceso de carne y sexo gráfico, se vio fría y ordinaria debido a la falta de química de la pareja.

Alberta Watson y Scott Glenn (cinpelex.com)


Consejo, lean La Fortaleza, es una fantasía histórica muy lograda, y una variación interesante y espeluznante del cuento del vampiro.