miércoles, 6 de abril de 2022

Midnight at the Pera Palace Cuando se es Testigo del Pasado

 


Netflix sigue tentándome con teleseries turcas. Esta vez nos hemos ido por lo fantástico: un viaje en el tiempo hasta los albores de la Turquía moderna, la que dejó atrás a los sultanes y fue creada por un turco seglar, un oficial del ejército llamado Mustafá Kemal que desde entonces sería conocido como  “Ataturk”(Padre de los Turcos) . Él es el eje de esta fábula.

Tiempo Actual. Esra es una joven periodista cuya vida está cifrada a su trabajo. No tiene novio, no tiene amigos, su único hobby es leer las novelas de Dame Agatha Christie. La jefa de Esra está descontenta con ella puesto que, aunque la muchacha es creativa y entusiasta,  le gusta profundizar mucho en sus artículos.  Creyendo que este será un pedido sencillo, la pone a cargo de una nota sobre el aniversario #130 del legendario Pera Palas, el más celebre de los hoteles de Estambul.

La Atolondrada Esra

Esra va al hotel y es recibida por Ahmed,  el anciano encargado,  que le da el obligatorio tour. Entre lo que le muestra es el elevador, el segundo en el mundo,( el primer elevador de ese tipo fue colocado un par de años antes en la Torre Eiffel) ahora en desuso; el cuarto que ocupaba Dame Agatha que ahora es un museo. Ahmed le cuenta que en una ocasión Dame Agatha, siendo huésped del hotel, desapareció por varios días. Esa desaparición (no confundirla con la famosa de 1926) tiene que ver con una llave perdida que Ahmed tiene en su poder.



Ahmed también le presenta a Esra un pañuelito de mujer enmarcado que tiene bordada la letra “P”. Le cuenta a la periodista que se trata del pañuelo de Peride, una joven que por amor al general Kemal lo salvó en 1919 de un atentado de los ingleses. Le dice que casi nadie sabe sobre Peride, ni quien era ni que sucedió con ella.

Está lloviendo a cantaros y Ahmed generosamente ofrece alojamiento a la periodista, pero no en el cuarto de Agatha como pide Esra. Esa noche, la chica despierta y encuentra en su mesita de noche las llaves del cuarto de Agatha Christie. Ya en ese cuarto la sorprende un terremoto. Al cabo del cual sale al pasillo y el mundo ha cambiado. El ascensor ha vuelto a funcionar, todos visten modas arcaicas,  y un periódico le cuenta a Esra que está en abril de 1919.

Creyéndose en un medio de un sueño, Esra se acerca a Agatha Christie y la felicita por sus libros. Mrs. Christie se sorprende. ¡Si ella no ha publicado nada! Halit Bey, un conocido empresario,  se acerca a Esra y comentando su ropa moderna le pregunta si es la última moda en Paris. “Me confunde con otra” dice la chica.



Ahmed despierta en su casa. Uno de los dedos de su mano esta amoratado como si sufriera de gangrena. Corre al hotel y descubre que Esra ha entrado en el Portal del Tiempo. La sigue y en el vestíbulo del hotel ve a la periodista ataviada a la usanza de la época. Se le acerca y le habla. La mujer,  muy altiva,  le dice que se ha confundido de persona.

Por fin Ahmed da con Esra y la convence que no se trata de un sueño sino de un peligroso viaje en el que la periodista está afectando la historia con sus acciones. Ahmed encierra a Esra en una suite. Ella se escapa por la ventana y se presenta en el comedor. Se sienta en la mesa de los oficiales ingleses,  liderados por el siniestro George,  y no encuentra nada mejor que contarles todo lo que va a suceder y como Mustafá Kemal se convertirá en Ataturk. El modo en que lo cuenta suena como si lo que sucederá en casi una década, va a ocurrir ahora. George, que tiene sus propios planes,  busca a Halit y le ordena matar a Kemal Pasha.



Esra alcanza a oír esto. Aparece Ahmed, Halit los persigue, entran al hotel . Se ocultan en un laboratorio fotográfico donde ven fotos de una mujer idéntica a Esra. Vuelven al cuarto y en el baño encuentran el cadáver de esa mujer. Por su pañuelo descubren que se trata de Peride. Es una catástrofe. Sin Peride, no hay manera de proteger a Mustafá Kemal. Con su irresponsabilidad, Esra ha desequilibrado la historia. Solo hay una solución, Esra debe usurpar el lugar de Peride.





Algo muy difícil. Por comenzar, Peride es una dama refinada. Esra pone los codos en la mesa, es desgarbada, cada dos palabras suelta una palabrota,  y en un mundo donde las mujeres, aun las de la alta sociedad, no tenían voz, vocifera ideas mituteras. No importa, porque Esra es MarySue total, siempre cae parada y sobrevive más situaciones peligrosa que James Bond. Habla inglés perfectamente, escala paredes, conduce autos antiguos,  imita a Britney Spears, y aunque al comienzo no sabe empinarse en tacones, pronto está sobre stilettos brincando en un escenario (y en micro mini).



Otro problema lo tendrá Esra con la familia de Peride, a los que no les agrada que una parienta viuda como ella ande galopando por la ciudad dando escándalos y descuidando a su hija. Para colmo, Peride/Esra es pretendida por Resat, un comisario de policía.



A mí me ha gustado mucho la serie por su ambiente y vestuario que son elegantísimos, incluso en los exteriores. Realmente es un agasajo visual y eso abraza también al elenco. En términos de actores, pasa algo que no veía desde las series italianas: todos son atractivos, hasta los viejitos, hasta los villanos.  Encuentro guapísimo a Selahattin Pasali (Halit).



Hazal Kaya también es muy linda. Me molesta que los medios hagan tanto hincapié en sus dietas y programa de ejercicios. Es  como si la llamaran “gorda”. La actriz sigue ese sistema riguroso debido a su diabetes no a ningún sobrepeso, que ya de por si la mujer menuda es más curvilínea que la alta.



Ni es Novela ni es Dark

Vale hacer algunas críticas respecto al mercadeo de la telenovela. Por ahí la andan comparando con Dark, el inexplicable mega éxito de Netflix. Yo nunca he entendido como pudo gustar tanto una historia con personajes tan ruines, antipáticos y feos por dentro y por fuera. Precisamente es lo que la diferencia a Pera Palace.



Es cierto que ambas tratan de viajes en el tiempo, y que a partir del sexto episodio cuando Esra descubre El Portal de la Verdad,  y comienza a viajar a destajo a distintos pasados,  que hay una similitud, pero el argumento y filosofía tras los saltos temporales no se parecen en nada. Y gran suerte es que falten en la serie turca esas explicaciones seudocientíficas tan pedantes que a cada rato aparecían en Dark.

Lo que realmente las diferencia es que la mayor parte del tiempo Medianoche en el Pera Palace es una comedia slapstick que a ratos decae en un melodrama. Esto representa la mayor falla de la serie. Su desequilibrio entre fantasía histórica, cuento de detectives y opera buffa, superando este último tono a los otros géneros. Me dicen que eso puede deberse a que la guionista tiene más experiencia escribiendo series infantiles.

El segundo es un error de mercadeo ( y es vergonzoso que Netflix lo propague). Es falso vender esta serie como basada en la “afamada novela” homónima de Charles King. Primero Charles King no escribió ninguna novela. No sé cuan afamado sea su Midnight at the Pera Palace: the Birth of Modern Istambul, pero se trata de un libro de historia. La del hotel que a su vez es una historia de Estambul desde que Constantino la fundara hasta la Segunda Guerra Mundial.



Este libro que poseo y he leído apenas dedica cuatro páginas a Mustafá Kemal y su estadía en el Pera Palace en 1919. Con la excepción de una anécdota de cuando los ingleses lo invitan a su mesa, no hay nada del libro en la teleserie. Nunca existió George. ¡Más encima en un par de sitios dicen que se trata de David Lloyd George! El Primer Ministro británico ni fue a Estambul ese año ni era oficial del ejército.



No aparecen en el libro , porque son ficción, ni Esra, ni Halit, ni Sonia, ni Peride. No se habla una palabra de viajes en el tiempo. No hay un siniestro complot para matar a los turcos. En cuanto al título del que se ha apropiado Netflix (esperamos con los debidos permisos) se refiere a la noche en 1925,  en que Turquía instituyó el calendario romano.

Un Público Dividido Entre

Los Nacionalistas: Cuando comenté Club Estambul aludí a las razones que hubiesen llevado a una producción nacional a recordar un momento tan oscuro de su historia. Un motivo fue el descredito de los que provocaron la Septemvriana, justamente los kemalistas. Ahora en esta serie se enaltece la memoria el fundador de la Turquía Moderna y a sus seguidores. ¿Será un modo de protestar contra las medidas del gobierno de Edrogan?

El hecho es que Medianoche en el Pera Palace ha despertado una especie de fervor entre el público nacionalista. Después de todo es la primera serie en incluir a Mustafá Kemal. Ha habido twitteros emocionados con la escena en el capítulo final cuando Esra abraza al futuro Ataturk tras salvarlo de una bomba. Sin embargo, no todo el público turco se ha enamorado del show.



El otro bando lo componen los detractores de Hazal Kaya que en realidad son los que odian a la protagonista. Leyendo críticas en IDBM, con muy pocas excepciones todas utilizan un lenguaje de odio hacia Hazal tildándola de mala actriz. Me he dado cuenta en estos tiempos en que la gente no puede o no sabe expresar su opinión, que cuando le disgusta algo en un personaje o una trama, rápidamente responsabilizan al actor. En este caso la acusación es totalmente injusta.



Hazal es una buena actriz, no la he visto en nada más, pero me ha parecido creíble,  y su dominio de expresión facial es impresionante. El problema es que le han dado un personaje muy complejo y más encima se lo han hecho difícil ya que la seriedad que exige esa complejidad queda opacada con un humor bufonesco.



Debido a su orfandad, Esra sufre de un trastorno emocional que le impide formar y mantener relaciones. Así se lo expone a Resat “yo no puedo querer a nadie”. Este trastorno emocional explica su egoísmo, irresponsabilidad, terquedad, el hacer siempre lo contrario de lo que le piden. Cuando Halit le dice que cuide donde pone su pie, ella no le hace caso y termina con el zapato enmierdado.

Debido a ese esquema,  Hazal interpreta un personaje un poco antisocial, tal vez no muy simpático, pero la mayor demanda actoral es hacerlo cómico. Para eso el libreto abusa del slapstick, la convierte en una heroína acelerada, despistada,  que siempre hace lo contrario de lo que debe hacer y mete a todos en líos.



El problema es que los líos incluyen asesinatos, poner en peligro a una niña, casi destruir la existencia de Ahmed y,  de paso, el futuro de Turquía. Eso es lo que incomoda al espectador de manera tan sutil y subconsciente que lo transforma en un repudio hacia la actriz. Aun así, sigo prefiriendo a Esra más que al llorón pelele del Jonás de Dark.

En términos de libreto , Pera Palace ofrece un desorden argumental que a veces desafía la lógica. Trato de verla siempre teniendo en mente que, al ser un viaje en el tiempo, presenta una historia alternativa, pero hay momentos…el de premio es el cuento de los antibióticos.



Halit ha sido herido de bala en 1919. Necesita antibióticos.  Hazel le pregunta a Ahmet que cuando fueron inventados estos medicamentos. Él le dice que en 1928. Me dio risa. Sir Alexander Fleming DESCUBRIO el hongo de donde se extrae la penicilina en 1928. De ahí vendrían doce años de experimentos. La penicilina fue usada por Los Aliados únicamente en sus soldados durante la Segunda Guerra Mundial. La venta de la droga al público solo ocurrió en la posguerra.

Pues nuestra heroína viaja en el tiempo hasta 1942. Hubiese sido imposible que una farmacia de Estambul vendiese penicilina. Esra entra y solicita “antibióticos” para un hombre “herido de bala”. El término “antibiótico” comenzó a usarse en Los 50s. Hoy en día, hay pocos países que vendan antibióticos sin receta y aquí y en Turquía, anunciar que hay un herido de bala amerita contactar a la policía. Esra acaba en la cárcel.

En eta dinámica Tres Chiflados, Esra sale libre, asalta la farmacia, se llena el bolso de ampollas de penicilina y vuelve a 1919. ¿Y que hace?   Se las encaja en la mano a Sonia y le ordena administrárselas a Halit. ¿A ver cómo va a saber Sonia que debe inocular la droga o cuanta cantidad debe administrar? . ¿Dónde conseguirá una jeringa?  ¿Sabe la princesa rusa poner inyecciones?



Las Virtudes de la Serie

¿Cuál es la mayor virtud de la serie?  Obviamente el hotel, su elegancia y belleza que sirven de un maro estupendo para este relato fantástico. Debido a que es un misterio romántico,  Midnight at the Pera Palace cae en el esquema del Gran Hotel y trae todo lo que este conlleva: crímenes por resolver, elegancia en vestuario y mobiliario, personajes físicamente atractivos, un gran romance (mucha química entre Hazal y Selahattin) y toda esa aura de mundo refinado que como ocurre con Sonia, la princesa rusa, ya sentimos perdido,



Es el mundo del caviar y champagne , de los tés a la inglesa, del buen brandy. Agreguémosle una visión fidedigna del mundo de la ocupación aliada de Estambul, desde la perspectiva de los muy ricos con sus intrigas políticas, sus burgueses ambiciosos y esa obsesión por modernizar Turquía que comienza en la europeización de sus habitantes que se la pasan cenando en el Pera o bailando en clubes de jazz como el Garden Club.



Agregaría también otro detalle, el mostrar lo peligrosos que son los viajes en el tiempo y como pueden cambiar la historia. En 1942, Esra ve como sus locuras han convertido a Estambul en una colonia inglesa liderada por George donde ya casi no quedan turcos. También vemos como jugar con el tiempo puede cambiar vidas. así vemos a Ahmet como un Marty McFly intentando desesperadamente conseguir que sus padres se unan porque si no él deja de existir.





Me ha gustado el final abierto, y espero Netflix invierta en una segunda temporada sino quedará como Shadowplay, Jaguar y otras series del último año , en cliffhangers que nunca se solucionaran.



Contenido Violento y Gory: Asesinatos y balaceras, pero nada muy gráfico.

Contenido sexual:  ¡Hey! Es una serie turca, pero cuando Esra anda huyendo por las cornisas del Pera Palas entra en un cuarto donde una pareja está haciendo el amor.

Contenido Feminista: La pobre Esra es una feminista MeToo. Sus mayores desubicaciones son cuando lanza eslóganes anacrónicos a diestra y siniestra, pero me cuidaría de tildar de feminista una serie donde todos los personajes femeninos no se llevan con la protagonista.

Factor Diversidad: Ya sabemos lo que significa diversidad en Turquía. Por eso es por lo que es sorpresivamente poco diversa, aunque la presencia de músicos negros de USA fue un factor real en la Turquía de entonces. Vemos que Estambul está ocupada por los ingleses (también había fuerzas de ocupación italiana y francesas) y que hay ya refugiados rusos de la Revolución. No hay mención de armenios (o de su masacre) ni de judíos. Aparece un griego, Dimitri, medio demente. Una ironía que en ese entonces el Pera Palace era regentado por un griego, Petros Bodosakis. En cambio, inventan que el director del hotel es turco y tío de Peride.