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jueves, 12 de julio de 2012

Canción de Hielo y Fuego: Ni misógina ni feminista

(foto de hieloyfuego.wikia.com)


En la entrada anterior expuse las muchas críticas que el radicalismo feminista  le ha hecho a Canción de Hielo y Fuego, pero por descabelladas que fueran algunas de esas acusaciones, sería también absurdo negar el derecho a analizar la obra “martiniana” desde una óptica feminista. Por eso humildemente aporto la mía.

Una de las grandes quejas de  Sady Doyle (y de otras) es que Cersei (según ellas el único icono feminista de la obra) es retratada como villana que merece ser castigada Aunque no concuerdo en la aseveración de Doyle de que a Martin se le pasa la mano en el castigo a Cersei (se merece eso y más) a manos de La Fe, hay algo que me incomoda en el tratamiento de su personaje. En los capítulos enfocados desde el punto de vista de Jaime, él recuerda que fue su hermana la instigadora de sus primeros juegos sexuales y a ratos pareciera que todo lo malo que hay en el Matarreyes nace de la influencia negativa de su gemela.


Los Mellizos Lannister (foto de fanpop.com)



En vez de desmedrar a Cersei esta percepción disminuye a su hermano-amante  haciéndolo quedar como marioneta. Si Jaime es malo (y discrepo totalmente con esta impresión) o comete actos nefastos es por el modo en que fue criado. Su soberbia de Lannister lo hace sentirse superior a todos y el aislamiento que acompaña  su condición de paria lo vuelve un antisocial que solo se encuentra cómodo con los suyos y desprecia al resto de los mortales.

En cuanto a Cersei, Martin le da bastantes excusas para explicar su comportamiento. Algo que no hace con personajes masculinos totalmente perversos como La Montaña, Joffrey  y Vargo Hoat. Además, Martin redime a Cersei haciéndola una madre devota de sus hijos, pero ahí también el autor choca con sus críticos.

Otra imputación de las extremistas es que Martin manipula el sentimiento maternal presentándolo como una falla femenina, fuente de desdichas y de malas decisiones. Es indudable que la acción en Juego de Tronos es manejada por las decisiones de Cersei y Catelyn que por velar por sus hijos, ponen a Poniente de cabeza, pero Martin  va más allá en su retrato del instinto maternal. Echa mano de la fantasía para mostrarnos a Melisandre, la Sacerdotisa de Fuego, que da a luz sombras demoniacas capaces de cumplir su voluntad. Daenerys, tras perder a su hijo, “empolla” huevos de dragón en una pira funeraria de la que salen ilesos ella y sus “hijos”. Parecerá grotesco, pero es un ejemplo de cómo el autor supera clichés y estereotipos. En un mundo donde la fuerza reproductora es el único valor que se le asigna a la mujer y donde  el parto muchas veces conduce a la muerte, Martin demuestra que la maternidad puede ser fuente de poder.
El parto de Melisandre (Foto de doblesmpp.blogspot.com)



Eso le provocará urticaria a ciertas escuelas de pensamiento feminista que consideran que el instinto maternal es mero cuento inventado por sociedades patriarcales para dominar a las mujeres. Aunque, a diferencia de lobas y gatas, no todas las hembras humanas hayan sido dotadas de sentimientos maternales, mi experiencia me ha enseñado que estos no van  vinculados al acto de parir y Martin lo sabe. Dany quiere a sus dragones como si fueran sus hijos, Sansa se convierte en figura materna para su primo Robert luego que él queda huérfano y es el instinto maternal que Podric despierta en Brienne lo que hace que la Doncella de Tarth elija el deshonor antes que la muerte. Ser Hyle es el primero en reconocer el instinto maternal de Brienne lo que lo lleva a esa semi cómica propuesta de matrimonio en la que él recibe Tarth a cambio de la promesa de darle a la guerrera un castillo lleno de bebés.


Daenerys y su hijo-dragón(foto de hieloyfuego.wikia.com)



Curiosamente ninguna crítica ha reparado en lo que hubiese incomodado a una feminista de mi época.  Las mujeres fuertes de la obra (y excluyo a Cersei, ninguna mujer tan bruta puede ser realmente fuerte) son siempre rescatadas por varones que creen en ellas y las respetan. Daenerys sobrevivirá piras funerarias y quemará templos, pero los machos la ningunean de lo lindo. Su khalassar la abandona en medio del camino para que se las rebusque sola, los hombres de Qarth o se burlan de ella o pretenden utilizarla. Sin sus dragones no es nada. Siempre Ser Jora o Ser Barristan u otro la tienen que sacar de apuros.


Dany y el fiel Ser Jora (Foto de fanshare.cm)



Desde la muerte de Ned Stark, su hija Arya es protegida por varones: Syrio Forrel, Yoren, Gendry, Jaquen. En la serie hasta pusieron a Tywin como su protector. Es natural, es  valiente y buena con la espada, pero sigue siendo una niña de nueve años que necesita guía y adiestramiento. Los hombres reconocen sus meritos y la ayudan. No es una patética damisela en apuros como su hermana. Arya inspira respeto y, por ende, hay quienes invierten tiempo y energía en ayudarla. Respeto y reconocimiento es también lo que Asha Greyjoy ha conseguido inspirar en su padre y en los hombres que la obedecen. Algo que no ocurre con Cersei que gobierna usando el terror y comprando aliados.


Arya y Syrio (foto de todoseries.com)



No creo que Martin se regocije haciendo sufrir a sus mujeres. No más de lo que siente cuando tortura a sus personajes masculinos, por lo que no me perturba que las ponga en serios aprietos y que necesiten ayuda. Aun así, como feminista de la vieja escuela (entonces nos llamábamos neo-feministas o post feministas) me gustaría que alguna vez las rescatase otra hembra, pero como las amistades femeninas brillan por su ausencia en esta historia, me conformo con que exista una cooperación entre géneros. Y al menos eso encuentro en el emparejamiento de Jaime-Brienne.

Mucho se ha dicho que Martin glorifica la violencia de género  y principalmente la violación. En un mundo donde cada cinco minutos una mujer es violada, me parece que el ultraje sexual es parte de nuestra existencia y no puede ser ignorado ni en una novela de fantasía. Sin embargo, las críticas  no reparan  en que Martin siempre  condena el ultraje y siempre  presenta  a la mujer como víctima de seres brutales y cobardes. Contrasta eso con una visión que tristemente todavía existe en Occidente (y aun más fuera de Occidente) de que las violadas “se lo han buscado”, o que la violación nace del deseo sexual y que va dirigida solo contra las sexis y bonitas. Con Brienne, Martin destruye ese mito.


(foto de wetpaint.com)



Brianne de Tarth es una pobre niña rica, tan fea que ni su gran dote puede evitar que le falten pretendientes . Al no poder cumplir con los roles que su sociedad requiere de las mujeres, Brienne tiene un solo camino, vestirse de caballero y pelear a espadazos, lo único que sabe hacer bien. Discrepo con Sady Doyle quien dice que Brienne es caballero porque es fea. Si fuera por eso, todas las feas de Poniente estarían sirviendo a algún pretendiente al Trono de Hierro. Pero aparte del vestuario masculino y de su arte con la espada, esta Betty La Fea de Poniente es totalmente femenina: sensible, ingenua, llorona y muy romántica. Como Sansa Stark, posee una idea del amor que concibe escuchando romances de trovadores. De la misma fuente nace su idealizado concepto de la caballerosidad cuyo epítome es el Rey Renly Baratheon, de quien la Doncella de Tarth está secretamente enamorada. Por eso,  Brienne desprecia a Jaime Lannister, el Matarreyes que para ella encarna la traición de todo ideal caballeresco, un hombre capaz de matar al rey que juró proteger.


(foto de fanforum.com)



Brienne inicia su vida de caballero como miembro de la guardia de Renly. Obviamente su presencia causa alboroto entre los otros caballeros, pero pronto se ve asediaba por requerimientos amorosos de parte de varios de sus “camaradas”. Finalmente, la amazona se entera que los guardias reales han hecho una apuesta que ganará el que consiga desflorar a quien burlonamente apodan “Brienne, La Bella”.  Con eso Martin nos muestra que no se necesita ser hermosa para ser blanco de acoso sexual.

Tras la muerte de Renly, la desorientada Brienne entra al servicio de Lady Catelyn Stark quien le encarga la penosa tarea de escoltar a Jaime Lannister a Desembarco del Rey. Es un viaje muy difícil ya que, cada tres pasos, el par se agrede verbalmente, hasta que terminan yéndose a las espadas en una pelea en la que Brienne lleva las de ganar. Para cuando los encuentran Los Titiriteros Sangrientos, la guerrera está tratando de ahogar al Matarreyes en un río.





Brienne y Jaime pasan a ser prisioneros de los mercenarios y de su siniestro líder apodado “La Cabra”. Lo que sigue es una ordalía de torturas y humillaciones para ambos que constituye uno de los episodios más espeluznantes de la obra. Jaime a quien le han cortado una mano, quiere dejarse morir  y es Brienne quien lo mantiene vivo. El nota que ella ha construido un muro interior, en cambio el suyo se ha derrumbado. Sin embargo, no es Jaime el único blanco de la crueldad de los Titiriteros quienes pronto comienzan a hacer apuestas sobre quien será el primero en violar a La Doncella de Tarth.

Las mujeres nos quejamos de que los hombres son incapaces de comprender toda la tragedia moral y física que conlleva una violación. El ególatra Jaime si lo entiende y sabe que si la violan Brienne quedará tan tullida (espiritualmente) como él. Intenta aconsejarla que no se resista para que no la maltraten mucho. ”Piensa en Renly” le dice, consiente del amor secreto de la guerrera, pero Brienne es demasiado digna para someterse. Los Titiriteros están debatiendo si deben arrancarle a Brienne sus dientes o sus ojos para dominarla más fácilmente, cuando a Jaime se le ocurre una idea: convencer a sus captores que el padre de la Doncella estará dispuesto a pagar vida y virginidad de su hija con zafiros.

 Jaime salva a Brienne del ultraje, pero ella antes le salvó la vida infundiéndole ánimos, y ya sabemos que Los Lannister pagan todas sus deudas. Sin embargo, Martin se las arregla para que ese par viva en una deuda mutua. En la fortaleza de Harrenhaal, es Brienne quien impide que Jaime se ahogue cuando se desvanece en el baño, es ella quien lava, afeita y viste al Matarreyes. El mismo la usa como muleta consiente que es más fuerte que él, pero más gentil que Cersei. Jaime pagará esta deuda rescatando a Brienne del seudo circo romano que La Cabra monta para que La Doncella de Tarth luche contra un oso (eso después que ella le arranque al maleante una oreja de un mordisco).
(fanpop.com)



Es a Brienne a quien Jaime le confiesa su recóndito secreto, la verdadera razón por la cual mató al Rey Loco; es a Brienne a quien le cede su espada y le encomienda una empresa que restaurará su honor perdido y será Brienne quien mate a tres de los Titiriteros que ayudaron a mutilar al Matarreyes. No se puede hablar de antifeminismo ante esta equilibrada epopeya que muestra como miembros de  sexos opuestos  se las arreglan para en toda igualdad ofrecerse lo mejor (y lo peor) de ambos.

¿Quiero decir con todo esto que  Canción de Hielo y Fuego es una obra feminista? Para nada. Solo veo que Martin ha creado una saga habitada por personajes tan potentes y tan fidedignamente humanos que trascienden cualquier encasillamiento genérico.

jueves, 5 de julio de 2012

Las feministas vs George R.R. Martin: ¿Es Canción de Hielo y Fuego una obra misógina?



Se ha vuelto costumbre en el seudo-periodismo (sobre todo  el que se practica en Internet) colgarse de algún fenómeno del momento para hacerlo blanco de criticas que estimulen a los fans a responder y así promover visitas, que es como se mide el rating en la actualidad. Ni George R.R. Martin se ha escapado de estas maniobras amarillistas. A pesar de que se le ha considerado un autor “feminista” (por las poderosas  mujeres que retrata  su libro), hay quienes lo han tachado a él y a su obra de misóginos.  Aunque muchos de los argumentos utilizados en contra de nuestra bien amada Canción de Hielo y Fuego son risibles, he querido investigar a ver si hay alguna verdad tras esos cargos. (Aviso que voy a hablar del contenido de todos los libros de la saga).

Acababa de transmitirse el último episodio de la primera temporada de “Juego de Tronos” y ya había una guerra en Internet. La bloguera feminista Sady Doyle tóxicamente acusaba a la obra  de propagar el odio hacia las féminas y Alyssa Rosenberg  contraatacaba defendiendo el derecho de las mujeres de amar la saga.

Un gran problema del feminismo  es que, como le ocurre a casi todas las agendas, se ha vuelto un reemplazo de la religión en tiempos que la fe es mal vista. Y como toda religión tiene grupos que degeneran en fundamentalismos. Yo he leído blogs y artículos  (Gina Bellafante lo dijo en  The New York Times) que califican a “Game of Thrones” como estrictamente para “varoncitos” y  aconsejan al público femenino que se abstenga de  leerla o verla. Más cuando perpetúa imágenes patriarcales y estimula el maltrato de género. ¿Quiénes son ellas para imponerme tal censura?

No voy a desmenuzar cada crítica feminista que recibe la obra, puesto que al final (tal vez porque conozca ese mundo) me queda la idea cínica de que todo está escrito para aprovecharse de la popularidad del fenómeno “Martiniano” y conseguir así más  tráfico. Les dejo los enlaces  a las críticas más trascendentales para que juzguen ustedes mismos.

(foto de gameofthronespr.com)


Doyle, aparte de acusar a Martin de ser sexista, de gustarle ver mujeres maltratadas y de ser racista, lo culpa de promover la pedofilia. Lo que mas saqué en claro de su  exabrupto es su repugnancia por el  matrimonio de Daenerys y Khal Drogo. Error, no el matrimonio, sino el ensalzamiento de una unión hoy considerada (en algunos países)  como ilegal, pero que en el libro culmina en un gran amor. A pesar de que el autor describe una placentera noche de bodas para la rubia Targaryen, Doyle insiste en llamarla “violación”. Llega al punto de calificar la inmensa pasión que la Khaleese siente por su compañero como muestra del “Síndrome de Estocolmo”.
(foto de cinemaseries.com)


A veces me conmueve la ignorancia de las personas sobre sociedades históricas cuyas normas dejaron de existir hace menos de cien años. Un escritor no puede situar una trama en un  periodo histórico y pretender cambiar los valores de esa época. Retratar con pelos y señales una determinada era no significa abrazar sus valores.

Lo cierto es que hasta el Siglo XX, la gente era dividida en dos grupos de edades: niños y adultos. La mujer que, usando la metáfora de Martin, “había florecido” era considerada una adulta capaz de ser amante, ama de casa, madre de familia y hasta reina. Hace 200, 500 y mil años, era perfectamente creíble y comprensible que una chica de 13 años se casara y se enamorara. Ahora nos cuesta creerlo porque tenemos incrustado en la mente ese espacio artificial llamado “adolescencia” donde las hembras no son ni niñas ni mujeres. Eso a pesar de que la gran mayoría de mujeres del Primer Mundo inicien su vida sexual en esa ambigua etapa, y a juzgar por lamentables índices de maternidad adolescente, también inicien su vida procreativa.

(foto de todoseries.com)


Encuentro tan curioso leer (y no solo a Sady Doyle) a gente que se desmaya porque Daenerys se enamora a los 13 años, pero a nadie le parece raro que una nena de esa edad dirija un khalassar, de ordenes a gente mucho mayor que ella, juzgue y ejecute a una bruja y esté a cargo de un trío de dragoncitos. Tan curioso como que nadie se escandalice al leer que la gran vocación de Arya Stark a los 9 años sea convertirse en asesina.

(foto de polyvore.com)


Hay quienes critican a Martin por no haber aprovechado la libertad que ofrece la fantasía para crear en Poniente una sociedad “matriarcal”. Pues si lo hubiera hecho seria otra novela, tal vez no tan entretenida. Uno de los mayores impactos del argumento de Canción de Hielo y Fuego es reflejar como gente de ambos sexos trata de sobrevivir en una sociedad opresiva. Además que , al carecer de referencias históricas de matriarcados,  las obras que intentan crear mundos matriarcales se basan en conceptos utópicos y terminan mostrando espacios idealizados  donde la única  gran libertad es la sexual, olvidando que la promiscuidad no es la solución a los problemas mundiales y menos a los que siguen sufriendo muchas mujeres en el siglo XXI.

Sady Doyle (y otros) han acusado a Martin de celebrar e impulsar la violencia sexual y física en contra de mujeres. ¿Se olvidan que en el libro nadie, ni los poderosos Lannister, se escapan de la violencia física? Y que hay casos de violencia sexual en contra de hombres también (Theon, uno de los marineros de V. Greyjoy, y todavía no sabemos como Varys perdió sus genitales). En la obra, usar la violación como forma  de intimidación es común entre varones. El Perro amenaza con violar el cadáver de quien no demuestre valor en la batalla de Blackwater y Tyrion intenta intimidar a su hermana diciéndole que si violan a su prostituta, el hará que violen a Tommen. Para defender a Brienne, Jaime amenaza a Loras con meterle la espada “hasta llegar a un lugar que ni Renly conoció”.

Lord Varys, el eunuco (foto de 9gag.com)


Pero Doyle llega más lejos acusando a Tyrion de violar a Tysha y a Sandor Clegane de planear la violación de Sansa. En eso descontextúa por completo los hechos dando la impresión de que o no leyó la obra o no sabe interpretar lecturas. Tyrion es obligado por su padre (vale pensar que era muy joven, muy débil y que siempre le temió a Tywin) a abusar de Tysha tras ser testigo de una brutal escena sexual que traumatizaría hasta a alguien mas adulto y fuerte que el pobre enano. Sandor le cuenta a Arya que antes de dejar a Sansa en manos de los Lannister debió violarla y matarla. Ese es solo un ejemplo de la retorica desesperada  de El Perro que usa términos brutales porque no conoce más que brutalidad. Lo que  realmente quiere expresar son sus sentimientos de culpa por haber dejado a “su pajarito” a merced de gente que realmente puede hacerle daño.

San-San (foto de fanpop.com)


Pensé que lo de la guerra entre Doyle y amigos de la obra se quedaba en el 2011, pero este año también le han salido detractores a Martin. Laurie Penny, en The New Statesman, ha tildado a “Game of Thrones “de ser un “smorsgarbord de violación, sexo gratuito y ultra violencia. También lo es “Spartacus” y no veo a la feministas usando “lenguaje de odio” en contra de un show que tiene todo lo que critican en Canción de Hielo y Fuego y que es francamente misógino. ¿Sera porque “Spartacus” no tiene el mismo rating que GOT?

En su intento de crear controversia, Penny acusa a la obra martiniana de glorificar la violación, de promover la monarquía y de ser racista ya que pone a razas no-caucásicas como violadores por excelencia. Se  olvida que aunque los Dothraki sean del Este, los “arios” Greyjoy, son tan violadores como ellos. Es un poco patético leer a radicales que imponen sus propios complejos en obras que no han sido escritas para satisfacer agendas ni grupos militantes.

Todavía tengo una última palabra sobre Martin, su Canción y el modo en que trata a las mujeres, pero eso lo dejo para otra entrada.