No iba a hacer
nada sobre “The Witcher”. Tiempo no me sobra, y aunque la serie de Netflix es entretenida,
no es un tema del que quiera explayarme por escrito. Menos si me puede llevar a
discrepar con algunos reyes de fábula fanáticos de la saga de Geralt de Rivia.
Pero unos recaps negativos, particularmente el de Entertainment Weekly, tan innecesariamente injusto, me empujaron a
entrarle a una reseña. ALERTA: Spoilers hasta el quinto capítulo.
La Princesa,
La Bruja y El Carnicero de Blaviken
Comienzo diciendo
que soy totalmente Niña de Verano en este cuento. No he leído los libros de
Andrzej Sapkowzki, no conozco los juegos de videos. Por eso pido disculpas si
salgo con alguna simpleza, no pretendo conocer las geografías ni las mitologías
del Reino de Fábulas (conocido como “El Continente”) por el que circula Geralt
(Henry Cavill), mitad caballero errante, mitad Django Unchained.
Mas o menos lo
que sabía es que Geralt no es enteramente humano, es un mutante lo que le
permite unirse al gremio de los Witcher, cazadores de monstruos en un universo
donde estos abundan y molestan. Me contaron que en algún momento Geralt debe
encargarse de la protección de la princesa Cirilla, heredera del Reino de
Cintra, y contará con la ayuda de su examante/amor
de su vida, Yennefer, la mejor maga del Continente.
Bueno, hasta ahora
nada de eso ha ocurrido. Me explican los conocedores que en Netflix optaron por
comenzar con una precuela de la saga, inspirada en una serie de cuentos que el
autor polaco escribiera en 1993 titulada The Last Wish. De ese modo la
trama se divide en tres historias separadas que en algún momento se encauzan.
La primera es la historia
de Cirí, princesa heredera de Cintra. Después que el usurpador Nilfgaard se
queda con su trono y su reino, la Reina Calanthe (Jodhi Mai) envía a su nieta
Cirilla (Freya Allen) en una búsqueda heroica: debe encontrar a Geralt de Riva.
Gran parte de esta temporada es ocupada por las andanzas de Ciri y sus
esfuerzos por evadir a los soldados de Nilfgaard. Esta trama no está en el
material original.
También inventado
es el cuento de Yennefer (Anya Chalotra), a la que encontramos convertida en
una porqueriza deforme viviendo en la humilde aldea de Vergenberg. Un día,
cansada de los malos tratos de su familia y de sus vecinos, la jorobadita
descubre que tiene un don mágico: abrir portales a otras dimensiones. Así se
encuentra con Istredd (Roy Pierresson) una especie de arqueólogo mágico y soplón
profesional que la delata con Tissaia de Vries (MayaAnna Buring), directora de
una Hogwarts para Señoritas.
Por cuatro marcos,
Tissaia compra a la cuidadora de cerdos y se la lleva a su internado. A pesar
de que Yennefer intenta suicidarse, es mentirosa, y para colmo, la peor alumna
de la clase, Tissaia no ceja en su empeño de convertir a la jorobadita en una
gran hechicera. Entretanto Yennefer aprende otras cosas en sus revolcones con
Istredd que parece trabajar para todos los grandes magos, y vive delatándola.
Lástima que como
Hermione Granger, Yennefer tiene “la sangre sucia” (desciende de elfos que en
el Continente son una raza de parias). Tampoco ayuda que sea chueca de cara y
cuerpo. Cuando ve que otras con menos méritos que ella consiguen mejores
puestos de magas cortesanas, la ambiciosa Yennefer decide cambiar su destino.
Tras rechazar la propuesta de Istredd de huir juntos, se somete a una
histerectomía sin anestesia que es el pago para volverse guapa y así conseguir
el empleo que desea: mágica consejera de
reyes.
Me he detenido en
estas damas porque son más interesantes que el protagonista. Vale explicar que
la serie salta de un cuento a otro, y también hace saltos cronológicos, por lo
que la historia no ocurre en tiempos paralelos. Lo de Yennefer ocurrió mucho
antes que la caída de Cintra, incluso en el cuarto capítulo, Geralt es un
invitado al compromiso de la princesa Pavetta, madre de Cirí.
Aun así, la serie
comienza con Geralt matando monstruos, porque para eso sirve un Witcher, a
pesar de que el refrán de la historia es que el peor monstruo es el ser humano.
El cuento de Geralt sigue las pautas del western. Geralt es un solitario, sin
afectos ni pertenencias (los Witcher son estériles) que lo obstaculicen, es
lacónico, antisocial, cuando habla resume sarcasmo. Su vida errante está vinculada
a su empleo de cazarrecompensas. Pero Geralt no caza Bad Hombres sino monstruos.
En el primer capítulo
lo vemos llegar al pueblo de Blaviken, arrastrando el cadáver de una kikomora (una
araña gigante con rostro humano). Como en todo pueblo del Far West, los cazarrecompensas
son despreciados. En el salón local no quieren ni servirle una cerveza y hasta
ofrecen darle una paliza. Nuestro héroe es rescatado por Renfri (Emma Appleton),
capitana de un posse de bandoleros. La amistad Renfri-Geralt es interrumpida
por la vivaracha Marilka (Mia Mackenna Bruce) que le cuenta al Witcher que su
padre, el alcalde, está dispuesto a comprarle el kikomora.
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Renfri |
Al llegar a casa
del supuesto padre de Marilka, Geralt, que posee poderes, nota que se trata de una mansión embrujada atraviesa
(literalmente) la puerta y se encuentra en un jardín poblado por chicas
desnudas. Son un holograma conjurado por el gran hechicero Stregobor (Lars Mikkelsen, hermano de Mads) para pasar el tedio de ser un recluso en constante temor de
ser asesinado por un terrible monstruo.
El monstruo
resulta ser Renfri que, como explica Stregobor, es una princesa fugitiva que
desde pequeña demostró ser mala leche, torturando animalitos y matando gente
por capricho. A pesar de ese currículo, Geralt, que posee un código moral, se
niega a matar a la princesa bandida. Se encuentra con Renfri quien le cuenta
que solo mató un hombre, un enviado de Stregobor que la violó.
Geralt medio la convence
de marcharse del pueblo y dejar a Stregobor en paz. Acto seguido hacen el amor
en una muy buena escena donde no muestran ni una nalga ni una teta y si mucha ternura.
De poco vale, Renfri manda a sus hombres a matar al Witcher. Geralt los
despacha todos y mata a a Renfri de yapa, lo que le rompe el corazón. Al
parecer el Witcher se ha enamorado y eso que se supone que los de su raza carecen
de emociones.
De esta
experiencia le quedan a Geralt el sobrenombre de “Carnicero de Blaviken”, el
recuerdo de Renfri que lo persigue hasta en sueños, y una costumbre de socorrer princesas en
peligro. En el segundo episodio, nuestro
Don Quijote se consigue un Sancho Panza, cronista y cantor de gesta, todo encerrado en Jarziek (Joey Batey), un
trovador de taberna que antes de tener al Witcher de musa, componía canciones
sobre abortos.
En el tercer
capítulo, Geralt es contratado para matar o salvar a una princesa embrujada.
Ahí conoce a la brujita Triss Merigold (Anna Schaffer). En el último
episodio debe amparar los amores de la Princesa Pavetta (Gaia Mondadori) y el
embrujado hombre-puercoespín a quien ella ama. Las aventuras de Geralt toman un
cariz episódico cuya unidad la proporcionan las historias intercaladas de
Yennefer y Cirilla.
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Pavetta y Duny |
¿Criticas
Injustas?
Hasta ahora he
visto seis de los ocho episodios de esta temporada y todavía no he leído ni un
comentario oficial de mis reinas ni para alabarla ni para maldecirla. Hay comentarios
de usuarios en Rotten Tomatoes, la mayoría son positivos. Eso si la mayoría son
de Inmaculados, ni un “pio” de parte de Lectores. Yo esperaba quejas de
puristas por los cambios. Nada. En lo
que respecta a los críticos, las reacciones han sido mixtas.
En EW, Darren Franich
encargado de reseñar la serie, se aburrió tanto que le pidió a su colega,
Kristen Baldwin que le echara una mano. La calificaron con una “F” básicamente porque
la encuentran aburrida y confusa. El título de la reseña es ya lapidario (“desnudamente
terrible”). Concuerdo que hay muchos clichés y que algunos diálogos son
penosamente confusos, pero no la acusaría de aburrida y posee factores
novedosos.
Las otras reviews
no son mejores. La comparan con “The Mandalorian” y con “Juego de Tronos”. “The
Witcher” siempre pierde. En Salón.com, el reseñador sale con unas excusas bien
cojas de que hay que esperar al capítulo cinco que ahí la cosa se pone buena, o
que la verdadera saga comenzará en la segunda temporada (WTF?) Hasta nos sale
con un que “al fin y al cabo nos tomó tiempo encariñarnos con los personajes de
GOT”. Hey dude! Yo al final del primer capítulo de GOT sabia a quién amaba
(Daenerys), a quien odiaba (Sansa), quien me interesaba (Tyrion) y a quien quería
en mi cama (Matarreyes-tira-niños-por-la-ventana).
Aquí me cae bien
el Geralt, es un tipo decente; le he tomado cariño a Ciri (sus padres eran
adorables); me reventó la Calanthe; y le tengo lastima a Yennefer. Ya con eso
puedo trabajar. En cuanto a recomendarla…
Si te gustan las batallas
bien gory (aquí vuelan cabezas y brazos y se desparraman las entrañas a cada
rato), si te gusta la zoología monstruosa, los héroes con espadas, si eres
adorador del dios de las tetas y del vino, esta serie es para ti. En EW se quejaban,
y solo con tres episodios vistos, de la cantidad de chicas encueradas.
Es cierto, están los hologramas de Stregobor que son como
pinturas de desnudos, tenemos a la striga del tercer episodio que anda desnuda
porque se parió sola y nadie le ha pasado ropa. Cavill muestra un poco cuando está
encamado con una ramera que exhibe pechuga porque ese es su trabajo. Tenemos a
Yennefer desnuda y jorobada montada arriba de Irdredd, y a Yennefer enseñando
tetas cuando le extirparon el aparato reproductivo para quitarle la joroba. Esa
escena creo que fue la única vez que sentí que el desnudo era gratuito.
En el cuarto
episodio no hay sexo ni gente pilucha, eso sí hay mucho amor. Para compensar se
fueron al cerdo con una orgia en el quinto. Bueno, es que GOT dejó la vara alta
en el tema de desnudos y sexo como parte de la fantasía épica.
Para ser justa,
aunque hay cosas interesantes en la trama, (el poder mágico de la voz femenina,
las opciones que tenemos las mujeres y como muchas veces nos arrepentimos de los
caminos que tomamos) la música es ¡bleeh! las actuaciones son desiguales, el
vestuario es horrible, y la
cinematografía parece apoyarse solo en efectos digitales muy de juego de video.
“The Witcher” no
posee la majestuosidad de GOT, e incluso está por debajo de “Vikingos” que en
esta última temporada está dando catedra con su cinematografía. No creo
equivocarme porque todavía no he visto un artículo que alabe los aspectos
técnicos de la serie, aparte de los efectos especiales.
En cambio
encontré este fascinante artículo de Forbes donde expresan mis razones para
despreciar la cultura del binging. La razón por la cual nos gustan más “The Mandalorian”
y “Game of Thrones” es porque nos la pasaban en entregas semanales. Cada capítulo
estaba confeccionado para dejarnos pensando, hambrientos y a la espera del próximo.
En cambio “the Witcher”
está dirigida a gente que planea tragársela de una sentada de ocho horas. Las
escenas son atropelladas, los eventos se suceden con ininteligible velocidad,
los diálogos resultan pesados porque intentan dar información que no puede ser
transmitida por acciones. El amigo del videogame se zampa sus ocho horas y se
pone a buscar otro juego. El espectador pensante, que nota que la serie tiene
algún mensaje, o que intenta mostrarte la dinámica de un mundo mágico, se
frustra ante la manera densa en que son presentados ambos.
En Vox han sido más crueles diciendo que es como si Weiss&Benioff
les hubieran vendido sus ultra cocinadas, pero aún no utilizadas, ideas a esta
serie. A pesar de que Sapkowski ha alabado la serie, los críticos parecen o no
saber que esta saga tiene una base literaria o consideran “The Witcher”
desvinculada del material original.
Ha llegado el
punto que los encargados de la publicidad de “The Witcher” han pedido que dejemos
de compararla con la saga martiniana. Tarde, si ellos mismos la vendieron como
la que reemplazaría a GOT en nuestros corazones troneros. En este
articulo de The Ringer, nos dicen que le falta para ser GOT. Yo añadiría
más dimensión en la caracterización de los personajes.
El Mensaje
Postfeminista
Voy a detenerme un
momento en otra razón para ver la serie, pero esta es bien personal. Reinos de Fabula siempre en sus análisis
ha tomado una postura feminista y femenina, hablo del postfeminismo o Tercera
Ola del movimiento. Muchos se quejan de chicas en bola en “The Witcher, pero
nadie comenta la abundancia de personajes reconocibles y significativos que pertenecen
al sexo con vagina.
Algunos han notado
la cantidad de chicas superpoderosas—algunas un poco monstruosas—que
enfrentan desafíos o con espadas o brujería. Lo que no han visto es que a pesar
de estar la serie en el bolsillo de Soros (todo el producto de Netflix lo está),
hay un mensaje encubierto de postfeminismo que me ha hecho witcherfan.
En el cuarto
capítulo, tenemos clarísimo el enfrentamiento entre dos tipos de heroínas
feministas: Calanthe, que llega al compromiso de su hija en armadura, medio
borracha y manchada de sangre, y la hija de la que la reina se burla y tilda de
histérica. Al final de la noche, Pavetta ha descubierto el poder de su voz
gracias al amor y la compasión que la hacen “libre” del matriarcado de su
madre, que se revela como traidora, terca y caprichosa.
Yennefer quiere
una carrera, rechaza la propuesta de Irdredd porque no quiere ser segundona de
un mago. Para moverse en los altos círculos de poder necesita ser guapa. Para
serlo opta por descartar su derecho a la maternidad. tReinta años más tarde, sigue
siendo hermosa, pero se ha convertido en la guardaespaldas de una reina frívola
y malvada que sacrifica a su propia hija y le grita a Yennefer “¡bruja inútil”.
Al final, antes de enterrar a la bebé asesinada, Yennefer la consuela diciéndole
que tiene suerte de estar muerta porque las mujeres “solo son envases”.
Me recordó la
razón por la que mi madre dejo de ver “Charmed” (la original). Siempre
preguntaba “¿Si estas chiquillas tienen tanto poder como es que tienen vidas
tan desorganizadas? Entonces no se merecen ser brujas”. Lo mismo sentí al oír a Yennefer.
Despreciar su
sexo, no reconocer su fortaleza, sentir que una decisión, tal vez errada,
arruinó su vida. Esa es la marca de la hembra débil no de una prodigiosa hechicera.
Y sin embargo es cierto. En un mundo donde la mujer tiene más opciones, también
hay más oportunidades de equivocarse en la toma de decisiones.
¿Qué les ha
parecido “The Witcher”? ¿En qué es
inferior a “Juego de Tronos”? ¿Les parece una serie feminista?