jueves, 19 de diciembre de 2024

Libro, Filme o Miniserie: ¿Cuál es la mejor versión de Como Agua para Chocolate?



Se la considera una de las 50 mejores novelas mexicanas, se la ve como un ejemplo de literatura feminista, es parte de esa fascinación de las audiencias modernas con la comida y su confección. Es entonces comprensible que después de casi 30 años de llevársela a la pantalla, Salma Hayek Pinaud y la HBO hayan querido formatearla como miniserie. ¿Pero les ha quedado bien? ¿Se han respetado las pautas que le impuso Laura Esquivel? ¿O es nada más que una telenovela barata llena de clichés?

AVISO: Esta nota contiene spoilers del libro, filme y los primeros cuatro episodios de la miniserie.

Antes que todo quiero corregir la idea de que las variaciones en el guion se deben a que esté está basado, no solo en Como agua para chocolate sino también en una secuela El diario de Tita. Este último es en realidad una combinación de libro de cocina y diario de vida. Siempre amiga de lo interactivo, Esquivel ha creado un formato que a primera vista recuerda a un diario de colegiala. Sus tapas están quemadas, indicio de que sobrevivió el incendio de Las Palomas, está escrito en letra cursiva, incluye fotografías pegadas, flores secas y otros elementos que solemos esconder en las páginas de un diario.

                                                   Página  de El Diario de Tita

A pesar de que muchas de sus recetas son incluidas en la miniserie, el contenido es nada más que la perspectiva de la diarista de los sucesos narrados en la anterior novela. Las novedades son pocas, tales como el que John tras recibir calabazas de Tita, conoce a Shirley y forma una familia con ella o que Pedro avergonzado, dedica el resto de su matrimonio a su esposa y ya no acosa sexualmente a la cuñada. Nada de eso aparece en la miniserie. Se lo habrán guardado para la Segunda Temporada. ¿Pero había necesidad de una Segunda Temporada?



La Obra de Laura Esquivel

Muchos concordamos en que  la pequeña joya de Laura Esquivel no ha tenido un buen trato en esta versión. Se le han hecho cambios innecesarios e incomprensibles. No se ha respetado el realismo mágico ni sus vínculos con el empoderamiento de la protagonista. Está por debajo de la versión fílmica. No puedo evitar y hacer memoria de cuando debutaba la película de Alfonso Arau en el cine y el impacto que tuvo en la imaginación popular (no solo en la hispana) y en mi vida

La primera de mi entorno que fue a ver Como Agua para Chocolate fue mi ex cuñada que volvió a casa llorando. Me dijo que el personaje de Tita le había recordado mi caso y que iba a hacer todo lo posible para librarme de la nefasta influencia de mi madre. Obvio que, con esos datos, me acerqué al filme (y libro) con mucho interés. Me tranquilizó saber que aparte de tener una madre controladora, yo no me encontraba en circunstancias tan adversas como Tita, aunque si me encantó saber que ambas hallábamos serenidad en la cocina.

Ya para ese entonces, mi madre rechazaba una de sus mayores virtudes, lo que en Chile se conoce como “tener manito de monja”, o sea sus dotes culinarias. Nuestra pequeña cocina se había convertido en mi reino y laboratorio. Como Tita, yo descubrí que la gastronomía combina ciencia, arte y brujería. Mi sueño era tener una cocina como la de ella, grande, con mucha estantería para hierbas mágicas (léase especias y condimentos), con cazuelas de barro, y mesones tan amplios que sobre uno Mama Elena trajo al mundo a Tita.

                                                  Mama Elena de parto.

En Como Agua para Chocolate, Laura Esquivel inició un nuevo capítulo del realismo mágico latinoamericano y supo combinar lo fantástico con la realidad mexicana de fines del Porfiriato e inicios de la Revolución Mexicana. Hizo una denuncia contra el machismo que empeora si lo ejerce una mujer como Mama Elena, y demostró cómo se puede circunnavegar esa discriminación sin dejar de ser una señora respetable.



Mama Elena tuvo amores con un hombre de sangre mixta. Las normas sociales la obligaron a casarse con un blanco de su clase, pero se las arregló para tener amante y marido sin que nadie se enterase. En cambio, Tita es una brujita de cocina que con sus platillos domina, cambia y controla su vida, su ambiente y a quienes la rodean. Este tipo de literatura reemplazó la imagen de la mujer como esclava del fogón y pasó a ser parte de un subgénero en donde la cocinera consigue amor y fortuna gracias a su buena mano. Un nuevo tipo de empoderamiento del que ya he hablado en otra nota.

El Filme de Alfonso Arau

El éxito del libro de Esquivel obligaba a que el siguiente paso fuese un filme que, a diferencia de la mayoría de adaptaciones, es casi idéntico al texto. Alfonso Arau, entonces esposo de Laura Esquivel, hizo una maravilla visual, actoral y argumental. Parte de la belleza de la película fue que la misma autora colaboró en ella y siempre ha agradecido a su ex por el respeto que le tuvo a su obra.  Para quienes amamos esa versión,  la serie resulta inferior en los tres aspectos. Visualmente no tiene el poder de los colores e iluminación que caracterizaban la obra de Arau y que embellecían y dotaban de magia el árido paisaje norteño.  Se extraña la exquisita fotografía de Emmanuel Lubezki.



El elenco sin ser malo, tampoco es muy brillante. Extrañamos la imponente figura de Regina Torné o de una Delia Casanova que fue la primera elección para el papel . Irene Azuela (Belascoaran) no es mala actriz, pero le faltan tablas para esa Mama Elena demoniaca que, aun como fantasma, perseguirá a su hija menor. Un cambio es que el Dr. Brown (mi personaje masculino favorito) hace entrada temprana en la miniserie y se extraña a Mario Iván Martínez que tenía el colorido y el manejo del inglés para ser un “gringo bueno”.



                                             El nuevo Dr. Brown, nada muy impresionante.

Azul Guaita ha hecho buenos trabajos en la televisión, pero yo la sigo viendo como la bebita que en la primera versión de Clase 406 dio vida a Juanita, la hija de Sherlyn, producto de la violación perpetrada por el maestro de gimnasia (Tony Dalton). La actriz argentina es más bonita que Lumi Cavazos, pero le falta esa aura radiante, ese poder actoral que transformó a una estudiante de teatro sin experiencia de cámaras (una “jipiosa” como la llamó Arau) en una señorita del Porfiriato, delicada y firme como una flor acuática.


                                                      Las dos Titas. 

Azul es demasiado modernaayudan esos diálogos que ni se parecen a los de la Esquivel para interpretar a una mujer llena de compasión y ternura y que en esas virtudes encuentra fortaleza. Por ejemplo, cuando Tita-Azul se niega a prometerle a Pedro que cuidará a su hijo nonato porque “nunca podré querer a ese niño” , se me enchinó la piel. Ni Scarlett O’Hara le dijo eso a Ashley cuando él le exigió la misma promesa. Es imposible que una mujer que vive para darle de comer a los hambrientos exprese esa dureza de sentimientos.



Tampoco me gustó que a Tita le bajase la leche gracias al atole milagroso. Primero, que es posible que a una mujer, aun virgen como Tita, le brote la leche. Por supuesto que a los lectores nos gusta creer que ahí hubo algo mágico, pero si la magia estaba en el atole ¿por qué no se lo dio a Rosaura y así consiguió que fuese su hermana la que pudiese amamantar al hijo? No se entiende. Incluso,  Robertito muere lejos de su tía en la novela,  porque su madre carece de leche. Entonces indirectamente, Tita seria culpable de esa muerte.

                                                     Tita amamantando al sobrino

Para mí el que Tita alimente al sobrino es un suceso fundamental. En la serie lo disminuyen haciendo que ocurra atropelladamente. Entre que ella atiende a su cuñado herido y escucha su confesión de que ha matado a un hombre, el amamantamiento prodigioso pasa casi desapercibido.



La Revolución Supera al Realismo Mágico

Debido a que tienen que estirar la trama se le han añadido otros temas, como la política y la historia. Vemos a Pedro en Puebla,  en medio de un mitin revolucionario que es interrumpido por los federales. En el libro, la única que se involucraba con la Revolución era Gertrudis. Laura Esquivel no es una mujer de derechas ni una oligarca (es diputada de Morena), pero en su libro no hace una apología de la Revolución ni una denuncia de los militares porfiristas o huertistas. Son parte del trasfondo de un cuento de hadas.

El General Alejándrez visita la hacienda tres veces: una para llevarse a Gertrudis; otra para saquearla y la tercera, ya muerta Mama Elena, para que su mujer pueda verse con sus hermanas. Aquí lo han convertido en un peón humillado por Los Musquiz,  lleno de rencor social, que anda mosqueando desde el primer episodio.

                               Este es el General Alejandrez como se lo imaginó Esquivel

La mención a la Revolución, a la opresión de los pobres y a los abusos de los ricos me aburre, porque como sabemos la Revolución no solucionó nada, más bien empeoró las cosas hasta este siglo creando nuevos problemas. En ningún momento de la novela se dice que Pedro simpatice con esa Revolución. Y para el espectador lego esa lucha de la serie no se entiende, nadie sabe por quién pelean ni qué esperan conseguir.

Otro cambio han sido las Hermanas de la Garza que no son como las describe Esquivel. Ni Rosaura era tan argüendera, ni Tita andaba de tapadera de Gertrudis. HBO todavía cree que tiene que meter mucho sexo en sus historias y que no basta el poder afrodisiaco de la comida. Convierte a Gertrudis en una desvergonzada, a cada rato manoseándose con su maestro de piano.

                                             Esta Gertrudis, calentona, pero huesuda.

En la novela, Gertrudis es la más jaranera, la menos formal, pero su despertar sexual se lo debe a la carga erótica que su hermana vuelca en un platillo particular. Por eso es tan impactante ver a Gertrudis (en el filme) corriendo desnuda por los campos en busca de amor carnal y de su destino, tal como lo describe el libro. En la serie no se entiende el cambio.

                              Claudette si tenia formas voluptuosas para parecer una mujer devorada por la pasión 

Hay momentos maravillosos visualmente en los que prima el realismo mágico como cuando Tita traicionada por Pedro, siente tanto frio que cubre su ropa de cama con escarcha, pero en otros es como un elemento accidental que o no trasciende o tiene explicaciones lógicas. La serie como que intenta capturar la atmosfera del libro para luego evadirla.

Eso ocurre con la música. En el primer episodio la música incidental y la banda sonora están perfectas combinando opera, temas folclóricos y el vals “Alejandra” que bailan Tita y Pedro en un evento que, si no está en el libro, es necesario para que apreciemos el vestuario y veamos el modo de vida de las clases altas norteñas en vísperas de la Revolución. Esta armonía es interrumpida en el Tercer Episodio donde comienzan a meter canciones pop que destruyen el espíritu de época con su modernismo.



Aborreciendo a Pedro

Han engordado la biografía de Pedro. No solo es vecino de las De La Garza, también tiene un tío militar que codicia la herencia del sobrino. Lo más interesante es que existe una guerra entre Mama Elena y los Musquiz. Al quedar viuda, el padre de Pedro , aprovechándose de su luto e ignorancia, la estafó con la compra de unas reses, algo que la rencorosa mujer no le perdona.

Pedro,  que ha estado noviando con Tita desde la infancia, quiere acabar con esa enemistad entre ambas familias. Se le ocurre que su padre ofrezca las reses como regalo de bodas. Tras probar un dulce preparado por Tita (un buen ejemplo de la magia culinaria), al padre le parece tenerla de futura nuera Van a pedir la mano de la susodicha, pero cuando Mama Elena le ofrece a Rosaura, Pedro la acepta. Hasta su padre se escandaliza.

Me aburre la historia de amor. Nunca me gustó, ni en el libro ni en la película. Pedro siempre me pareció poca cosa para Tita. En las versiones anteriores, Pedro y Tita se conocieron en su infancia, pero nunca hubo trato entre ellos. Tita viene a sentir algo cuando el muchacho le pasa un mensaje en misa. Aun así, han intercambiado un mínimo de palabras. Se atraen físicamente, eso es todo.



Se entiende que Pedro acepte la propuesta indecente de Mama Elena, pero no quita que sea un aprovechado. No solo tendrá dos mujeres, además una casa donde todas estarán pendientes de él. Como dijo mi hermano. “Quiere ser gallo de su gallinero”. Por eso siempre me irritó que Tita lo privilegiara por sobre la lealtad y el amor de John.

Alfonso Arau describió a Pedro como  “un perfecto imbécil” y dijo que la única manera de venderlo sería que lo interpretase un actor tan guapo que se le perdonase todo. Por eso se fue a Italia y se trajo a Marco Leonardi que había dado vida a Toto en su etapa adolescente en Cinema Paradiso. Bueno ahora no tenemos a Leonardi, y este Pedro salió más calzonazos que el del libro. No me entra el romance por ningún lado y menos cuando  el guion ahora ha hecho más profunda la relación.

Pedro y Tita son vecinos,  han noviado desde niños, intercambiado beso y cartas (interceptadas) por años. Hay una relación formal, hay promesas. Lo normal en esa cultura, hubiese sido que Pedro se robase a Tita,  no aceptar una situación tan irregular. Su mismo padre se lo reprocha y Tita le dice que hubiese preferido que la hubiese secuestrado. Fue un cambio absurdo de esta producción de Salma Hayek.  Hay muchas fans del libro y filme que están descontentas con el giro que ha tomado la historia. Sobre todo, con Pedro. Una incluso pone en su cuenta de Instagrama raíz de la serie “otro domingo aborreciendo a Pedro”.





El poder de la historia reside en la cocina de Tita, ahí está su liberación, no en un amor que la consume, pero nunca parece real. El sacar a la obra de su marco de fabulas y convertirla en denuncia social sin sutilezas, aumenta la debilidad de Pedro como personaje y no lo hace más simpático. No se entiende como puede ser un aguerrido revolucionario si es incapaz de enfrentarse a la suegra, en un último caso para que deje de mangonear a Tita.



Como dijo Gato Rafa, esta adaptación se siente como una telenovela de VIX. Ante un solo capitulo, mi Beta Lore dijo que era muy “cursi”. La recomiendo, pero con reparos. Conste que estamos hablando de literatura. Así que para quienes desean verla, siempre antes aconsejo leer el libro y ver la película de Alfonso Arau.

Contenido Violento y Gory: Escenas de enfrentamientos entre guerrillas y militares. En el primer capítulo, los federales matan a un revolucionario en un mitin de Puebla y en el cuarto hay una escena de tortura impensada por Esquivel.

Contenido Sexual y Desnudo: No muy graficas, pero ya desde el primer capítulo tenemos el elemento sexual presente gracias a Gertrudis que es la coscolina de Las Palomas. Después de la ingesta de codornices con salsa de pétalos de rosa, esperábamos el desnudo obligatorio de la susodicha, pero aquí se fueron al chancho como decimos en chileno. Hubo desnudo y huida con Juan (que en el libro ni era peón ni amigo de Gertrudis); además que Pedro se zampó la codorniz fantaseando que se comía a Tita encuerada; y en su cuarto vimos a Mama Elena masturbándose. Ya como que le pusieron mucho color. ¿No?




Como bono, en el mismo episodio, Rosaura le hizo un striptease al marido para que la sacara del nicho de esposa virgen. Hablando de perdida de virginidad, para sacarle roncha a la hermana, Rosaura cuelga la sabana ensangrentada junto con la colada. Era costumbre en los países de la cuenca del Mediterráneo mostrar la sabana manchada al día siguiente de la boda. Todavía se hace entre gitanos y en algunos países musulmanes, pero la costumbre es colgarla desde una ventana, no juntarla con la ropa limpia.



Factor Feminista: Reitero, el feminismo de la novela y del filme se centra en el reino domestico de Tita y de sus platillos transformadores. Como la serie no sabe transmitir esa magia, no hay tal feminismo. Gertrudis no se hubiese convertido en generala revolucionaria si no hubiese comido los pétalos bañados de la pasión de su hermana.

En la serie, Gertrudis siempre ha querido liberarse, su huida es solo parte de esa liberación. Cuando Tita dice que “comparte las ideas revolucionarias” de su hermana,  se me antoja preguntarle cuáles son esas ideas, Tita en su libro revoluciona desde la cocina no desde la política. Un toque modernista es que Gertrudis dice: “la lucha armada es mi vida”. En el libro, Tita recibe una carta de su hermana que le cuenta que está en un burdel porque el fuego que iniciaron las codornices solo pudieron apagarlo muchos hombres. Únicamente ahí, ya apaciguada su pasión, Gertrudis se une al General Alejándrez y a sus revolucionarios. Su instinto la lleva al sexo no a la revolución.




Factor Diversidad: Sin mencionarlo directamente, hay una forma de racismo entre la clase patronal (blanca y criolla) y los peones (indígenas). Gertrudis es de piel más oscura que sus hermanas porque su verdadero padre tenía sangre africana. En El Diario de Tita, Nacha instruye a la cocinerita en tradiciones indígenas, como que cuando nace su sobrino, entierra el cordón umbilical del niño. En la serie,  nadie ha hecho uso de esos elementos tan interesantes.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Medianoche en el Pera Palace nos Trae una Frustrante Temporada 2

 


Después de casi dos años,  nos llega la segunda temporada de Midnight at the Pera Palace. La serie original narraba un viaje en el tiempo a un momento histórica de la Turquía moderna. La segunda temporada abraza una búsqueda de los orígenes de la protagonista, con un relato de espionaje, un misterio detectivesco y un romance. La obligación de colocar el romance por encima de las otras subtramas lo debilita, lo hace inconcebible y convierte a Esra, en una heroína muy egoísta y tonta.

Dice Gato Rafa que el problema es que esperamos mucho por esta temporada y ya ni recordamos el argumento. Yo sí lo recuerdo, quienes no lo recuerdan son los libretistas. Ya llevo cuatro episodios y una sola vez se ha mencionado que Halit es el padre de Ahmet. Aparte del romance entre Halit y Esra, es lo único que quedó de la primera temporada ya que ni Leila ni su abuelo son muy importantes.

Veamos a la trama. Ahmet y Esra volvieron al presente, dejando a Halit en 1919. Esra está obsesionada con encontrar la razón por la cual es tan parecida a la difunta Peride. Se le ocurre que son parientas y viaja hasta 1995, la fecha de su nacimiento, cuando siendo una bebita fue abandonada en un cuarto del Pera Palace. En 1919, Halit no aguanta estar lejos de Esra y consigue una llave mágica de su ex amante, Olga la princesa rusa ahora camarera del Pera. Llega a 1995, no encuentra a Esra y el modernismo lo asusta obligándolo a retornar al pasado.


Ambos viajeros quieren (no sé por qué) viajar a 1941. Olga se niega a seguir ayudado a Halit, pero sabemos que él no es amigo de lo legal y menos si se interpone en su camino. Se roba todas las llaves del hotel y, siguiendo otra manera de viajar en el tiempo, cruza un peligroso portal. Para cuando Esra y él se reencuentran, Halit es dueño del Pera Palace y está en conflicto con su ex socio, el maleante millonario Mumtatz, que ha descubierto el secreto y quiere también ser un viajero del tiempo.

Antes de eso, Ahmet y Esra llegan a Estambul en busca de la madre desconocida de la periodista. La única pista es Leila, la hija de Peride. Descubren que trabaja en un burdel de postín. Nadie se sorprende que la nieta de un millonario sea prostituta. Tal como Esra parece haber olvidado a la hija que un día adoptó. Estambul es un hervidero de espías. Leila anda con uno nazi y Esra la ve matándolo. Deduce que Leila trabaja para los rusos. No alcanza a hablar con ella porque nuestra heroína anda muy amartelada con Halit.



Sucede que, con sus juegos con el tiempo, Halit ha alterado las cronologías, los sucesos históricos ocurren en otras fechas. Así ocurre en la explosión provocada por los nazis en el hotel cuando la comunidad inglesa tenía una fiesta para recaudar fondos. El pobre Ahmet ,azorado, habla en voz alta de la bomba y es arrestado. Esra está presente, pero ocupada en babear porque acaba de ver a Halit. Ahmet es encarcelado y torturado, pero a Esra no le importa ya que está en la cama con Halit. Cuando sueltan a un aterrorizado Ahmet este le dice a Esra que la policía sigue vigilándolo y ella no le cree.



Ahmet le dice que al haber atravesado ese misterioso portal,  Halit ya no es el mismo y que puede cometer actos criminales, Esra no le cree. Ahmet le advierte a la periodista que sus acciones pueden alterar su vida, recordándole que Halit es su padre, Esra no lo escucha. Hay un secuestrador de mujeres suelto en Estambul. Cuando Leila es secuestrada, su abuelo acusa a Halit puesto que lo vio llevarse a la nieta. Aun así,  Esra sigue embobada. No soporto a las heroínas brutas y este otoño he tenido que calarme a dos: Lenú de My Brilliant Friend y Esra.

La trama está llena de agujeros, el principal es prescindir del momento histórico. Lo sigue la incapacidad de aprovechar las variantes del argumento,  ni hablar de los absurdos que restan credibilidad al relato. Para vencer a Mumtaz, Halit planta a quien ni siquiera imagina es su hijo, en la casa de su enemigo. Ahmet, que ni sabe inglés, se convierte en Alfred de New Hampshire, el nuevo mayordomo del maleante.

Esra, que nunca ha estado en Francia ni habla francés, consigue empleo de periodista fingiendo haber estudiado en París. No sigo porque nada tiene sentido. Los personajes se traicionan a sí mismos y actúan como si al libretista recién se le ocurriera que hacer con ellos, no como subordinados a un hilo argumental. Recordarán que al final de la Primera Temporada, Esra viaja a una Estambul alternativa que ha sido ocupada por los nazis. En el hotel se encuentra con Leila que ahora es parte de la resistencia, pues nada de eso aparece aquí.





Es muy triste que siendo uno de los pocos países que todavía produce dramas de época, Turquía los haga de manera tan descuidada. He oído que se planea una tercera parte. No creo que vaya a verla.

Contenido Violento o Gory: Hay muertos, secuestros, pero lo más violento son los interrogatorios de la policía a Ahmet.

Contenido Sexual o Desnudos: Sigue siendo una telenovela turca con códigos morales que exigen pudor. Aun así, hay escenas subidas de tono entre Esra y Halit.



Factor Feminista: Esra consigue empleo en un periódico dirigido por una mujer y en sus reportajes usa lenguaje feminista del siglo XXI como el llamar “misógino” al secuestrador de mujeres. Este se comporta como el Encuerador de Tlalpan de Las Azules. Rapta mujeres para que se queden en sus casas y no trabajen. Sus actos son un repudio de las leyes de Ataturk que liberaron a las mujeres turcas.

Factor Diversidad: Aunque hay un intento de mostrar una Estambul cosmopolita con ingleses, alemanes, tanto nazis como judíos, no vemos el crisol de razas que presento Club Estambul.

lunes, 14 de octubre de 2024

Narraciones Terroríficas: Una antología del terror universal

 


Recientemente el rey Nerimane, mientras mencionaba la ausencia de material para mantener este blog vigente, me recordó que no solo vive este sitio de cine y streaming. Este blog está también dedicado a la fantasía, horror, ciencia ficción e historia alternativa en formato literario. Haciendo memoria lleguė a  mi primer encuentro con la literatura de terror y a una magnífica colección, que por suerte tengo a mi alcance,  llamada Narraciones Terroríficas.

Lecturas no Aptas para Menores

Los niños suelen recordar como sus padres les leían cuentos de hadas, las aventuras del elefante Babar y de Peter Rabbit. En cambio,  nuestro padre nos leía las Narraciones Terroríficas. Yo aprendí a leer a los tres años y le enseñé a leer mi hermano. Desde ese momento, y como no teníamos televisión, la lectura se convirtió en nuestro pasatiempo favorito. Se sabía que, para fiestas y cumpleaños, el mejor regalo para Los Niños Venant eran libros.

Como lectores voraces que éramos devorábamos libros y revistas, no todas para criaturas. Cuando se acababan, explorábamos la bien provista biblioteca paterna. Mi padre intentaba ejercer censura, pero nos prohibía libros que tuviesen contenido sexual ─incluso alusiones─ y los que iban en contra de la Religión Católica (léase tratados de mitología). A mi madre, que todavía ocultaba su condición de judía, le importaba un rábano lo de la mitología, pero también prohibía historias que invitasen a preguntas incomodas.



A ninguno de los dos les parecía mal que nos asustáramos con algún cuento de terror.  Y fue así que, en 1967, cuando mi madre se la pasó medio año en una clínica santiaguina y mi padre se hizo cargo de nosotros, que comenzó a leernos las Narraciones Terroríficas. Nacida en la Editorial Acerbo esta era una más de las antologías creadas en Los 60. La antecedieron Antología de las Mejores Novelas Policiacas, Antología de Novelas del Oeste y Antología de las mejores Novelas de Anticipación (así se llamaba en España a la ciencia ficción).

Exceptuando las del Oeste, mi padre adquirió todas estas antologías. Mi madre las vendió antes de trasladarnos a los Estados Unidos. Hace unos quince años, mi hermano comenzó a reunir los volúmenes por partida doble, enviando un set completo a mi padre en Chile y conservando el otro. El set chileno se perdió como toda la biblioteca de mi padre, pero conservamos este, el de mi hermano.

Revisando el índice del primer volumen, lo que más me sorprende es su variedad, o lo que hoy llamaríamos “diversidad”. En época franquista sorprende lo equilibrado del conjunto que incluye autores de casi toda Europa, de Estados Unidos y de México. Al igual que cuentos chinos y uno japones sobre un fantasma sin rostro, Mujina,  que ha asustado desde Japón hasta Hawái.



También incluye cuentos escritos por mujeres,  de E. Nesbit, la escritora infantil autora de The Railway Children; de la feminista (que casi se casó con Oscar Wilde) Violet Hunt; de Mrs. Oliphant, una de esas damas victorianas que usaban el apellido del esposo para publicar;  y de la cuentista mexicana Guadalupe Dueñas. No es chiste, pero, si notamos que hay una trilogía de cuentos del gran Sakí, podemos decir que hasta incluye diversidad sexual entre los autores.

El contenido de los cuentos abarca horror y terror; robots construidos con partes humanas como en Coppelius; monstruos reconocibles como licántropos y vampiros junto a fantasmas sin rostro; espíritus malignos que muerden como en un cuento chino y otros que asustan desde ventanales específicos. Hasta hay un callejón que desaparece junto a sus habitantes. Tampoco faltan los relatos de horror donde lo sobrenatural es la maldad del ser humano. Junto a maestros del terror como Edgard Allan Poe, Sheridan Le Fanu y Jean Ray, aparecen luminarias de las letras iberas como Bécquer, Valle Inclán y Eҫa de Queiroz. No faltan los grandes exponentes del relato corto como Chejov, Maupassant y       O ‘Henry.

Mi padre, como en todas nuestras lecturas, ejerció la censura. No podíamos leer nada de la colección si no lo leía él.  En su afán de no leernos nada “indecoroso”, terminó leyéndonos los ejemplos más terroríficos como el “Coppelius” de Hoffmann (el verdadero nombre es “El hombre de arena”) que con su historia de un científico loco que les roba los ojos a los niños, nos quitaba el sueño.

Aún peor fue “El gato negro” de Poe que nos hizo llorar ya que hemos sido gatofilos de siempre. ¿Qué es eso de dejar tuerto a un gatito y luego emparedarlo? Ni hablar de “La Familia Vourdalak” de la cual ya he escrito antes. Este relato vampírico de Alexis Tolstoi sigue siendo el más aterrador que haya leído en mi vida.

Aunque no creo que tengan acceso a esa antología quizás hayan leído estos cuentos, sino pueden buscarlos en línea. Yo paso a reseñar tres que me han impactado en esta nueva lectura.

“Gabriel-Ernesto” de Sakí.

El cuento tiene lugar a comienzo del siglo XX, en la campiña inglesa. La historia es narrada desde la perspectiva de van Cheele, latifundista, juez de paz y con ínfulas de naturalista. Un atardecer se encuentra, en sus tierras, cercano a un bosque, a un adolescente desnudo que duerme la siesta. Cuando lo interroga, el muchacho da respuestas cripticas que no explican ni su identidad, ni domicilio ni donde está su ropa. Anuncia que duerme por la tarde porque caza de noche “y en cuatro patas”.



Cuando van Cheele pregunta que caza, el chico responde que conejos, aves de corral y de vez en cuando…niños. Molesto, van Cheele le ordena que se marche. Lo próximo es que el muchacho, todavía desnudo, se le aparece en la casa anunciando que vivirá ahí ya que no puede dormir en sus tierras. La tía de Van Cheele, que vive con el sobrino, se apiada del muchacho al que cree huérfano y desprovisto de memoria. Le pone ropa de caballero, le da el nombre de Gabriel-Ernesto y lo integra a su circuito de obras de caridad.

Van Cheele, todavía no está tranquilo, menos cuando recibe la visita de su amigo, el pintor Cunningham,  quien le cuenta algo perturbador que presenció la última vez que estuvo ahí: un atardecer, casi al caer la noche, vio en el bosque como un jovencito se convertía en un lobo. Esto confirma a van Cheele sus sospechas sobre Gabriel Ernesto. No sigo porque prefiero que la lean. También para quienes cansa la lectura hay videos en YouTube.

Hablaré brevemente de Sakí. Hector H. Munro nació en lo que hoy es Myanmar, pero entonces era parte del Raj Británico. Su padre era miembro de la administración inglesa de la “ Joya de la corona”. A la muerte de la madre, el pequeño Hector y sus hermanas fueron enviados a Inglaterra a vivir con sus tías. Esta fue una época dolorosa y que marcaría la vida y la literatura de Sakí. Tanto la parodia de las caritativas solteronas victorianas en “Gabriel-Ernesto”, como la cruel guardiana del protagonista en “Sdreni Vashtar”,  están basadas en las odiadas tías del escritor.



Ya adulto, Sakí intentó seguir la tradición familiar y establecerse en la India, pero su salud no lo acompañó y renunció a su servicio en la policía imperial. De regreso en Inglaterra se dedicó a ganarse la vida como periodista y autor de cuentos breves. Estos los escribía con el seudónimo de “Sakí” nombre extraído del Rubayat de Omar Khayam.

A pesar de que cosechó fama,  tanto como cuentista como corresponsal extranjero del Morning Post, Sakí nunca fue feliz. Se sabe poco de su vida adulta puesto que su hermana Ethel, que fue su albacea, destruyó toda la correspondencia del escritor, posiblemente para evitar que se supiera que era homosexual. La homosexualidad fue un crimen en el Reino Unido hasta fines de Los 60.

Su depresión al llevar una doble vida explica que, en 1914, Sakí se enrolara en el ejército a pesar de tener más de cuarenta años. Durante los dos primeros años de la Gran Guerra, el escritor buscó la muerte. Se rehusó a aceptar un puesto de oficial, prefiriendo exponerse más como soldado raso; varias veces regresó al campo de batalla, aun herido o enfermo. Finalmente se cumplió su deseo en 1916 cuando lo alcanzó la bala fatal de un francotirador alemán.

 Aprovechando su seudónimo, Sakí satirizó los convencionalismos de la burguesía victoriana. En “Gabriel-Ernesto” se ríe de la estrechez de mente de la clase alta rural con sus ideas científicas y su caridad hipócrita, pero sobre todo de como intentan reprimir la naturaleza. El joven lobo representa no solo la desbocada sexualidad del adolescente, mas también una fuerza natural incontenible y por lo tanto aterradora.



Cuento en español

Tale in English

“La aventura de un estudiante alemán”

Muy diferente es el caso de otro escritor cuyo cuento he escogido. Me refiero a Washington Irving, uno de los primeros gigantes de la literatura estadounidense. Nació,  como su país,  en 1783 y desde niño tuvo la suerte de hacer buenos contactos, entre ellos el primer presidente de Estados Unidos cuyo nombre llevaba.



Hijo de mercaderes neoyorquinos, Irving tuvo también la suerte de que sus hermanos hubiesen hecho fortuna y lo quisiesen tanto que estuvieran dispuestos a pagarle sus viajes y su manía de escribir. Washington viajó extensamente por Europa, pero también por el Estado de Nueva York sobre todo por el Valle del Hudson y las Montañas Catskills que retrataría en sus cuentos.

Irving se hizo conocido por sus notas periodísticas y antes de los treinta años ya había fundado la revista Salmagundi en 1807. La Guerra de 1812 trajo reveses a la fortuna de su familia. Washington Irving se marchó a Inglaterra donde comenzó a escribir en serio. Su primera antología El Libro de Bosquejos contiene dos relatos situados en una Nueva York todavía dominada por colonos holandeses: Rip van Winkle y La Leyenda de Sleepy Hollow. Ambas demuestran la fascinación del autor por lo sobrenatural. Tal como ocurre en el cuento que voy a reseñar “La aventura de un estudiante alemán” que es parte de su segunda colección de cuentos:  Historias de un viajero.



Estos relatos fueron muy bienvenidos en Estados Unidos tal como su primera obra, una sátira de la historia de Nueva York que publicara en 1809, supuestamente escrita por el holandés Diedrich Knickerbocker. Tan famoso fue el texto que haría entrar en el léxico el término “knickerbocker” tanto en beisbol como en baloncesto, al igual que en cultura popular al convertirse en el apodo de las familias de antiguo linaje de Nueva York que hemos conocido en The Gilded Age. Otra aportación léxica de Irving fue el apodo de “Gotham” para Nueva York.

Hablando de esas familias, Irving fue muy amigo del primer millonario estadounidense, John Jacob Astor, de cuyo testamento seria albacea. Astor invitó a Irving a visitar las regiones todavía sin civilizar del nuevo país, incluyendo los espacios donde el millonario hiciese fortuna en el negocio de las pieles, o sea el Noreste. Irving gustoso visitó esta región geográfica de la cual escribiría una crónica Astoria (1836) y algunos relatos que son considerados como precursores del género western. También este viaje sirvió para acallar la denuncia de la elite intelectual de que Irving se había “europeizado”.

Tanto viajar, escribir y hacer buenas conexiones dio frutos. Washington Irving comenzó a hacer carrera en el mundo diplomático. Primero como secretario de la Embajada estadounidense en el Reino Unido y luego sirviendo por largos años como Embajador en la Corte Española (1842-1846). Su fascinación con la nación ibera databa de antes. Aparte de hacer amistad con literatos españoles como Jose Blanco White y Cecilia Bohl de Faber, Irving se había embarcado en la creación de una historia de Cristóbal Colon que publicó en 1828.



Tras esta publicación, Irving compilaría una colección de cuentos también muy famosa titulada Cuentos de la Alhambra (1832). Se le puede considerar entre los hispanistas de su época, junto a Paul Prescott. Irving nunca se casó. Estuvo comprometido con Matilda, la hija de su mentor, el Juez Hoffmann, pero ella murió antes de la boda. Mas adelante se enamoró de Emily Foster,  una joven expatriada americana en Alemania, pero ella lo rechazó. Se dice que Mary Shelley lo requirió en amores y está vez fue Irving quien la rechazó.

Tanta biografía es para indicar que Irving era un romántico apasionado y gustaba de las mujeres (Anya Seton lo tiene robándole un beso a la hija de Aaron Burr en My Theodosia) lo que lo asemeja a Wolfgang de su relato de terror. Releí este cuento justamente porque estoy haciendo algo sobre la ficción y la Revolución Francesa. Liberal y humanista, Irving no critica la llegada de la República a Francia, pero es consciente de que se ha excedido en su ejercicio de la justicia.

Wolfgang vive en medio de ejecuciones arbitrarias que ocurren día a día. Es típico alemán joven de su época: idealista, romántico, espiritual. Su obsesión con Swedenborg, nos dice el autor, lo ha vuelto huraño. Gusta de las mujeres, pero su timidez le impide acercárseles. Se ha creado en su imaginación una imagen ideal femenina que cree nunca alcanzará.





Una noche de lluvia, la encuentra en el lugar más insospechado, a la sombra del cadalso. En los escalones que llevan a la guillotina ve una mujer enlutada, acurrucada llorado. Cuando la consuela descubre que es esa imagen ideal de belleza femenina que ha forjado en su mente.

La lleva a su cuartucho, beben, hacen el amor y a la mañana siguiente, Wolfgang despierta al lado de un cadáver. La identidad de la difunta y su manera de morir son el núcleo supernatural de este cuento. Les dejo el link aquí para que las descubran.

Cuento en inglés

Cuento en español

“ Al Roce de la Sombra”  de Guadalupe Dueñas

El ultimo relato es la contribución latina a esta colección. Es un ejemplo del gótico mexicano de la cuentista jalisciense, Guadalupe Dueñas. Doña Lupe era un poco enigmática, a pesar de haber vivido a mediados del siglo XX. Sabemos dónde nació, quienes fueron sus padres y donde estudió, pero se sabe poco de su vida personal.



Se sabe que aparte de publicar varias antologías de cuentos, tuvo muchos empleos interesantes desde ser censora de cine hasta escribir guiones de telenovelas, entre ellos, la espléndida Carlota y Maximiliano, uno de los proyectos históricos de Don Ernesto Alonso. Poco antes de fallecer, Guadalupe Dueñas se enclaustró en su casa, un poco como lo hacen Las Moncada en el cuento que voy a reseñar.

“Al roce de la sombra” es parte de Tiene la noche un árbol, la segunda antología de cuentos que la autora publicó en 1958. Comienza como típico gótico con dejos de Jane Eyre. Raquel es huérfana, fea, pobre, se crio en un orfanato de monjas y su único mérito es ser maestra. La directora del orfanato le consigue un empleo en una zona rural y le da una carta de recomendación para sus antiguas condiscípulas, Las Hermanas Moncada que viven en la villa de San Martin.



En el tren,  un compañero de viaje ilustra a Raquel sobre las Moncada. Una vez fueron riquísimas, se educaron y vivieron en Francia, pero desde que perdieron su fortuna viven como ermitañas en su antigua casona.

Las Moncada reciben con alacridad a Raquel, aunque le dan hospedaje. La maestra se sorprende al ver que las hermanas, que solo salen para ir a misa, conservan su casona con todo el esplendor de antaño. Se avergüenza de ser tan poca cosa entre tanto lujo, pero poco a poco, Las Moncada, le toman cariño, la visten y le enseñan a gozar de las cosas finas de la vida.

Una tarde, Raquel que ha salido más temprano, llega a la casa y descubre el secreto de Las Moncada. Desde el momento que presencia un rito demencial y depravado que sabe que su suerte está echada…



El estilo del cuento es casi onírico, comienza a media res con Raquel despertándose después de su metida de pata y pasa a un flashback del viaje en tren que la trajo a San Martin. Raquel muchas veces duda de su realidad y siente que vive en un sueño, como si estuviese narcotizada.

Sigue pautas del terror gótico, un inocente forastero queda atrapado en una casa llena de secretos criminales de los que será víctima, tipo Get Out. Las Moncada son esas ancianitas, estilo  Doña Macabra o las de Arsénico y Encaje Antiguo que combinan demencia senil con acciones psicópatas.

Guadalupe Dueñas fue reconocida por tener estos personajes malvados, que esconden su psicosis, bajo apariencia inocente y vulnerable,  sean niñas o viejitas. Una anécdota es que Inés Arredondo en una pelea con Doña Lupe le espetó “eres tan mala como los personajes de tus cuentos” a lo que la Señora Dueñas respondió “así es”.  ¿Que habrán querido decir?



Aquí les dejo el cuento completo en español.

Revisando el resto de la antología, este primer tomo es el mejor, el más diverso y el que incluye más escritores conocidos, los otro ocho se concentran en maestros de terror como El Solitario de Providence, Bram Stoker, Robert Bloch, y Ray Bradbury cuando combina la ciencia ficción con el horror.

¿Habían leído estos cuentos? ¿Qué les parecieron?

martes, 20 de febrero de 2024

Psiquiatría vs Fantasmas Rurales Victorianos en The Living and the Dead

 

Cuando en Chile hacia listas de todo lo que vería en la tele, a mi regreso a Nueva York, esta serie del 2015 estaba en los primeros cinco espacios. Recuerdo que en su momento se habló de que sería una contrincante para Penny Dreadful. Aunque nada se compara a la serie de Showtime, Los vivos y los muertos demuestra que la BBC también era capaz de asustar con un sólido relato gótico.

El 2015 es un año importante en la cultura popular occidental. Marca casi el final de un mundo en donde imperaba la calidad por sobre lo políticamente correcto. Para los propósitos de este blog, marca el fin del auge de los fantástico. Curiosamente, es en este decline que encontramos un breve renacimiento del relato gótico.

Aunque, a fines de Los 90, la fantasía había entrado con una estampida en la literatura/y pantallas chicas y grandes, el terror gótico no había sido bien representado. En el 2014, Penny Dreadful vino a cambiar las cosas y a abrir nuevas puertas al subgénero. Ese mismo año, la televisión abierta de USA presentó la excelente Sleepy Hollow con Ichabod Crane resucitando en el Siglo XX y colaborando con una policía de un pueblo del estado de Nueva York para evitar que el Jinete sin Cabeza provoque el Apocalipsis.

Fue por entonces que la ITV decidió seguir esa pauta y recobrar un género al que le iba bien en el cine donde Daniel Radcliff dejaba atrás a Harry Potter para perseguir fantasmas victorianos en La mujer de negro y Tim Burton y Johnny Depp parodiaban el gótico televisivo por excelencia,  Sombras Tenebrosas.

La ITV se veía como una creadora de productos más refinados que las series de sabor cockney de la BBC. Después de todo llevaba cinco temporadas de un fenómeno mundial como Downton Abbey. Así se le encargó este cuento de fantasmas que tiene lugar en la campiña de Somerset en 1894.

Nathan Appleby (Colin “Merlin” Morgan) es un médico siquiatra reconocido en toda Europa que viene a visitar a su madre enferma en su propiedad ancestral en Somerset. Lo acompaña su mujer, Charlotte, (Charlotte Spencer,  la Lady Esther de Sanditon), una emancipada fotógrafa. Su llegada coincide con las festividades del solsticio.



La madre de Nathan le pide que no sea él quien encienda la fogata que inicia las festividades, pero el psiquiatra le recuerda que es un deber de todo varón Appleby.. Mientras los Esposos Appleby celebran con los trabajadores, un espíritu maligno acecha a la enferma.  “¡Deja en paz a mi hijo! “le ordena la mujer, pero el esfuerzo la mata. ¿Se trata del mismo viejo siniestro que persigue a Harriet, la hija adolescente del Vicario Denning?

Los Appleby entierran a la madre. Los trabajadores están asustados, creen que el psiquiatra venderá la propiedad y se volverá a Londres. Esa casa no trae buenos recuerdos a Nathan puesto que ahí murieron su primera esposa y Gabriel, su hijito.

Para no dejar a nadie desempleado, Nathan decide abandonar su práctica médica y dedicarse a sacar adelante una propiedad que ha estado en su familia por siglos. Charlotte abraza con entusiasmo los planes del marido y utiliza su dote para comprar un rudimentario tractor . Esto incomoda a los labriegos que temen que la maquina los reemplace.





El vicario visita a Nathan, teme por su hija. Harriet se ha vuelto taciturna. Sabemos que también se ha vuelto cruel. La vimos arrojar un patito vivo a los cerdos para que se lo devoraran. Nathan está muy ocupado con su granja y se niega a aceptar una paciente rural.



Cambia su actitud cuando, una noche,  Harriet aparece en su propiedad y se zambulle en la laguna. Nathan decide dejarla en la granja bajo observación. Cuando la interroga, la chica dice no recordar nada, pero luego habla de un espíritu que la domina y que le ordenó lanzarse al lago.



Nathan confía a su esposa que Harriet está sufriendo de una crisis debido al miedo a su sexualidad adolescente. Eso la lleva a adoptar otras personalidades. En un acto digno del Dr. House, Nathan se mete en el cuarto de Harriet, en la vicaría,  y lo registra buscando alcohol u otra señal que explique la perturbación de la chica. Encuentra algo más sorprendente, unos cilindros que son los predecesores de la cintas de grabación.

En un vitáfono , la primera máquina grabadora/reproductora, Los Appleby escuchan encantados las voces de la gente a su alrededor que al parecer grabase Harriet. Nathan se perturba cuando escucha la voz de su hijo llamándolo, pero hay algo más perturbador. De pronto de la maquina sale una voz cascada y desconocida. Dice llamarse Abel North y entona una serie de quejas blasfemas y agresivas. En un momento, la grabación se detiene y es Harriet quien entra en la sala y la acaba con la misma voz masculina de Abel North.



La situación es grave. El Dr. Appleby cree que se trata de un caso de doble personalidad, pero a Charlotte comienza a incomodarla la paciente. Cree que quiere seducir a su esposo y no está equivocada. Una tarde, la hija del vicario acompaña a su psiquiatra a poner flores en las tumbas de sus seres querido. Ahí Harriet comienza a hablar, primero con la voz de Olivia y luego con la del pequeño Gabriel. Nathan le exige que se deje de bromas. Ella se abalanza sobre el médico y lo besa en la boca. Cuando él la rechaza, la joven lo golpea con una fuerza insospechada y huye.

Charlotte no aguanta más . Ese mismo día ha descubierto que han roto el tractor y acusa a John, el capataz, lo que la sitúa en contra de sus labriegos que confían en él . No necesita de más problemas. Exige a su esposo que envíe a Harriet de regreso con sus padres.

Los esposos Appleby buscan a Harriet en los campos y presencian el macabro suicidio de John. No saben que ha sido impulsado por Harriet o el espíritu que la posee. Nathan solicita el permiso del vicario para hipnotizar a Harriet. El experimento es un desastre y la chica huye para luego intentar matar a Gwen, la doncella de Charlotte.



Nathan ha averiguado que Abel North fue un antiguo labriego, un hombre de mala catadura que no caía bien a nadie y cuya aura criminal aumentaba con su bravata de que había matado a una mujer. Nathan medita sobre una frase que Harriet repite cada vez que North la posee: “lo que no está bautizado no puede ser enterrado”.

Sospecha que el espíritu de North no puede descansar porque no ha tenido un entierro cristiano debido a que nunca lo bautizaron. De ahí su empeño en zambullir a Harriet en el lago o de ella intentar ahogar a Gwen. Entonces será el propio Vicario Denning quien bautice a North, dentro del cuerpo de Harriet, y así se libran de ese espíritu…pero hay más.

En los próximos cinco episodios, Nathan se enfrentará a fantasmas de todo tipo, incluso algunos que vienen del futuro. A medida que entierra sus prejuicios científicos va desenterrando secretos, algunos relacionados con su familia, y que deberían permanecer bajo tierra. Todo este proceso va enloqueciendo a Nathan y alejándolo de Charlotte quien también enfrenta problemas propios. Se ha convertido en la mayoral de un grupo de labriegos que desconfía de ella y ademas intenta quedar embarazada.



La atmosfera victoriana se consigue de una manera ya perdida en las nuevas producciones británicas, gracias a vestuario y música apropiada, al igual que la iluminación y escenografía que ha recordado a los espectadores la obra pictórica de Constable y que nos transporta a las novelas de Thomas Hardy. El ambiente de la serie ayuda mucho a aumentar la atmosfera de terror y angustia.

Existe una yuxtaposición entre un mundo oscuro y misterioso poblado de espíritus poco amistosos y un paisaje bucólico, un remanso de paz donde solo parecen habitar humanos benévolos cuya bondad desaparece cuando interviene lo sobrenatural. Me ha recordado a la excelente De Lark Rise a Candleford, con la descripción de pueblos pintorescos donde en contraposición al progreso de fines de la era Victoriana se encontraban costumbres y creencias que los campesinos conservaban desde tiempos milenarios.

Aquí también las vemos,  desde la celebración del solsticio,  hasta el Árbol de los Deseos, donde Gwen cuelga un paño manchado con sangre menstrual de Charlotte para pedir que su ama conciba. Pero también sentimos que estos resabios del paganismo pueden ocultar fuerza ocultas y violencias que nos hacen sentir que entramos en el territorio de The Wicker Man.



Hay un conflicto constante entre pasado y progreso que se refleja en una lucha en contra de Charlotte,  de sus máquinas,  de sus esfuerzos por traer el tren a sus tierras y por su incapacidad de quedarse en el sitio que corresponde a la esposa del amo. Y es que Charlotte va perdiendo a su mayor aliado.

A medida que aumenten sus dudas, Nathan va a ir cayendo cada vez más en el oscurantismo de sus empleados a pesar de los esfuerzos del Vicario Denning por traerlo al presente. Es fascinante ver a un clérigo ser más librepensador y progresista que un psiquiatra. Realmente es el tipo de detalles que hace a The Living and the Dead imperdible.



Contenido Violento y Gore: Fuerte el suicidio de John. También la escena del patito devorado por puercos, aunque solo oímos sus gritos. Los poseídos atacan a la gente e intentan matarlos tal como los labriegos agreden a quien creen ser brujos.

Contenido Sexual y Desnudos: Un labriego muestra nalgas mientras tiene sexo con Gwen. Otro se baña desnudo en la laguna en el tercer episodio. Muchas escenas de cama de los Appleby, pero nada más allá del foreplay y no hay desnudos.

Factor Feminista: Charlotte es una mujer independiente, moderna y con idea progresistas que debe luchar contra los recelos de un pueblo que desconfía de ella por afuerina y por ser mujer. Vemos muchas familias de asalariados que son manejadas por una madre viuda por lo que no es extraño este comportamiento independiente, la misma Gwen es dueña de su vida. El problema de Charlotte no está en su género sino en su clase y en ser forastera. Otro caso interesante es el del vicario librepensador que permite que su hija lea y desarrolle un criterio independiente.



Factor Diversidad: Aunque no hay diferencias étnicas ni de otro tipo, hay un fuerte distingo entre lo de afuera y la cultura rural imperante. Cualquier intento de cambiarla, sea a través de progreso o brujería, convierte al revolucionario en un” otro”,  un paria. A fines de la serie hay un viaje en el tiempo y conocemos a la bisnieta de los Appleby que está casada con un anglo-africano.