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jueves, 26 de diciembre de 2013

El verdadero Golem: enredos de Sleepy Hollow


Me dejó incomoda el retrato del “Golem” de Sleepy Hollow, su aspecto, su dinámica tan dispares con mi concepción de lo que es esa criatura. Más me perturbó la explicación que dieron para la existencia de su especie. Se entiende. “Golem” se ha vuelto un referente cultural. Hay golems pokemones, golems en juegos de rol, golems en Mundodisco, hasta son personajes de cuentos de niños como en Golemito de Ilan Stavans. Pero es hora de rebobinar y descubrir realmente lo que es un golem.



“Golem” en antiguo hebreo significaba “masa uniforme” (en yiddish y hebreo moderno significa “bruto”) y se refiere a lo que es un humano antes de formarse en el útero materno, Así se le menciona en el Salmo 139. Por eso resultó un poco absurdo que de solo un término, Ichabod Crane dedujese la existencia de una criatura ajena a toda referencia cultural del Siglo XVIII. Aun más absurdo que Abbie hablase de haber aprendido sobre “golems” en sus clases de catecismo.

En magia cabalística se cree que D-s fabricó a Adán como un golem de acilla y luego le fue añadiendo atributos que lo volvieron humano. Por lo tanto es posible que un hombre sabio y piadoso pueda construir un golem, un ente entre masa uniforme y humano, que le sirva. Desde el Sefer Yetzira, cuya autoría se atribuye al patriarca Abraham, que se ha hablado de la creación de golems y de quienes lo hicieron. Así se menciona en el Talmud, pero como esos textos son secretos y la mayoría están perdidos, la ideal del golem pasó a ser leyenda.


En los siglos XVI y XVII en que Europa se ve marcada por oleadas de antisemitismo en todos sus rincones, comienzan a circular cuentos de rabinos que han salvado a sus congregaciones gracias a la oportuna fabricación de un golem. Aunque los cuentos vienen de toda la Europa Oriental, el más famoso y que nos ha legado todo el caudal folclórico sobre golems es el ciclo que comprende a la creación del Rabino Judah Loew, mejor conocido como El Maharal de Praga.

Estatua del Maharal en la Biblioteca de Praga (flickr.com)


Para proteger a su comunidad del acoso del Emperador Rodolfo, El Maharal fabrica un gigante de barro. Para darle vida, El Maharal escribe el Inefable (y verdadero) nombre de D-s en un papel que introduce en la boca del autómata Esto le da el don del movimiento al golem, y le permite pensar un poquito. El golem no puede hablar porque solo una orden divina lo permite. Para inmovilizar al golem o dejarlo descansar en Sabbat, se le retira el papel de la boca. En la frente del golem, el Maharal escribe “Emet” (“verdad “en hebreo). Para destruir a la criatura basta borrar la letra Alef y queda “Met” (“muerte “en hebreo).Entonces la criatura se pulveriza literalmente.

(zalatky.cz)


Hay toda una serie de cuentos de como El Golem ayudó a su amo a salvar a los judíos. Algunos bastante chistosos. El Golem no solo poseía una fuerza descomunal, además podía comunicarse con los muertos y hacerse invisible. Hasta tenía nombre. El Maharal le puso José, por José Sheda, un demonio amable mencionado en el Talmud.

 Las historias sobre el Golem fueron muy populares en el Siglo XIX, y culminaron en la novela de Gustav Meyrinck Der Golem (1914) que gracias al director Paul Wegener se convertirá en una de las joyas del cine expresionista alemán. Ahí la leyenda se vuelve culebrón cuando El Golem se enamora de la hija del Maharal, pierde el Norte, y se vuelve peligroso, lo que lleva a su creador a destruirlo.

(galeon.com)


Curioso que hoy el termino “Golem” es tan reconocible. Yo me pasé mi infancia sin oírlo, y años de escuela judía sin saber de su existencia. Fue en un libro de cuentos de Sir Elie Wiesel que lo encontré, y mas tarde vi la película de Wegener,  y lei el poema de Borges, pero no recuerdo que me haya impresionado mucho. El renacimiento del Golem como personaje de la cultura popular es un fenómeno contemporáneo, a pesar de que se hallen rastros de su personalidad en Frankenstein, Hulk y El Terminator.



Para separar al mito judío de su versión “pop” vale recordar las características principales de un golem.
a)      Está creado de acilla y formulas mágicas
b)      Su creador debe ser sabio y piadoso
c)       La criatura existe para servir a su amo y proteger su comunidad

Los golems, a pesar del romance que le inventa Meyrinck, no tienen sexo, por lo tanto no se asemejan  las nuevas creaciones literarias de chicas golems. La primera fue en la novela de Cynthia Ozick,  The Puttermesser Papers (1997) donde Ruth, la heroína crea una golem con la tierra de su macetero.



Uno de los mejores regalos literarios del 2013 es The Golem and the Jinni de Helen Wecker que tiene como protagonista una golem hembra. Pero Chava ha sido creada para ser la esposa perfecta tal como Xantipa es la hija que la cuarentona Puttermesser no ha podido tener. Sus roles son predominantemente femeninos y vienen a cumplir los deseos egoístas de sus amos/creadores. El que Xantipa se involucre en la carrera política de su madre o que Chava se vea envuelta en los quehaceres de la comunidad inmigrante del Nueva York de fin de siecle son parte de la imaginación literaria de sus autoras y no corresponde al esquema de lo que es un golem.



El año en que Ruth Puttermesser crea a Xantipa, “Los Expedientes Secretos X” incluyen el tema “golemico” en un episodio titulado “Kaddish”. Una joven viuda ortodoxa “resucita” a su manido para que vengue su asesinato. A pesar de que los judíos creemos en la resurrección (y en la reencarnación), este zombi asesino, al que al final la misma esposa debe sacrificar, no parecía ni muy benéfico ni muy golem.

(xfilesuniverse.com)


Algo pasó el ’97 porque fue “el año de los Golems”. Ese año se pública, a mi juicio, la mejor novela sobre el tema: Snow in August (Nieve en verano) de Pete Hamill. Siempre me ha sorprendido que Hamill, católico e irlandés, sea quien mejor trabaje este aspecto del folclore judío.



La historia tiene lugar en un barrio de Brooklyn en 1947. Michael Devlin es un huérfano de guerra que hace amistad con el Rabino Judah Hirsh, un refugiado checo y sobreviviente del Holocausto. Michael enseña inglés al Rabino y lo ilustra sobre los misterios del baseball. A su vez, Hirsh encanta a su nuevo amigo con leyendas del folclore judío. Esta idílica amistad es interrumpida por Los Halcones, una pandilla local que ataca a un almacenero judío, crimen del cual Michael es testigo, pero en la cultura irlandesa no hay nada peor que un delator.

Aconsejado por su propia madre, Michael guarda silencio, pero Los Halcones no creen en su lealtad y lo agreden. Primero le rompen una pierna, luego intentan violar a su madre, finalmente apalean a Hirsh y lo envían al hospital. Michael tiene un solo camino, construir un golem siguiendo las instrucciones de Hirsh. Así derrota a Los Halcones, restaura la armonía y el Golem hasta le devuelve la dentadura a Hirsh y hace nevar en pleno verano.

(halmarkmoviechannel.com)


En la novela de Hamill se siguen todos los pasos para construir un golem. Hirsh no puede fabricarlo, porque desde la muerte de su mujer ha perdido la fe. Michael que es puro y lleno de fe puede hacerlo. El Golem nace de arcilla y palabras mágicas y su propósito es proteger a la comunidad.

Muy diferente el caso de “Sleepy Hollow” donde, el Golem es un muñeco fabricado por una bruja y que adquiere vida gracias a la sangre de un niño abusado. El Golem existe como maquina vengadora, no como protector. Lo que más me perturba es el elemento “sangre”. La sangre en el judaísmo es un tabú y no juega ningún papel en la construcción o destrucción de un golem.

(tsartarkas.net)


Al parecer, los guionistas de “Sleepy Hollow” han fusionado junto al autómata a otras criaturas folclóricas como la mandrágora (al menos la que aparece en “El Laberinto del Fauno”) y el homúnculo. Este último era un hombrecito creado artificialmente por los alquimistas. Se creía que se podía “cultivar” vida humana en una maceta como un arbusto. Para eso había que alimentar a la criatura con sangre y esperma humana. Cuarenta días más tarde, ya se veía el resultado: un enanito que servía a su creador.
(taringa.net)


La licencia literaria exige que criaturas folclóricas reciban tratamientos diversos para interesar al publico, pero en el caso de “Sleepy Hollow”, El Golem quedó en el puro nombre.