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jueves, 26 de diciembre de 2019

Fallas y Virtudes de la Primera Temporada de “ The Witcher”


No iba a hacer nada sobre “The Witcher”. Tiempo no me sobra, y aunque la serie de Netflix es entretenida, no es un tema del que quiera explayarme por escrito. Menos si me puede llevar a discrepar  con algunos reyes de fábula fanáticos de la saga de Geralt de Rivia. Pero unos recaps negativos, particularmente el de Entertainment Weekly,  tan innecesariamente injusto, me empujaron a entrarle a una reseña. ALERTA: Spoilers hasta el quinto capítulo.

La Princesa, La Bruja y El Carnicero de Blaviken
Comienzo diciendo que soy totalmente Niña de Verano en este cuento. No he leído los libros de Andrzej Sapkowzki, no conozco los juegos de videos. Por eso pido disculpas si salgo con alguna simpleza, no pretendo conocer las geografías ni las mitologías del Reino de Fábulas (conocido como “El Continente”) por el que circula Geralt (Henry Cavill), mitad caballero errante, mitad Django Unchained.

Mas o menos lo que sabía es que Geralt no es enteramente humano, es un mutante lo que le permite unirse al gremio de los Witcher, cazadores de monstruos en un universo donde estos abundan y molestan. Me contaron que en algún momento Geralt debe encargarse de la protección de la princesa Cirilla, heredera del Reino de Cintra,  y contará con la ayuda de su examante/amor de su vida, Yennefer, la mejor maga del Continente.

Bueno, hasta ahora nada de eso ha ocurrido. Me explican los conocedores que en Netflix optaron por comenzar con una precuela de la saga, inspirada en una serie de cuentos que el autor polaco escribiera en 1993 titulada The Last Wish. De ese modo la trama se divide en tres historias separadas que en algún momento se encauzan.

La primera es la historia de Cirí, princesa heredera de Cintra. Después que el usurpador Nilfgaard se queda con su trono y su reino, la Reina Calanthe (Jodhi Mai) envía a su nieta Cirilla (Freya Allen) en una búsqueda heroica: debe encontrar a Geralt de Riva. Gran parte de esta temporada es ocupada por las andanzas de Ciri y sus esfuerzos por evadir a los soldados de Nilfgaard. Esta trama no está en el material original.

También inventado es el cuento de Yennefer (Anya Chalotra), a la que encontramos convertida en una porqueriza deforme viviendo en la humilde aldea de Vergenberg. Un día, cansada de los malos tratos de su familia y de sus vecinos, la jorobadita descubre que tiene un don mágico: abrir portales a otras dimensiones. Así se encuentra con Istredd (Roy Pierresson) una especie de arqueólogo mágico y soplón profesional que la delata con Tissaia de Vries (MayaAnna Buring), directora de una Hogwarts para Señoritas.

Por cuatro marcos, Tissaia compra a la cuidadora de cerdos y se la lleva a su internado. A pesar de que Yennefer intenta suicidarse, es mentirosa, y para colmo, la peor alumna de la clase, Tissaia no ceja en su empeño de convertir a la jorobadita en una gran hechicera. Entretanto Yennefer aprende otras cosas en sus revolcones con Istredd que parece trabajar para todos los grandes magos, y vive delatándola.
Tissaia y su "cerdita"

Lástima que como Hermione Granger, Yennefer tiene “la sangre sucia” (desciende de elfos que en el Continente son una raza de parias). Tampoco ayuda que sea chueca de cara y cuerpo. Cuando ve que otras con menos méritos que ella consiguen mejores puestos de magas cortesanas, la ambiciosa Yennefer decide cambiar su destino. Tras rechazar la propuesta de Istredd de huir juntos, se somete a una histerectomía sin anestesia que es el pago para volverse guapa y así conseguir el empleo que desea:  mágica consejera de reyes.
Istredd y Yennefer

Me he detenido en estas damas porque son más interesantes que el protagonista. Vale explicar que la serie salta de un cuento a otro, y también hace saltos cronológicos, por lo que la historia no ocurre en tiempos paralelos. Lo de Yennefer ocurrió mucho antes que la caída de Cintra, incluso en el cuarto capítulo, Geralt es un invitado al compromiso de la princesa Pavetta, madre de Cirí.

Aun así, la serie comienza con Geralt matando monstruos, porque para eso sirve un Witcher, a pesar de que el refrán de la historia es que el peor monstruo es el ser humano. El cuento de Geralt sigue las pautas del western. Geralt es un solitario, sin afectos ni pertenencias (los Witcher son estériles) que lo obstaculicen, es lacónico, antisocial, cuando habla resume sarcasmo. Su vida errante está vinculada a su empleo de cazarrecompensas. Pero Geralt no caza Bad Hombres sino monstruos.

En el primer capítulo lo vemos llegar al pueblo de Blaviken, arrastrando el cadáver de una kikomora (una araña gigante con rostro humano). Como en todo pueblo del Far West, los cazarrecompensas son despreciados. En el salón local no quieren ni servirle una cerveza y hasta ofrecen darle una paliza. Nuestro héroe es rescatado por Renfri (Emma Appleton), capitana de un posse de bandoleros. La amistad Renfri-Geralt es interrumpida por la vivaracha Marilka (Mia Mackenna Bruce) que le cuenta al Witcher que su padre, el alcalde, está dispuesto a comprarle el kikomora.
Renfri

Al llegar a casa del supuesto padre de Marilka, Geralt,  que posee poderes,  nota que se trata de una mansión embrujada atraviesa (literalmente) la puerta y se encuentra en un jardín poblado por chicas desnudas. Son un holograma conjurado por el gran hechicero Stregobor (Lars Mikkelsen,  hermano de Mads) para pasar el tedio de ser un recluso en constante temor de ser asesinado por un terrible monstruo.

El monstruo resulta ser Renfri que, como explica Stregobor, es una princesa fugitiva que desde pequeña demostró ser mala leche, torturando animalitos y matando gente por capricho. A pesar de ese currículo, Geralt, que posee un código moral, se niega a matar a la princesa bandida. Se encuentra con Renfri quien le cuenta que solo mató un hombre, un enviado de Stregobor que la violó.

Geralt medio la convence de marcharse del pueblo y dejar a Stregobor en paz. Acto seguido hacen el amor en una muy buena escena donde no muestran ni una nalga ni una teta y si mucha ternura. De poco vale, Renfri manda a sus hombres a matar al Witcher. Geralt los despacha todos y mata a a Renfri de yapa, lo que le rompe el corazón. Al parecer el Witcher se ha enamorado y eso que se supone que los de su raza carecen de emociones.

De esta experiencia le quedan a Geralt el sobrenombre de “Carnicero de Blaviken”, el recuerdo de Renfri que lo persigue hasta en sueños,  y una costumbre de socorrer princesas en peligro. En el segundo episodio,  nuestro Don Quijote se consigue un Sancho Panza, cronista y cantor de gesta,  todo encerrado en Jarziek (Joey Batey), un trovador de taberna que antes de tener al Witcher de musa, componía canciones sobre abortos.

En el tercer capítulo, Geralt es contratado para matar o salvar a una princesa embrujada. Ahí conoce a la brujita Triss Merigold (Anna Schaffer). En el último episodio debe amparar los amores de la Princesa Pavetta (Gaia Mondadori) y el embrujado hombre-puercoespín a quien ella ama. Las aventuras de Geralt toman un cariz episódico cuya unidad la proporcionan las historias intercaladas de Yennefer y Cirilla.
Pavetta y Duny

¿Criticas Injustas?
Hasta ahora he visto seis de los ocho episodios de esta temporada y todavía no he leído ni un comentario oficial de mis reinas ni para alabarla ni para maldecirla. Hay comentarios de usuarios en Rotten Tomatoes, la mayoría son positivos. Eso si la mayoría son de Inmaculados, ni un “pio” de parte de Lectores. Yo esperaba quejas de puristas por los cambios. Nada.  En lo que respecta a los críticos, las reacciones han sido mixtas.

En EW, Darren Franich encargado de reseñar la serie, se aburrió tanto que le pidió a su colega, Kristen Baldwin que le echara una mano. La calificaron con una “F” básicamente porque la encuentran aburrida y confusa. El título de la reseña es ya lapidario (“desnudamente terrible”). Concuerdo que hay muchos clichés y que algunos diálogos son penosamente confusos, pero no la acusaría de aburrida y posee factores novedosos.

Las otras reviews no son mejores. La comparan con “The Mandalorian” y con “Juego de Tronos”. “The Witcher” siempre pierde. En Salón.com, el reseñador sale con unas excusas bien cojas de que hay que esperar al capítulo cinco que ahí la cosa se pone buena, o que la verdadera saga comenzará en la segunda temporada (WTF?) Hasta nos sale con un que “al fin y al cabo nos tomó tiempo encariñarnos con los personajes de GOT”. Hey dude! Yo al final del primer capítulo de GOT sabia a quién amaba (Daenerys), a quien odiaba (Sansa), quien me interesaba (Tyrion) y a quien quería en mi cama (Matarreyes-tira-niños-por-la-ventana).

Aquí me cae bien el Geralt, es un tipo decente; le he tomado cariño a Ciri (sus padres eran adorables); me reventó la Calanthe; y le tengo lastima a Yennefer. Ya con eso puedo trabajar. En cuanto a recomendarla…

Si te gustan las batallas bien gory (aquí vuelan cabezas y brazos y se desparraman las entrañas a cada rato), si te gusta la zoología monstruosa, los héroes con espadas, si eres adorador del dios de las tetas y del vino, esta serie es para ti. En EW se quejaban, y solo con tres episodios vistos, de la cantidad de chicas encueradas.

Es cierto,  están los hologramas de Stregobor que son como pinturas de desnudos, tenemos a la striga del tercer episodio que anda desnuda porque se parió sola y nadie le ha pasado ropa. Cavill muestra un poco cuando está encamado con una ramera que exhibe pechuga porque ese es su trabajo. Tenemos a Yennefer desnuda y jorobada montada arriba de Irdredd, y a Yennefer enseñando tetas cuando le extirparon el aparato reproductivo para quitarle la joroba. Esa escena creo que fue la única vez que sentí que el desnudo era gratuito.

En el cuarto episodio no hay sexo ni gente pilucha, eso sí hay mucho amor. Para compensar se fueron al cerdo con una orgia en el quinto. Bueno, es que GOT dejó la vara alta en el tema de desnudos y sexo como parte de la fantasía épica.

Para ser justa, aunque hay cosas interesantes en la trama, (el poder mágico de la voz femenina, las opciones que tenemos las mujeres y como muchas veces nos arrepentimos de los caminos que tomamos) la música es ¡bleeh! las actuaciones son desiguales, el vestuario es horrible,  y la cinematografía parece apoyarse solo en efectos digitales muy de juego de video.

“The Witcher” no posee la majestuosidad de GOT, e incluso está por debajo de “Vikingos” que en esta última temporada está dando catedra con su cinematografía. No creo equivocarme porque todavía no he visto un artículo que alabe los aspectos técnicos de la serie, aparte de los efectos especiales.

En cambio encontré este fascinante artículo de Forbes donde expresan mis razones para despreciar la cultura del binging. La razón por la cual nos gustan más “The Mandalorian” y “Game of Thrones” es porque nos la pasaban en entregas semanales. Cada capítulo estaba confeccionado para dejarnos pensando, hambrientos y a la espera del próximo.

En cambio “the Witcher” está dirigida a gente que planea tragársela de una sentada de ocho horas. Las escenas son atropelladas, los eventos se suceden con ininteligible velocidad, los diálogos resultan pesados porque intentan dar información que no puede ser transmitida por acciones. El amigo del videogame se zampa sus ocho horas y se pone a buscar otro juego. El espectador pensante, que nota que la serie tiene algún mensaje, o que intenta mostrarte la dinámica de un mundo mágico, se frustra ante la manera densa en que son presentados ambos.

En Vox han sido más crueles diciendo que es como si Weiss&Benioff les hubieran vendido sus ultra cocinadas, pero aún no utilizadas,  ideas a esta serie. A pesar de que Sapkowski ha alabado la serie, los críticos parecen o no saber que esta saga tiene una base literaria o consideran “The Witcher” desvinculada del material original.

Ha llegado el punto que los encargados de la publicidad de “The Witcher” han pedido que dejemos de compararla con la saga martiniana. Tarde, si ellos mismos la vendieron como la que reemplazaría a GOT en nuestros corazones troneros. En este articulo de The Ringer, nos dicen que le falta para ser GOT. Yo añadiría más dimensión en la caracterización de los personajes.

El Mensaje Postfeminista
Voy a detenerme un momento en otra razón para ver la serie, pero esta es bien personal.  Reinos de Fabula siempre en sus análisis ha tomado una postura feminista y femenina, hablo del postfeminismo o Tercera Ola del movimiento. Muchos se quejan de chicas en bola en “The Witcher, pero nadie comenta la abundancia de personajes reconocibles y significativos que pertenecen al sexo con vagina.

Algunos han notado la cantidad de chicas superpoderosasalgunas un poco monstruosasque enfrentan desafíos o con espadas o brujería. Lo que no han visto es que a pesar de estar la serie en el bolsillo de Soros (todo el producto de Netflix lo está), hay un mensaje encubierto de postfeminismo que me ha hecho witcherfan.

En el cuarto capítulo, tenemos clarísimo el enfrentamiento entre dos tipos de heroínas feministas: Calanthe, que llega al compromiso de su hija en armadura, medio borracha y manchada de sangre, y la hija de la que la reina se burla y tilda de histérica. Al final de la noche, Pavetta ha descubierto el poder de su voz gracias al amor y la compasión que la hacen “libre” del matriarcado de su madre, que se revela como traidora, terca y caprichosa.


Yennefer quiere una carrera, rechaza la propuesta de Irdredd porque no quiere ser segundona de un mago. Para moverse en los altos círculos de poder necesita ser guapa. Para serlo opta por descartar su derecho a la maternidad. tReinta años más tarde, sigue siendo hermosa, pero se ha convertido en la guardaespaldas de una reina frívola y malvada que sacrifica a su propia hija y le grita a Yennefer “¡bruja inútil”. Al final, antes de enterrar a la bebé asesinada, Yennefer la consuela diciéndole que tiene suerte de estar muerta porque las mujeres “solo son envases”.

Me recordó la razón por la que mi madre dejo de ver “Charmed” (la original). Siempre preguntaba “¿Si estas chiquillas tienen tanto poder como es que tienen vidas tan desorganizadas? Entonces no se merecen ser brujas”.  Lo mismo sentí al oír a Yennefer.

Despreciar su sexo, no reconocer su fortaleza, sentir que una decisión, tal vez errada, arruinó su vida. Esa es la marca de la hembra débil no de una prodigiosa hechicera. Y sin embargo es cierto. En un mundo donde la mujer tiene más opciones, también hay más oportunidades de equivocarse en la toma de decisiones.

¿Qué les ha parecido “The Witcher”?  ¿En qué es inferior a “Juego de Tronos”? ¿Les parece una serie feminista?

lunes, 24 de marzo de 2014

Inquisitio: la rehabilitación de los brujos


Hemos hablado mucho de brujos en este blog, ¿pero qué es realmente la brujería? Según la serie “Inquisitio” en la Francia Medieval se consideraban brujos a las ermitañas del bosque, a médicos judíos que practican cesáreas, y hasta a la mismísima Santa Catalina de Siena. ¿Están tan errados? ¿En épocas oscurantistas qué son las nuevas técnicas médicas, los remedios naturales, y el poder decidir como vivir al margen de una sociedad opresora, sino hechizos? Es por eso que el mundo de “Inquisitio” recibe el calificativo de “Reino de Fábula”.

Últimamente, el cable está trayendo mayores opciones y ofertas cada vez mas variadas sobre todo en lo que se refiere a producciones extranjeras. Lo cierto es que “Inquisitio”, la serie francesa del 2012 de la que no sabía nada, no me llamaba la atención. Otra de esas series panfletarias que busca desprestigiar a la Iglesia Católica.

Sin embargo, a medida que pasaban los minutos del primer episodio, yo comenzaba a caer bajo el sortilegio de esta innovación del cuento de brujos, en la cual lo incomprensible y lo revolucionario se convierten en magia diabólica. Al terminar me di cuenta que había presenciado lo que “Toledo” (y hasta cierto punto  
"Águila Roja") pretendió ser y no fue y que esta serie  le llega a la rodilla, en términos de intrigas y atmosfera exótica, a "Juego de Tronos", lo que ya es mucho decir.


El protagonista de “Inquisitio” es un inquisidor llamado Guillaume. La serie inicia en su infancia para explicarnos qué lleva a un hombre a convertirse en un inquisidor. Guillaume es el hijo mayor de los Testaville, una familia de cierta alcurnia del Sur de Francia. A sus doce años, Guillaume evidencia ya rasgos edípicos, tiene una fijación en su bella madre y gusta espiarla cuando se baña. Siente muchos celos de su hermanito Nicolás que al ser mas pequeño puede compartir el baño de su madre. Un día en el bosque, Nicolás es mordido por una rata. Guillaume se burla de él, pelean y el pequeño cae al rio. El celoso Guillaume se niega a salvar a su hermanito.

Un campesino presencia la escena, rescata a Nicolás y acusa a Guillaume con sus padres. El Señor de Tasteville le dice a su hijo mayor que no es digno de llevar su apellido y lo encierra en el sótano a pan y agua. Pasan los días, los alimentos se acaban y nadie los reemplaza. Guillaume sobrevive bebiendo agua de lluvia. Cuando el niño logra huir de su prisión, encuentra la casa abandonada, los criados muertos. Su madre agoniza en la sala, cerca del cadáver de su marido, y con Nicolás desvanecido en sus brazos. Todos presentan las pústulas características de la peste bubónica. Claro, culpa de la rata que mordió a Nicolás, pero a comienzos del Siglo XIV, no se sabía nada de virus ni contagios.

La madre alcanza a decirle a Guillaume que él ha atraído la ira divina sobre su casa. El niño despavorido huye y vaga por calles llenas de cadáveres hasta una iglesia abandonada. Ahí reza suplicando a D-s que lo ayude. Un rayo parte un vitral y un fragmento del vidrio cae a los pies del niño. Es un ojo. La lógica infantil le dice a Guillaume que su pecado fue espiar a su madre. Se arranca el ojo con el vidrio y promete dedicar su vida al servicio de su religión.



Pasan 25 años, estamos en 1370. La iglesia vive la crisis del Cisma de Occidente. Hay dos Papas, Urbano en Roma y Clemente  en Aviñón y viven en guerra. Clemente hace venir a Aviñón a Guillaume Barnal, el famoso inquisidor. Los prelados de la corte papal tiemblan. Conocen la fama de Barnal, es un hombre cruel, implacable y absolutamente incorruptible.

Aparece Barnal, en su hábito dominico y con parche en el ojo. Viene acompañado de su asistente, el novicio Silas y se encuentra al Sumo Pontífice dándose chapuzones en una piscina, rodeado de cortesanas desnudas. Clemente recibe feliz a Bernal y comienza a llorarle sus cuitas. Aparte de esa guerra contra Urbano, aparte de que los sacerdotes de su reino son pecadores inútiles, aparte de que por las calles de Aviñón y ciudades aledañas hay quienes predican en contra de Celemente, ahora ha aparecido un sacerdote crucificado en su parroquia. Le pide a Barnal que solucione el caso lo más rápido posible.

Guillaume y Silas (info.catho.be)


A solas, Barnal, le explica a Silas que aunque deben repudia la lujuria, la Iglesia necesita de guerreros como Clemente y por eso tiene licencia para pecar. Este pragmatismo que se equilibra con su fanática devoción es una muestra del contradictorio carácter de Barnal. Sus únicas virtudes son su integridad, su franqueza, su coraje y una sagacidad que combina con gran erudición. Su mayor pecado es su falta de  compasión.

Antes de partir a su investigación, Barnal es requerido por Clemente para asistir a una audiencia que ha solicitado Catalina de Siena, mística italiana reconocida por sus milagros. Catalina aparece el salón ante la corte papal. Va vestida con hábito monacal y muy pálida debido a sus constantes ayunos. Se niega a besar el anillo papal. En cambio, apostrofa al antipapa refiriéndose a el como a “Roberto de Ginebra” y “usurpador”. Le exige que abandone el titulo de Papa  y cese su guerra contra el verdadero Vicario de Cristo.

(vimeo.com)


La monja acaba su arenga con un truco de feria. Se atraviesa las manos con unos pinchos de hierro. Alza las palmas para que vean que no sangra. Aun mas impresionante es que el rostro de la mística no revela dolor. Todos se impresionan y persignan, pero Barnal se le acerca socarrón. La acusa de haber bebido infusión de mandrágora (prohibida por la Iglesia) que anestesia los nervios y otra hierba que impide la circulación de su sangre. El Sherlock medieval explica así la palidez de la futura santa de calendario. Catalina indignada sale de la sala.  La persigue la voz de Guillaume que le dice que si no fuera quien es, la acusaría de brujería. Bueno, Si “American Horror Story” pretendió hacernos creer que Stevie Nicks era una  bruja, entonces cabe aceptar que Santa Catalina también lo fuera.

Lo que si nos queda claro, gracias a las próximas escenas, es que la mística tiene una agenda política tipo Melisandre. Trae consigo un sequito de ayudantes, incluido uno al que llama “hermano”. Son ellos quienes provocaron la muerte del sacerdote como parte de un plan para desacreditar al Antipapa.

(tvmag.lefigaro.fr)


Toca conocer a la segunda bruja. Primero vemos a un cura de pueblo, el Padre Tuillard, medio borrachín, medio manilargo. Llega a su parroquia y encuentra una pelirroja que parece que lleva algo escondido. La acusa de robarle el agua bendita para sus hechizos. Ella le grita que tiene más poderes que él. Huye perseguida por la acusación de “¡brujaa!!!” que le grita el sacerdote.

Ya conocemos dos brujas. Nos toca conocer al género masculino. Vamos a Carpentras donde un predicador callejero habla pestes contra Clemente. Aprovechándose del la ocasión, el enano Blaise roba los bolsillos del publico. De regreso a casa, Blaise encuentra un cliente al que le hace entrega de un saco de... ¡ratas muertas!

El hombre y sus roedores se internan por las calles de la Judería de Carpentras. Es el médico Samuel, hijo del también doctor, David, de Nápoles. Ellos usan los ratones para investigar las causas de la Peste Negra, pero deben hacerlo en secreto ya que Iglesia y Sinagoga se oponen a la disección de cadáveres, aun los de lauchas.

Tres generaciones de "brujos" judíos (public.fr)


Al llega a su casa, Samuel se encuentra con su hija Aurora que va camino de la Yeshiva. El medico le recuerda que las niñas no van allá, pero ella aduce que acompaña a su amiguito Julien. Efectivamente, solo que Aurora, que sufre del Complejo de Yentl, se queda escuchando la lección (una preparación para el Bar Mitzvah) detrás de una cortina y sabe más que los estudiantes ya que le “sopla” las respuestas a su amigo.

La región se prepara para una agitada noche. Los hombres de Catalina de Siena secuestran al Padre Tuillard. Notan que ya evidencia síntomas de la plaga. Se lo llevan para crucificarlo en su iglesia. La Plotte  Obispo de Carpentras recibe la visita de la bruja pelirroja. El sufre de artritis y ella le proporcina un analgésico poderoso. El Obispo la llama “Madeleine” y le ofrece una moneda para que le enseñe  la vagina. Ella le muestra una pierna, le arrebata la moneda y huye. “¡Bruja!” le grita el prelado (mejor “bruja” que “puta”, anciano).

Samuel y David se disponen a practicarle una cesárea a la mujer del campesino Leclos, a pesar de que les está prohibido atender cristianos y las cesáreas tampoco están permitidas Los Leclos solo tienen hijas. Ahora están seguros que viene un varón, el campesino les suplica que salven a su mujer y a su hijo y les jura por La Virgen que no los delatará. Antes de la cirugía, David le suministra a la paciente una droga para el dolor. Viene en un frasco idéntico al que Madeleine le vendió al Obispo. Su hijo se sorprende ya que el frasco tiene dibujados símbolos de hechicería. ¿De dónde lo ha sacado su padre?

(allocine.fr)


Nace una niña y madre e hija sobreviven la operación. Leclos no está contento. Acusa a los médicos de haber hechizado a la criatura, cambiándole el sexo. Sale gritando de su casa. Samuel lo sigue, y ve llamas en la iglesia. Entra y se encuentra a Tuillard crucificado y ardiendo en el altar con Madeleine observándolo. La bruja le da un palo al intruso. Samuel despierta casi al amanecer. Está en el bosque y lo observa un lobo con actitud amenazante. Súbitamente, el animal se tiende en el suelo mansamente. Samuel aprovecha para huir. Aparece Madeleine (Ohh, yo quería que el lobo fuera ella) y acaricia al cánido.




Samuel vuelve a casa y le cuenta su padre lo ocurrido. No se percata que la bruja lo salvó, ni que lo ha cargado sola desde la iglesia hasta el bosque, ni  la extraña actitud del lobo. Todo lo que se le ocurre es que hay una bruja pelirroja que mata curas. Su padre se niega a aceptarlo. Tal es su vehemencia para defender a la bruja que Samuel entra en sospechas. ¿Fue ella la que le dio la pócima?  David le dice que aunque se hace llamar Madeleine, su verdadero nombre es “Ze’eva” (cervatillo). Es una de ellos.

(picstopin.com)


Samuel sigue a su padre hasta el bosque donde conoce a Madeleine-Ze’eva y su casa-caverna. Se sorprende ya que entre animales disecados y pócimas, hay muchos libros. En esa época solo las mujeres de la aristocracia sabían leer. Madeleine le reprocha que no le haya agradecido que le haya salvado. Niega haber matado a Tuillard. Los culpables eran encapuchados con mascaras de aves. Ella  quemó el cuerpo porque vio que tenía las bubas de la peste.

(linquisitionpourlesnuls.com)


Mas tarde, David le muestra a su hijo una ilustración en la que se ven hombres vestidos como en la descripción de la bruja. Así se vestían en Italia los que trataban con los enfermos de la plaga. Le cuenta  la historia de Ze’eva. Hija de una comadrona de Arles, fue expulsada junto con su madre de esa ciudad. Antes de morir, la comadrona traspasó todo sus conocimientos a su hija. Madeleine ha aumentado esa sabiduría autoenseñándose a leer. Por razones personales, prefiere vivir bajo un nombre falso y lejos de la gente. Aun así, Samuel sigue sospechando de una mujer que prefiere permanecer alejada de su comunidad, pero no es la única rebelde en su vida. El rabino ha descubierto que Aurora espía sus clases.

A pesar de las protestas de la niña, Samuel le dice que la religión no puede cambiarse. No puede cambiarse, pero si interpretarse, Samuel. Debido a eso es que hace más de 100 años que los obstetras judíos practican cesáreas y las niñas judías van a Yeshiva y celebran su Bat Mitzvah cuando cumplen los doce años.

(fringuedeseries.com)


El Obispo se le aparece a Madeleine en el bosque. Ya se le terminó la droga y quiere más. La bruja se da cuenta que el prelado se ha vuelto un adicto. Le recuerda que la pócima es peligrosa si es consumida en grandes cantidades. “Reventarás como un cerdo” le advierte. La Plotte intenta violarla, pero Madeleine se saca una espina del brazalete y le inocula otro filtro que lo deja temporalmente fuera de combate. “¡Soy más fuerte que todos vosotros!” Le grita antes de dejarlo  boqueando bajo un árbol.

Comienza la investigación por el asesinato del Padre Tuillad. La máxima autoridad en la región es Turenne, sobrino del Antipapa, al que el mismo Clemente  califica de ser “una bestia”. Su idea de esclarecer el crimen es colgar un par de aldeanos en jaulas expuestas a la intemperie. Indignado, Barnal lo obliga a liberarlos. No es por compasión, sino porque considera que hay otros métodos mas eficaces. Reúne a los feligreses de Tuillard en la iglesia y los intima a contarle lo que sepan. Por oportunismo y miedo, muchos hablan. Dicen haber visto a Leclos cerca de la iglesia esa noche. La comadrona lo acusa de no haber enterrado a su mujer y a su hijo.



Van a casa de Leclos y encuentran vivas a la niña y a la madre. Todo parece normal hasta que el astuto Inquisidor descubre la herida de la mujer y el frasquito de medicina. Se llevan a Leclos para torturarlo. Los judíos lo ven pasar. Saben que hablará. David le recuerda su hijo la precaria situación de los judíos de la zona. Clemente los protege porque a regañadientes la comunidad paga las guerras papales, pero cualquier desliz puede forzar a una expulsión o cosas peores...

Los médicos queman las ratas y todo rastro de su investigación. Samuel decide entregarse y liberar a su padre de sospecha. Antes envía a Aurora a vivir en casa de amistades. Leclos habla e incrimina a los médicos, eso ocurre justo cuando David se entrega para salvar a su hijo. La inquisición registra la casa de los acusados. Barnal descubre pelos de ratones, muchos ratones y también grandes cantidades de hinojo.

Samuel dice impertérrito que se comen los roedores y los aderezan con hinojos. Banal sonríe, sabe que las ratas no son parte de la dieta kosher y que el hinojo sirve para mantener los cadáveres frescos. Acusa a los médicos de practicar experimentos prohibidos y de herejía. Se los lleva presos. Cuando salen a la calle aparece Aurora. Samuel le grita que huya. Barnal manda sus guardias tras la niña, pero Aurora es una Arya Stark sefardita y los pierde. Corre a lo Forrest Gump hasta llegar al bosque, pero...Caperucita se encuentra con el Lobo (Continuará).

(fringuedeseries.com)


La televisión francesa gastó millonadas en esta se miniserie que esperaba seguir al menos por una segunda temporada. Súbitamente, abandonaron esos planes debido a las protestas que provocó “Inquisitio”. Por un lado, El Consejo de Obispos la acusó de retratar negativamente a la Iglesia. Por otro, los historiadores se quejaron de su falta de historicidad (obviamente no han visto “Águila Roja”, porque a mi me parecer “Inquisitio” en atmosfera, parlamentos y manera de prensar de los personajes es rigurosamente histórica). Con mucho respeto hacia los Obispos, pero “Inquisitio” no es ni tan anticlerical ni pro-atea como muchísimas series de televisión contemporáneas. Basta pensar en “Los Borgia” o “Águila Roja” como ejemplos.

Aparte que estamos hablando del Medievo, de una época que se caracterizó por barbarie, injusticia, y torturas. Más dañinas para la imagen del clero católico son las novelas de Dan Brown sobre una iglesia contemporánea llena de secretos, o “Ray Donovan” donde se ve como un hombre se vuelca a una carrea criminal tras el trauma de haber sido abusado (él y sus hermanos) por un cura pedófilo.



Es cierto que la Inquisición utiliza la tortura para interrogar a sus prisioneros, pero también la utiliza la autoridad civil. A pesar de su fanatismo, Guillaume Barnal es un hombre que emplea la mente y la razón para su investigación policíaca. Me gusta su relación con Silas que me recuerda a la de Sean Connery y Christian Slater en “El nombre de la rosa”.

Comprendo la incomodidad ante lo hecho con el personaje de Santa Catalina de Siena, que es la gran villana de este cuento. Pero en un mundo en que las mujeres de todos los credos carecían de voz, es refrescante ver a una mística tomando parte en la política y ejerciendo cierto control sobre su vida. Prefiero pensar en ella en esos términos (en la vida real Catalina fue muy leal al Papa Urbano y se la utilizó para algunas misiones diplomáticas del papado) que imaginármela como una anoréxica delirante que es  la imagen de ella que nos brindan los historiadores modernos.
(linquisitionpourlesnuls.com)



No sé si la serie me seguirá gustando, pero dada su polémica encuentro un privilegio poder seguirla antes que se hunda en el olvido. “Inquisitio” puede ser vista todos los martes por la Señal TV5, del cable latino.

viernes, 21 de junio de 2013

Antes que Jacob Black existió Bisclavret: Un hombre-lobo bueno


A diferencia de los vampiros, los licántropos siempre han sido retratados como victimas en la ficción. Aunque el folclore y hasta el sistema legal de la Antigüedad preveían que convertirse en lobo podía ser una opción, la literatura insistía en que ese mal  era provocado por hechizos, maldiciones y otras circunstancias ajenas al que la sufría. Eso si, por muy inocente que fuera, el licántropo era un ente nocivo que debía ser destruido. Por mucho que ataquemos la saga Crepúsculo tiene la virtud de presentar  la licantropía como una condición que bien controlada puede ser útil tanto para el licántropo como para su entorno. ¿Pero de dónde Stephanie Mayer sacó este concepto de hombres lobos benévolos?



Aunque la idea de que un hombre pueda convertirse en animal es universal, en Occidente la metamorfosis va asociada con los lobos. En ambos lados del Atlántico y hasta en el Medio Oriente se han encontrado estos mitos, pero en la Europa antigua iba más allá de supersticiones campesinas, puesto que Iglesia y el aparato legal creían fervientemente que  un ser humano podía trocarse en lobo.

El mito más antiguo proviene de Grecia y se vincula al El Rey Licaón quien, por atender a Zeus un día que no tenía carne en la despensa, asó a su propio hijo. Indignado, El Rey de los dioses convierte  a su anfitrión en lobo. Si, el mito recuerda al cuento del Rat Cook de Bran, pero lo interesante es que a partir de entonces se erige un culto a Zeus-Licaón. Pausanias, en su Descripción de Grecia, cuenta que se “sacrificaba” a jóvenes  en esos templos. El sacrificio consistía en que el joven se convertía en lobo por nueve años. Si al cabo de ese tiempo no había probado carne humana, volvía a su vida y apariencia normal. Por  tanto la licantropía en ese caso era solo un periodo en el cual un humano podía gozar de la posibilidad de ser un animal tan ágil y fuerte como el lobo.

El castigo de Licaón (grabado del Siglo XVI)

En la Roma clásica, los lobos, comenzando por la famosa Loba Capitolina, gozan de  cierta admiración. Los autores desde Plinio hasta Ovidio hablan de la licantropía. En el Satyricon, la primera novela de la historia, Cayo Petronio intercala una anécdota de un hombre cuyo compañero de viaje se convierte en lobo, ataca un redil de ovejas,  y recibe un lanzazo fatal en la garganta por parte de los esclavos a cargo del ganado. Lo interesante es que este licántropo romano se metamorfosea tras quitarse la ropa y orinar alrededor de ella. A pesar que hay luna llena, se trata de un acto voluntario, tal vez buscado por el mismo licántropo.  Este aunque ataca a las ovejas no es un peligro para los humanos y es fácilmente herido, sin necesidad de balas de plata.

A través del tiempo han surgido varias teorías de por qué un hombre (rara vez una mujer) llega a convertirse en lobo. Puede ser debido a la mordedura de un licántropo, hechizo, maldición (las de curas y madrastras son particularmente nefastas) incluso por haber nacido en Nochebuena  o por ser séptimo hijo. También hay teorías asociadas con la naturaleza, beber de ciertos manantiales prohibidos o dormir con el fulgor de a luna llena en la cara (yo he probado esta última y les aseguro no funciona) predisponen a la licantropía.

La llegada del cristianismo a Europa no afecta la creencia en el homo lupus. Incluso se les adscribe a los santos el poder de provocar esa metamorfosis. Si embargo, no se considera que el  licántropo sea una bestia irracional y así son retratados estos seres en la literatura de la época. Hombres lobos benévolos aparecen en el poema de Guillermo de Palermo, en  la leyenda artúrica y en el famoso lais de María de Francia titulado Bisclavret.

(del cortometraje de Emiie Mercier)

Bisclavret es un barón medieval que tiene la costumbre de transformase en lobo algunos días de la semana. Aunque la autora no nos cuenta la causa de esa transformación, el hecho de que el barón necesite encontrar su ropa para volver a ser humano da la impresión de que es un acto deliberado. Ser lobo no impide a Bisclavret cumplir con sus deberes de señor feudal, ser devoto vasallo de su rey e incluso llegar a casarse.

(cortometraje de Emilie Mercier)

La baronesa se inquieta ante las periódicas desapariciones de su esposo. Bisclavret le cuenta la verdad y su mujer le toma repugnancia, se niega tener sexo con el y se busca un amante. Así, con ayuda de su cómplice, la baronesa roba las ropas de Bisclavret impidiéndole volver a su forma humana. El pobre lobo vagabundea por los bosques bretones hasta que se tropieza con la comitiva real. Tanto rey como vasallos se asombran cuan el lobo, en vez de atacar, se acerca manso, e inclina la cerviz ante el soberano. El rey le toma cariño al lobo y se lo lleva de mascota. Bisclavret hasta duerme en la cama real.

(heeza.fr)


Pasa el tiempo. En las tierras del hombre-lobo, la baronesa hace correr el rumor que es viuda y se casa con el amante. Este va a la corte a rendir pleitesía. Ante la sorpresa de todos, el lobo ataca a quien lo deshonró. Un consejero del rey le señala que el lobo nunca antes ha atacado a nadie. Bisclavret es perdonado.

El rey parte a las tierras de Bisclavret rodeado de sus favoritos, mascota incluida. Apenas ve a la adúltera, Bisclavret le salta encima y le come la nariz de un mordisco. Nuevamente,   es salvado por el juicioso consejero que se da cuenta que hay un vínculo entre bestia y los nuevos barones. El rey no se anda con chiquitas y hace que torturen a la baronesa. Esta suelta la sopa. Recobran la ropa del licántropo y éste recobra su forma humana. Los adúlteros nos reciben mas castigo que el exilio, pero María de Francia nos cuenta que tiempo después cuando nacen sus hijos, todos vienen “desnarigados”. Bisclavret recobra sus tierras y sigue convirtiéndose en lobo abiertamente, sin que haya reparos de nadie.

Aunque parezca increíble pasarían más de setecientos años antes que un hombre-lobo bueno volviera a aparecer en la ficción. De hecho, en los próximos quinientos años, ley y religión torturarían y ejecutarían a muchos acusados de licantropía y el mismo lobo tendría pésima prensa entre el campesinado y la nobleza europea. (CONTINUARA)



lunes, 10 de diciembre de 2012

Lo fantástico, lo medieval y lo temerario: El Príncipe Valiente



Toda esta platica de fantasía medieval en un trasfondo fidedignamente histórico me hizo recordar la que considero es la combinación perfecta entre lo sobrenatural y lo semi-histórico. Curiosamente,  no es ni filme ni libro, sino  un producto del despreciado mundo de las caricaturas. Hablo del Príncipe Valiente que por más de 70 años ha deleitado a lectores de todo el mundo. (Nota, a menos que especifique lo contrario todas las ilustraciones las saqué del excelente blog A Prince Named Valiant)

Fue un domingo, 13 de febrero de 1937,  en el que Valiente debutaba en las páginas del New Orleans Picayune. Es oportuno que naciera en la ciudad más prodigiosa de los Estados Unidos. Desde entonces ha circulado por las páginas de periódicos de todo el mundo y sus aventuras han tenido una larga lista de dibujantes, pero su padre fue el genial Hal Foster. En plena Depresión, Foster crea este entretenido personaje cuyas aventuras son un poco fanfiction, puesto que el entorno del joven escandinavo será el de Rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda. De hecho, el titulo original de la tira cómica era Prince Valiant in the Days of King Arthur.

(amazon.com)


Tras ocho décadas de éxito, los críticos han encontrado algunas razones que explican la aparentemente eterna popularidad del tebeo. Entre ellas destaca de la delicadeza de los gráficos. El Príncipe Valiente tiene una calidad altamente pictórica, superior a la de la historieta común, y  que recuerda a veces los cuadros prerrafaelistas. Existe un esmerado detalle tanto en el esbozo de paisajes como de las facciones definidas y reconocibles de los protagonistas. Valiente, su familia y sus amigos son físicamente atractivos, aunque confieso que nunca me convenció esa melenita a lo Louise Brooks de Val. ¡Ni hablar de los rizos barrocos de Ser Galván!
La melenita de Val y los ricitos de Sir Gawain


Foster  le dio un toque original a su trabajo al dispensar de los tradicionales bocadillos que hacen que la vista se distraiga. En cambio, colocó capciones al pie o costado de cada viñeta que sirven como complemento, pero permiten apreciar la estampa. Los colaboradores de Hal Foster, John Cullen Murphy y sus hijos,  Gary Gianinni  y Tomas Yeates, quien actualmente está a cargo del comic, han seguido el patrón artístico del creador de Valiente, aunque han sabido aglutinarlo con el estilo personal de cada uno.

No soy amiga de tebeos. Nunca he entendido la diferencia entre mangas y animé, pero desde mi infancia que me engancharon los cuentos de Valiente, sus amigos, su señora e hijos. Eso se debe a tres factores poco comunes en las historietas de hoy en día: personajes humanos y queribles, aportación de un entorno familiar reconocible en medio de todas esas empresas épicas, y  argumentos tan abigarrados que a ratos podrían parecer imposibles, pero que para mi representan la quintaesencia de la fantasía histórica.

La obra se puede calificar totalmente de fantástica debido a varios elementos. Entre ellos las artes mágicas de los personajes netamente artúricos como Merlín y Morgana, la aparición de criaturas fabulosas y unos malabares históricos  de antología. En sus andanzas, Valiente se ha encontrado con hunos, moros, vikingos, ha descubierto América, y ha luchado contra emperadores bizantinos. Bastante anacrónico para un contemporáneo del Rey Arturo. Pero aun así la agilidad y magia de los guiones, aunados a la ya comentada habilidad pictórica, explican por qué la publicación no pasa de moda.

(manuelberlanga.es)


Otra virtud que le admiro al cosmos creado por Foster es la continuidad. Los lectores han visto a Valiente crecer desde un niñito de cinco años hasta convertirse en abuelo.  El tiempo no pasará para los héroes de comics, pero su diario existir es una lucha constante por eludir su personalidad de superhombres y por eso se la pasan ocultándose bajo personalidades de hombres grises que carecen de vidas propia,  En cambio, Valiente forma una familia, sirve abiertamente a un rey, y procrea hijos que viven aventuras tan fantásticas como su padre.

(totcomic.com)


En 1937, el Valiente que conocerán los devotos de la historieta es un niñito, hijo del Rey exiliado de la legendaria Thule (si, la misma que los Nazis creían era la cuna de los arios). Val y sus padres terminan de refugiados en los pantanos de Cornualles, por ahí, a unas cuadras de Camelot. No pasa mucho, antes que Val legue a ser escudero de Sir Galván y de ahí se abra paso en la corte hasta convertirse en Caballero de La Mesa Redonda. Pero un punto importante en la infancia del príncipe exiliado es un encuentro con una bruja que le lanza una profecía más agorera que la de Maggy, la Rana.
“Te enfrentarás al dragón y al grifo, a hombres negros y amarillos. Vivirás grandes aventuras, pero en ninguna parte veo felicidad ni contento para ti”.

(Val y la Bruja Horrit)


Es esta profecía la que dictamina la vida nómada y aventurera de Valiente, algo que nos beneficia a sus lectores. Por un par de meses, Foster mantuvo a su personaje de la Ceca a La Meca viviendo todo tipo de azares, y algún que otro lance amoroso. Valiente no es Sir Galahad, y sabe muy bien utilizar sus encantos masculinos para salir de atolladeros. El destino le juega una mala pasada cuando los vikingos matan a Ilene, su primer amor.

Ilene de Brandwyne


Poco después, surcando el Mediterráneo, el caballero de la melena oscura conocerá a la mujer de su vida: Aleta, Reina de Las Isas Brumosas. La rubia y pechugona Aleta, a pesar de su aspecto de cabaretera de film noir, es una mujer decidida, con buena cabeza para gobernar su reino y manejar la arriesgada vida que llevara como esposa de Valiente. Además, Aleta también  es un poco bruja y como se encapricha de Val, no duda en lanzarle un hechizo para apurarlo a pedir su mano.

(flickr.com)

Janet Leigh como Aleta y Debra Paget como Ilene en el filme de 1954 (hotflick.net)


Solo que los vikingos la tiene tomada en contra de Valiente, y le raptan la esposa. En pos de su mujer, El Príncipe Valiente llega hasta Norteamérica. Se convierte, siglos antes de Sir Walter Raleigh, en el primer súbdito británico en pisar suelo americano. Además, viene con ánimo de Padre Peregrino, porque tanto el héroe como su mujer se hacen amigos y huéspedes de los indios. La feliz pareja hasta tiene su luna de miel atrasada en las Cataratas del Niágara. En 1939, en lo que hoy es el estado de Nueva York, Aleta da a luz a su primogénito, llamado Arn en recuerdo de un amigo de Valiente.

Aleta y sus hijos


En total, el matrimonio Valiente tendrá cinco hijos. Arn, Galán,  el intelectual de la familia, y las gemelas Karen y Valeta.  Una de ellas tiene amores con un druida, la otra será nuera del Preste Juan. ¡Si hasta ese señor aparece en la tira cómica! A fines de los 70’s, Aleta da a luz al benjamín de la familia, pero como la Reina de las Islas Brumosas anda en pleitos políticos con la Corte Bizantina, el niño es secuestrado por ordenes de Justiniano. Este acaba regalando al heredero de Thule (el reino ario por antonomasia), a una familia judía. Así Nathan crece creyéndose judío hasta que es rescatado por su hermano Arn. Nathan (circuncidado y con kippah) se acopla lo más bien a su excéntrica, pero tolerante familia.

Val y Nathan


Existe un consenso de que a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, la historieta del Príncipe Valiente tomó un giro más aventurero dejando atrás la fantasía. El mismo Foster hizo declaraciones de que los personajes eran tan realistas que lo fantástico había dejado de ser lo primordial.  Pero no es totalmente cierto,  porque hasta hoy, Valiente lucha contra dragones de lago y harpías aladas, vuela sobre grifos y blande esa famosa espada que canta. Hace un par de años se dio su vueltita por el inframundo donde se encontró a Merlín que vive feliz con su hija Nimue (llamada así en honor a su traviesa madre).



Val huye del Kraken (webcomicoverlook.com)


Aunque no descarto la humanidad de los personajes, lo fantástico siempre ha sido un factor trascendental en este magnifico tebeo. Siempre recordaré una de mis revistas infantiles donde Val andaba luchando contra los hunos en algún paraje europeo. En medio del bosque se le aparece una mujer de largos cabellos brunos, con parecido a Maite Perroni, quien le da unos consejos y termina presentándose “Soy El Tiempo”. No puedo imaginarme nada tan mágico como esa simple declaración.


De las aventuras  del Príncipe Valiente se han hecho libros, juegos, series animadas y hasta un par de adaptaciones fílmicas. La más recordada es la mediocre producción de Hollywood de los 50’s que traía a Robert Wagner con una peluca muy ridícula Ninguno de esos esfuerzos ha llegado a alcanzar la grandeza de una tira cómica que cruza siglos sin envejecer o caducar jamás