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martes, 2 de agosto de 2022

Zombis en la Guerra Civil Española: MalnaZidos de Netflix

 


Me daba ilusión ver MalnaZidos (Valley of the Dead) en Netflix. Eso de que a fines de la Guerra Civil las Dos Españas se echasen una mano,  para sobrevivir y combatir un mal mayor,  sonaba bien. Me sorprendió que apenas un par de días en Netflix tuviese tan mala prensa. Iba a saltármela cuando mi instinto gatuno me aconsejó hacer lo contrario. Así pude disfrutarme una buena película de horror con toques cómicos y caer en cuenta que es lo que realmente molesta a los críticos.

¿Son Los Zombis peores que Fachas y Rojos?

A mí no me gustan las películas de zombis. Nunca he sido fan de ningún tipo de Walking Dead. Mas allá de Los Caminantes Blancos,  no le entro al tema ni le encuentro chiste,  y eso que los zombis son los favoritos universales. Si hasta los coreanos se han agregado al género con su famosa Train to Busan. Por eso hubiese preferido que si querían usar la Guerra Civil Española como marco de algún tema paranormal lo hubiesen hecho con vampiros o licántropos, pero si ya se había escogido a los muertos-vivos, había que apechugar.

No es que MalnaZidos sea única o la primera en combinar el conflicto fratricida con el terror. Ahí tenemos los ejemplos,  y muy buenos,  del cine de Guillermo del Toro con El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno. La diferencia es que en estos filmes teníamos muy claro que los peores villanos no eran entes sobrenaturales sino fascistas de carne y hueso.




Incluso en la excelente y menospreciada Lobos Sucios, los buenos eran represaliados republicanos obligados a trabajar en una mina gallega. El malo era el omnipresente Pierre Kewitt encarnando a un SS imbuido en la mística ocultista nazi que venía a buscar wolframio en la sierra y acababa de almuerzo de unos lobos patriotas que bien podían ser lobisones.



En resumen, eso es lo que no pasa en MalnaZidos (la Z es por lo de los zombis) donde los fachas son simpáticos, y a ratos mejores que sus contrincantes. Esa es la verdadera razón por la que la crítica española y catalana (no se podía esperar menos) se ha volcado en contra de un filme que acusan de ningunear la seriedad del conflicto y de falsear la historia. No se sabe si por decir que los alemanes crearon zombis a punta de experimentos macabros,  o por darles un rostro humano a los fascistas.

Yo me quedo con la crítica de Raquel Hernández Lujan, en HobbyConsolas que cree que lo mejor del filme es su “ácido mensaje de reconciliación” que ella expande a nuestra época en donde también un virus letal nos debería unir en vez de llevarnos a otras guerras. Pero este tipo de comentario positivo ha sido poco común en lo que respecta al filme de Alberto del Toro y Jesús Ruiz Caldera.



ManaZidos ya comenzó con mal pie puesto que, aunque hecha en el 2020 y presentada ese año en el Festival de Sitges, tuvo ( por razones pandémicas)  que ser postergada tantas veces que solo vino a ser vista en los teatros esta primavera pasada donde se dice que no tuvo muy buena acogida. ¿Sería que el público se cohibió con las acusaciones de los críticos de fallar a la memoria histórica?  ¿Acaso España sigue tan o más dividida que en 1938,  año en que ocurre la acción de MalnaZidos?

La “z” está ahí como recordatorio de los zombis, pero también de los nazis que los fabrican. Está basada en la novela de Manuel Martin Ferreras La Noche de Difuntos del ‘38 y ambientada como en el libro en octubre de ese año durante la Batalla del Ebro.



El filme abre con un cliché cinemático que ha sido usado en westerns, películas de mafiosos y hasta en Kill Bill, una masacre en una boda. Lo original es que los novios y sus invitados son simples campesinos aragoneses y quien ejecuta la matanza es un mayor de la SS, tan caricaturesco que parece salido de Hellboy. Lo que no es caricaturesco es lo que sucede inmediatamente. Tras ser rociados con un polvillo azul, los cadáveres cobran vida.



Saltamos ahí al campo nacional. Van a fusilar al Capitán ‘Jan Lozana (Miki Esparbé de Cuerpo de Elite) y como siempre lo salva su tío el Coronel Lozana. Jan es un abogado mercantil que ha acabado como oficial de Requetés sin que se entienda mucho que motivos políticos lo han llevado a hacerlo puesto que,  aparte del tío con influencias,  tiene un hermano en el bando republicano.



Aprovechando su conocimiento de leyes, lo han metido en el tribunal militar donde ha dado muestras de algo que escasea e incómoda en esa guerra entre hermanos: la compasión. Su última hazaña ha sido evitar la ejecución de un jovencito que intentaba desertar. Cuando se le ha regañado, Jan ha atacado a un juez que resulta primo de Franco. El tío lo vuelve a salvar, pero será la última vez. La sentencia es que tanto Lozana como su protegido,  el soldadito De Cruz,  deben demostrar su lealtad al bando Nacional cumpliendo con una misión suicida.



Un Road Trip a Tierra de Nadie

De Cruz que será muy ingenuo (“en mi pueblo todos somos vírgenes, Capitán” dice) sabe que esto es solo un equivalente al paredón, pero Lozana que posee el estoicismo y sentido del deber de La Vieja España, acepta cruzar “Tierra de nadie” y llevarle un mensaje al General Alarcos

La pareja entonces inicia un road trip donde ambos se internan en los bosques en un jeep. Casi llegando a “tierra de nadie” los detiene un destacamento alemán. Lozana que tiene tanta labia como conocimientos de mecánica tiene De Cruz, consigue que les deje seguir su camino, pero el capitán nota que los alemanes están cercando el valle con alambre de espino.



Poco después avistan un avión italiano derribado. Lozana insiste en ir a socorrer al piloto. Es ahí donde son hechos prisioneros por un destacamento republicano que trae a todos los personajes tipos posibles:  El veterano sargento;  la miliciana que obedece al mote de “Matacuras” (Aura Garrido de El Ministerio del Tiempo) ;  el brigadista gringo con su cámara fotográfica;  el lacónico Mechas experto en explosivos;  el ruso fortachón Brodsky que es más español que el gazpacho y, por supuesto, un comisario político.

Al brigadista se le ocurre tomarle una foto al cadáver del piloto y ahí estalla la Marimorena. El cadáver cobra vida, se zampa al brigadista y se arrastra (no tiene piernas) a merendarse a los otros. Todos corren despavoridos por el bosque donde tienen otros encuentros iguales de espeluznantes con Caminantes (no blancos porque se ve un poco puercos). En una de esas para cubrir la retaguardia a sus compañeros, Brodsky es devorado por los zombis.


El grupo se sube a un bote y enfila proa a otro sitio más seguro. Todos están aterrorizados al ver que los muertos resucitan.  Solo saben que se neutraliza a los zombis disparándoles a la cabeza. A Jacinto , El Sargento, le baja un temor religioso. Insiste en que Lozana,  como representante del bando católico,  debe tener una explicación, puesto que según la Biblia  “D-s resucitó en Nazaret”. Lozana pacientemente explica que el resucitado fue Jesús, que lo hizo en Jerusalén,  ÿ no se andaba comiendo a la gente.



En una de esas llegan a las alambradas que rodean el valle y descubren que están electrificadas. Hay mucho recelo y creen que lo que ocurre está ligado a la misión de Lozana, pero esta se reduce a un trozo de papel en el que está inscrita la criptica frase “Se necesitan cojones para ganar una guerra”.

Otra parada es en un caserón donde se les unen nuevos compañeros de viaje que corresponden a clichés asociados con los Franquistas: El Alférez Jurel,  tan enamoradizo que parece acosador;  el soldado marroquí Rafir;  y una monja de armas tomar, la Madre Flor apodada “La Urraca”. Siguen más discusiones ideológicas y teológicas,  ya que muchos creen que este levantamiento en masa de muertos corresponde a la llegada del Apocalipsis. Es La Urraca la que zanja el asunto diciendo que lo que sucede no es obra de D-s “sino de alguien que quiere jugar a ser D-s”,



Le queda a Lozana ir atando cabos. Descubre que en su carta para el general Alarcos hay un mapa trazado con tinta invisible que corresponde al valle. El encuentro con la única sobreviviente de la masacre , la novia, les confirma que esto es obra de los nazis. Se trata de experimentos macabros y la misión de Lozana y De Cruz era llevar un mapa que explicase a los nacionales en que punto del valle está el laboratorio que fabrica a los zombis.




A Lozana se le ocurre (porque es el único al que se le ocurren cosas) que mejor que vayan a buscar refuerzos nacionales. He aquí que aparece el elemento infaltable en estos cuentos que intentan dar un rostro amable de los franquistas. El grupo de guerreros anti zombis puede contener gente decente, pero los Nacionales no lo son y lo demuestran apoyando a los alemanes.  Solo queda esta Liga de Españoles de Bien para salvar a España y al mundo.



Entran en juego ingredientes básicos del cine de zombis que aportan ternura a personajes y trama. A medida que algunos del grupo son mordidos por las bestias se presenta el doloroso deber de ultimarlos, lo que se hace a regañadientes. Hay personajes, y de ambos bandos, que prefieren sacrificarse por sus compañeros y por el bien común,  demostrando que el heroísmo no tiene color político.

Por supuesto lo mejor del guion es cuando humanizan a los personajes incluso fuera de ese escenario de sacrificios y sacrificados. Sor Flor descubre que Jacinto lleva bajo su guerrera una medalla de la Virgen. “Es un amuleto” masculla el sargento que ya anda medio enamorado de la monjita. De Cruz descubre que “Mecha” es su admirado Miguel Andreu, campeón de motociclismo y La Matacuras le confiesa al alférez que solo ha matado a un sacerdote,  un pedófilo que abusó de su hermanita.



El momento más conmovedor es cuando Mechas y Jurel están atrapados en un camión rodeados de zombis hambrientos y finalmente se confiesan porque odian al otro bando. El alférez porque los Republicanos le mataron a la novia, el motociclista porque vio como la aviación enemiga bombardeaba su casa matando a su mujer y su hijo.

Aun así, el descontento con el filme radica en motivos políticos y se entiende. Tras pasarme un mes viendo filmes de la Guerra Civil y de la posguerra he notado que cuando un “facha” es bueno (o buena) se debe a que no tiene realmente una devoción por su ideología o su causa. Eso ocurre en Ispansi!, en Mientras dure la guerra y en las novelas de Ignacio del Valle.  Jan Lozana se alistó en los Requetés y nadie sabe por qué, pero obviamente no es un conservador furibundo.

En cambio, y esto les ha escocido a los Rojos, MalnaZidos muestra que,  después de los Nazis,  el peor humano vivo de la serie es El Comisario. A diferencia de los otros que buscan salvar el pellejo o evitar que la plaga de resucitados se propague, este politólogo dice “Todo es política”.  Quiere el polvillo crea-zombis para entregárselo a los soviéticos, ganar la guerra, ganar todas las guerras y apoderarse del mundo. Nuevamente aparece el mensaje de que son las ideologías las que dividen a los humanos.



SPOILER Aun así es interesante que, en el final, aunque sobreviva la pareja romántica no se queden juntos los enamorados. El motivo es porque, como dice ella,  “No tenemos nada en común”. Es cierto, pero como que desentona con el mensaje de unidad del filme. Algo bueno y original es que también sobreviva Rafir. Algo es algo.

Contenido Violento y Gory: Ejem, se trata de una película de zombis. ¿Qué esperabas?

Contenido Sexual o Desnudos: 0 y apenas un beso.

Contenido Feminista: Serán estereotipos, pero me han gustado mucho Flor y Matacuras, su fortaleza reside más en cómo piensan y reaccionan que como pelean.




Factor Diversidad: El Moro Rafir y creo que es hora de tratar a los zombis como minoría. LOL

jueves, 16 de agosto de 2012

Las Trampas de la Fantasía Histórica: El Laberinto del Fauno

(ochomedio.com)


Las últimas discusiones sobre la posibilidad de fusionar drama sicológico con lo fantástico me trajeron a la memoria “El Laberinto del Fauno”,  uno de mis filmes favoritos. En esa  producción, Guillermo del Toro, además de  intentar equilibrar lo real -maravilloso con la complejidad humana, se impone la tarea titánica de hacerlo en un contexto histórico definido, dramático y reconocible. Tarea que equivale a caminar con tacones sobre hielo y donde la trama inevitablemente resbala recordándonos las dificultades de mezclar lo auténtico con lo fabuloso. (Spoilers. Voy a contar toda la trama).



La fantasía histórica es un subgénero que ha existido desde los días de Homero, pero como no se le denominaba con ese nombre, resulta inidentificable para muchos lectores. Básicamente, es ficción histórica dotada de elementos sobrenaturales. Coincidiendo con el auge de lo fantástico de fines del siglo XX, ha habido varios intentos de crear fantasía histórica, pero con escasas excepciones, ninguna muy memorable.  Este subgénero se caracteriza por el énfasis en tres recursos.
1.        
1. La trama deriva en historia alternativa.  Se alteran los hechos históricos para dar espacio a lo fuera de lo normal. En Abraham Lincoln, Cazador de Vampiros, de Seth Grahame-Smith,  el futuro Presidente de los Estados Unidos anda metido en vendettas contra chupa sangres y en Anno Dracula, de Kim Newman,  la Reina Victoria se casa con Vlad Tepes. De esa corriente surge el steampunk, con un Londres victoriano en el que entran elementos futuristas.
2.        
2. El mundo auténtico y el ilusorio nunca se entrecruzan.  Existe un universo mágico paralelo adonde llegan los humanos, pero sus reglas no afectan el quehacer del mundo real ni su desarrollo histórico. Un ejemplo es la serie de la Academia Spence de Libba Bray en donde todo lo sobrenatural  tiene lugar dentro de un internado de señoritas de a fines del Siglo XIX.
3.        
3. El cuento se sitúa en un pasado tan antiguo que resulta concebible que lo fantástico se vuelva un elemento cotidiano. Así nace la “fantasía celta” que tiene lugar en Irlanda y Gales post invasión romana, y los clásicos de Mary Stewart y Marion Zimmer Bradley que reconstruyen la Leyenda Artúrica. Otros autores prefieren irse a cosmos más exóticos como el Egipto de los Faraones, la Antigua Troya  o el Japón Medieval. Aunque existen algunas fantasías históricas situadas en el siglo XIX, ése es el límite histórico. Hasta ahora nadie se ha atrevido a usar como trasfondo las primeras seis décadas del Siglo XX, a pesar de toda su riqueza temática e infinitas posibilidades mágicas. Es por lo que “El Laberinto del Fauno” llegó para llenar un espacio importante en el género.

(argenteam.net)


El argumento se desarrolla en un momento histórico y lugar geográfico específicos: el Pirineo  aragonés en 1944.  Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 10 años, viaja a un pueblecito en compañía de Carmen (Ariadna Gil), su madre embarazada. Van a reunirse con el Capitán Vidal, padrastro de Ofelia, un oficial de la Policía Armada franquista que está cargo de la represión del maquis local.

Este escenario sitúa a El Laberinto entre las cintas dedicadas a la “memoria histórica” y comparte con ellas la visión maniquea que retrata a los guerrilleros como seres angelicalmente buenos y a los contrarios como villanos irredimibles. Pero Guillermo Del Toro, director y escritor de este filme, no anda con ánimos de hacer propaganda política, a pesar de que ya había hecho otro filme sobre la Guerra Civil Española, una historia de fantasmas llamada “El Espinazo del Diablo”. Vale recordar que originalmente “El Laberinto del Fauno” estaba situado en la Revolución Mexicana.

(argenteam.net)


Vidal, que para deshumanizarlo más ni siquiera tiene nombre de pila, es un villano irredimible, una creación sobrecogedora de Sergi López, un hombre perverso que encuentra humor en torturar prisioneros y es un desalmado con su pobre mujer. Parece estar más allá de afectos humanos e incluso es inmune al dolor físico, como lo demuestra cuando él mismo se sutura el corte en el rostro que le ha hecho Mercedes.

(zonadvd.com)


El personaje de Maribel Verdú es el más logrado del filme. Mujer sencilla, funge como ama de llaves de Vidal, aunque a sus espaldas ayuda al maquis, en conjunción con el médico del poblado. No lo hace ni por ideología ni por amor como suelen hacerlo los personajes femeninos en este tipo de historias. Aunque sea su hermano Pedro, el líder de los guerrilleros, el motivo que lleva a Mercedes a arriesgar su vida  es la fe de que un bando que abarque demonios como Vidal no puede ser bueno. A pesar de su enemistad con el Capitán, a quien trata con discreta deferencia sin atisbos de servilismo, Mercedes es devota de la desdichada Carmen y le cobra verdadero cariño a Ofelia.

(taringa.net)


Al comienzo de la historia, Ofelia es un personaje ignorado por el mundo adulto, o sea el “autentico”, y prefiere buscar compañía en sus amados cuentos de hada y en deambular por el bosque. Persiguiendo a un insecto que se convierte en hada, llega a un laberinto al final del cual  encuentra a un fauno. Esta criatura le cuenta que ella es la Princesa Moana, heredera de un reino subterráneo donde la esperan sus verdaderos padres, pero adonde solo podrá llegar tras cumplir tres pruebas. Ofelia-Moana acepta el desafío. Comparte su encuentro solo con Mercedes quien le dice que su madre le advirtió que los faunos  no eran de fiar. Algo que también presiente el público ya que el fauno parece ladino, a ratos, libidinoso, y en otros, casi tan amenazante como Vidal. Del Toro así consigue establecer que en ambos mundos existen apariencias engañosas y seres malintencionados.

(elotrocine.cl)


Aunque Ofelia pasa la primera prueba y le roba una llave mágica a un sapo gigante, la salud de su madre empeora.  El servicial fauno le procura una mandrágora que deberá esconder bajo la cama de Carmen,  cuya salud mejora con este tratamiento. La primera instancia en que fantasía y realidad chocan es cuando el Capitán encuentra la raíz que Ofelia ha estado alimentando con su propia sangre. Tanto Vidal como su mujer están consternados. Para el Capitán la mandrágora representa la superstición que quiere erradicar de una España “sana y limpia” que pretende legarle a su hijo. Para Carmen es una muestra de la inmadurez de su hija que insiste en aferrarse a ilusiones sin comprender que el destino de las mujeres es someterse a la protección de hombres como Vidal.

Ofelia y la mandrágora (contraelnwo.blogspot.com)


“¡La magia no existe!” grita Carmen y arroja la mandrágora al fuego. Tanto la raíz como Ofelia lanzan gritos desesperados, pero ni Carmen ni su marido se impresionan. He ahí la gran falla del filme, lo fantástico parece no tener fuerza ante el escepticismo de  personas que aunque presencien lo sobrenatural se niegan a creer en ello.

Ofelia es encerrada en su cuarto. Hasta ahí llega el fauno con su segunda prueba. Con poquísimo tiempo (encapsulado en un reloj de arena), Ofelia deberá traspasar la pared e ingresar al reino de un pavoroso monstruo del cual deberá traer una daga. El fauno es muy categórico, el monstruo es temible, Ofelia debe cumplir con su cometido de la manera más rápida posible y, bajo ninguna circunstancia, deberá probar los alimentos de la mesa del engendro caníbal. Aquí sucede el episodio más  prescindible del filme. Ofelia, en compañía de las hadas,  cruza la pared, consigue la daga sin que el monstruo que es ciego la note, pero…se le antoja comer de las uvas que hay en un frutero. Cuando las hadas  intentan detenerla, la niña las aleja a manotazos. Apenas probada la fruta, el monstruo (que posee ojos en las palmas de sus manos) la percibe y la persigue.



Aunque Ofelia logra huir del antropófago, éste se zampa un par de hadas. Con justa razón, el fauno la cubre de reproches y la abandona. No se entiende que Ofelia, hasta ahora  tan valiente y tan experta en manejarse en el mundo sobrenatural,  cometa un error tan pueril.  El asomo de su lado infantil (o estúpido) es equiparable a las elecciones de Arya Stark de las victimas que cobra Jaqen H’rgar. Teniendo toda una lista de enemigos, Arya elige a individuos insignificantes como candidatos a ser asesinados por el sicario. Al menos en la serie, tuvo mejores opciones y borraron ese episodio torpe e inverosímil indigno de la Canción de Hielo y Fuego.

(fantasymundo.com)


Volviendo al Laberinto, en ese momento la trama se desboca a un realismo crudo. Es como si al fracasar Ofelia, la fantasía no tuviese lugar en su órbita. La Policía Armada invade el campamento del maquis obligando a los guerrilleros a huir. Vidal mata al doctor al descubrir que ayuda a los guerrilleros. Sin auxilio médico, Carmen muere en el parto. Su hijo la sobrevive. Mercedes decide huir con Ofelia, pero son descubiertas. La niña es encerrada en su cuarto y Vidal se prepara para torturar a su ama de llaves. El fauno aparece en el cuarto de Ofelia, le da una tiza mágica y le encarga la tercera tarea, secuestrar a su hermanito. Ofelia dibuja con tiza una puerta en la pared y huye.


Mercedes, que lleva un cuchillo en su ropa, corta sus ligaduras  y agrede a Vidal, pero aunque lo hiere, no lo mata (otro acto inexplicable). Malherido, Vidal llega hasta su cuarto  y se bebe un coñac que su hijastra ha drogado. Ofelia se roba el niño. Aunque narcotizado y débil por la perdida de sangre, Vidal persigue a Ofelia hasta el laberinto. La niña se niega a entregar al bebé al fauno cuando se da cuenta que éste pretende sacrificarlo. El fauno  la abandona a su suertey Vidal, que ha presenciado todo,  mata a su hijastra. Al salir del laberinto, el Capitán descubre que el pueblo ha sido tomado por el maquis. Le entrega el niño a Mercedes, y es ultimado por Pedro. Mercedes entra al laberinto y se abraza llorando al cadáver de Ofelia.



No me sorprende que una gran parte del publico haya quedado defraudado con este desenlace y eso que Del Toro le otorga un final "consuelo" bastante infame y cursi. Ofelia, disfrazada con ropas de cuento de hadas y unos zapatos rojos ( burda imitación de los de Judy Garland en “El Mago de Oz”)   consigue llegar al reino de sus padres donde el fauno le explica que, al salvar a su hermanito, ha pasado la prueba y puede volver a ser la Princesa Moana. ¿Ese final inverosímil tiene alguna connotación alegórica? ¿Debemos pensar que las víctimas inocentes del Franquismo son ahora príncipes del inframundo?

“El Laberinto del Fauno” es una película fascinante, con excelentes actuaciones y con unos efectos visuales que se inspiran en la escenografía de Tim Burton, los grabados de Goya y las ilustraciones de Arthur Rackham. Tiene más que merecidos sus muchos premios (9 Arieles, 7 Goyas, 3 Baftas y 3 Oscares), pero su falencia reside en la inhabilidad de mezclar lo natural con lo sobrenatural. Es incomprensible puesto que Guillermo Del Toro es un experto en lo sobrenatural, lo ha demostrado en “Cronos”, “Hellboy”, “El Orfanato” y en sus novelas  vampíricas La Trilogía de la Oscuridad.


En la que considero su mejor película hasta la fecha, “El Espinazo del Diablo”, los vivos consiguen establecer un pacto con los fantasmas que terminan ayudándolos. Un compromiso que no logra Ofelia. No se entiende que cuando Vidal las descubre a ella y a Mercedes no le pida al fauno que ayude al ama de llaves, no se entiende por qué las criaturas fantásticas no ayudan a otros personajes que le importan a Ofelia. No estoy pidiendo que el fauno ayude al maquis a derrocar el franquismo, pero esa frase nostálgica de Mercedes que dice que alguna vez creyó en las hadas me hizo pensar que en algún momento volvería a creer. Cuando se interna en el bosque, tras atacar al Capitán, estaba segura que las criaturas fantásticas vendrían en su auxilio, pero son los guerrilleros los que la rescatan.

(estoescine.com)


La fragilidad del nexo entre lo paranormal y lo concreto ha hecho creer a muchos espectadores, aunque Del Toro lo ha negado vehementemente, que todo el episodio fantástico es un producto de la imaginación de Ofelia. Ósea la niña es una esquizofrénica que vive al margen de la realidad. Eso explicaría la debilidad de los elementos prodigiosos. De acuerdo a la mitología, los gritos de la mandrágora son letales. Aquí la mandrágora achicharrada grita a todo pulmón, y eso no afecta a los presentes.  Las hadas son como la Campanita de Peter Pan, tan endebles que no pueden impedir que  Ofelia coma fruta o que el monstruo  se las devore a ellas. El mundo mágico con su fauno ambiguo, monstruo come-hadas y sapos gigantes parece tan azaroso y nefasto como el de la campiña aragonesa donde manda Vidal.

Porque Vidal es el ente más peligroso y vigoroso de esta historia. Es inmune a los gritos de mandrágora, a los navajazos de Mercedes, ni los narcóticos lo pueden dominar. El ingresa al laberinto y mata a Ofelia sin recibir castigo ni obstaculización de parte de los seres sobrenaturales. Sin embargo, Pedro lo mata fácilmente.
(todoroms.com)

Todo ese desequilibrio prueba que Del Toro ha  caído en las trampas de la fantasía histórica, que ha tenido miedo de usar subterfugios mágicos para controlar los asuntos terrenos y  que no ha sabido convertir a Ofelia en un personaje que pueda navegar cómodamente entre dos espacios. Ha sido afectado por esa especie de pudor que impide a otros creadores de fantasía histórica de introducir lo fabuloso a escenarios demasiados cercanos a nuestra historia, como si hacerlo resultara en un relato irracional y sacrílego.