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viernes, 26 de julio de 2013

Era de Vampiros: Segunda Parte (Crónicas fantásticas III)


En el Siglo XXI, los vampiros pueden seguir siendo villanos y ser cazados por héroes, que hasta a Abraham Lincoln lo ha reclutado el gremio de caza-chupasangres. Sin embargo, por primera vez la ficción nos lleva a admirar a los vampiros, a enamorarnos de ellos y de su modo de vida. ¿Tuvo esto que ver con el auge de la fantasía post-Harry Potter? Juzguen Uds.

En el post anterior recorrimos la trayectoria de la literatura vampírica contemporánea y de la fascinación que el cine y la televisión sentían por esas criaturas desde fines del siglo pasado cuando Anne Rice y Chelsea Quinn Yabro habían puesto de moda las sagas de vampiros “buenos”  o al menos atractivos.

Un fenómeno que surge a fines del siglo XX son los romances paranormales. En 1999, Christine Feehan inicia su “Serie Oscura” con The Dark Prince (El príncipe oscuro) que por primera vez presenta al publico a los Carpatianos, una antigua raza de vampiros con poderes mágicos. Aunque los Carpatianos se alimentan de sangre humana, ni están muertos ni matan a sus victimas. Su mayor problema reside en la imposibilidad de encontrar parejas. Cada Carpatiano tiene una compañera ya elegida por el destino y solo con ella puede procrear. La crisis estalla cuando ya la antigua raza, debido a la ausencia de hijos y mujeres, encara la extinción. Es entonces que el Príncipe Mikhail descubre una salida, cuando su elegida resulta ser una humana.


Esa original visión del vampirismo tuvo una gran acogida, lo que ha permitido que La Serie de los Carpatianos continúe reproduciéndose hasta nuestros días. Otras autoras de romances paranormales hicieron suya la formula romántica-vampírica, pero Charlaine Harris la llevaría  hacia otro extremo. En el 2001, aprovechando la moda de la “chic-lit” y la obsesión estadounidense on las historias de detectives, combina ambos con el nuevo fad vampírico, en sus Southern Vampire Mysteries.



Situados en los bayous de Luisiana, esos misterios tienen como protagonista a una joven camarera con sangre de hada en las venas, poderes telepáticos en la cabeza y un corazoncito que se derrite por los chupasangres. En el universo de Harris los vampiros han salido del closet y conviven con los humanos bajo ciertas reglas. En el20008, aprovechando la fama de la serie, la HBO  y Alan Ball la traducen al cable bajo el nombre de “True Blood”.

Los vampiros habían conquistado al público adulto, pero también asechaban al más juvenil. Pocos saben que los Vampire Diaries que hoy cosechan fans en la televisión, nacieron como novelas en 1991 y en el 2000 se crea una de las más entretenidas series de vampiros para chicos.



En Cirque Du Freak, el escritor irlandés Darren Shan narra las aventuras de su epónimo quien, para salvar la vida de un amigo, debe convertirse en vampiro y asistente de Mr. Creepseley, el vampiro estrella del Cirque du Freak, un circo-feria que alberga entes sobrenaturales. Como Harry Potter, Darren inicia como un muchacho común y corriente que debe ingresar a un mundo fantástico, a conocer seres extraordinarios. Mas adelante en la serie, como Harry, Darren descubre que tiene un enemigo que también amenaza a la raza vampírica, en su lucha, Darren descubrirá secretos familiares.

(sagacrepusculo.es)


La apoteosis del romanticismo vampírico llega con una mezcla de romance paranormal y literatura rosa. En el 2003. Stephanie Meyer nos lleva al pueblecito de Forks a conocer a la altruista Familia Cullen, lindos, buenos y vampiros.   Más allá de franquicia y fenómeno cultural, la saga de Meyer reafirma la condición heroica del vampiro, a pesar de que los Cullen sean   sui generis ya que circulan bajo la luz solar y se alimentan de sangre de venado.



Con Crepúsculo también se ratifica la idea del vampiro como personaje literario. Cuando en el 2005, Elisabeth Kostova convierte su laureada La Historiadora en un bestseller mundial, ya se puede decir que no hay espacio que  el vampiro haya dejado sin conquistar.

La televisión también se ha convertido en un parque de diversiones de vampiros. Recordemos que la primera década del Siglo XXI vio un aluvión de series protagonizadas por vampiros “buenos”.  ¿Alguien se acuerda de “Moonlight” (“Luz de Luna”) en la que Sophia Myles debutó en la TV estadounidense? Solo duró una temporada. Más suerte corrió “Blood Ties” que alcanzó a durar dos temporadas. Basada en La saga de la sangre de Tanya Huff cuenta de las peripecias de una investigadora canadiense cuyo ayudante es un vampiro ¡e hijo ilegitimo de Enrique VIII!



No hay subgénero televisivo o público al que los vampiros no alcancen. Inclusive “The Lair” era una serie de vampiros gays. Con “Port Charles”, un spin off de la longeva “General Hospital”, los vampiros entraron a las “Soap operas” estadounidenses. En las telenovelas han aparecido en la brasileña “El beso del vampiro”, la mexicana “Noche eterna”, y la colombiana “La chica vampiro”. En Chile se han hecho dos telenovelas de ese tipo, la juvenil “Vampiras” y el drama de época “  CondeVrolok”. En esa última, el vampiro se las arregla para embarazar a una humana.



Iniciamos esta exploración de la ficción vampírica contemporánea con una interrogante ¿Su auge le debe algo a la aparición  de Harry Potter? La respuesta es afirmativa y  lo prueban esas sagas juveniles en que se describen escuelas donde los jóvenes vampiros pueden conocerse, socializar y aprender más sobre su especie. En el 2007 aparecen dos novelas que tratan ese tema: la primera de la saga de la Vampire Academy (Academia de Vampiros) de Richelle Mead y House of Night (La Casa de la noche) de P.C y Kristin Cast.
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Un año mas tarde Claudia Grey inicia su cuarteto gótico sobre el Internado Evernight en Medianoche. La más interesante es la primera donde hay un distingo entre los Moroi (vampiros mortales) y los villanos del cuento, los Strigoi (inmortales). El vínculo de estas tres historias son las protagonistas, todas jóvenes vampiras; el ámbito escolar, y una historia romántica que combina la idea de un Hogwarts vampírico con amores “crepusculares”.

No todos los retratos de vampiros en la ficción contemporáneas halagüeños. Ejemplo de eso es Strain, la trilogía de Guillermo del Toro, y  filmes como “30 Days and 30 Nights”. Los cazadores de vampiro siguen siendo heroicos protagonistas desde Hugh Jackman en “Van Helsing” hasta el mismísimo Abraham Lincoln en la novela Abraham Lincoln, Vampire Hunter  de Seth Grahame-Smith.



Sin embargo, los vampiros  buenos y "buenones" reinan en la televisión. En “True Blood”, ahora en su sexto año y para los más jóvenes están los galanes de “Vampire Diaries” que ya van en su cuarta temporada. Y este año vienen ya dos series vampíricas “The Originals” y Dracula”. El apetito del público por los vampiros es insaciable.


miércoles, 20 de junio de 2012

Amor en los días del Trono de Hierro: ¿Es compatible el romance con el género de fantasía?



Leyendo esta entrada en el Blog de La Luz de Valinor, caigo en cuenta que no solo sufrimos de una carencia de ficciones que reflejen amores verdaderos y duraderos, sino que además su ausencia nos afecta. Y no hay lugar donde sea más patente la falta de presencia del romance que en el género fantástico.  Muchos fanáticos de la fantasía consideran que  idilios y sensiblerías poco tienen que hacer ahí. ¿Qué opinas?

Si originalmente el genero fantástico  no ofreció espacio  para lo pasional fue debido a que sus precursores, la ciencia ficción y la novela de aventuras, eran consideradas libros “para chicos” donde no cabían monsergas románticas. Por otro lado, un argumento que gira en torno a una búsqueda heroica, un viaje a reinos de fábula, un aprendizaje en algún tipo de magia o una lucha entre fuerzas sobrenaturales, no puede perder tiempo en los líos amorosos de los protagonistas.

Hoy hay más mujeres que varones leyendo fantasías.  A nosotras, aunque nos de vergüenza aceptarlo, nos gusta conocer el aspecto vulnerable de los protagonistas,  sean sus vidas familiares o sentimentales. Para nosotras  se  ha creado el subgénero del romance paranormal donde el amor tiene su lugar aunque el Príncipe Azul tenga colmillos de vampiro u hombre-lobo.



Las romances paranormales son divididos de acuerdo a las edades de sus lector Otra razón por la cual al romance se le baja el tono en cuanto entra a mundos mágicos es que se cree que los mayores consumidores de la fantasía son adolescentes sin seso. Debido a  eso las  grandes pasiones son retratadas de manera infantil, a nivel de amores de comics y que no convencen ni satisfacen al lector exigente, sea cual sea su edad. Yo misma me encuentro inconforme con el amor en serie fantásticas que me encantan como Los Cuentos de Los Otori o la Trilogía de Seven Waters. Es que está concebido de manera demasiado simplista.

Uno de los grandes errores de Stephanie Mayer fue vender su trilogía vampírica como género juvenil. Por eso le han caído encima, por años, las críticas de las madres gringas. Aparentemente, las heroínas de la literatura para Jóvenes Adultos (Young Adults como se les llama en inglés o YA. Lit. como la abreviamos las bibliotecarias) deben servir de modelos de conducta a sus lectoras. Entonces, una nena de diecisiete años que, en vez de preocuparse de su entrada a la universidad, planea casarse con un hombre 80 años mayor que ella y con quien sostiene amores a espaldas de sus padres, no puede ser un buen modelo.

La "perfecta familia vampírica"


Sin embargo, la razón por la cual Crepúsculo me atrapó, y la leí cuando me acercaba al medio siglo de vida, es que me creí el idilio de Bella y Edward. Me pareció un sentimiento  valiente, fuerte, más grande que cualquier obstáculo, y diferente a la mayoría de los amoríos que otras ficciones nos muestran. Ciertamente me resulto más romántico, y por ende satisfactorio, que los que leía en romances paranormales de adultos.

(foto de tvlover.com)


Otro absurdo de los convencionalismos de la industria anglosajona, que mal que mal es la mayor proveedora de obras de fantasía, es que la literatura debe reflejar la realidad (ya eso es una contradicción) y los valores contemporáneos.  El amor en ellos debe seguir pautas “adultas”. La heroína debe pasar por varias relaciones hasta descubrir qué desea en la pareja ideal. Eso le ocurre a Claire, protagonista de Outlander, que al viajar en el tiempo encuentra algo mejor que su actual marido. Y aunque Sookie Stackhouse haya tenido a Bill como primer amante, la autora la ha hecho vivir otros romances e incluso tener otros compañeros sexuales. A pesar de que en el último libro de Charlene Harris que leí, Sookie estaba medio casada con Eric Northman, (YESSS!) yo sé que eso no va a durar. La autora puede  hacer  que en el futuro Sookie tenga otras parejas, ya que así ocurre en la vida real.

Evie y O'Connell (ofto de pinballmind.blogspot.com)

Lo curioso es que por algo se llama “fantasía” y una fantasía de las mujeres, por liberadas que sean, es creer en el amor único y eterno. Es lo que esperamos  que nos brinden  los romances de ficción aun en el género fantástico.  En el cine fantástico, incluso obras que son medio  paródicas y dirigidas a públicos de todas las edades, se encuentra  ese tipo de amor.  El romance de Evvie y O’Connell en “La Momia” ha dado para dos secuelas, y eso que llevan ya años de casados. Al final de “El Rey Escorpión”, uno tiene la impresión de que El Acadio y su Hechicera serán felices y comerán perdices para siempre. Y ni siquiera la muerte puede separar a Will Turner  de Elizabeth Swann en “Los Piratas del Caribe”.

Del albúm de bodas de William Turner y Elizabeth Swann Turner


En cambio, en la literatura fantástica, el amor  se acaba, no convence, o  termina de manera tragiquísima como ocurre al final de La Mujer del Viajero del Tiempo. Habrá quien diga que eso se debe a que el género fantástico desciende de la épica en donde las historias de amor tienen finales fatales.  El Rey Arturo es traicionado por su reina y su más leal caballero; La Dama de Shallott se ahoga al no ser su amor correspondido; Sigfrido es asesinado dejando viuda a Crimilda, tal como Héctor deja viuda a su Andrómaca;  y Eneas abandona a una Dido destrozada que se suicida.

Es tan obvio que la épica y el romance no se llevan que Aucassin y Nicolette, que gira totalmente en torno al amor y tiene final feliz, es considerada una parodia del género. El héroe de la épica debe ser  un solitario que  no posee ataduras sentimentales. Así son los héroes del género fantástico desde Frodo Bolson hasta Roland Deschain en La Torre Oscura de Stephen King. ¿Entonces  cómo se explica que el romance si tenga su espacio en la joya de la corona de la fantasía épica, Canción de Hielo y Fuego?

Mucho se  habla de   que la “Canción” de Martin contiene “SEXO”, que es una historia “Adulta”, pero pocos reparan en la importancia del amor en la saga. Una historia que comienza con Jaime Lannister diciendo “Las cosas que hago por amor “antes de arrojar a Bran por la ventana de una torre, obviamente  va a dar preponderancia a ese sentimiento.

(Foto de heykhaleese.tumblr.com)


Martin demuestra que por amor se hacen cosas buenas y malas, que es un torbellino del que nadie puede huir. Ni Jon Snow ni Samwell, atados por un voto de celibato, se escapan de caer bajo el embrujo de Salvajes guapas. El romance en su obra abarca todos los matices, desde la oscura pasión incestuosa que une a los mellizos Lannister hasta el amor homosexual que lleva al lindo Ser Loras a enterrar con sus propias manos el cadáver de su rey-amante. El amor en el mundo de Martin es también tragedia: Catelyn y Daenerys pierden a sus amados esposos. Sansa pierde la inocencia al descubrir que su Príncipe Azul  era solo una ilusión romántica y que el verdadero Joffrey es más tóxico que el humo que emiten los plásticos quemados.

Jon Snow y su "Wildilng" (foto de fanpop.com)


Por mucho tiempo  la fantasía épica fue considerada un género casi bélico donde lo importante eran las batallas, la destreza de sus protagonistas en las artes militares o en brujería. Con  la llegada de Juego de Tronos, entran en ella las pasiones y el amor. Tan consientes de eso están los productores de Game of Thrones, que en la segunda temporada han aumentado la carga romántica. En vez de un encuentro sexual fortuito que obliga a Robb Stark a romper un compromiso, han creado todo un escenario romántico para llevar al Rey del Norte a desposar a la enfermera Talisa. Estamos asombrados ante la magnitud del sentimiento que une a Shae a Tyrion y que nos hace parecer imposible la traición que llegará con la tercera temporada.

"San-San" (Foto de fanpop.com)



Como si fuera poco, Martin diseña personajes entre los que existe una tensión sexual que atrapa la imaginación de los "shipperos”. Lo atestigua la abundancia de fanfiction que continua historias de amor que no sabemos si Martin llegará a crear. Anoche, me la pasé leyendo (y llorando que soy una vieja sentimental) unos fanfictions en los que Sansa espera el tercer bebé del Perro Clegane, y donde Jaime le regala zafiros a Brienne en su aniversario de bodas.



Con eso comprendí  que “Fantasía” también implica una quimera, un sueño que como los animales extintos debe sobrevivir, al menos en la ficción.. Por "sueño" no me refiero a ese delirio pornográfico de las 50 Shades of Grey, sino a esa ilusión que todos llevamos dentro y que nos hace creer que en alguna parte del universo hay parejas felices, cuyo amor supera toda prueba y que dura para siempre. ¿Es Martin el único autor de fantasía capaz de crear historias realmente románticas? ¿Debería haber más amor en el género fantástico? ¿Qué otra historia fantástica recuerdas que abarque también una gran idilio?