martes, 19 de junio de 2012

¿Quién le teme a La Autoridad? : Segundo capítulo de True Blood


(foto de denofgeek.com)


No sé que tuvieron las otras temporadas de “True Blood”,  que cada capítulo me sabía a poco y “me transportaba”. Esta quinta no me termina de enganchar. El segundo episodio fue menos caótico que el primero, se nos dio nueva información, aparecieron nuevos hilos argumentales, pero se me hizo tan  eterno como La Muerte Verdadera y un poquito aburrido.

Comencemos con lo mejor de la noche.


(Foto de glamour.com)

Lo más elegante: El flashback con luz de gas de cuando Pam regentaba un burdel de la Barbary Coast, en el San Francisco pre-terremoto de 1906. Sorpresivo ese encuentro on un cliente violento en un callejón y más sorpresiva la intervención de Eric (con sombrero de copa) que la rescata. Pero ese racconto se sintió perdido en el mar de sucesos que marcó. ¿Cuál fue su propósito? ¿Mostrarnos las nostalgia que Pam siente por su creador o lo que ocurrió hace cien años tendrá ramificaciones con hechos futuros?

(Foto de buddytv.com)


Lo más divertido: El duelo de jalones de pelo entre Jessica y Steve Newlin. El Reverendo, quien ahora hace campaña pro-vampiros en la televisión, se presentó en medio del Spring Break de Jessica para comprarle el trasero de Jason por una magra suma de $10,000. Jessica se rehusó y terminaron agarrándose de las mechas mutuamente. Otra curiosidad ¿Cómo es que Steve sabia que Bill ya no es el Rey de los Vampiros? ¿Estará trabajando para La Autoridad?



(foto de truebloodnegativetumblr.com)


Lo más lindo de la noche: Le quitó el puesto a Alexander Skarsgard, pero  Emma convertida en lobita y en pijamas se veía  preciosa. Una imagen de película antigua de Disney.

(foto de blackbookmag.com)


Lo más fascinante: El catecismo vampírico. Entremedio de atroces torturas que incluyeron rayos ultra violeta e inyecciones de plata, Peter (que yo entendí que se llamaba "Dieter”. Debe haber sido su acento de Gestapo) y Salomé, los torturadores de Eric y Bill les refrescan la memoria a sus víctimas sobre los rudimentos de su religión. Aparentemente, D-s es vampiro y creó a Lilith a su imagen y semejanza. Lilith es la “diosa vampira” y la Autoridad lo demostró en una ceremonia en que sus miembros compartieron sangre y oraciones en arameo.

El problema es que existen facciones de vampiros conocidos como “Sanguinistas” (suena a Sandinistas) creen que los humanos fueron hechos para ser alimento de vampiros. La Autoridad refuta esa creencia y le ha declarado la guerra a los fundamentalistas. La razón de la tortura es que existe la sospecha de que Eric y Bill son Sanguinistas  (¡Imposible! Si son un par de descreídos) y que también lo era Nora, la hermanita incestuosa del vikingo. Digo “era” porque el jefe de La Autoridad, Roman (Christopher Meloni de “Law and Order”) le anunció a Eric que le había dado La Muere Eterna a la traidora. Pero lo que deduje del capitulo es que La Autoridad miente y que sus miembros (entre ellos Peter Menash, el “Doctore”  de “Spartacus”) son una pandilla de siniestros granujas. ¿Si estos son “los buenos” cómo serán los Sanguinistas?

(Foto de HBO)


Lo más conmovedor: La pobre Tara que anda sufriendo una tremenda crisis de identidad con eso de ser vampira. Comenzó atacando a Sookie en medio de las risotadas de Pam. A pesar de que "Mami Pam” le ordenó a su nueva progenie que se quedara en casa y no mordiera a los humanos, Tara demostró que como vampira tiene peor genio que como humana. Dio vuelta el refrigerador, rompió varios objetos y adoptó una postura de Karate Kid encuclillada en el borde del lavaplatos. Bueno, tal como hace un gato asustado cuando lo encierran en un ambiente que desconoce. Lafayette hasta tenia ganas de clavarle una estaca y Sookie tuvo que lacearla con una cadena de plata para protegerla de la luz solar. 

A la noche siguiente, tras pasar el día encerrada en la antigua guarida de Eric, Tara anuncio a su ex primo y a su ex mejor amiga que jamás los perdonaría. Acto seguido, huyó de "Chez Sookie" y se las arregló para  ser rociada por un espray de plata que Miss Stackhouse había comprado para defenderse de Russel Edgington. Y hablando de Russell…



Lo más esperado. El episodio terminó en la esperada reaparición de Russel Edgington, más feo que nunca y todo trisado como pared terremoteada. Bill y Eric consiguieron retrasar el veredicto de Muerte Eterna que les impuso La Autoridad a cambio de encontrar y ejecutar a Russell. Me parece que va a ser “misión Imposible” y continuará con el apetitoso bromance entre el ex oficial confederado y el díscolo vikingo. ¿Pero qué tiene esto que ver con Sookie?

Y ahí entra el verdadero problema del capitulo y que creo que va vinculado a lo que comentaba  en mi entrada anterior, esa necesidad de mantener equilibrio entre sucesos cotidianos y lo sobrenatural. Fue un capitulo cargado de momentos interesantes interrumpidos por momentos banales.

No me interesan los líos familiares de Luna, ni los conflictos existenciales de Jason o los misterios de Terry. Hasta el cuento de la jauría de loup-garous me aburre, y temo que más me aburrirá ver que Alcide y Sookie serán sospechosos de a desaparición de Debbie. ¿A quién le importa que Debbie esté muerta? Por eso espero que le den menos preponderancia a estas subtramas y de alguna manera vuelvan a vincular a Sookie con los vampiros.

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