jueves, 12 de mayo de 2016

El Día que Tennyson murió: Penny Dreadful: 3x01



El titulo es apropiado para una temporada que promete ser la más literaria de esta serie que se ha convertido en mi favorita. Ya es evidente  que “Penny Dreadful “es un homenaje a la literatura de terror decimonónica y no solo por la aparición de un nuevo personaje, el exótico Dr. Jekyll.
Para quien no ha visto “Penny Dreadful”,  en un dedal, se trata de un pastiche del Frankenstein de Mary Shelley con el Drácula de Stoker, el Dorian Gray de Oscar Wilde, un explorador  salido de la aventuras de H. Ridder Haggard, y ahora viene el enigmático medico bipolar de Robert Louis Stevenson para agregarse a esta galería de monstruos literarios.

En cuanto al personaje de  Vanessa  Ives ya hemos dejado establecido que es un motivo mas folclórico que literario, esa mujer magnifica que todos desean, pero que no tiene licencia para amar. ¿Dónde dejamos a Ethan Chandler? Es lo más cercano a un héroe en este cuento de antihéroes, pero también un licántropo en residencia vagamente inspirado en “The  Wolfman” de Lon Chaney.

Mas si Larry Talbot era un distinguido caballero inglés, Ethan Chandler es un ex oficial de la Caballería de los Estados Unidos, veterano de esas guerras genocidas contra los nativos del Lejano Oeste. En esta temporada, han decido sacar a Ethan de la bruma londinense y regresarlo a su Far West  natal, a ese mundo de la prosa de  Zane Grey, Louis L’Amour, y si queremos western con horror, tal vez de Ambrose Bierce. Si, al Gringo Viejo le hubiera gustado escribir algo sobre vaqueros medio lobos. Con este background literario podemos ahora internarnos en la tercera temporada en un episodio titulado “The Day Tennyson Died.”

Comencemos con La Criatura. Fiel al texto de Mary Shelley, Calibán enfila rumbo al Ártico, pero la mala suerte lo persigue. El barco encalla en los hielos, y la tripulación mengua por hambre y frío. El primer episodio nos muestra a tres sobrevivientes, entre ellos el capitán, repasando la situación logística. Se han comido las ratas, los objetos de cuero hasta y la madera. Lo próximo será un cadáver.  

El capitán arguye que el canibalismo no es la solución, si van a morir de todas formas, preferible morir con la conciencia limpia. Cerca de ellos, acurrucado junto a un mástil vemos a Calibán. El no necesita comer, no necesita de abrigo, puede ser testigo de la degradación humana. Se oye una toz, hay un niño cerca que agoniza. Los hambrientos quieren apurar su final para asarlo como lechoncito.

Calibán tiene una visión. Se ve (pero con el rosto normal de Rory Kinnear) en una casa burguesa donde un niño agoniza y una  mujer lo cuida. ¿Será que como el Señor Proteus, su cerebro le recuerda  su pasado? El pasado de verdadero dueño del cerebro.  No sabemos porque El Monstruo de Frankenstein, toma al niño en brazos, lo acuna, le canta una nana, y le parte el cuello como lo hace mi perra Bianca con los ratones. Rápida y limpiamente. Enseguida se despide de la magra concurrencia y les desea suerte sin un asomo de ironía.

“¿Dónde vas?” le preguntan. “Home” responde Calibán y lo vemos salir a caminar por el paisaje ártico. Tal vez se encuentre con Theon Greyjoy que va en busca de similar destino. ¿Cuál es el hogar de Calibán? ¿El cuchitril de Víctor? ¿Londres? ¿O acaso ese hogar del cual salió el cadáver que Frankenstein utilizó con fines nefastos?

Volviendo a Londres, nos vamos a ver a Víctor. El Dr. Frankenstein se ha pasado estas semanas drogándose, al cabo de las cuales solicita la ayuda de su único amigo.

Llega al barrio el Dr. Jekyll (Shazad Latif). Antes de entrar al cuchitril,  desde las ventanas lo apostrofan los vecinos con insultos racistas “Ya vuélvete a Calcuta”. Jekyll es un mestizo de inglés e hindú (lo que en la India británica se conocía despectivamente como “Chi-Chi”) y por lo que hablan con Víctor, no es ajeno al racismo, a los prejuicios y a la soledad. Frankenstein recuerda que en la escuela, Jekyll estaba lleno de rencor y amargura, por eso lo cree un buen asesino (además de ser un excelente químico).

Lo recluta para destruir a Lily. “He creado monstruos” confiesa, pero Jekyll tiene otra idea. El también ha estado experimentando en estos años lejos de su único y desleal amigo. Su campo es la dominación. Se da cuenta que Víctor ama a La Novia. ¿Qué tal si él, Jekyll,  la domara? Qué tal si la domestica hasta convertirla en una gatita ronroeante? Víctor acepta, pero lo hace prometer que si no resulta, la matarán. Jekyll no se compromete.


Dejémoslos y partamos al África, A Zanzíbar. En un barucho de mala muerte,  Sir Malcolm ahoga sus penas. Acaba de escribirle a su protegida contándole que ha regresado de las montañas donde enterró a Sambene. África ya no tiene encanto para el explorador. Los nativos son esclavizados por los alemanes y belgas que los necesitan para sus negocios de marfil y caucho. Es la era del colonialismo, no de la exploración.

 Medio tambaleándose, Sir Malcolm deja el bar y se interna en la calle. Lo siguen unos individuos con ropaje árabe. Le corta el paso una madre mendiga que suplica unas monedas. Acto seguido, la mendiga se convierte en prostituta y un minuto después,  en asaltante. Se le unen los árabes del bar. Aparece otro personaje que mata a la mendiga y salva a Murray. Es un nativo americano (Wes “El Último Mohicano” Estudi) quien como corresponde, arranca la cabellera de la mendiga.

De regreso al bar, se presenta es Katenay, Apache Chiricahua, abstemio, y viene buscando a Malcolm desde Londres. Su motivo es recordarle que el explorador tiene un deber, destruir los demonios del cielo y de la tierra. Malcolm sonríe displicente: ya ha abandonado esa carrera. Katenay insiste. “Ethan Chandler lo necesita” “el que es como mi hijo” Por Ethan, Sir Malcolm debe ir a la tierra de Katenay y de Larry Talbot, El Territorio de Nuevo México. El explorador sigue negándose y Katenay le explica que no esta pidiendo, le esta exigiendo. “Nuestro hijo nos necesita”.

Y realmente, Ethan necesita mucha ayuda. El Inspector Rusk lo ha embalado en un vagón del Unión Pacific. Lo llevan esposado y rodeado de alguaciles. Curioso, porque en el asiento trasero se ha colado una brujita. Si, Hécate, la Nightcomer, ultima sobreviviente del equivalente a la Víboras de Arena de “Penny Dreadful”. Hécate ha encontrado al Lupus Dei y discretamente lo va siguiendo.

Cuando el tren cruza la zona desértica de Nuevo México, a Rusk se le ocurre ir al vagón comedor. El barman le sirve un té y pregunta cuál es el crimen del prisionero que escoltan. “Masacró a varios y se comió a algunos” es la sucinta respuesta.

En el vagón, el olfato lobuno de Larry Talbot le indica que va a ocurrir algo desagradable. Efectivamente, unos pistoleros matan a todos los pasajeros. Todos menos Hécate. “¿Le dispararía a una pobre mujercita indefensa?” Obvio que hasta un mercenario se ablandaría con esta suplica brujil. El otro que sobrevivió es el licántropo. El líder de los bandoleros, le da la bienvenida al Far West y lo aturde de un golpe. El posse se lleva al hombre lobo. Un poco más tarde, cuando Ethan despierta ya sabe quienes los rescataron (aquí debería ir un signo de interrogación). Son hombres contratados por su padre.

He dejado para el final, no a mi personaje favorito (ese es Ethan) sino a mi alter ego. Hay tan pocas series (o novelas) donde me encuentro reflejada en un personaje como me hallo con Vanessa. Tal como Frankenstein, anda metida en un chiquero. La elegante casa Murray se ha convertido en Crimson Peak, ya solo faltan pájaros entrando por grietas del techo.

En realidad exagero. Es cierto que no han visto esos cuartos una escoba desde que Sir Malcolm se fue, pero no hay tanta mugre. Los muebles están amortajados por sabanas y hay polvo por todos lados, y (se rumora) arañas. Lo que sí es cochambre son los ceniceros llenos de puchos apagados, los botellones de cristal cortado con restos de licores, y platos, platos por doquier llenos de restos de comida. Vanessa ha caído en una depresión grave, no se viste, no se baña, no se peina. Se la pasa todo el capítulo medio disfrazada de la  “Madame X” de Singer Sargent. Cuando sale se pone un abrigo sobre el mismo vestido.

Vanessa se ha aislado del mundo. No ha contratado servicio para reemplazar al multitasking Sembene. No limpia, no se asea, no abre cartas, hay una montaña de correspondencia apilada en la puerta de entrada, pero Vanessa no quiere morir. Como toda Mujer sin Licencia para Amar, no le gusta el trabajo doméstico, pero si la cocina, porque no ha dejado de comer, ni de beber, ni de fumar. La princesa esta triste, pero todavía  quiere vivir.

La vemos bajar hasta la cocina y abrir la puerta de servicio donde hay un cajón de abarrotes. Lo arrastra hasta el anterior. Abre con los dientes una botella de leche y bebe, la emprende a dentelladas con una hogaza de pan integral. Así me desayuno yo en días en que estoy muy ocupada.






En eso llega un visitante que golpea la puerta. Vanessa se esconde. Es Ferdinand Lyle que amenaza con apalear la puerta hasta romperse los nudillos. Hay que dejarlo entrar.

Lyle (ojeando la casa): ¡Me encanta como has decorado el lugar!













Lyle no se anda con chiquitas. Se da cuenta que Vanessa necesita ayuda. El también necesitó ayuda una vez y alguien lo ayudó. Quiere que Vanessa visite a ese alguien, a la Dra. Seward. Ósea la manda a un loquero en una época en que la psiquiatría era una ciencia en pañales, misteriosa y todavía sin el estigma de la chambonería que la acompaña en el siglo XXI. Vanessa agradecida lo abraza.

Es tan dulce ella que se entiende que todos quieran/deban ayudarla.  Lyle le aconseja peinarse y El Pequeño Escorpión se clava un par de horquillas en el pelo, se planta un sobretodo sobre su uniforme de deprimida y parte a pie hasta el psiquiatra.  Ohh se me olvidó. Lyle también vino a informar a Vanessa que Lord Alfred Tennyson, poeta laureado,  acaba de morir. Es cierto, Vanessa es devota de la poesía, pero en esos días la muerte de Tennyson fue como cuando se murió Michael Jackson, una tragedia nacional.

La Dra. Seward es interpretada por Paty Lupone, ósea la misma “Cut-Wife” del año pasado. Aunque lleva faldas,  su indumentaria de la cintura hasta el cuello es totalmente masculina, una moda que se impuso en los 1890’s. Seward es tan hosca y tosca que llegué pensar que era lacaniana, algo imposible puesto que Lacan ni había nacido todavía. Le dice a Vanessa que le va a cobrar lo mismo que un dentista, así que si prefiere ir a ponerse capas en los dientes...Que tendrán una sesión semanal, que no le importa si grita o llora y que si se sigue rascado la mano (algo que le ocurre a Miss Ives cuando se pone nerviosa) mejor se compra una crema humectante. La hace admitir que está enferma. Algo que Vanessa no tiene dificultades en conceder ya que está más preocupada del parecido de su siquiatra con su mentora Joan Clayton.

Seward  acepta que puede tratarse de una parienta lejana, porque su apellido de soltera es Clayton y su familia también viene de Devon. Vanessa sonríe. Se da cuenta que  Seward colecciona personas como ella, la doctora la despide. ¿Cómo? ¿Sin un diagnostico? pregunta la intrigada paciente. Seward le da un reporte completo. Vanessa ha perdido a su familia, a su amor y la fe al mismo tiempo. Eso la tiene enferma, traumatizada, aislada. Tiene pocos amigos y se culpa por su escasa vida social. No quiere salir de casa, no quiere toma el sol. No come (error ¿y todos esos platos sucios?)

Es una mujer que se ha descuidado a sí misma, aunque en el pasado vivía preocupada por su apariencia. Que desprecia a los hombres que se fijan en ella por su físico, por eso busca hombres oscuros y llenos de terrores que la hacen muy infeliz. Así ella después de cada fracaso amoroso, vuelve a encerrarse en sí misma, y en vez de admitir que está mejor sola, se culpa (¿hablamos de Vanessa o de Malena?) Le receta ir a hacer algo “poco usual”.



En la calle, Vanessa es seguida por un individuo que identifiqué como uno de los que andaban con Mina en la primera temporada. A Miss Ives le sale al paso un niño que  le ofrece un moño de crespón para honrar la memoria de Tennyson (¿no les dije que el poeta era toda una estrella?). Tanto el seguidor como el niño presentan características de vampiros, pero si eres de los que creen que los chupasangres le temen a la, luz del día, quédate con la explicación del pequeño de que su palidez se debe a la anemia.


Vanessa entra al Museo de Historia Natural y se pasea por las salas. Ver  un lobo disecado le provoca tristeza. Seguro, se acuerda de su lobo. Más la entretienen los escorpiones. En frente de frascos llenos de alacranes le cae a Miss Ives un nuevo admirador. El Dr. Sweet (Cristian Camargo de “Dexter.” Al fin tenemos un latino), Jefe de la sección de Zoología. El vehemente zoólogo parece estar encantado con su nueva amiga que ha tocado a un alacrán y sobrevivido, que igual que él, de pequeña practicaba la taxidermia. A ver, yo sé que los niños de hoy se entretienen con cosas horrorosas, pero encontraría aberrante que un hijo mío tuviera de hobby rellenar de estopa cadáveres de animalitos.

No me convence este nuevo personaje y concuerdo con mis hermanos Dreadful que debe ser un villano disfrazado. En mi experiencia, cuando alguien demuestra tanta alegría y vehemencia por mis hábitos, hobbies o pasado suele ser gay. De veras, es que Vanessa con ese vestido-cilicio  y ese des-peinado no está para enloquecer a ningún hombre. Una cosa que me irrita de la descripción de las mujeres antiguas  en las series de época (aprendan de “Downton Abbey”) es que las sacan a la intemperie con la cabeza descubierta. Hasta la Segunda Guerra Mundial, toda mujer respetable de la burguesía o clase más alta se moría antes de salir a la calle sin sombrero. Solo las obreras, modistas, criadas y prostitutas andaban con la cabeza al descubierto.


Aun así, Vanessa ha quedado encantada con su día. Regresa a casa, se quita el abrigo, se amarra un delantal a la cintura, un trapo en la cabeza y se pone a lavar platos y a fregar el piso con una diligencia digna del Pato Lucas. Oye Niña, si recién dijiste que tu padre  te legó “una pequeña fortuna” úsala para contratarte una criada. Al fin del día, y con la casa reluciente (esta chica es más veloz que el trasporte de Meñique) Vanessa se sienta en un alfeizar,  se quita el delantal y se pone a fumar y a recitar a Tennyson.


El que no anda recitando poemas es el secretario de la Dra. Seward a quien vemos deambulando por el Limehouse donde se encuentra con una prostituta pintarrajada y madura con la que comienza a hacerlo a la paraguaya. De pronto algo los interrumpe, la prostituta es asesinada y el cliente absorbido por un portal que lo transporta  hasta un galpón abandonado. Ahí se encuentra con los vampiros que Vanessa conoció ese día. Otros vampiros descienden de las paredes y reptan hacia el hombre, pero una nueva aparición los hace retroceder.

El secretario queda solo y es interrogado por la voz de, me imagino,  del Amo. Le pregunta su nombre y el joven se identifica como”Renfeld” Aha! El Amo lo interroga sobre Ms. Ives. El aterrorizado Renfeld confiesa su ignorancia sobre el tema. El Amo le ordena mantenerlo informado sobre las sesiones de Vanessa. Antes de chuparle la sangre, se presenta:”soy Drácula”. Obvio, tenemos al Conde, a Renfeld y al Dr. (en este caso Dra.) Seward, así que nos internamos en la tierra de Bram Stoker nuevamente.

A pesar de que “Penny Dreadful” ha caído en el síndrome de GOT, con eso de enviar a los personajes a los cuatro puntos cardinales lo que hace las tramas dispersas y desprovistas de cohesión central, el capitulo me resultó fascinante. 

6 comentarios:

  1. Guau. Menuda bofetada de realidad le da la Dra. Seward a Vanessa. Y tanto que la terapia va a ser efectiva. Me hace gracia que desconfíes del Dr. Sweet. Tienes una intuición que ya la quisiera yo....¿Si Lyle y Seward la ayudaron por qué Vanessa no pudo despertar la compasión del zoólogo? Ya no digo interés sexual.
    Vanessa se pone a fregar su cueva como una desposeída como quien se apunta al gimnasio para salir de la depresión y quitarse las telarañas.
    Ya tengo nuevo chongo. Se trata del Dr. Jekyll, aún lo tengo en periodo de pruebas por eso...pero todo apunta a que en breve le haré un sitio en mi corazón con el resto de chongos disfuncionales que lo ocupan je
    Éste parece estar profundamente atraído y enamorado de Víctor. Otro amor no correspondido, ay... Pero me gusta verlos juntos maquinar en sus experimentos científicos. Gran capítulo como dices, estoy entusiasmada con esta temporada :)

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    1. Es que no quiero a nadie que se interponga entre Vanessa e Ethan.
      Todo lo que dijo Seward es cierto, pro hay un problema. Ella puede lidiar con la Vanessa “real” y quitarle traumas, pero no con la Vanessa sobrenatural y sus demonios.
      A mi también me gustó Jekyll, no como chongo sino como personaje y era obvio que esta/Estuvo enamorado de Víctor. Así que a ver qué pasa cuando trate de domesticar a Lily.
      Mi chongo oficial sigue siendo el licántropo, y tengo un problema porque me está cayendo bien la Hécate, que es como la Bad Pussy de este cuento.

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  2. Estoy enamorado de tus reseñas! penny dreadful es mi serie favorita y esta temporada como bien dices apunta muy alto,sobre todo porque se nota no solo una continuidad argumental sino una evolución notable en el caracter de todos los personajes que parecen seran enfrentados a nuevos horrores muchos mas oscuros que en las temporadas pasadas ( ame que volvieran los vampiros mas letales que nunca!) Vanessa sigue siendo nuestra reina gótica por excelencia! Pero verla tan solita y sin su lobo protector me hace temer por ella ( los quiero juntos ya T.T) por otro lado la inclusión de Jekyll me ha dejado fascinado y ciertamente se nota que esta atraido por el tragico victor como comentan arriba ( futuro material para fanfic XD) los dialogos siguen siendo una delicia y son completamente absorbentes a la par de la gran ambientación, lo que me hace declarar sin temor a equivocarme que esta sera LA TEMPORADA. Saludos y espero con ansias la siguiente reseña !

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    1. ¿Mi Señor, cómo están las cosas en El Valle? Es una serie hermosa, sin fallas, lo de los vampiros es importante, pero nunca debemos olvidar que más allá del Amo están esas deidades prehistóricas que andan detrás de Vanessa-Amunet para convertirla en la madre de todos los males. Tengo miedo, Jovén Robalito, que esta sea la ULTIMA temporada. Lo andan diciendo por ahí. Solo pido paciencia porque entre GOT y PD (y todavia le debo un par de Downton Abbey a mi otro blog) me ocupan el escaso tiempo que tengo para bloguear. Asi que Bienvenido, no te nos pierdas, y no me amenaces con Las Puertas de la Luna si mis reseñas se tardan que a veces lo que se demora es lo mejor.

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  3. Yo apenas comencé la segunda temporada, se me pasó por la universidad verla :c :c y me esta gustando, y la tercera pinta muy bien. Me ha encantado la reseña y espero pronto llegar a la tercera temporada :3, eso de que el Dr. Jekyll entre a la serie es una maravilla, no sé, si antes me gustaba la serie, ahora me gusta más xD. Debo decir que no leí todo, le di un vistazo rápido ya que no me quiero hacer spoilers, o no tantos, pero pinta bien, muy bien. Bueno, gracias por la reseña (y por recordarme que tengo que apurarme a ver la segunda temporada), pasa buen día :)

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    1. Te aviso que la segunda temporada es un poquito floja, pero a partir del encuentro de Vanessa con la Cut Wife se pone a arder hasta el último minuto, y la tercera está preciosa.

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