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jueves, 9 de agosto de 2012

Dragones en cuartos llenos de muebles ¿Puede Martin reinventar el género fantástico?



En una reciente entrevista en el diario Clarín, George R.R. Martin volvió a poner sobre el tapete la vieja discusión de Henry James y Robert Louis Stevenson sobre si la literatura debía abarcar aventuras o ensayos sicológicos. Hoy en día, esa discusión sigue vigente. Muchos ven al  género fantástico como heredero de la novela de aventuras de Stevenson, Jules Verne y otros. Martin admite que intenta fusionar ambas corrientes en su obra. ¿Pero hace bien?  ¿Por qué nadie se ha atrevido a seguir sus pasos?

Henry James (Wikipedia)


Recientemente, yo escribí un post preguntando si se podía calificar a Canción de Hielo y Fuego como obra propiamente fantástica, pero ahora el mismo Martin salió en defensa de este nuevo tipo de literatura. En una entrevista dada a Clarín, en julio pasado, GRRM hizo alusión al viejo debate Stevenson-James acerca de la temática correcta para una novela, y cito:
“En la mente de la mayoría del mundo literario, Henry James ganó ese debate. Ganó el realismo, con énfasis en retratos psicológicos sobre gente en el mundo real y todo eso. Todo lo que es aventura y valentía –la tradición en la cual estaba Stevenson– se dejó a un lado para los niños. Hay que decir que la audiencia se fue con Stevenson, no con James, que aún en vida vendía muy mal. Su trabajo era difícil y aburrido. 
Mientras Stevenson escribía cuentos sobre piratas, Doctor Jekyll y el Señor Hyde y cosas así, James escribía sobre parientes que discutían en casas llenas de muebles”. (Clarín, 29 de julio del 2012).
Robert Louis Stevenson (Wikipedia)

Curiosamente, entre dragones, wargs,  muertos-vivos y sacerdotes dados a la magia, a Martin le encantan las discusiones de parientes en casas llenas de muebles. Muchos verán la serie o se leerán los libros por las escenas de batalla, yo soy una enamorada de los parlamentos martinianos. Sus diálogos son cien veces superiores a sus escenas de alcoba, Más encima todos sus personajes sufren de accesos nostálgicos y les da por platicar o meditar sobre su pasado o el pasado histórico de Poniente. Ya los críticos están calificando esa costumbre como “neo-romanticismo”, pero de eso hablaré en otra entrada, D-s mediante.

Los Lannister hablando en cuartos llenos de muebles (g33kpron.com)


Los que no estaban contentos con todas esas recolecciones eran Benioff&Weiss, porque ya tenían bastante con meter tantos diálogos en su serie, ¿pero como iban a manejar la backstory nostálgica? Pues se las arreglaron creando nuevos diálogos de parientes en cuartos con muebles, y mucho se los agradezco. Me encanta ver a Arya contándole a Tywin toda la saga de los primeros Targaryen y sus dragones, y es de comérsela a bocados esa charla entre Robert Baratheon y Ser Barristan Selmy recordando sus primeras victimas de batalla. Aun más cuando se inmiscuye Jaime Lannister con su aportación medio aguafiestas que cierra la boca de sus mayores. Me he visto esa escena en tres idiomas, que YouTube la tiene en inglés, francés e italiano. A propósito, “Sterminatore di Re”, así se dice Matarreyes en italiano (ya parece que mata cucarachas).



Consiente de ser un innovador del género, Martin también habló sobre la fusión de las dos posturas:
“Tengo esperanzas de que esa brecha esté empezando a cerrarse. Ves eso en un escritor como Michael Chabon, ganador de un Pulitzer, un escritor literario, pero también uno que escribe ciencia ficción y fantasía. El, y otros como él, están cerrando esta brecha que, para mí, fue un error desde el inicio. Antes de eso cada uno escribía sus historias y si era literatura o no, dependía de cuán bueno era, no de si era realista o no”.

(examiner.com)

Efectivamente, Michael Chabon es un autor que integra lo fantástico a la literatura seria y en eso sigue una larga tradición de novelistas judíos. Cuando a fines de los 80’s, yo comencé a experimentar en mi narrativa con lo “real maravilloso”, como le puso Alejo Carpentier, en contextos históricos, no sentí que eso era rebajar el nivel literario. Yo lo había visto en Kafka, Bashevis Singer y Agnon (sin olvidar todo el rico folclore sefardí). Pero no reparaba que Kafka es un icono literario, y Bashevis Singer y Agnon ganaron el Premio Nobel. A ninguno de ellos se les tildaría de “autores de fantasía”, a ninguno de ellos los alcanzaría ese estigma que por entonces yo desconocía.

Mi primer trabajo de bibliotecaria fue como narradora de cuentos lo que me familiarizó con varias colecciones infantiles de bibliotecas públicas de Queens, NY. En ellas infaltablemente encontré a Tolkien, C.S. Lewis y Ursula Le Guin, ósea los que hoy consideramos predecesores de la literatura fantástica. Me quedó claro que la fantasía no era una especie “seria”. No que la literatura adulta no incluyese elementos fabulosos, pero a nadie se le ocurría definir El Cuento de la Doncella de Margaret Atwod o  los relatos de Ítalo Calvino como “fantasías”. A nadie se le ocurría decir que El Tambor de Hojalata de Günter Grass era “fantasía histórica”  o que Fatherland, de Robert Harris, pudiera calificarse como “historia alternativa”.

(gazillionmovies.com)


Mi segundo empleo fue como catalogadora y ahí descubrí que la mayor parte de la ficción fantástica iba dirigida a niños  y a jóvenes Cuando los elementos mágicos aparecían en una novela adulta  se la catalogaba como ciencia ficción o  genero de terror, lo que abarcaba tanto a Lovecraft, como a Poe, como a Stephen King. Términos como “romance paranormal” o “fantasía urbana” eran totalmente desconocidos. ¿A quién se le ocurriría que una humana podía enamorarse de un vampiro o que magos blancos deambulasen por las calles de Nueva York?

Lo extraño es que  toda la tradición del realismo mágico de los autores del Boom latinoamericano no sufría la humillación de sub-rótulos. Ni entonces ni hoy. Todos sabemos que su obra es “alta literatura” y  eso se debe a sus argumentos maduros y profundos y al desarrollo de sus personajes. ¿Pero es realmente así? Me atrevo a pensar que muchos de esos grandes escritores se acercan más al campo de Stevenson que al de Henry James.

 Lo que más le elogia a crítica intelectual a George R.R. Martin es su elaboración de personajes. No se impresionan ni con los dragones ni con los Otros, sino que admiran la complejidad sicológica de Starks y Lannisters. Tengo la osadía de hacer una pregunta. ¿Encontramos lo mismo en los muchos estudios sobre Cien Años de Soledad? La novela de García Márquez es una obra maestra pero por su estilo, por su  desarrollo argumental, por esa mitología que rodea al  pueblo mágico de Macondo. Se la define como saga familiar, pero los Buendía no se sientan en cuartos amueblados a hablar de sus parientes  o de ellos mismos. Lo que importa es lo que les pasa, no lo que son. Nos acordamos de la anécdota de los 12 Aurelianos o de la ascensión de Remedios, La Bella, pero no  sabemos cómo eran sus vidas interiores.
Remedios, La Bella sube al cielo envuelta en una sábana(spacioars.blogspot.com)


A la pobre Isabel Allende la ha perseguido el reproche de ser imitadora del escritor colombiano. Ciertamente, La Casa de los Espíritus debe mucho a Cien Años, pero a favor de mi compatriota reconozco que si trató de retratar el drama sicológico que bulle dentro de algunos de sus personajes (Esteban Trueba, su hermana Férula, su hijo Jaime). Ni por un momento afirmo que I. Allende sea mejor escritora que García Márquez, ni que Don Gabo no sea un genio literario por privilegiar trama sobre caracterización, o que sus personajes sean acartonados. Solo que si nos apegamos al modelo del debate James-Stevenson hay más aventura y fantasía en Cien Años de Soledad y más drama sicológico en La Casa de los Espíritus, tal como en Canción de Hielo y de Fuego.

Pero ahí surge la interrogante. Al seguir el modelo de Henry James, ciertamente Martin está reinventando la literatura fantástica. ¿Pero no estará también destruyendo las bases del género? Yo conozco amantes de la Alta Fantasía que se quejan de la ausencia de magia en Martin, tal como conozco  personas que despreciaban ese tipo de ficción y que hoy son "troneros” fanáticos.

(espaciofundaciontelefonica.com)


Mencionaba en una entrada anterior que Weiss&Benofif han dicho que el mayor logro de la obra es enfrentar a personajes escépticos y materialistas con lo sobrenatural,  pero ya estamos en el quinto libro y hay personajes importantes como Tyrion, Jaime y Sansa que todavía no se enteran de que Daenerys tiene dragones  o que Los Otros vienen en camino,  y siguen creyendo que esas cosas son para los ignorantes y supersticiosos que viven al otro lado del Mar Estrecho.  Además, es posible que no lleguen a tener la reacción de horror y humildad que se espera de ese choque. Sandor Clegane y Brienne se han encontrado cara a cara con resucitados y ni han pestañeado. Es cierto que los pobrecitos ya tenían bastantes problemas para preocuparse de leyes metafísicas.

(gameofthrones.wikia.com)

Aún así hay algo irregular en una historia en que co-existen amenazas paranormales con un mundo prosaico de intrigas palaciegas y dramas domésticos, pero en que ambas corrientes siempre se mueven en planos paralelos sin llegar a contactarse. Cuando leemos  la Canción siguiendo solo la perspectiva de un personaje determinado, enfrentamos  esta oscilación. Los mundos de Daenerys, Arya, Bran, Jon y hasta Samwell están colmados de sucesos prodigiosos Contrastan con los de los Lannister o de Catelyn Stark antes de volverse zombi.

La saga inicia con un encuentro entre Guardianes y Caminantes Blancos. En el siguiente capitulo, Ned Stark decapita a un desertor por decir que vio a un ser mítico. Es como si Lord Stark quisiera cortar de raíz lo fantástico de su entorno. No vaya a ser que Martin también decapite la posibilidad de crear una fantasía seria, respetable  y para adultos que combine lo prodigioso de Stevenson acoplado a la profundidad sicológica de Henry James. Por algo, todavía no han aparecido escritores que sigan este modelo “Martiniano·”.