Por cuestión de principio suelo obligarme a ver, aunque sea
un capítulo, de cualquier serie de televisión que toque temas sobrenaturales,
pero este mes le he estado sacando el cuerpo a varias. Finalmente, decidí ver una
sola y tras deshojar la margarita, la afortunada resultó ser “Forever”.
Francamente, si la Reina Guivi no me la hubiese recomendado,
no sé si la hubiera visto. Ya traía una falla grave, falta de novedad, y un
único atractivo, su protagonista. Tras dos capítulos puedo asegurar que las
fallas existen y se hacen notar, y que su mayor atractivo sigue siendo Ioan Gruffudd (Aunque el galés se ve mejor en los flashbacks que en sus escenas en
tiempo presente).
“Forever” es una amalgama
de otras series. Es la historia de Henry Morgan, un médico que es
inmortal (“Highlander”) que a pesar de haber vivido siglos resuelve casos en la
Nueva York del presente (“New Amsterdam”); aunque no es detective, es forense
(Bones) y logra resolver acertijos criminales gracias a
una combinación de conocimientos adquiridos en dos siglos y una mentalidad
digna de Sherlock Holmes lo que hace que la serie se asemeje a “Elementary”.
Henry tiene ya una ayudante, una policía étnica, en eso se
parece a Ichabod y además vive de flashback en flashback tal como El Profesor
Crane. La serie no será muy novedosa pero cumple con su cuota de corrección política
introduciendo la determinada cantidad de minorías. La Teniente Jo Martínez
(Alana de la Garza) es latina, su superior también es hembra y Afro-Americana, ósea
al revés de lo que ocurre en la comisaria de “Sleepy Hollow”.
Aunque Henry ha
vivido doscientos años, solo llegó a enamorarse durante la Segunda Guerra Mundial
cuando prestaba servicio en Europa. La enfermera Abigail (Maclenzie Mauzy) se
convirtió en una de sus muchas esposas y el forense todavía no se recupera de
su muerte. Abigail y Henry adoptaron a un bebé sobreviviente de un campo de
concentración. Casi setenta años más tarde el bebé, convertido en Judd Hirsch,
es el único pariente y confidente del Dr. Morgan. Es en su tienda de
antigüedades donde Henry intenta investigar los motivos de su inmortalidad.
A Henry lo matan a cada rato (en el primer episodio murió en
un accidente del metro, en el segundo se cayó de un puente al Hudson), pero
aquí viene la parte curiosa e incomoda. Siempre resucita en el agua y desnudo,
necesitando que su “hijo” Abraham venga a rescatarlo. Eso tampoco es muy
original ya que es similar a lo que le ocurre a otro Henry, el protagonista de
“The Time Traveler’s Wife”. En cuanto a las lamentaciones del forense sobre el
peso de la inmortalidad ya lo vimos/vemos en todo cuento de vampiros. Al final,
Henry se parece al vampiro-detective de “Forever Knight”.
La serie no está mal hecha, pero tampoco presenta nada muy
seductor y, valga la redundancia, nada que no hayamos visto antes. Los personajes
no son arrebatadores, hay cero química entre los supuestos protagonistas y los
casos son del montón. Como en “Highlander” me quede más interesada en los
flashbacks de Henry y Abigail en Italia al final de La Segunda Guerra Mundial.
Y aun ahí sentí que había deslices. ¿Cómo se explica que Henry sirva en el
ejército estadounidense (y en la policía neoyorquina) si es obvio, por el
acento, que es súbdito británico? Pero lo que me descolocó fue el número
tatuado en el bracito del bebé que después será Abraham.
A los bebés no se les
tatuaba por la sencilla razón de que las criaturas (y las embarazadas) iban
directamente a la cámara de gas. Los Nazis no gastaban tinta en ellos. Los
poquísimos bebés que sobrevivieron fueron los nacidos en los últimos meses de
la guerra cuando había tal pandemonio en los campos que se pudo ocultar su
existencia hasta La Liberación, ese es el caso de Abraham. Asi que no se entiende
ese numerito. Como que ese lapsus histórico es mas imponente que el que Henry
descubra que es inmortal tras recibir un
balazo de una Colt ¡en 1814! Cuarenta años antes que Samuel Colt fabricara ese revolver.
Ese no es el único agujero en la trama:
¿Cómo Henry desnudo y en el agua contacta a Abraham? Ni modo
que lleve un celular pegado al trasero.
Aunque parezca romántico no puedo creer que le haya tomado
más de un siglo a Henry encontrar a la mujer ideal.
Si Henry tiene que cambiar de país cada vez que alguien
sospecha de él ¿por qué sigue usando el mismo nombre y practicando la misma
profesión?
No es por ser quisquillosa, pero el hecho de que me de
cuenta de tantas fallas, cuando imagino que Sleepy y Penny también tienen las
suyas y no las noto, es que el cuento sufre del defecto mas grave de toda ficción,
no me transporta, no me subyuga, no me hipnotiza. Lástima, porque amo a IG y se
merece lo mejor, pero también amo a mi Gran Danés y si a él no le resultó el
cuento en “New Ámsterdam”, no veo porque “Forever” vaya a sobrevivir.
A ver ¿En qué se parecen los dos shows?
Los protagonistas trabajan para la policia neoyorquina:
A los protagonistas les cuesta morirse y se ven ultra jóvenes para tener más de cien años:
Los protagonistas tienen hijos étnicos que nacieron cuando ellos prestaban servicio durante La Segunda Guerra Mundial.
Sin camisa, sin palabras...¡Sin aliento!
Me sorprende que no hayan encontrado maneras de hacer la serie más atractiva. Incuso la gran premisa de la que voy a hablar enseguida es tirada de las mechas. Supuestamente otro inmortal anda acechando a Henry. No se sabe con qué propósito. A lo mejor es para fundar un club de inmortales. El individuo utiliza técnicas de acosador sexual, llamando a Henry a cualquier hora, susurrando en el teléfono y manteniendo anonimato (“Puedes llamarme ‘Adán”).
A ver ¿En qué se parecen los dos shows?
Los protagonistas trabajan para la policia neoyorquina:
A los protagonistas les cuesta morirse y se ven ultra jóvenes para tener más de cien años:
Los protagonistas tienen hembras latinas como sidekicks
Los protagonistas tienen hijos étnicos que nacieron cuando ellos prestaban servicio durante La Segunda Guerra Mundial.
Sin camisa, sin palabras...¡Sin aliento!
Me sorprende que no hayan encontrado maneras de hacer la serie más atractiva. Incuso la gran premisa de la que voy a hablar enseguida es tirada de las mechas. Supuestamente otro inmortal anda acechando a Henry. No se sabe con qué propósito. A lo mejor es para fundar un club de inmortales. El individuo utiliza técnicas de acosador sexual, llamando a Henry a cualquier hora, susurrando en el teléfono y manteniendo anonimato (“Puedes llamarme ‘Adán”).
Aun asi, no se entiende por que Henry se alarma tanto cada
vez que Adán lo llama. No es como si fuera el Calibán. Ósea yo soy inmortal y
se me aparece otro... ¡Qué rico! A ver si podemos compartir impresiones sobre
nuestro estilo de vida o averiguar por qué nos pasan estas cosas.
A pesar de sus defectos, hay mucha gente que está encantada
con el show. Creo que se debe a la posibilidad de ver semanalmente al Gran
Gales renacer desnudo de las aguas como la Venus de Botticelli. Pero si quieren
que dure más que una temporada, van a tener que meterle algo de mayor
consistencia. Las conjeturas de los espectadores van desde que el tal “Adán”
sea el difunto marido de Jo Martínez, hasta que Henry, al que le gusta jugar con
los cadáveres construya un monstruito. ¿Es lo que esta de moda o no?