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domingo, 27 de octubre de 2013

Fantasías misóginas: los peligros de perpetuar estereotipos


No creo que todo entretenimiento deba ser didáctico, me molesta la gente que examina libros, filmes y series con lupa para quejarse de cualquier desvió de lo “políticamente correcto”, pero soy consiente de que hay obras que pueden manipular la mentalidad del publico o perpetuar conceptos errados sobre etnias, géneros y actividades. Tal como hay obras de fantasía que inesperadamente son reconocidas por su contribución a una sociedad mejor.

Esta semana hemos visto con orgullo que George R.R. Martin fue a recibir el “Visionary Award “que se entrega a las series que tratan positivamente las discapacidades.  Obviamente que una historia cuyo protagonista es un enano sin nariz (con un hermano manco y con mucha nariz) tiene por fuerza que crear conciencia sobre las personas “diferentes”.
Me falta mi manito ¡Quieranme!(gameofthrones.wikia.com)


Mi única queja es que no únicamente la serie sino los libros deberían ser reconocidos por ese contenido positivo. Tan ocupado ha estado el feminismo radical de tildar a la Canción de hielo y fuego de machista y misógina que ciegan sus ojos al tenor provechoso de la obra, a su inclusión de personajes con problemas físicos como Shireen y mentales como Hodor, a los procesos de rehabilitación de Jaime Lannister y Bran Stark e incluso a la descripción de como ser feo puede cambiarle la vida a una persona.

Esta meritoria contribución  de la saga martiniana obliga a revisar otras obras fantásticas que persisten en exhibir conceptos alarmantes, desacertados y perjudiciales sobre minorías. Es lo que estoy viendo en esta temporada de “American Horror Story”. No hablo nada más del desafortunado retrato de las brujas. La serie llega más allá haciendo hincapié en estereotipos sexistas e incluso racistas. Para muestras, el segundo episodio titulado “Boy Parts” (pedazos de chico).


Puedo perdonar ciertas infracciones históricas, aunque invocar a Azazel, un ángel caído que hace rato fue condenado y encadenado, me parece un acto ocioso. Pero bueno, errores como ese han sido cometidos por magos   por siglos. Un toque novedoso de la serie es tener hechiceras practicando la necromancia. Esa es un área que siempre han preferido los hechiceros varones.


Perdono también la simplificación barata de reducir la presencia de la magia en Norteamérica a las enseñanzas que una esclava africana inculcó a unas mocosas de Salem.  Más me sorprendió la reticencia de Cordelia de emplear magia para embarazarse, y que cuando finamente se decide, utilice magia oscura. Pero ya me di cuenta que estas brujas solo conocen las artes negras.

Un profesor de antropología me dijo que las magias negras son las que trabajan la muerte, y los hechizos que promueven la vida son lo contrario. Desde la Antigüedad que las religiones han abarcado ritos de fertilidad y las monoteístas de hoy no ven nada malo en emplear salmos o invocar la ayuda de santos o santones para aumentar una familia. El Talmud está lleno de recetas “mágicas” de como promover la fecundidad de las hijas de Israel. Tal como toda curandera sabe como ayudar a la estéril a escribirle a la cigüeña.  Algo en común de estas recetas o ritos para encargar criaturas es que no se utilizan ingredientes animales ni sangre de ningún tipo. Así que ese huevo de culebra estuvo un poco de más.

Ritual de fecundidad según Cordelia (horrornews.net)


Todos esos detalles hay que tomarlos con humor y tolerancia. El problema es que la serie pinta un cuadro muy poco halagüeño de lo que es la brujería y peor aun, de lo que es ser mujer. Es ahí donde comienzo a crisparme. Todo parte de un espinoso silogismo que parece un eco de la enseñanza talmúdica de que donde hay muchas mujeres siempre aparece la brujería. La serie postula que la brujería es mala y que cuando se juntan muchas mujeres se ponen a hacer hechizos y a causar problemas. Conclusión, las mujeres son malas y amigas de practicar malas artes.

El gran problema de esta serie es que el 80% de los personajes está compuesto por mujeres…tontas. Ni siquiera las más badass (Fiona o Madison) son muy inteligentes. En este episodio vimos el colmo de la estupidez femenina. Desde Misty que representa el mas hediondo estereotipo de la White trash de Luisiana y que parece más mema que Sookie Stackhouse y Britney Spears combinadas, hasta esa ofensiva redundancia de hacer que Nan fuese la que liberase a Delphine. Obvio pues, la tontita va a hacer tonterías. Pero el espectáculo más penoso de estupidez femenina lo dio Zoe al enfrentarse a la policía.

Misty, tonta, bonita y bruja (melty.es)


En el primer episodio vimos a una Zoe prudente, valiente y capaz de tomar justicia por su mano. Ahora, la vimos desmoronarse ante la primera entrevista con la ley, soltar toda la sopa y lloriquear suplicando a los señores policías que no la llevaran presa. Parecía una nenita de cuatro años. ¿Y realmente pensaba que después de lo contado la iban a dejar libre? Por suerte, Fiona estaba a mano para glamurizar a los detectives.

Zoe sigue en su onda descerebrada aceptando asistir a Madison en un rito necromántico para construir “el novio perfecto” con trozos de los ex fraternity boys. Si hasta ahora no creíamos que las brujas fueran entes superficiales que despilfarran frívolamente sus dones, este proyecto de fabricar un monstruo de Frankenstein nos lo deja claro. Seré muy anticuada, pero creo sentido común básico que el hombre perfecto de toda mujer es uno que cumple nuestros deseos, es detallista, fiel y obviamente no va a andar violando a nadie. Sin embargo, para las jóvenes brujas el hombre ideal se compone de las piernas de Fulano, los brazos de Zutano y el pene de Merengano.  Al lado de estas taradas, Sabrina y sus tías son superdotadas.

(comicbook.com)


Otro ejemplo de que la serie se subscribe a la agenda patriarcal es como describe las relaciones entre féminas. Las mujeres  o son rivales (Fiona y Marie Laveau) o buscan someter y abusar de sus congéneres (Fiona con Delphine y las alumnas de la Robicheaux; Fiona y Delphine; Fiona y Cordelia; Delphine con sus esclavos) o se juntan para provocar tragedias (Madison y Zoe). En resumen, hay que evitar que las mujeres se unan.

¿Quién dominará a quién?(starpulse.com)


Como si estas máximas misóginas no fuesen lo suficientemente improcedentes, el show coquetea peligrosamente con el racismo. Leí que toda la temporada será una guerra ente el vudú afroamericano y la hechicería caucásica. Si gana esta ultima, ya seria un grito de supremacía blanca. Si vence el vudú dejaría la impresión que el legado negro está plagado de supercherías y magias criminales, porque Marie Laveau no es precisamente un perita en dulce.

(buzzsugar.com)


Hubo un momento que pareció que el único personaje digno de lástima del capitulo era Delphine, obligada por la magia vudú a vivir eternamente, gracias a la hechicera que masacró a su familia. Marie Laveau aparece como una mujer soberbia, vengativa, violenta y que usa su poder para hacer el mal. En cuanto a Queenie, el otro personaje de color importante en la trama, también es violenta y colérica. Su magia consiste en infligirse (sin dolor aparente) daños físicos que luego traspasa a sus victimas. En un flashback la vemos meter el brazo en aceite hirviendo para castigar a un cliente insatisfecho que sufre dolorosas quemaduras de primer grado en su piel. Como para no comer más en el restaurante de Queenie.

 Delphine pone en su sitio a Queenie (tv.com)



American Horror Story es entretenida, pero todo entretenimiento cansa cuando se vuelve muy previsible o los personajes dejan de ser creíbles y queribles. Lo último está ocurriendo ya en una demostración de como la fantasía que se apoya en estereotipos termina convirtiéndose en una peligrosa trampa

viernes, 18 de octubre de 2013

Entre Hogwarts y St. Trinian's: Las brujas de American Horror Story


En general, le huyo a las series de terror porque el terror hoy en día es sinónimo de “horror” y gore. “American Horror Story” lo tiene hasta en el titulo, pero saber que esta temporada iba a tratar sobre brujas fue suficiente imán para engancharme, aunque sea para quejarme del modo en que se retrata a las incomprendidas hechiceras.

La temporada abre con un personaje que es el “horror” encarnado, puesto que viene del universo más fantástico, la vida real. Delphine LaLaurie fue una de las asesinas en serie más despiadadas de la historia de los Estados Unidos. Nacida Delphine McCarthy, esta dama de la Luisiana pre-guerra de Secesión, gracias a tres ventajosos matrimonios, se movió siempre entre los mejores círculos de la Nueva Orleans creole. Su primer marido fue el cónsul de España en Luisiana. El segundo fue un prestigioso banquero. La doblemente viuda, ya con cinco hijas, se casó en 1825 con el Dr. LaLaurie, mucho más joven que ella.

 Delphine LaLaurie


Ya para los 1830’s, crecía un rumor acerca de Delphine de que maltrataba a sus esclavos, y también golpeaba a las dos hijas solteras que le quedaban, a pesar de ser  una de ellas minusválida. La muerte de una esclava atrajo a las autoridades que no supieron oponerse a la soberbia y poder de los LaLaurie. Un incendió provocado por una esclava descubrió un horrible secreto. En la buhardilla de la mansión de esclavos, Madame tenía casi una docena de victimas a las que llevaba torturando por meses. Viendo que las autoridades no hacían nada, la misma indignada población atacó y semi destruyó la casa de los LaLaurie, liberando a los esclavos. Madame LaLaurie se aprovechó del pánico y huyó a Paris donde murió.

La Mansión LaLaurie (wikipedia.com)


En las décadas subsiguientes a los hechos,  Delphine LaLaurie pasó a ser leyenda. Hasta hoy no se sabe cuantos esclavos torturó, mutiló y mató o a qué se debía su sadismo. En un número de Haloween de la Revista Fate se dice que LaLaurie practicaba ritos satánicos en las riberas del Lago Pontchartrain y que sus esclavos eran sus sacrificios. En su misterio histórico, Fever Season (Temporada de fiebres), Babara Hambly implica que Los LaLaurie practicaban experimentos científicos usando esclavos como conejillos de Indias. Uno de los tormentos a los que sometían a sus victimas era estirar y deformar sus miembros con diferentes instrumentos  de tortura. Eso, según explica la novela, era para encontrarle una cura a la hija deforme de Delphine.



En “American Horror Story”, Delphine LaLaurie (Kathy Bates) es combinada con otra asesina en serie, Erzebet Bathory. Se la describe usando la sangre de esclavos (no la de vírgenes como en el caso de la Condesa Bathory), para fabricar mascarillas faciales. Con eso esperaba mantener su piel tersa y así disuadir al marido de buscar amantes más jóvenes. Pero no es ese el único motivo de la sádica psicópata a la que vemos torturar a un esclavo por acostarse con una de las hijas de la casa. Antes de mutilarlo, Delphine cubre la cabeza de su victima con la recién decapitada cabeza de un toro, añadiendo con crueldad infantil que ahora es “El Minotauro”.



Lamentablemente, el esclavo torturado es amante de Marie Laveau, la gran sacerdotisa de vudú, quien visita a Delphine ofreciéndole una poción que la hará más atractiva al marido. Madame se traga el bebedizo y aparentemente cae muerta. Saltamos entonces casi doscientos años  y nos vamos a conocer a Zoe Benson (Taissa Famiga). Una chica normal que ha decidido perder su virginidad, solo que quien sangra no es la desflorada sino el novio que sufre una hemorragia fatal. 

A pesar de que el veredicto medico es que el chico murió de un aneurisma, la destrozada Zoe escucha de labios de su madre que ha heredado el “problema congénito” de su abuela, los que se acuestan con ellas mueren desangrados. Eso convierte a Zoe en una peligrosa bruja que debe ser alejada de su hogar. Aparecen unos Hombres de Negro que se llevan a rastras a la chiquilla hasta abandonarla en la puerta de una mansión de esas del Antebellum, en Nueva Orleans.



La azorada Zoe entra a la casa y recorre los cuartos sin ver a nadie, aunque siente movimientos furtivos a su espalda. De pronto, tres encapuchados, con máscaras de Carnaval veneciano, se abalanzan sobre Zoe, la arrastran hasta una mesa y amenazan con violarla y matarla. Acto seguido, el trío se despoja de sus caretas revelando a las risueñas condiscípulas de Zoe. Ahí me di cuenta que La Academia de Miss Robicheaux para Jovencitas Excepcionales es más St. Trinian's que Hogwarts.

Las cuatro chicas componen todo el alumnado de la Robicheaux. Los otros habitantes de la mansión son un gatito negro; Spalding, un criado deslenguado (literalmente ya que no tiene lengua); y Cordelia Foxx (Sarah Paulson), la refinada y atractiva directora. Cordelia les explica a sus alumnas que Robicheaux fue una vez un refugio para jóvenes brujas. Pero los tiempos han cambiado. Temiendo la herencia maldita que legaran a sus hijos, muchas brujas han optado por no reproducirse. Sin embargo, todavía nacen niñas que desconocen los poderes que llevan adentro y todavía hay gente dispuesta a destruir a las brujas.

Cordelia les cuenta que recientemente Misty Day, una jovencita con poderes de nigromancia, fue quemada por una turba de fundamentalistas. Ninguna de las interlocutoras de Cordelia parece interesarse en Misty o el propósito del internado. Ninguna se ve muy poderosa.



Madison Montgomery (Emma Roberts) es la estrella de cine adolescente. Su agente la ha enviado a Robicheaux después que sus poderes telequinéticos provocan estragos en el set. Nan (Jame Brewer) es la clarividente con Síndrome de Dawns, y la ganadora del Oscar, Gabourey Sidibe, es Queenie, una muñeca vudú de carne y hueso. Confieso que ninguna de las brujas (Zoe incluida) me atrajo mucho. Es difícil sentir cariño por un grupo en el que la más simpática y sensata es la chica con Downs.

Cordelia también les cuenta que hay brujas comunes y silvestres, pero también las hay tan poderosas que reciben el apodo de “Supremas”. Una Suprema es Fiona Goode (Jessica Lange), la madre que Cordelia desea no ver jamás, pero que le cae de sorpresa desde Los Ángeles. A pesar de que Cordelia le pide de todas las formas que se marche, Fiona insiste en que debe proteger al alumnado de posibles quema-brujas y de las torpezas de su hija.

Esa misma noche, Madison asiste a una fiesta de universitarios (Tulane probablemente) y arrastra a Zoe con ella. Antes de la fiesta vemos a la Fraternidad en pleno recibiendo un discurso-sermón por parte de su compañero/cuidador Kyle (Evan Peters. ¡Que mal trabaja!). En el discurso, Kyle les recuerda que ya tienen mala reputación, que no deben ni vomitar, ni orinar, ni mostrar sus partes en publico, y que él está dispuesto a no beber ni a divertirse para cuidarlos.

(hitfix.com)


Como esperaba, la llegada de Madison causa sensación. Zoe es abandonada en un rincón, pero atrae el interés de Kyle. A pesar de que él también le gusta, la prudente brujita le dice que no va a pasar nada entre ellos. Mientras tanto, Madison deambula por la Frat House, buscando un “esclavo” con quien pasar el rato. Se creerá muy lista, muy bruja, muy telequinetica, pero nada de eso evita que un grupo de chicos le pongan droga en la bebida, y la arrastren a un cuarto donde proceden a violarla y a filmarla con sus celulares.

Kyle los descubre, intenta detener a sus compañeros que lo golpean. Zoe desesperada le dice a la catatónica Madison que esa afrenta no quedara así. Corre tras los violadores, pero estos huyen en su bus llevándose a Kyle (inconsciente) con ellos. La ira y frustración en el rostro de Zoe, es un espejo de la mía. En eso, Madison aparece, despeinada y demacrada, pero con un elegante giro de muñeca hace que el bus de una voltereta en el aire y caiga reventándose y reventando su contenido. ¡Te adoro, Nena!

(buddytv.com)


Ahí está encapsulado, el tono del capitulo. Lo previsible vs lo imprevisible, seguido nuevamente de un cliché. Al día, siguiente,  las estudiantes ven en la televisión los detalles del trágico accidente en el que solo han sobrevivido un par de universitarios.  Típicamente, Zoe se siente llena de remordimientos, mientras Madison vuelve a ser la cínica presumida de siempre.

Llega Fiona que llama a Madison una “bruja torpe” por haber causado el accidente. Madison la llama “vieja”. ¡Craso error! Con un elegante giro de muñeca, La Suprema, lanza a la actriz al otro lado de la pieza y la estampa en la pared. ¡Vieja, te adoro! Lo próximo es que vemos a Fiona y a las alumnas, todas de negro, embarcadas en un tour del Barrio Francés. Me hizo gracia porque en mis días de la Nueva Orleans pre-Katrina, las únicas de negro en Le Vieux Carre eran las prostitutas.

(comicbok.com)

El tour acaba en La Rue Royal, en la Mansion LaLaurie. Mientras Queenie y Madison se aburren oyendo el cuento de esclavos torturados, Nan comienza a percibir algo. Fiona lleva a la clarividente al patio y le pregunta qué oye. “A la dueña” responde Nan señalando el piso de baldosas.



Aprovechando el paseo, Zoe se escapa y va al hospital a tener noticias de Kyle. Aparentemente ha muerto, el que vive es el líder de los violadores, muy mal herido. Llena de amargura iracunda, Zoe le dice que él debió haber muerto. Y en otro twist de lo imprevisible, la brujita manualmente excita al comatoso, se le encarama encima y no deja de servírselo hasta que el violador se desangra. En off se oye la voz de Zoe diciendo que es mejor aceptar su don y usarlo para ventaja propia.

En esos instantes, Fiona ha regresado, acompañada de un par de obreros, a la Rue Royal. Ellos cavan hasta encontrar un ataúd dentro del cual está la muy viva y bien conservada Delphine. Fiona glamoriza a los obreros para que olviden lo viso y se lleva a la psicópata. ¿Para qué?



Esa es la primera incógnita que nos deja el capitulo. ¿Qué pretende hacer Fiona con Madame La Laurie? ¿Convertirla en su zombi esclava? ¿Hacerla su cómplice? ¿O intercambiar secretos de cosmética? Ambas tienen mucho en común. Pésima relación con las hijas, crueldad, y están ambas tan obsesionadas con encontrar la fuente de la eterna juventud que hacen de todo, hasta matar (ya vimos temprano como Fiona succiona la vitalidad de un amante para verse joven aunque le cueste a éste la vida).

(teinteresa.es)


Otras preguntas incluyen ¿Quién ha mantenido a Delphine viva todos estos siglos y para qué? ¿Sobrevivió Kyle? ¿O encontrara Zoe algún otro ser inmune a su condición con quien pueda llevar una vida sexual sana? ¿Volveremos a ver a Misty, la achicharrada?

Mi primer encuentro con “American Horror Story” me dejo confusa, pero no insatisfecha. Es un poco tongue-in-cheek, pero refresca el que no se tome muy en serio. Ya comenté el desnivel entre los lugares comunes y lo inesperado. También hay desigualdad en las actuaciones, pero el nivel lo suben las divas Lange y Bates. Por último, tengo que evaluar el show en el tratamiento de las brujas.

Bruja más positiva: ninguna. Hasta Cordelia se ve como con mucha rabia reprimida, que temo, estallará con pésimos resultados para ella.

Bruja más digna de lástima: Zoe, obvio es la protagonista, está diseñada para caernos bien.

(Rollingstone.com)


Bruja más inteligente: Nan, hasta La Suprema lo confirmó.

(dreadcentral.com)


Bruja más tonta: Fiona. Si yo tuviera esos poderes (glamur, telequinesis, capacidad para succionar la savia vital ajena) no andaría preocupándome por una arruguita más o una menos.