Cuando en Chile
hacia listas de todo lo que vería en la tele, a mi regreso a Nueva York, esta
serie del 2015 estaba en los primeros cinco espacios. Recuerdo que en su momento
se habló de que sería una contrincante para Penny Dreadful. Aunque nada se compara a la serie de
Showtime, Los vivos y los muertos demuestra que la BBC también era capaz
de asustar con un sólido relato gótico.
El 2015 es un año
importante en la cultura popular occidental. Marca casi el final de un mundo en
donde imperaba la calidad por sobre lo políticamente correcto. Para los
propósitos de este blog, marca el fin del auge de los fantástico. Curiosamente,
es en este decline que encontramos un breve renacimiento del relato gótico.
Aunque, a fines
de Los 90, la fantasía había entrado con una estampida en la literatura/y
pantallas chicas y grandes, el terror gótico no había sido bien representado. En
el 2014, Penny Dreadful vino a cambiar las cosas y a abrir nuevas
puertas al subgénero. Ese mismo año, la televisión abierta de USA presentó la
excelente Sleepy Hollowcon Ichabod Crane resucitando en el Siglo XX y
colaborando con una policía de un pueblo del estado de Nueva York para evitar
que el Jinete sin Cabeza provoque el Apocalipsis.
Fue por entonces
que la ITV decidió seguir esa pauta y recobrar un género al que le iba bien en
el cine donde Daniel Radcliff dejaba atrás a Harry Potter para perseguir
fantasmas victorianos en La mujer de negro y Tim Burton y Johnny Depp parodiaban
el gótico televisivo por excelencia,Sombras Tenebrosas.
La ITV se veía
como una creadora de productos más refinados que las series de sabor cockney de
la BBC. Después de todo llevaba cinco temporadas de un fenómeno mundial como Downton
Abbey. Así se le encargó este cuento de fantasmas que tiene lugar en la campiña
de Somerset en 1894.
Nathan Appleby
(Colin “Merlin” Morgan) es un médico siquiatra reconocido en toda Europa que
viene a visitar a su madre enferma en su propiedad ancestral en Somerset. Lo
acompaña su mujer, Charlotte, (Charlotte Spencer, la Lady Esther de Sanditon), una emancipada fotógrafa. Su llegada coincide
con las festividades del solsticio.
La madre de
Nathan le pide que no sea él quien encienda la fogata que inicia las
festividades, pero el psiquiatra le recuerda que es un deber de todo varón Appleby..
Mientras los Esposos Appleby celebran con los trabajadores, un espíritu maligno
acecha a la enferma. “¡Deja en paz a mi hijo!
“le ordena la mujer, pero el esfuerzo la mata. ¿Se trata del mismo viejo
siniestro que persigue a Harriet, la hija adolescente del Vicario Denning?
Los Appleby
entierran a la madre. Los trabajadores están asustados, creen que el psiquiatra
venderá la propiedad y se volverá a Londres. Esa casa no trae buenos recuerdos
a Nathan puesto que ahí murieron su primera esposa y Gabriel, su hijito.
Para no dejar a
nadie desempleado, Nathan decide abandonar su práctica médica y dedicarse a sacar
adelante una propiedad que ha estado en su familia por siglos. Charlotte abraza
con entusiasmo los planes del marido y utiliza su dote para comprar un rudimentario
tractor . Esto incomoda a los labriegos que temen que la maquina los reemplace.
El vicario visita
a Nathan, teme por su hija. Harriet se ha vuelto taciturna. Sabemos que también
se ha vuelto cruel. La vimos arrojar un patito vivo a los cerdos para que se lo
devoraran. Nathan está muy ocupado con su granja y se niega a aceptar una
paciente rural.
Cambia su actitud
cuando, una noche, Harriet aparece en su
propiedad y se zambulle en la laguna. Nathan decide dejarla en la granja bajo observación.
Cuando la interroga, la chica dice no recordar nada, pero luego habla de un
espíritu que la domina y que le ordenó lanzarse al lago.
Nathan confía a
su esposa que Harriet está sufriendo de una crisis debido al miedo a su
sexualidad adolescente. Eso la lleva a adoptar otras personalidades. En un acto
digno del Dr. House, Nathan se mete en el cuarto de Harriet, en la vicaría, y lo registra buscando alcohol u otra señal
que explique la perturbación de la chica. Encuentra algo más sorprendente, unos
cilindros que son los predecesores de la cintas de grabación.
En un vitáfono ,
la primera máquina grabadora/reproductora, Los Appleby escuchan encantados las
voces de la gente a su alrededor que al parecer grabase Harriet. Nathan se
perturba cuando escucha la voz de su hijo llamándolo, pero hay algo más perturbador.
De pronto de la maquina sale una voz cascada y desconocida. Dice llamarse Abel
North y entona una serie de quejas blasfemas y agresivas. En un momento, la
grabación se detiene y es Harriet quien entra en la sala y la acaba con la
misma voz masculina de Abel North.
La situación es
grave. El Dr. Appleby cree que se trata de un caso de doble personalidad, pero
a Charlotte comienza a incomodarla la paciente. Cree que quiere seducir a su
esposo y no está equivocada. Una tarde, la hija del vicario acompaña a su
psiquiatra a poner flores en las tumbas de sus seres querido. Ahí Harriet
comienza a hablar, primero con la voz de Olivia y luego con la del pequeño Gabriel.
Nathan le exige que se deje de bromas. Ella se abalanza sobre el médico y lo
besa en la boca. Cuando él la rechaza, la joven lo golpea con una fuerza insospechada
y huye.
Charlotte no
aguanta más . Ese mismo día ha descubierto que han roto el tractor y acusa a
John, el capataz, lo que la sitúa en contra de sus labriegos que confían en él .
No necesita de más problemas. Exige a su esposo que envíe a Harriet de regreso
con sus padres.
Los esposos
Appleby buscan a Harriet en los campos y presencian el macabro suicidio de
John. No saben que ha sido impulsado por Harriet o el espíritu que la posee. Nathan
solicita el permiso del vicario para hipnotizar a Harriet. El experimento es un
desastre y la chica huye para luego intentar matar a Gwen, la doncella de Charlotte.
Nathan ha
averiguado que Abel North fue un antiguo labriego, un hombre de mala catadura
que no caía bien a nadie y cuya aura criminal aumentaba con su bravata de que había
matado a una mujer. Nathan medita sobre una frase que Harriet repite cada vez
que North la posee: “lo que no está bautizado no puede ser enterrado”.
Sospecha que el
espíritu de North no puede descansar porque no ha tenido un entierro cristiano
debido a que nunca lo bautizaron. De ahí su empeño en zambullir a Harriet en el
lago o de ella intentar ahogar a Gwen. Entonces será el propio Vicario Denning
quien bautice a North, dentro del cuerpo de Harriet, y así se libran de ese
espíritu…pero hay más.
En los próximos
cinco episodios, Nathan se enfrentará a fantasmas de todo tipo, incluso algunos
que vienen del futuro. A medida que entierra sus prejuicios científicos va desenterrando
secretos, algunos relacionados con su familia, y que deberían permanecer bajo
tierra. Todo este proceso va enloqueciendo a Nathan y alejándolo de Charlotte
quien también enfrenta problemas propios. Se ha convertido en la mayoral de un
grupo de labriegos que desconfía de ella y ademas intenta quedar embarazada.
La atmosfera
victoriana se consigue de una manera ya perdida en las nuevas producciones británicas,
gracias a vestuario y música apropiada, al igual que la iluminación y escenografía
que ha recordado a los espectadores la obra pictórica de Constable y que nos transporta
a las novelas de Thomas Hardy. El ambiente de la serie ayuda mucho a aumentar
la atmosfera de terror y angustia.
Existe una yuxtaposición
entre un mundo oscuro y misterioso poblado de espíritus poco amistosos y un
paisaje bucólico, un remanso de paz donde solo parecen habitar humanos benévolos
cuya bondad desaparece cuando interviene lo sobrenatural. Me ha recordado a la
excelente De Lark Rise a Candleford, con la descripción de pueblos
pintorescos donde en contraposición al progreso de fines de la era Victoriana
se encontraban costumbres y creencias que los campesinos conservaban desde
tiempos milenarios.
Aquí también las
vemos, desde la celebración del
solsticio, hasta el Árbol de los Deseos,
donde Gwen cuelga un paño manchado con sangre menstrual de Charlotte para pedir
que su ama conciba. Pero también sentimos que estos resabios del paganismo
pueden ocultar fuerza ocultas y violencias que nos hacen sentir que entramos en
el territorio de The Wicker Man.
Hay un conflicto
constante entre pasado y progreso que se refleja en una lucha en contra de Charlotte,
de sus máquinas, de sus esfuerzos por traer el tren a sus
tierras y por su incapacidad de quedarse en el sitio que corresponde a la esposa
del amo. Y es que Charlotte va perdiendo a su mayor aliado.
A medida que
aumenten sus dudas, Nathan va a ir cayendo cada vez más en el oscurantismo de
sus empleados a pesar de los esfuerzos del Vicario Denning por traerlo al presente.
Es fascinante ver a un clérigo ser más librepensador y progresista que un
psiquiatra. Realmente es el tipo de detalles que hace a The Living and the Dead
imperdible.
Contenido Violento
y Gore: Fuerte el
suicidio de John. También la escena del patito devorado por puercos, aunque
solo oímos sus gritos. Los poseídos atacan a la gente e intentan matarlos tal
como los labriegos agreden a quien creen ser brujos.
Contenido
Sexual y Desnudos: Un
labriego muestra nalgas mientras tiene sexo con Gwen. Otro se baña desnudo en
la laguna en el tercer episodio. Muchas escenas de cama de los Appleby, pero
nada más allá del foreplay y no hay desnudos.
Factor
Feminista: Charlotte es
una mujer independiente, moderna y con idea progresistas que debe luchar contra
los recelos de un pueblo que desconfía de ella por afuerina y por ser mujer. Vemos
muchas familias de asalariados que son manejadas por una madre viuda por lo que
no es extraño este comportamiento independiente, la misma Gwen es dueña de su
vida. El problema de Charlotte no está en su género sino en su clase y en ser
forastera. Otro caso interesante es el del vicario librepensador que permite
que su hija lea y desarrolle un criterio independiente.
Factor
Diversidad: Aunque no hay
diferencias étnicas ni de otro tipo, hay un fuerte distingo entre lo de afuera
y la cultura rural imperante. Cualquier intento de cambiarla, sea a través de progreso
o brujería, convierte al revolucionario en un” otro”, un paria. A fines de la serie hay un viaje en
el tiempo y conocemos a la bisnieta de los Appleby que está casada con un
anglo-africano.
Para explicar lo
que es “Penny Dreadful: City of Angels”
hay que empezar por decir lo que no es. Aunque lleve en el título “Penny Dreadful”
y sea producida por John Logan, en nada se parece a la serie original. No es un
cuento de terror, aunque incluya elementos sobrenaturales que evitan que se la califique
solamente como drama histórico. Es un total fracaso en su retrato de la cultura
y vivencias chicanas. En lo único que funciona es como un reflejo de nuestro
presente con policías brutales, personajes étnicos maltratados, y supremacistas
blancos. Lo que sí —me recordó el horroroso enredo de la Segunda Temporada
de “The Terror”— es un pésimo coctel de racismo y fantasía.
La Santa
Inútil y Su Hermana Inexplicable
Yo fui la primera
entusiasmada al enterarme que John Logan volvía al mundo del terror. Me
fascinaba este relato sobre la comunidad latina de Los Ángeles en los Años 30
que combinaría folclore mexicano con el racismo californiano de la época. Mi
única aprehensión se debía a que una figura central seria la deidad folclórica conocida
como La Santa Muerte. La Flaquita ha estado siempre asociada con grupos marginalizados
o peligrosos como pandillas y narcotraficantes. Temí que su presencia le diese
mala fama al mundo hispanoparlante.
La verdadera imagen de La Santa Muerte
Incluso ahora,
después de mi epifanía primaveral en la que descubrí que hablar español no te “hermana”
con comunidades latinx, persiste mi tristeza de que el programa haya fracasado
en su intento de crear una imagen positiva de la cultura chicana. Eso no ha
sido culpa de La Santita quien, interpretada por mi compatriota Lorenza Izzio,
se aleja de la iconografía oficial tanto en aspecto (no es la típica calaca) y
de vestuario (su corona y mantilla ya la hacen parecer La Macarena).
La mayor falla de
esta Señora de la Noche es que es francamente inútil. Aparte de rescatar al protagonista
en los primeros diez minutos en la serie y resucitar al hermano de este, en
ocho episodios hace exactamente NADA. Como diosa es bastante flojita. La que es
tremendamente activa incluso para los idiomas (la vemos hablando en inglés, español,
alemán y hasta yiddish) es la hermana de la Santa Muerte, Magda, interpretada
por Natalie “Maergery” Dormer, quien,
sin embargo, nada tiene que ver con mitos mexicanos.
La historia
comienza en unos cultivos en un valle californiano. Magda, enfundada en un lago
vestido de raso negro, interpela a su hermana. Hace voto de que provocará una
gran conflagración que acabará con la humanidad. “Solo quedaremos tú y yo,
Hermana”. Acto seguido provoca un incendio que devora los sembrados y a sus sembradores,
entre ellos José Vega. Su hijito Tiago intenta socorrerlo, pero es retenido por
la Santa Muerte. Tiago sobrevive, pero con la marca de La Huesera en el cuerpo.
Para su madre, una
devota de la Santa Muerte, esa marca indica que su hijo es El Elegido. The Chosen
one for what?Hasta el final de la
temporada todavía no entendemos qué rol juega Tiago en las artimañas de Magda
cuya empresa u propósito también son ininteligible. ¿Qué gana con destruir al
mundo? ¿Quién es ella? Nada de eso se comparte con el espectador y es la
primera gran falla de la serie.
Pasan veinte años
y nos trasladamos a Los Ángeles en 1938. Se trata de una ciudad dividida por la
ambición de los blancos privilegiados y los derechos de una minoría hispano
parlante. Una ciudad donde los miembros del Bund (el Partido Nazi
estadounidense) marchan pacíficamente por los parques liderados por el buen Dr.
Craft (Rory Kinnear) que aboga por que America no se enrede en guerras europeas
y recuerda a los transeúntes que, sin los alemanes, los gringos no tendrían
perros calientes, ni salchichas ni sauerkraut.
Es en esa ciudad
donde Tiago Vega (Daniel Zovatto) se convierte en el primer detective latino
del Departamento de Policía de Los Ángeles, pero los compañeros del nuevo
policía no lo ven con buenos ojos. Ninguno quiere ser su pareja. Solo el
veterano (y judío) Lewis Michener (Nathan Lane) acepta ser el compañero del
joven chicano. Vega y Michener serán los encargados de resolver el más reciente
y más truculento crimen en sacudir la urbe angelina.
En un acueducto aparecen
los cadáveres del reconocido filántropo James Hazlett, su esposa e hijos. lo más
macabro del hallazgo es que lo rostros de los cadáveres han sido mutilados para
parecerse a máscaras del Día de los Muertos. Esto lleva a pensar a la policía
que se trata de un crimen perpetrado por los mexicanos. Solo Lewis (que es el
único que se interesa en investigar el crimen) sospecha de la conexión entre
Hazlett y la carismática y hermosa Hermana Molly (Kerry Biché) una predicadora evangélica
que, junto a su madre la Hermana Adelaide (Amy Madigan), maneja el muy popular
y millonario Ministerio de las Voces Dichosas.
Lewis tampoco
tiene mucho tiempo, ya que adyacente a su trabajo policial, está investigando
la infiltración nazi en Los Ángeles, manejada por el arquitecto Richard Goss (Thomas
Kretschmann) que ha venido a convertir la ciudad en un espacio digno del Fuhrer.
Para eso Goss está chantajeando al Concejal Townsend (Michael Gladis), un
gordito ambicioso pero cuyos muchos apetitos (tanto por comida como por chicos
guapos) lo hacen proclive a ser extorsionado. Además, Michener y un mini equipo
de judíos geriátricos investigan el interés de los nazis por Brian Koenig (Kyle
McCarthur), un estudiante de Cal Tech.
DeFrau Fatale a Alex, La Fea
Por sobre todas
estas historias, que solo vienen a entroncarse en el séptimo capítulo, reina la
siniestra Magda cuya capacidad para adoptar diferentes looks y personalidades
le permite interactuar con todos los habitantes de esta ciudad de Los Ángeles.
Como la rubia y frágil Mrs. Elsa Branson, se acerca al bonachón Dr. Peter Kraft
para que atienda a su silencioso hijito Frank (Santino Barnard).
Pronto Peter cae
en las redes de esta sensual compatriota que lo hace creer que es víctima de un
marido brutal. Así Craft se erige como protector de Magda-Elsa y del pequeño Frank,
a quien el demonio saca y mete en su útero como si fuera una madre canguro empujando
una cría en su bolsa.
Craft (cuyo
verdadero nombre es Krupp) viene huyendo de una familia poderosa, pero cuyos
ideales militaristas el pediatra repudia. Él ha encontrado refugio en America y
en un partido cuyos objetivos tampoco entiende o comparte. Craft está harto de
su esposa alcohólica que abandona a sus hijos en manos de Maria (Adriana
Barraza) una criada chicana que es también madre del Detective Vega (no que
esto adquiera ninguna relevancia en la serie).
El pediatra será
presa fácil de la seducción de Elsa quien poco a poco va inmiscuyéndose en la
Familia Craft. Solo Maria se da cuenta del peligro que representan esta Frau
Fatale y su diabólico hijito—lo único terrorífico de la serie—pero
ni la criada ni nosotros entendemos que gana Magda-Elsa en este enredo.
Más claras son
las intenciones de Rio, la sexy pachuca, que empuja a Mateo (Jonathan Nieves),
el hijo menor de Maria, al asesinato y la delincuencia, a la vez que lo lleva a
compartir un trio sexual con Rico (Sebastián Chacon), otro pachuco angelino. Con
eso María comprende que el propósito de Magda es destruir a la Familia Vega.
Sin embargo, enfrente de la criada, Magda enrostra a su hermana, acusando a la
Santa Muerte (que permanece en silencio) de traer dolor y desdicha a María y a
sus hijos. ¿Se entiende?
Al menos
conocemos los motivos de la última y más activa personalidad adoptada por el
demonio Magda. Natalie ha osado verse fea para interpretar a la eficiente, pero
poco atractiva Alexandra Malone, secretaria, asistente, mentora y mano derecha
del gordito Townsend. Alex asesora las ambiciones de su jefe en los planes de
creación de una carretería (Vía Hermosa) que dejará huérfanos de hogar a
centenares de chicanos.
Alex es también puente
entre Townsend y los nazis, y lo protege de los ataques de otra concejal a
quien confiesa que su objetivo es convertir a Townsend en presidente de los Estados
Unidos. Así podrá Magda realizar mejor sus planes de aniquilación de la raza
humana. Pero la pregunta persiste. ¿Qué beneficio obtendrá viviendo sola en un
mundo en compañía de su insípida hermana? Como dice Renaldo Matadeen en CBR.com la serie tiene un problema con lo sobrenatural.
La falta de
propósito de Magda la hace débil y sosa, casi tanto como la fragilidad de la
Santa Muerte. La única vez que las hemos visto en un semi enfrentamiento fue
durante el combate de los policías y los chicanos comandados por Raúl Vega (Adam
Rodríguez) otro hermano de Tiago.
Vimos a Magda
invisible susurrar en el oído de Raúl que matara a Michener. Para defender a su
compañero, Tiago dispara a su propio hermano. Los ruegos de María consiguen que
la Santita resucite a su hijo que desde entonces se convierte en un amable
zombi que vive apoltronado en el salón de chez Vega escuchando la radio.
City of Angels vs The Terror: Infamy
El personaje de
Magda se parece al bakemon de “The Terror: Infamy”. Su motivación es confusa,
sus acciones lo son aún más. Eso dificulta nuestro seguimiento del personaje,
nuestro interés decae y aunque sea un placer vela actuar, su continuo afán de
destruir sin construir aburre.
En “Infamy” que,
como “City of Angels”, tiene que llenar zapatos muy grandes que le dejó su
predecesora, se intentó hacer lo mismo, crear un ambiente que combinase
realidad histórica (y racismo) con realismo mágico. Solo que no se consiguió lo
que hubiésemos esperado/deseado, un ente sobrenatural derivado de la cultura de
la raza oprimida que se erigiese en defensor de su pueblo. En cambio, tenemos
entidades malignas y egoístas que buscan satisfacer sus propias necesidades de
manera inmisericorde sin reparar en que se convierten en cómplices de la raza
opresora.
En ambas series
tenemos la impresión de que todo lo malo que ocurre es responsabilidad de la
mujer sobrenatural. En “City of Angels” yo todavía no entiendo cuanto dominio posee
Magda sobre los Nazis o sobre las evangélicas. Lo mismo ocurría en “Infamy”
donde cada vez que pasaba algo malo no se sabía si era por culpa de Yuko (Kike
Sukesane).
Primero, Yuko la
emprendió con una torpe venganza en contra de japoneses puntuales a los que
culpaba de su tragedia, luego se lanzó como kamikaze sobre inocentes mexicanos.
Nunca mató blancos. Incluso las acciones
más nefastas del Mayor Bowen (C. Thomas Howell), en quien se encarnó de torpe
manera todo el racismo y privilegio blanco, debíamos adjudicárselas a Yuko, ya
que ocurrieron luego que el jefe del campo de Colinas de Oro fuese poseído por
el fantasma vengativo.
Otra triste
cualidad en común que comparten ambas series son esos protagonistas mustios,
enigmáticos, inservibles y antipáticos. Al comienzo, Chester Nakamura (Derek Nyo)
tiene algunos objetivos, quiere ser fotógrafo, desligarse de la mediocridad de
su padre inmigrante, ir a la universidad, ser americano. Hasta su breve affaire
con la mexicana Luz (Cristina Rodlo) es un acto de rebeldía que acaba con la
visita del ave zancuda.
Ahí Chester se da
cuenta que no quiere a Luz ni la quiere en su vida. Consigue un abortivo de su
vecina y con eso a la pobre señora la pone encabezando la Lista Negra del
bakemon. Cuando Luz se niega a abortar, Chester se la lleva al Campo de Colinas
de Oro a vivir en condiciones deplorables, rodeada de gente hostil y él se
marcha al ejército. El resto de la serie nos muestra a un Chester bamboleante
que quiere ser japones cuando le conviene no serlo, y rechazar sus orígenes y cultura
cuando debería abrazarlos. En un momento hasta parece que quiere ser mexicano.
Esa misma
ambivalencia e incapacidad de compromiso aparecen en Tiago Vega. Nunca sabremos
por qué decidió ser policía y nunca lo vemos portarse como un policía. O está
muy ocupado atendiendo problemas personales o revolcándose con la blanquita
Molly. Es Lewis quien investiga los asesinatos y quien establece un vínculo
entre Hazlett y Molly. Aun así, Tiago sigue con su affaire con una amante
trofeo porque es no es chicana. Es igual a Chester que veía en Luz un símbolo
de su americanismo, de su desvinculación con la obligación ancestral de casarse
con una japonesa.
Lo extraordinario
es lo poco que estos personajes hacen por sus comunidades y familias aparte de
traerles problemas. Tiago baila con su madre en la calle, pero tiene poco
contacto con ella. Después de casi haberlo matado, Tiago casi ni se ve con Raúl.
Su relación con Josefina (Jessica Garza) es nula. Cuando la encuentra siendo
bautizada en el templo por Molly se indigna. “¡Yo me ocuparé de mi hermana! “le
grita a la rubia. Dan ganas de golpearlo porque jamás lo hemos visto hablar con
Josefina. A diferencia de Molly, no sabe ni le interesan los motivos para que
la chica se haga evangélica.
Josefina y la Hermana Molly
El acto más
intenso de Tiago es dejar libre a su hermano Mateo aun sabiéndolo un asesino.
Lo sigue con un acto deleznable, endilgarle el crimen del oficial Reilly a otro
inocente chicano. Se trata de un acto inmoral y cruel ya que Tiago obliga a
Lewis a convertirse en su cómplice, además demuestra el total desprecio del
Detective Vega por su chapa policial. Mas grave aún, ni le importa conocer los
motivos de su hermano para matar a un blanco. Ignora que Reilly una vez intentó
dejar tuerto a Mateo y que agredió sexualmente a Josefina.
Como ha dicho
Danette Chávez en The AV Club, Tiago es “risiblemente malo haciendo su
trabajo”. Chávez se refiere a Tiago como detective, pero su frase es aplicable
al trabajo actoral de Daniel Zovatto que es pésimo. Ni sus carrillos hinchados
ni las arrugas de su entrecejo ayudan a proyectar los conflictos que deberían existir
en su interior. Aunque todavía está un poquito mejor que Jonathan Nieves que
como Mateo no se sabe si está llorando, gruñendo o estreñido.
No Queremos a
Los Vega. Queremos a Los Craft
Si me conocen
sabrán que , tal como soy proclive a amar a feos, también gusto de malos actores
si el rol es simpático y me cala hondo, pero entre Los Vega la única que
inspira cariño es la confundida Josefina. He dejado atrás a la matriarca porque
tengo más que quejarme de la vieja Coyote (apodo que le da la Santita) que de
sus cachorros.
Adriana Barraza
es muy buena actriz y lo demuestra en sus escenas con Magda y su alter ego,
Frau Elsa, pero como madre de familia es un asco. Es un milagro (y solo porque
al libretista de turno se le antojó) que no pierda del todo a su familia antes
del final de temporada.
Me ha sorprendido
al leer comentarios de críticos y televidentes que las historias que más
entretienen de este enjambre de arcos que es “Penny Dreadful: City of Angels”,
son la de la Familia Craft, sobre todo la lucha del pequeño Tom (Julian
Hilliard) por librarse de su demónico “hermanito” y la de Lewis y su escuadrón
compuesto por solteronas y gánsteres judíos.
Tom con su nana María
Que en un relato étnico nuestros
favoritos sean el hijito de un nazi y un policía judío es un poco triste. Y
demuestra que como en “the Terror: Infamy”, el miedo a la ecuación minoría de
color+ relato sobrenatural ha vuelto a afectar la calidad del producto.
¿Chicanos o
Mexicanos?
Es hora de hablar
de ese elemento étnico tan prometedor y tan mal manejado. Por empezar no
sabemos qué son Los Vegas. Tanto Tiago como Raúl hacen hincapié en que son
nacidos en Los Angeles, pero son hijos de inmigrantes.
No descienden de
los californios, los primeros habitantes europeos de la zona que fueron
relegados por el elemento Anglo en días de la Fiebre del Oro. Quienes hayan
leído o visto alguna de las muchas versiones fílmicas de la novela de Helen
Hunt Jackson, Ramona, recordarán
que la familia de la protagonista, Los Gonzaga, eran californios, orgullosos de
sus raíces hispanas y bastante racistas.
Eduardo Palomo y Kate del Castillo en la versión de Ramona de 1999
Tampoco
descienden Los Vega de nativos americanos convertidos por misioneros como el
hoy repudiado San Junípero Serra.Ellos
son parte de una inmigración politico-economica que ocurrió en el último
reinado de Don Porfirio y que se agudizó con la violencia de La Revolución. Por
lo tanto, son Mexicoamericanos y su cultura es la mexicana.
Aun así, hay un
intento de separar ambos mundos. Un
toque de presentismo ahí, puesto que hoy La Raza, como se denominan los chicanos,
buscan desligarse de un México que siempre los ha menospreciado, pero también
de los inmigrantes ilegales. Un motivo de orgullo del chicano es estar en su
tierra a pesar de que la cultura mayoritaria sea Angla.
Por eso es por lo
que suena raro que luego que Tiago le explique a su güera trofeo que ellos son
“chicanos” y no “mexicanos”, que Maria le lance a Magda un apasionado discurso
en el que celebra su mexicanidad. Maria se enorgullece de llevar sangre azteca
en las venas y también menciona los caballos de La Revolución. Que yo sepa La
Revolución es un fenómeno histórico mexicano y el imperio azteca nunca alcanzó
tierras californianas.
Campesinos mexicanos en la California de los 30
Por otro lado, el
uso del nominativo “chicano” es de Los Sesenta cuando los mexico-americanos
alzaron la voz por sus derechos como parte o seguimiento de la Campaña de Derechos
Civiles. Se utilizó el término para diferenciar a los que querían mantener su
cultura a diferencia los “mexico-americanos” que buscaban la asimilación. Hoy a
estos últimos despectivamente se les conoce como Whitiños.
Anteriormente
“chicano” era un calificativo negativo usado mayormente por los Anglos. Por eso
no se entiende que Maria haya criado a sus hijos orgullosos de portar ese
nombre. Es cierto que la cultura pachuca si lo usaba como autodefinición, pero
ya sabemos el desprecio que Mamá Vega siente por los pachucos.
Pachucos californianos
Hablando de
whitiños, este segregacionismo del Siglo XXI que busca separar a hispano
parlantes de hispanoparlantes” blancos” aparece en “City of Angels” en el
personaje de Rio.El tercer avatar de
Magda es cuestionado por Mateo Vega por involucrarse en asuntos de chicanos. “Eres
blanca” le dice. Rio, con voz aburrida, explica que es hija de sevillanos,
nacida en México, pero que para los Anglos es una “dago” (termino despectivo
para gente del Mediterráneo).
El grave error de
Logan (y ahí también nos recuerda otra torpeza de “The Terror: Infamy”) es presentar
un grupo étnico sin ofrecer lo mejor de su cultura.Tal como la cultura japonesa es vista como
retrograda en la serie de AMC, y su folclore queda reducido a espíritus
malignos, la cultura chicana se limita a dos aspectos: devoción de la Santa
Muerte y el submundo pachuco.
No me
malinterpreten, yo amo a los pachucos, su música, su vestuario e idioma, pero
no pasaron de ser una tribu urbana. Por pintoresca que sea una tribu urbana no
representa en su totalidad a la cultura que le da nido. Sobre La Señora me
atengo a las quejas de uno de sus devotos que coherentemente explica por
qué la serie no ha sabido retratarla.
Rio y Mateo
Solo agrego que
no todos los chicanos son seguidores de la Huesera, de hecho, la mayoría no lo
son. Todavía La Flaquita es vencida en el imaginario mexicoamericano por su
gran rival y símbolo de la identidad mexicana, Nuestra Señora de Guadalupe. A pesar de que existió en los 70s un
movimiento (hoy desbandado) llamados “Católicos por la Raza” que denunció a la iglesia católica estadounidense
por abandonar a sus feligreses latinos, lo que llamamos folk religión
entre los de origen mexicano sigue apoyándose en un sincretismo religioso en cuyo
centro permanece La Virgen Morena.
Eso es algo que
deben recordar los cochambrosos que anuncian, que, tras el derribo de monumentos,
el próximo paso será asaltar iglesias para derrocar “Ídolos blancos”. Algo que
recuerda la indignación de Maria en contra de Sister Molly por robarle a sus
hijos y llevarlos a adorar “un dios blanco”.
La ironía es que
la idolatría de Maria, por muy mesoamericana que sea, no ofrece a sus hijos ni
respuestas ni escape a su condición. Cuando, en un desahogo, Tiago acusa a su
madre de nunca haber aprobado ni su ateísmo ni su falta de devoción por la
Santa Muerte, está rechazando la religión de su madre. Lo mismo ocurre cuando
Josefina reflexiona que el Padre Núñez, el párroco del barrio, tampoco aprueba
el altar de calaveras y animales disecados de Maria.
María en su templo
En la “Penny
Dreadful” original, Logan—que se confiesa ateo— demostró un gran
interés en la fe, representada por sus protagonistas, ambos católicos a pesar
de ser Vanessa una bruja-médium y Chandler un licántropo. Aquí la cuestión de
fe y religión se ve ensombrecida por el miedo a ofender a los Latinx. Uso el
término porque no todos los estadounidenses de origen mexicano pertenecen a ese
grupo que por hablar más fuerte tiene más representación. John Logan ha dicho
que dejó la descripción de cultura chicana en manos de expertos, pero tales
expertos—por hispanos que sean sus nombres— han confeccionado un salmagundi que no
satisface ni a chicanos ni a Anglos.
Gorditos,
Rigor Histórico y Banda Sonora: Lo Mejor de “City of Angels
¿Es todo malo en “City
of Angels”? Aunque concuerdo con el
Gatito Rafa que es vastamente inferior a la original y que no debería usar
Penny Dreadful como prefijo, “City of Angels” no es totalmente mala. Posee
algunas virtudes como las de darle empleos a actores maduros y gorditos.
No es broma, es la
serie en la que he visto más actores rollizos en este siglo. Desde el corrupto
policía Reilly hasta un vejete que Elsa recoge en un bar y hace pasar por su
marido, los rellenitos roban cámara. Aunque Townsend es un personaje patético,
Nathan Lane y Adriana Barraza demuestran que estar peleados con la báscula no
evita que puedan crear personajes activos y positivos. Hasta Rory Kinnear anda
subidito de pesos.
Estos gorditos no son para burlarse de ellos
Ya mencioné que
tanto Rory como Nathan protagonizan los arcos favoritos de la teleaudiencia de
“City of Angels”.Una virtud de esos
arcos, y la serie, es que se apoyan en realidades históricas. Algo que no tengo
que criticarle a “City of Angels” es su rigor histórico. En 1938, Los Angeles
era un hervidero de corrupción, líos políticos y racismo. El Departamento de Policía de Los Angeles era el más corrupto del país. Sus
miembros no solo aceptaban coimas de los criminales”, además funcionaban como ejercito privado de
una oligarquía totalmente WASP.
Esta oligarquía
vivía presa de un terror a una revolución bolchevique que los privara de sus
privilegios. Sus guardaespaldas policías entonces vivían vigilando grupos que
pareciesen revolucionarios fueran sindicalistas o gente “diferente”. La serie
nos cuenta que es la primera vez que se le da una chapa de detective a un
chicano. No se cuan cierto sea, había patrulleros de origen latino en Los Angeles desde antes de la
Gran Guerra y Roman Polanski incluye uno en su obra maestra “Chinatown”.
Lo cierto es que había
mucha discriminación alimentada por la depresión económica. La llegada de “Los
Okies”, los granjeros de Oklahoma que habían perdido sus sembrados debido a
continuas tormentas de arena provocaron una guerra por los empleos. Las
autoridades locales crearon un plan maquiavélico, deportar a la población mexicana
de regreso a su país.
Las famosas
repatriaciones ocurrieron a lo largo de la Unión Americana. Se deportó a más de
un millón de mexicanos, el 60% de los cuales eran nacidos en los Estados
Unidos. En Los Angeles la policía condujo operaciones en que arrestaban a todos
los latinos que encontraban en un bar u otro sitio público y los repatriaban a México
sin siquiera avisarles a su familia.
En ese clima de
violencia racista, Los Angeles fue terreno fértil para el fascismo que tal como
nos muestra la serie se llamaba el Bund, cuyo nombre oficial era German American Bund. Tal como vemos en “City of Angels” sus
miembros andaban marchando por la calle, lanzando discursos impromptu en el parque,
pero no eran tan bonachones como el Dr. Craft (nee Krupp).
El Bund alza una Suastica en Hindenburg Park (los Angeles)
Mas allá del
Bund, también fue una fea realidad que los nazis bona fide prestaron atención a
la costa del Pacifico y se infiltraron en muchas áreas californianas,
incluyendo la policía angelina. De acuerdo con Steven J. Ross en su libro Hitler in Los Angeles los nazis, apoyados por el Ku Klux Klan,
muy activo en el área, planeaban maneras de destabilizar el gobierno y de crear
focos de violencia antisemita. Sus complots iban desde linchar a los grandes productores
hollywoodenses (la mayoría judíos) hasta disfrazarse de fumigadores de
cucarachas e infiltrarse en hogares judíos y sofocar a sus habitantes con gases
letales.
Nazis californianos
Aparte del toque
premonitorio del uso de gas, es sorprendente que aun antes de Pearl Harbor,
Hitler y sus esbirros tuvieran planes de invadir Estados Unidos y sentar bases
en la costa californiana. Incluso tenían galpones de armas y municiones en los
muelles de San Diego. Quien descubriría todo esto fue un abogado judío, y
veterano de la Gran Guerra llamado Leon Lewis quien creó toda una red de
espionaje en Los Angeles cuyos miembros arriesgaron su vida infiltrando el
cabal nazi.
Leon Lewis
Curiosamente,
aunque el subtítulo del libro es How the Jews Foiled Nazi Plots Against
Hollywood and America, el Grupo Lewis solo contó con un agente judío. Los
demás fueron reclutados por Lewis dentro de la comunidad germano-americana de
California que contaba con muchos antinazis. En la serie en cambio, muestran
que el detective Lewis Michener trabaja con un escuadrón judío fácil de identificar y asesinar.
Mejor le va a Michener
con su alianza con el crimen organizado, una propuesta que me incomoda un
poquito a pesar de que Meyer Lanski (con ayuda de su habibi Lucky Luciano)
nunca le negó un favor a un judío. Los espectadores han querido identificar a
Benny Berman (Brad Garrett) con Bugsy Siegel. Algo totalmente posible, puesto
que Bugsy había llegado a Los Angeles en 1937 para reforzar los lazos entre las
familias mafiosas de ambas costas.
Benny Berman y el Detective Michener
Lo que fue un
anacronismo en reversa fue ese extraño episodio en Baja California cuando
agentes nazis matan a representantes del Haganah (organización paramilitar
creada por los judíos en lo que es hoy Israel) que están a la espera de un
cargamento de armas. Aunque es históricamente genuino que Meyer Lansky y sus
amigos (con un poco de ayuda de Frank Sinatra) enviaron cargamentos de armas a Tierra
Santa lo hicieron a fines de los 40 para ayudar a la creación de Israel (que
muy mal le pagó a Lansky).
El escenario
presentado en “City of Angels” es incongruente. En 1938 el Mandato Británico de
Palestina estaba en guerra con los palestinos en lo que se llamó La Revuelta
Arabe. La Agencia Judía que controlaba al Yishuv (los judíos residentes en el
Mandato) estaba más ocupada con sacar judíos de Alemania que de conseguir armas.
De hecho, el Haganah estaba de brazos caídos,
dedicado más a la autodefensa de la comunidad que de convertirse en un ejército.
Por otro lado, es un poco descabellado que las armas se las entreguen en la
costa del Pacifico. Mas rápido era enviar el cargamento desde Nueva York al
Medio Oriente.
Además de la buena
recreación histórica y de algunas excelentes actuaciones, “City of Angels tiene
otro merito: su banda sonora. No solo la música de fondo.La aparición especial de Patty LuPone
cantando en un bar gay; y los números musicales de Sister Molly corresponden al
hit parade de 1938 y el uso de música y bailes ayuda más a la comprensión y
apreciación de la cultura chicana que la escuálida Santa Muerte.
Hay algunos anacronismos.
El Gatito Rafael se quejó de la música
de salsa en una escena del Barrio; mi
hermano gruñó ante una versión guarachera de “Sing Sing Sing”; y lo que Tiago y
su madre bailan es un bolero campesino, lo que hoy llamamos bachata.
Curiosamente, Los
Vega no bailan una bachata, a pesar del sonido dominicano en el trasfondo. Ellos
se crean su propia coreografía, una
mixtura de rumba y danzón que convierte el baile en algo personal, intimo, que
representa una unidad familiar y cultural que la serie lamentablemente no supo
expandir ni capturar. Recomiendo “Penny Dreaful: City of Angels” por las
virtudes enumeradas, pero con reparos. Se la puede encontrar en Showtime On
Demand, en Hulu y en Youtube.
NOTA: Agradezco
al Gatito Rafael Ochoteco por su paciencia de seguir la serie hasta el final
conmigo.
Desde que acabara “Game of Thrones” que la
pregunta candente es si volveremos a ver una serie como esta que atrape a
públicos variados, que se convierta en franquicia, y que de que hablar.
Sinceramente, ni “Los Soprano”, ni “Dexter”, ni “Breaking Bad” tuvieron el
poder mediático de GOT. Solo “Lost” estuvo cerca de su altura y tal como no ha
habido otro “Lost”, vale preguntarse qué serie podría llegar a hacernos olvidar
la producción de HBO. Entretanto, varios shows futuros se ufanan en que llegarán
a ser el nuevo “Juego de Tonos”. ¿Les creemos?
Si hablamos de lo
que al final era más importante para Weiss&Benioff, ósea las intrigas
cortesanas y las guerras entre dinastías, entonces lo más cercano en el
horizonte es “Catalina la Grande” que se espera se estrene este otoño por HBO. Dependiendo
de su éxito podrá haber otras ficciones históricas que nos recuerden la épica
lucha por el Trono de Hierro.
En cambio, si
hablamos de magia, monstruos y fantasía a granel, la que gana sería “The
Witcher”. Como GOT, esta high fantasy está basada en una serie de libros
que le han cosechado al polaco Andrzej Sapkoswki fama internacional, en la que
se combina una lucha por un trono con monstruos, sus cazadores y mucha magia.
Se espera la estrene Netflix este diciembre.
En términos de
televisión bajo demanda también quieren aprovechar la fantasía para alcanzar
ratings. Disque que en Amazon Prime van a hacer una nueva versión de The
Dark Tower porque la de Idris Elba no gustó a nadie. Los servicios de streaming
andan muy ocupados con refritos fantásticos. Hulu quiere convertir toda la saga
vampírica de Anne Rice, ósea las aventuras de Lestat en serie y Netflix ya
compró los derechos de Las Crónicas de Narnia. Pero, qué pereza, todo
está ya tan visto.
En cambio, Showtime
ya anunció que tiene los derechos de la saga de Patrick Rothfus (El Nombre
del Viento) que me dicen que es la única saga equiparable a la Canción
de Hielo y Fuego. A mí me gusta mucho lo que hace Showtime, pero hasta no
ver el elenco y saber que está en proceso de producción no voy a inclinarme a comentar.
En cambio, sí
estoy a la espera de “City of Angels” el spinoff de “Penny Dreadful”. Se
cree que en otoño comienzan las grabaciones. Brent Spiner, mi recordado Beta de
“Star Trek: The Next Generation”, será el jefe del policía de Tiago Vega, el
protagonista interpretado por Daniel Zovatto. Amy Madigan será Mis Adelaide
Finisterre, madre de la evangelista Sister Molly (Kelly Bishe) y tesorera de la
cuantiosa fortuna que su hija (personaje inspirado en Aimee McPherson) cosecha a
costa a de sus incautos fieles. Me gustaría creer que “City of Angels” podría
ser una gran franquicia, pero si “Penny Dreadful” no lo fue, no tengo tantas
esperanzas.
El 30 de agosto
se estrena en Amazon Prime la esperada “Carnival Row”, una fantasía victoriana
sobre un mundo donde humanos y hadas coexisten, pero donde la intolerancia cada
vez se hace mayor. Orlando Bloom será el Inspector Rycroft Philostrate
encargado de resolver una serie de brutales asesinatos para los que necesita de
la ayuda de su examante, el hada Vignette Stonemoss (Cara Delavigne).
Otra fantasía
victoriana es “The Nevers”, que es anunciada como ciencia ficción (¿será un steampunk?)
y que es el nuevo proyecto de Joss Wheldon. HBO se la ganó a Netflix. Laura Donnelly
(la Jenny Frazer de “Outlander”) será Amalia True, la líder de una liga de
damas extraordinarias, cada una dotada de un don prodigioso, que deberán salvar
el mundo de una peligrosa amenaza.
En HBO andan
apuraditos tratando de sacarse de la manga otra serie-fenómenos. Yo que ellos
tendría un poco de cuidado con los telespectadores que hemos demostrado ser exigentes,
criticones y con ojo abierto para chambonadas. Ya le están apostando a “Westworld”
porque creen que sus fans son los mismos troneros. Hay troneros que gustan de
Westworld, pero no necesariamente le van a rendir la pleitesía que al “Juego de
Tronos”. Yo he visto algunos episodios del cuento de la rebelión de robots en
un parque temático. Es interesante, bien actuado, pero no me atrapa.
Muchos críticos aseguran
que la próxima mega serie será “Watchmen”. A pesar de lo respetable de su
pedigrí (está basada en la novela gráfica y mega bestseller de Alan Moore) esta
distopia poblada de superhéroes se me hace simpática, pero nada más. Vale recordar
que ya tuvo versión fílmica que pasó sin pena ni gloria.
Hablando de
versiones fílmicas, ni me nombren “His Dark Materials” que se vienen HBO. Yo
odié el filme, odié a Lyra (hasta odié a Dakota Blue Richards hasta que me ganó
como Trewlove en “Endeavour”) y Philip Pullman, como Neil Gaiman, se ha caído
de mi lista de escritores cuyas obras quiera ver en pantalla. Así que por sus
fans me alegro de que haya adaptación de la obra de Pullman y los “Good Omens”
de Neil Gaiman residan ahora en Amazon Prime, pero no me las vendan.
Me sorprendió
enterarme de que la adaptación de Lovecraft Country de Matt Ruff había caído
en manos de HBO. Obviamente FX no cuenta con presupuesto para un propósito de
tan gran envergadura. Imagínense un “Green Book” sin Viggo, pero con muchos
elementos fantásticos. Atticus (Jonathan Majors) y Black Canary (Jurnee Smollet
Bell) enfrentarán los peligros del racismo en el sur de los 50, a la vez que
batallarán monstruos en esta producción de Jordan Peele y el legendario J.J.
Abrams.
La HBO cree que LC
puede ser la próxima “Lost” (ya hemos oído eso antes) y ha concebido el
proyecto no como miniserie, sino como una serie de varias temporadas. HBO
realmente está empeñada en crear una franquicia que le permita resarcirse de
las pérdidas que conlleva el final de su serie fetiche.
Y por supuesto, está
en la que cifró mis esperanzas, el guion escrito por Ser George y que
originalmente titularon “The Long Night” y que ahora lleva el nombre tentativo
de “Blood Moon”. Supuestamente tiene lugar miles de años antes de llegada de
los Targaryen a Poniente y de la construcción del Trono de Hierro.
En ella Martin
exploraría esa larga noche invernal cuando los Caminantes Blancos invadieron
Poniente, el origen de los Otros y el auge de la magia en la Vieja Valirya. Se
espera que veamos a Bran El Constructor (interpretado por Josh Whitehouse, el
Hugh Armitage de Poldark), la alianza con los Niños del Bosque y la edificación
del Muro.
Para cualquier
tronero esa premisa suena fascinante, pero ya hay un caveat. Martin
escribió el guion, pero la serie estará en manos de Jane Goldman y HBO nos ha
alertado: los eventos pueden no ser los que Martin nos ha hecho conocer ni
llegaran a las conclusiones previas a la Canción de Hielo y de Fuego.
Momento de chirriar los dientes y convertirnos en Inmaculados.
Si no fuera por
este escollo yo diría que lo normal, lo lógico, es que esta precuela saciara el
apetito de los fans y se convirtiera en un spinoff de la franquicia que tanto
ha llenado los cofres de HBO, pero ya no confío en ese canal. Lástima porque
sus series prometen.
¿Y Uds. Troneros
a cuáles les apuestan o acaso se me ha escapado algún nuevo proyecto que puede
llenar las botas de “Juego de Tronos”? ¿O acaso creen que serie digna de
sentarse en el Trono de Hierro será una ficción histórica y no un cuento
fantástico?