¿Es Daenerys digna del Trono de Hierro?

Mientras buscaba material audiovisual para mi nota sobre Sandor Clegane, me encontré con un video de George R.R. Martin en el que expresaba un a sorpresa vehemente ante la fascinación de sus lectoras por sus villanos (léase El Perro, El Matarreyes y Theon). Mi sorpresa es que Martin no se escandalice ante la fascinación que provocan sus letales personajes femeninos como Cersei, Melisandre y, principalmente, Daenerys Targaryen.

 Confieso desear ser La Mujer Roja, pero no siento la misma identificación con otras hembras ambiguas de Canción de Fuego y Hielo. Curioso, porque el feminismo radical ha convertido a Cersei en su icono y percibe a la Khaleesi como la encarnación de niñas manipuladas por intereses patriarcales. Lo que yo veo es que Cersei es una ambiciosa, cochina y mala madre y Daenerys es cruel, arrogante e inconsecuente. En cuanto a manipulación,  no sé cuál de las dos reinas será la  más manipuladora.

Lo que me enganchó del primer episodio de “Juego de Tronos”, aparte de los huargos, fueron las desdichas de Daenerys. No desde la Ligia de Quo Vadis que veía una heroína tan indefensa, tan atrapada, y sin control sobre su vida. Era un personaje que inspiraba compasión aún antes de conocer su autobiografía, el trágico trasfondo de su origen, la caída de su dinastía, su historial de orfandad, exilio y vida nómada, siempre huyendo de los asesinos pagados por Robert Baratheon. Lo que si resultaba obvio era que Daenerys sufría abuso físico y emocional por parte de un hermano medio loco que estaba dispuesto a venderla a un salvaje y dejar que éste su hueste y sus caballos la violaran si con eso recobraba el Trono de Hierro.

Mi compasión con Daenerys no nació porque a una niña de trece años le pasaran cosas horribles. La verdadera compasión va más allá de algo tan relativo como la edad, nace de empatía e identificación. El acorralamiento físico y mental de la princesa es comparable a muchas situaciones que viven mujeres adultas como la esposa abusada, la madre soltera que de pronto se encuentra desempleada, la mujer sola que debe enfrentar una enfermedad terminal sin un grupo de apoyo. Todas ellas entenderían y se conmiserarían de las desdichas de la virginal Dany que, tras una vida de privaciones y malos tratos, debe casarse con un extraño  cuyas costumbres incluyen la cópula pública y los asesinatos como manera de entretener a los invitados de una fiesta.

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Más tarde, cuando leí Juego de Tronos, me sentí desilusionada. La serie había capturado perfectamente el miedo de Daenerys, precisamente modificando todos los elementos que Martin había incluido para amortiguar el trauma emocional que significaba para la rubia Targaryen casarse con un salvaje. En el libro, Daenerys es presentada a su futuro marido en una soirée en la casa que el Khal posee en Pentos. Es una escena de novela victoriana, una chica debe conocer en una fiesta al hombre que su familia le ha elegido como esposo.

Lo hemos leído en cien libros, es triste, pero no tan dramático como lo que ocurre en la serie. Drogo y su khalasar aparecen a caballo a la puerta de la mansión de Ilyrio donde Daenerys es exhibida como una oveja ante su comprador. Sin decir una palabra y sin apearse del caballo, Drogo examina “la mercancía” y se marcha. Al terror de Daenerys se agrega la incertidumbre ¿La habrá aceptado como consorte? ¿Y si no, la culpará su hermano y recibirá una paliza?

Aunque la serie nos muestra el macabro banquete de bodas y el regalo de la yegua, no abarca el galope frenético de Daenerys y su salto sobre una fogata. Se entiende, ese es el primer acto de mujer libre de la princesa. Tal como esa noche de bodas con un Drogo paciente y mas experto en foreplay que Casanova, no  corresponde con la imagen de Daenerys que veremos en los capítulos siguientes, la niña agotada por un viaje interminable, con llagas en las nalgas de tanto cabalgar, con un marido que la confunde ignorándola de día y despertándola en la madrugada para montarla como yegua. Yo prefiero ver a Daenerys desde el principio como víctima desvalida que poco a poco va adquiriendo don de mando y enamorándose de su nueva posición.

He oído tantas quejas sobre la relación Dany-Drogo, desde que él es un abusador sexual hasta que ella sufre de síndrome de Estocolmo, que tengo que detenerme en ese punto. Me sorprende que se catalogue al Khal de abusador y no a Viserys que ha estado torturando a su hermana desde la infancia y cuyo castigo corporal favorito consiste en triturarle los pezones. En cuanto a síndrome de Estocolmo...

Como suele ocurrir con términos contemporáneos, el vulgo los utiliza de cualquier manera y lo aplica a situaciones donde no corresponden. Básicamente, el SDE se emplea para definir casos donde un secuestrado desarrolla sentimientos de afecto por su secuestrador. El término se ha expandido hasta incluir a otras personas en situaciones límites como esposas golpeadas, niños abusados y adultos que se involucran en relaciones sado-masoquistas. No se puede hablar de SDE en el caso de Dany porque Drogo no le quitó la libertad, ella nunca la tuvo. Su matrimonio, en cambio, la libera de una relación fraternal constrictiva y abusiva. Desde el momento en que Dany se convierte en Khaleesi de los Dothraki adquiere  categoría y autoridad.

Martin usa la relación de Daenerys con su yegua como una metáfora de la libertad. Cuando Dany salta sobre la fogata en su noche de bodas,  piensa que nunca ha sido más feliz en su vida. Más tarde pensará que la yegua es el ser que más ama en el mundo, pero la Khaleesi está encontrando nuevos afectos en su nueva vida. Afectos que preceden a su relación con Drogo. Además de la yegua, está Ser Jora Mormont al que veo como instrumental en el empoderamiento de Daenerys. Por primera vez ella tiene alguien que responde sus preguntas, que comparte impresiones con ella, y que la trata con  deferencia.

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Finalmente, está la relación de Dany con su khalassar. Drogo la ignorará, pero su gente le rinde pleitesía, la obedece y la protege incluso de su hermano. Son sensaciones que ella nunca ha experimentado y Daenerys comenzará a actuar en consecuencia. La princesa Targaryen inicialmente se siente tan cómoda con los Dothraki que comienza a mimetizarse con ellos. Comparte su pasión por los caballos, se enamora del paisaje de su tierra, se viste como ellos. Se molesta con su hermano cuando los tilda de salvajes. “Ellos son mi gente” le recuerda.

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Pero Dany también comienza a enamorarse de su pasado, principalmente del vinculo de su familia con los dragones simbolizados por los huevos que Ilirio le regaló. Si en el día Dany goza de su jerarquía en la horda, en sueños tiene el poder del dragón. De ahí nacerá la verdadera Daenerys Stormborn que ya no será la niña abusada, ni la perfecta esposa Dothraki, sino alguien único y un poquito oscuro.

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El primer acto de rebeldía de Dany es cuando ordena que el Khalassar se detenga para ella admirar el paisaje. Todos la obedecen, menos Viserys enfurecido que  intenta golpearla y es detenido por Joqharo quien quiere matarlo. La Khaleesi lo impide, pero es ella (no el Dothraki como en la serie) quien obliga a su hermano a seguir viaje a pie. Cuando Drogo ve lo que ha hecho su mujer, humilla más al cuñado haciéndolo viajar en una carreta como un eunuco o una parturienta. Para convencer al marido de detener ese agravio, Dany tiene que echar mano de sus trucos de cortesana. Y ahí vemos como Dany está aprendiendo a manipular.

Cersei, mimada por su padre, y abusadora de sus hermanos, tiene claro que ser mujer es una desventaja y descubre que la mejor arma femenina está entre sus piernas. Por eso, no sorprende que Dany aprenda políticas de alcoba para hacer su voluntad. Su mismo hermano le compró a Doreah para que le enseñara técnicas sexuales de manipulación. Martin es tímido en explicar en que consisten estas “técnicas”, pero el principal cambio es que Daenerys adopta la postura dominante en el amor. Ser una “mujer arriba” hace que la Khaleesi equipare el sexo con cabalgar, su actividad favorita. Montada en Drogo se siente libre y en control, tal como ocurre con la yegua, y el afecto que siente por su caballo se transfiere al Khal.

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A mediados de la novela, Dany ha adquirido un estatus privilegiado entre los Dothraki, tiene claro su dominio sobre Jorah y Drogo, y le ha perdido el miedo a su hermano, incluso se atreve a golpearlo. Por eso, no le parece reprochable después que su hermano insulta a todo el khalassar, que Drogo le de a Viserys una muerte cruel. Incluso observa con cierto interés mórbido como su hermano es quemado con oro derretido.

A pesar de que recuerde con nostalgia a Viserys, y sus criadas comenten que pasa días sin sonreír, la muerte de su hermano representa la liberación de la Khaleesi. Solo que su nueva independencia la lleva a una extraña metamorfosis, hace suya la obsesión maniática de Viserys de recuperar El Trono de Hierro y adopta la arrogancia impulsiva y una manera prepotente, típica de Targaryen,  de dirigirse a los demás, especialmente con Ser Jorah.

A pesar de que Daenerys usa sus artes amatorias para conseguir que Drogo apoye sus delirios de grandeza, el Khal solo decidirá invadir Poniente luego que Robert Baratheon envía un mercader para asesinar a su mujer. El mercader es arrastrado por la propia yegua de la Khaleesi a la que no le parece un castigo demasiado monstruoso para quien intentó matarla. Más adelante, cuando Drogo entabla una guerra contra una tribu cercana para poder establecer su poderío antes de cruzar el Mar Estrecho, Daenerys pensará pragmáticamente que tanto horror y sangre son el precio de su Trono de Hierro.

Aunque en los libros, Dany aprende a tolerar e incluso a ordenar horribles ejecuciones, mutilaciones y el uso de la tortura, hay dos puntos en los que la Khaleesi no transa. No acepta ni violaciones ni esclavitud. En la tierra de los Hombres-Cordero, Dany detiene la violación de una joven, para luego prohibir que sus soldados abusen de las mujeres, tomando bajo su protección a las cautivas. De primeras parece un gesto tan bonito, pero en realidad, es un acto quijotesco e infructuoso, que recuerda al episodio de Don Quijote, Andrés, y Juan Haldudo. La chica a la que Daenerys rescata, unos días mas tarde coincidiendo con la caída en desgracia de la Khaleesi, será violada y asesinada. Es como ocurrirá cuando Daenerys, tras un baño de sangre, libere a los esclavos de Astapor. Tras la marcha de la Khaleesi, llegará un tirano que volverá a imponer la esclavitud.

Dany es incapaz de ver que sus buenas intenciones solo acarrean desgracias incluso a quienes intenta proteger. Ser Jorah la llamará una digna hermana de Rhaegar. El caballero se refiere al espíritu compasivo de Daenerys, pero vale recordar que tanto Rhaegar como su hermana acaban con sus reinos. A pesar de que Khal Drogo apoya la decisión de su esposa y prohíbe las violaciones, su khalassar está descontento, aun más cuando la protección de Dany se extiende hacia la curandera Mirri Muuz Durr, a la que consideran una peligrosa hechicera. Impresionada por los conocimientos de Mirri, la Khaleesi le encarga a Drogo que ha sido herido y la quiere como partera.

No llegamos a saber si Mirri es buena curandera, porque Drogo, más soberbio que su mujer, no sigue las indicaciones. Cuando está agonizando, Dany vuelve a recurrir a la ayuda de Mirri. Para entonces la Khaleesi está desesperada. Aparte del amor que siente por Drogo, la muerte de su marido la dejará totalmente desprotegida. Mirri admite que no se puede hacer nada. Dany insiste, seguramente Mirri sabrá alguna magia negra. Mirri dice que conoce un hechizo pero sus consecuencias son más terribles que la muerte. Dany le exige que lo haga, aun después de saber que es “magia de sangre” que debe pagarse con la vida de alguien.

Mirri sacrifica al caballo de Drogo, el khalassar se horroriza ante los actos de la hechicera y se vuelven en contra de la mujer de su Khal. Se entabla una batalla en la que hay muertos y heridos, hasta Ser Jorah pierde media oreja. Dany es apedreada y se le presenta el parto. Las parteras no quieren atenderla. Como último recurso, Ser Jorah la lleva con Mirri.

Cuando Dany despierta lo ha perdido todo. Su hijo nació muerto, Drogo está catatónico, el khalasar que él tanto luchó por unir se ha fragmentado. La mayoría de los Dothraki han huido llevándose todo lo de valor. Dany reprocha a la bruja su ingratitud. Mirri le recuerda que le advirtió el precio de su hechizo, se muestra contenta de haber destruido a Drogo y dice no deberle nada.  Dany  se verá obligada a recurrir a la eutanasia para poner fin al tormento de Drogo.

Cuanto más leo esos capítulos, menos veo la maldad de Mirri, en cambio veo la ceguera obstinada de Dany. En ningún momento, se siente culpable de lo hecho. En ningún momento, admite su error. No acepta que su hijo murió como pago de un hechizo que ella propició, e interiormente culpa a Ser Jorah por haberla puesto en manos de la partera. En Choque de Reyes  dirá que Mirri mató a Drogo, olvidando que ella fue quien asfixió a su marido con un cojín, y que aun antes del hechizo, el Khal estaba desahuciado.

Para Dany, Mirri se convertirá en su gran enemiga. Cuando la bruja la llama “niña ignorante”, Dany la hace azotar. Finalmente quema a la bruja junto al cadáver de Drogo. Dany y sus huevos de dragón también se incorporan a la pira, pero sobreviven ella y Drogón, Rhaegal y Viseryon, tres dragoncitos que pasan a ser sus hijos. Desde ese momento, Daenerys se sentirá todopoderosa. Pero aparte ser inmune al fuego, ella sigue siendo una mujer sin recursos. A medida que crezcan los dragones serán más un peligro para los humanos que un arma para Dany que es incapaz de dominarlos.

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 Con lo queda del khalasar, Dany emprende el cruce de un desierto y termina instalándose en una ciudad abandonada. Hasta allá llegan emisarios de Qarth para invitarla a conocer su gran ciudad. Con la esperanza de conseguir fondos para su conquista de Poniente, Dany viaja a Qarth. Aunque al comienzo todos agasajan a la “Madre de Dragones” pronto se hartan de ella y de sus quiméricas aspiraciones.

Dany recibe una propuesta de matrimonio del poderoso millonario Xaro Xhoan Daxos, un consejo de Quaith de de viajar a Asshai en busca de “la verdad”, Ser Jorah es de la idea de ir a otra ciudad en busca de soldados y barcos ara la conquista de los 7 Reinos.  ¿Pero qué hace Daenerys que ahora insiste en que la llamen “reina”? Se va a meter a la Casa de los Eternos en busca de consejo. Ella que dijo que después de lo ocurrido  con Mirri no quería saber nada con hechiceros. Cuando Jorah se lo recuerda, Dany argumenta que Mirri poseía “conocimientos”. ¿Qué conocimientos son esos? ¿Matar niños nonatos, decapitar caballos y dejar gente catatónica? La Madre de Dragones  es un ejemplo de inconsecuencia.

La Madre de Dragones en Qarth (luxedhwallpaper.com)

La visita a La Casa de los Eternos resulta otra de sus grandes chambonadas. Solo consigue ver una serie de visones proféticas indescifrables, Los Eternos la atacan, y Drogón que acompañó a su “mami”, incendia el templo. Tras ese desastre, la Khaleesi se convierte en persona non grata en Qarth.  Xaro Xhoan Daxos la expulsa de su casa, El brujo Pyat Peet quiere matarla y Dany terminaría de mendiga en el puerto sino es por Ilyrio que le envía un barco y al Eunuco Belwas y Ser Barristan Selmy (alias Barbas Blanca) en su rescate.

Voy a detenerme aquí para no dar grandes adelantos de la Tercera Temporada. Pero en los próximos libros, Daenerys alcanza niveles apoteósicos de falta de juicio tanto en sus relaciones personales como en sus actividades políticas. Lo más extraordinario en ella es su incoherencia. De cada consejo de Ser Jorah ella hace caso de uno y siempre es el peor. En busca de un ejercito que no viole a nadie (las exigencias de Dany son a veces un poco irreales) acepta  el consejo de Mormont, robarse el barco y mercancía de Ilyrio e ir a Astapor en busca de un batallón de eunucos. Cuando llega allá, se compadece de los eunucos y decide liberarlos a ellos y a cuanto esclavo exista en el mundo. En eso se ocupará Daenerys “Lincoln” en los próximos libros.

 Por meterse en guerras sangrientas y fútiles, La Madre de Dragones hará a un lado sus sueños de recuperar El Trono de Hierro incluso cuando Daxos le ofrece una flotilla de barcos.  Dany cosechará enemigos y dejará a su paso una estela de destrucción. No se puede negar que de vez en cuando tenga ideas interesantes, que demuestre astucia e ingenio que incluso pueden pasar por estrategia militar, pero los resultados de sus acciones la mitad de las veces devienen en desastres y hasta la última página de la saga Dany estará metida en líos evitables.

El problema es que aunque diga que mucho aprende, no aprende de errores pasados. Se ha creado un mantra digno de Scarlett O’ Hará, “No miraré hacia atrás, sino estoy perdida”. Esa negativa a recordar explica su memoria selectiva, su capacidad para volver a tropezarse con las mismas piedras, su terca ceguera. El mismo Xaro Xhoan Daxos la apodará “La más obstinada de las reinas”.

Xaro y Dany (fanpop.com)

La terquedad de Dany nace de su orgullo, de creerse superior a todos. Sus mayores defectos son su inconstancia y su arrogancia. La ofende que Ser Jorah la pretenda, siendo más viejo y de linaje inferior que ella. ¡Pero lo más bien que se abre de patas con  Daario, un mequetrefe sin linaje! Odia la esclavitud, pero no tiene tapujos en convertir a su fiel Irri en su objeto sexual. Dice que odia la idea de las compraventa de personas porque a ella la vendieron a Drogo pero se la pasa lloriqueando que el Khal fue el amor de su vida.  ¿Acaso su vida hubiera  sido mejor si no hubiera sido Khaleesi? Acaso hubiera sido más feliz casada con Viserys?

Caprichosa, incoherente, obstinada y soberbia. ¿Qué hace a Daenerys mejor candidata a reinar sobre Los Siete Reinos que los Baratheon o los Lannister? ¿Al final no sería tan mal monarca como su padre o Joffrey?