jueves, 17 de marzo de 2022

Un Oxford de Brujas y Vampiros: A Discovery of Witches (Temporada I)

 


No tenía nada que ver,  esa fue la razón por la cual , en mi carencia de material de entretenimiento,  le di una oportunidad a esta serie . Realmente no me acuerdo porque la desprecié anteriormente,  aparte de un par de bemoles (tales como una heroína insufrible),  El descubrimiento de las brujas no está nada de mal. .

Yo creo que lo primero que me atrajo fue que estuviera ambientada en Oxford y lo último… Matthew Goode, que ya… lo reconozco, verlo es un agasajo estético. También que la segunda temporada pasa a ser fantasía histórica cuando los protagonistas viajan en el tiempo hasta la corte de Isabel I.

Magia en la Bodleian

A Discovery of Wilches está basada en la trilogía homónima de Deborah Harkness y tiene lugar en un espacio poco común pero muy querido para mí ya que se relaciona con uno de mis sueños truncados. En breve, yo quería ser como la protagonista, una Rhodes Scholar que aspira a un puesto en Oxford.  Creo que eso fue lo que se me hizo más atractivo de la historia, el poder identificarme con la prota en el sentido que Diana Bishop es quien yo hubiese querido ser.

Asumimos que Diana tiene entre 30 y 35 años, y que a tan joven edad ha conseguido ser una triunfadora en un mundo que no solemos asociar con el éxito, el académico. Rhodes Scholar, con un doctorado de Oxford en Historia de las Ciencias (un campo poco común), Diana es una de las catedráticas más jóvenes (y con tenure más encima) de Yale.

Sin embargo, Diana no es ratón de biblioteca. En su tiempo libre practica el jogging, el canotaje, y monta en bicicleta. Esto explica su cuerpo perfecto. Aun con tanta belleza, Diana lleva una vida discreta y no anda buscando hombres, aunque coquetea con un bibliotecario de la Bodleian Library.



La historia inicia con Diana retornando a Oxford a dar una charla sobre alquimia. Ahí se encuentra con Gillian, una antigua condiscípula. Una sola escena y nos damos cuenta de que Diana es una triunfadora y Gillian es una loser. Tanto que sigue colgada de un coven oxoniano dirigido por una tal Sylvia. Quiere que Diana se les una, pero la Dra. Bishop le recuerda que, aunque consciente de sus poderes, no práctica la brujería.



A través del primer episodio, descubrimos que Diana es la última de un antiguo linaje de brujas. Una antepasada fue colgada en Salem. Pero desde que sus padres fueran asesinados por campesinos ucranianos que los creían hechiceros,  Diana ha rechazado la magia y el estilo de vida de una bruja. Aun cuando ha sido criada por dos brujas practicantes, su Tía Sarah, y la pareja de esta, la Tía Em.

A Diana le ofrecen un codiciado puesto en Oxford, pero antes debe presentar como credencial su charla de alquimia convertida en monografía. Diana va a la Biblioteca Bodleian en busca de un texto perdido. El volumen 182 de la obra del alquimista Elias Ashmole. Hace doscientos año que desapareció. Sin embargo, apenas Diana lo solicita, se materializa en el estante donde debería estar.



Al leerlo dentro de la biblioteca, ocurren cosa prodigiosas. El papel donde está escrito el contenido, se transparenta mostrando otro texto. Cuando Diana intenta cubrir lo escrito con sus manos, el texto se reproduce en su piel. Comienzan a ocurrir cosas en toda la ciudad, problemas de electricidad y en una iglesia cercana, Matthew Clairmont,  que está rezando el Rosario,  comienza a sentir súbitas palpitaciones.



Matthew es un vampiro (¡Ohhh un vampiro católico!) parte de la comunidad de Oxford, que parece estar poblada de entes sobrenaturales. Los vampiros están sufriendo una crisis. No pueden ya convertir a otros en vampiros. Matthew cree que esto puede estar ligado a Diana y a su extraño encuentro con el texto alquímico de Elías Ashmole.

La preocupada Diana sale de la biblioteca y tiene una visión de su difunto padre. Llama aterrorizada a su Tía Sarah quien la regaña recordándole que debe actuar como bruja en estos casos. A Diana no le parece y le cuelga. Comienza a tener pesadillas de arañas gigantes, pero terca en su empeño de mantenerse al margen de lo paranormal, continua con su investigación

Matthew se le aparece a Diana en la Bodleian y parte por lo claro. ¿Que había en el texto y donde está,  puesto que ha vuelto a desaparecer?  Se reconocen mutuamente como de especies diferentes.  Diana ha sido criada con mucho prejuicio en contra de los vampiros y lo trata con frialdad insistiendo en que no hubo nada anormal ni en su manera de conseguir el volumen ni en el contenido de este. Lo devolvió porque no es ladrona de libros.



En los próximos días, la Dra. Bishop tiene múltiples encuentros con el Dr. Clairmont que ni posee entrada en la Wikipedia por lo que se le hace muy sospechoso. Matthew le advierte que su lectura del libro de Ashmole fue tan espectacular que no habrá criatura sobrenatural en Oxford que no la persiga.



Un Vampiro Antojado

Matthew ha descubierto algo más grave. Le ha bajado “un antojo” por la catedrática. Entre vampiros eso define una combinación de apetito sexual-ganas de chuparle la sangre-amor castizo. Asustado,  busca refugio y consejo en el coto de caza de su amigo Hamish. Este daemon le recuerda al vampiro que las otras mujeres (de sangre caliente) que se le han antojado en su mil quinientos años han tenido mal fin.



Entretanto, Diana está rodeada de enemigos. La primera es Gillian quien le cuenta lo sucedido a su amiga, a su mentora la bruja Silvia. Aparentemente, todas las criaturas sobrenaturales, aunque lleven vidas segregadas, están subordinadas a un gran consejo conocido como la Congregación. El representante de los brujos es Peter Knox (Owen Teale,  mejor conocido como Ser Alliser Thorne, Comandante la Guardia de la Noche)

Knox es un ex enamorado de la difunta madre de Diana.  Con ese cuento se le acerca a la catedrática. Sobre unas tazas de té le revela sus razones para querer el libro de Ashmole. Ahí se describe lo que Diana considera un mito, que las brujas crearon a los vampiros. Tal como se les creó, explica Knox, se les puede aniquilar. Estos planes genocidas no van con la Dra. Bishop quien se niega a secundarlo, pero no cuenta con la persistencia de Knox.



La Tía Emily le dice a Diana que la razón por la que los Bishop no lo querían es porque Knox se dedicó a la magia negra. Con la ayuda de su asistente Satu, una curandera finlandesa, Knox comienza a acosar y a stalkear a Diana, incluso metiéndosele en la cabeza. En su desesperación , Diana debe recurrir a la magia para sacarlo de su mente. La desesperación aumenta al saber que no puede contar con Gillian. Como perrito huérfano se aparece en el umbral del vampiro y Matthew no puede rechazarla.



La lleva a su laboratorio secreto. Allí,  en colaboración con su hijo Marcus, un médico de 300 años, y de Miriam, Matthew investiga la crisis que está afectando al mundo sobrenatural. Según Hamish, hay una epidemia de suicidios en la comunidad de daemones, los vampiros han perdido su facultad de crear nuevos vampiros,  y las brujas ven sus dones disminuidos. Matthew tiene una teoría: esto puede ser provocado por brujas como Diana que se niegan a aceptar su identidad y a practicar su magia.

Ni los socios vampiros de Matthew ni Hamish están muy contentos con esto de que se haya convertido en guardaespaldas de una bruja. Ni los brujos malos, ni las brujas buenas (léase las tías de Diana) están contentos con eso de que una bruja ande a la zaga de un chupasangre. Diana, en cambio, está encantada, porque se ha enamorado de su protector, aunque él mantenga su distancia.



Entretanto descubrimos sucesos paralelos como los quehaceres de la Congregación . Para controlar tanta criatura díscola y para evitar que los humanos la descubran,  existe esta organización milenaria que por años ha estado en manos de la familia de Clairmont y ahora es dirigida por Balduino, hermano de Matthew. En ese consejo participan brujos como Peter Knox y daemones como Agatha que llega a Venecia (sede del Concilio) quejándose que por siglos la Congregación ha sido manejada por “vampiros blancos”.



Agatha tiene una nuera blanca,  embarazada, y muy interesada en la alquimia. Sophie posee una estatuilla de Diana Cazadora, la Diosa Blanca de Robert Graves, Hécate Patrona de las Brujas. Sophie sabe de manera intuitiva que debe entregar esa estatuilla a una bruja muy especial, no necesitamos ser adivinos para saber que se trata de Diana.



Otro miembro de la Congregación es Gerbert de Aurillac, mejor conocido como el Papa Silvestre. Este personaje es uno de mis favoritos del mundo esotérico. Según cuenta la leyenda, Gerbert,  cuando estudiaba en el seminario,  tuvo una aparición de un demonio o una bruja, dependiendo de quien cuente el cuento,  llamada Meridiana. Para mí, se trataba de un hada. Encaprichada con el monje, el hada le ofreció,  a cambio de su amor, darle lo que más deseaba. Gerbert no era de boca chiquita y pidió el papado. Meridiana se lo concedió y fungió como su consejera solo prediciéndole que si decía misa en Jerusalén moriría en el acto. Algo que hizo el Pontífice y que coincidió con su muerte.

En esta serie, Gerbert es vampiro, codicia el poder de los Clairmont y es Némesis de Matthew. Posee, como en la leyenda, una cabeza parlante. Además, tiene una hija-vampira, Juliette, a la que obligó a enamorarse de Matthew, pero el catedrático la rechazó.



Dese entonces, Juliette vaga por los canales venecianos, comiéndose turistas que se llaman Matthew o el equivalente en otro idioma. Para calmarla, su padre la envía en pos de Matthew y de paso que se deshaga de la bruja. Es que toda La Congregación anda de cabeza desde que apareció Peter Knox a solicitar su ayuda porque Matthew “secuestró” a una bruja. Cuando Balduino llama a Marcus, se entera que lo que quiere Knox es el famoso manuscrito.



Una Bruja en Sept-Tours

Este “Libro de la Vida” como lo llaman los esotéricos, es codiciado por todas las criaturas sobrenaturales. Diana ha tenido que recurrir al Viento Brujo para librarse del asedio de las huestes de Knox. No ha sido secuestrada, sino que ha permitido que, para protegerla, su vampiro la lleve a Sept-Tours , un castillo provenzal donde vive su madre Ysabeau de Clairmont.

Desde que los hechiceros la dejasen viuda, que Ysabeau se ha convertido en cazadora de brujas, no las quiere de huéspedes. Esa no es la peor noticia de Diana. Matthew descubre que ;los padres de su protegida fueron asesinados por hechiceros. La Congregación envía al condotiero Doménico de mensajero. Diana debe presentarse ante La Congregación y responder a los cargos que le imputan.





La Dra. Bishop descubre que existe un Pacto (con mayúscula) que por un milenio ha protegido a los sobrenaturales y evitado guerras entre ellos. Hay una prohibición total de matrimonios mixtos entre las especies mágica. ¿Qué pueden hacer Matthew y Diana que ya reconocen amarse?

Básicamente ese es el sturm und drang de la serie/novela. Por diez capítulos,  Matthew busca proteger a Diana (lo consigue a costa de un alto precio) y Diana busca convencer al vampiro que lo suyo puede funcionar (a costa de un alto precio).

Aunque me encantó el primer capítulo y me creí el romance del vampiro y la bruja, cambié de idea a medida que me adentraba en el cuento. Tiene que ver con Diana, no me convence, ni me simpatiza. No sé si es que es un personaje estereotipado, aunque pretende ser novedosa, o tal vez es la actriz.

A Teresa Palmer la había visto haciendo de esposa de Andrew Garfield en Hacksaw Ridge. No era un rol exigente y con el look de la época se veía perfecta. Aquí es muy impávida, y eso no ayuda a hacérmela simpática. No entiendo que si se ha pasado una vida no queriendo oír sobre magia ahora se moleste porque nadie le habló del convenio que prohíbe los matrimonios mixtos.

Luego apenas le cuentan de ese convenio milenario ya decide desafiarlo sin siquiera todavía entender cómo funcionan las jerarquías y burocracias de La Congregación. Jura que cazará a todo el que haga daño a Matthew y acepta de su amante un voto parecido, pero se altera cuando cree que el vampiro ha matado a Gillian que solo ha hecho daño a Diana.



Me dicen que la serie no se detiene a profundizar en la importancia de la magia de Diana, algo que es fundamental en los libros. Que los extraordinarios hechizos que provocael viento brujo y el agua de las brujaspasan sin pena ni gloria. Al final no me importa. Diana se convierte para mí en un personaje periférico. Aparte de Matthew y de Ysabeau, su madre , no me simpatiza nadie en Team Diana. En cambio, me entretienen mucho sus enemigos. Sobre todo, Satu, la bruja finlandesa que al menos vemos hacer algo útil al liberar a Meridiana y darle paz



Como J. K. Rowling, Deborah Harkness es una erudita del mundo sobrenatural y como estudiante del ocultismo sabe manejar las fuerzas arcanas, al menos en ficción. Aunque no toda su erudición ha sido traducida a la pantalla, hay temas que si atrapan más que la superioridad magia de Diana. La Orden de los Caballeros de San Lázaro, por ejemplo,  o la casa embrujada de las tías de Diana que tiene vida propia y se agita cuando siente mala vibra en su interior.




Contenido Violento y Gory: Mucho como corresponde a un cuento de vampiros, aunque los brujos no se quedan atrás. ¿Lo peor? La sesión de tortura la que Satu somete a Diana. ¿Lo más Gory? La cabeza de Meridiana.



Contenido Sexual: Muchas situaciones sexuales, pero no hay desnudos.

Contenido Feminista: Diana es feminista de hueso colorado. Le molesta que Matthew le abra la puerta y cuando el vampiro busca protegerla, lo tilda de controlador. Agatha es la única mujer en el consejo de la Congregación.

Factor Diversidad: La serie es tan woke que han cambiado del libro que los padres de Diana fueran asesinados por africanos a que sus asesinos sean campesinos ucranianos (¡qué triste no! Pero hay un forma sutil de racismo que es el modo en que el occidente anglosajón percibe a los eslavos) . Hay media docena de actores “no blancos” dando vida a personajes importante (Agatha y su hijo; Silvia, la Tía Emily, Miriam, Juliette) y la pareja lésbica formada por Em y Sarah son la contribución a la diversidad sexual.