Es época de fiestas y de regalos, pero también es época de
ponerse nostálgico y deprimirse. Me puse a confeccionar una lista de películas fantásticas
para subir el ánimo, pero las fantasías modernas, aun las románticas, suelen
ser oscuras, tristes, negativas. Por eso volví mis ojos al pasado, a mi década favorita,
para recomendar hoy filmes del ayer que merecen ser recordados por su
aportación al género fantástico.
Desde que en 1898, los ingleses hicieran el corto “Cinderella”,
que la fantasía entró de lleno a cinelandia. Sin embargo, el género fantástico
cinematico de los 40s posee un sello propio influenciado por hechos históricos
y factores sociales que marcaron la década.
Los años de La Depresión habían visto el auge del cine de monstruos,
pero la decena siguiente se encargaría de combinar a esos entes sobrenaturales
en los hoy cásico de terror, y hasta en comedia como “Abbot y Costello Meet Frankenstein”
(1948). A tanto monstruo se le agregarían las cambia-pieles y los zombis de Val
Lewton.
Como si no fuera suficiente, el cine de los años de la Segunda Guerra Mundial vería todo tipo de
animales fantásticos: La Mula Parlante Francisquita, El Conejo Gigante de
"Harvey", un clon de King Kong llamado “Mighty Joe Young” y hasta una
oruga bailarina que le robaría cámara a Cary Grant en “Once Upon a Time”. En
esos años, Disney se encarga de crear dos
preciosidades animadas que aparte de derrochar fantasía van en armonía con el
espíritu de las fiestas por lo que no hay que ser niño para gozar de “Fantasía”
o de “Pinocho”.
La incertidumbre provocada por el conflicto bélico exigía
entretenimientos escapistas y fantásticos. De ahí que el cine de Hollywood se
abocara a espacios exóticos de Oriente en las famosas fantasías árabes de Maria
Montez. A pesar de que lo mejor de ese género se hizo en Pine Wood, en la fabulosa
“El Ladrón de Bagdad”, de la cual hablaremos en otra entrada.
No todas las fantasías “cuarentonas” fueron éxitos. Uno de
los mas sonados fracasos, fue el intento de crear un nuevo “Mago de Oz”
poniendo a una Shirley Temple, ya adolescente, en la sosa aventura “El pájaro azul”
que fue el canto de cisne de la famosa estrella infantil.
Pero el tipo de fantasía que más impera en esos años es la
historia de fantasmas buenos, de espíritus protectores que van desde ángeles
hasta Santa Claus, y de muertos que se rehúsan a morir. Es una reacción sicológica
a la presencia diaria de la muerte, al luto que ensombrece a las familias de
todos los continentes, y al miedo a perder
a un ser querido que ya sirve en el campo de batalla.
El año pasado les comenté que una de las tres mejores cintas
que he visto en mi vida, y mi favorita en el genero navideño, es la versión de
1946 de “Miracle in 34th Street”. Otro estándar de fantasía navideña “¡Qué bello es vivir!” (“It's a Wonderful Life) también es de ese año. Este clásico de
Frank Capra sigue el modelo que describo.
George Bailey (James Stewart) cansado de su vida y agobiado
por problemas, intenta suicidarse. A punto de saltar de un puente, el siempre desinteresado
suicida, se detiene a rescatar a un hombre que se ahoga. El salvado resulta ser
Clarence, un ángel quien le muestra a George (en una variación del Cuento de Navidad de Dickens) todo lo bueno que ha hecho en su vida
y lo horrible que seria para todos si no existiera.
El tema de ángel guardián reaparecería un año mas tarde en
“Heaven Only Knows” donde Robert Cummings interpreta a un ángel enviado a salvar
el alma de un jugador del Lejano Oeste. Pero el ángel más imponente de al década
lo interpretaría Cary Grant en “The Bishop’s Wife” (“La mujer del obispo”). Esa
es una película que si es posible hay que ver en estas temporadas.
Esta es la historia de Henry Brougham (David Niven), un obispo
anglicano tan atribulado por los problemas de su diócesis que en su afán de
solucionaros, posterga su vida familiar. Del Cielo le envían a Dudley, un ángel
para lo que o ayude. Pero Dudley comienza a notar que el problema de Richard es
interior. Ha perdido sus antiguos valores, y la capacidad para ser feliz y hacer
feliz a los suyos principalmente a su esposa (Loretta Young).
Más allá del tema religioso, el filme enfoca el siempre
vigente tópico de las prioridades, de la familia y de cómo un extraño puede
acercarse demasiado a una esposa abandonada. Que este extraño sea un angelito
hace la situación más picante. En Los
Noventas, se hizo una versión llamada “The Preacher´s Wife”. La difunta Whitney
Houston la protagonizó y Denzel Washington dio vida al ángel.
A veces no eran solo ángeles a rescate sino también o
mensajeros de un Cielo tan afectado por errores burocráticos que las almas se les
escapan. La más famosa de esas cintas es “Here Comes Mr. Jordan” (“El difunto
dijo No”) de 1941. Robert Montgomery (padre
de la “Hechizada” y chongo de mi abuelita) interpreta a Joe Pendeton un
boxeador que muere “equivocadamente”. Ósea, en el Cielo metieron la pata y lo
mataron antes de tiempo. Como han incinerado el cadáver, Mr. Jordan, un burócrata celestial, consigue reencarnarlo en un banquero millonario
con muchos problemas. Esta divertida comedia tuvo un remake en los 70’s llamado
“Heaven can Wait” con Warren Beatty en el rol principal.
Lo gracioso es que “Heaven can Wait” (El Cielo puede esperar)
fue el titulo de otra de estas comedias negras sobre muertos y futuros
difuntos. En ese filme dirigido en 1943 por
Ernst Lubitsch, y que en castellano se llamó "El Diablo dijo No",
Don Ameche interpreta al mujeriego tarambana Henry van Cleve. Como a todo el
mundo, a Henry le llega su hora, pero será el quien exija que lo admitan a Hades una palabra elegante para definir e infierno.
Para demostrar que ese es su sitio, Henry le relata a Don Satas toda su vida de
travesuras, incluyendo la seducción de la novia de un primo, quien eventualmente
se convierte en su esposa. Curiosamente, todas las fechorías que componen la
vida de Henry demuestran que hizo feliz a muchos principalmente a Martha, la
esposa a quien le fue infiel. Satanás determina
que el canallita merece ir a Cielo donde Martha lo espera.
El Coludo volvió a
hacer su aparición en otros filmes de este tipo que tanto abundaron en esa
década. En “El Diablo y Yo” (1946), que asi se llamó en castellano “Angel on My Shoulder”, Paul Muni es Eddie Kagle un gánster que, tras ser asesinado acaba en
el Infierno. Ahí “Old Nick” (Claude Rains de nuevo) le ofrece una oportunidad
para volver a la Tierra. Kagle es idéntico al noble y justo Juez Frederick
Parker, uno de los mayores opositores de los planes de Old Nick. La oferta es la
siguiente, Kagle invade le cuerpo de Parker, destruye su reputación y evita que
se convierta en gobernador de su estado, lo que afectaría los planes satánicos.
Sin embargo, a Kegel le resulta difícil acabar con el buen nombre de Parker
sobre todo cuando cae bajo la influencia de la angelical Anne Baxter quien da
vida a la novia de juez. De “Angel on my Shoulder” hay una versión de Los 70’s,
hecha para televisión con Peter Strauss en el rol protagónico.
El ultimo intento por convertir al Diablo en personaje de
comedia, fue la adaptación del cuento de Stephen Vincent Benet “The Devil and
Daniel Webster”, que en castellano se llamó “El hombre que vendió su alma”. Como
en el cuento, el filme describe el predicamento de Jabez Stone, quien tras
vender su alma a ya-saben-quien ha llevado una vida de placer. Eso hasta que le
llega el momento de pagar. Cuando Mr.
Scratch (Walter Huston) llega a casa de
Jabez con ánimo de Señor Barriga, el condenado no tiene más remedio que
solicitar la ayuda del fañoso orador, y abogado de los pobres. Será Daniel
Webster (Edward Arnold) quien, con su legendaria labia, convenza a Satanás de soltar a su victima.
Para acabar con este muestrario de burocracias celestiales,
y condenados rescatados que no tendrían rival sino hasta cuarenta años más
tarde cuando Tim Burton crea la comiquísima “Beetlejuice” tenemos “Stairway to Heaven”
(“La Escalera de Cielo”) que también se conoce como “A Matter of Life and
Death”.
Este filme representa lo mejor del cine inglés de la primera
mitad de Los Cuarentas y es una muestra de la delicada dirección de Michael
Powell y Emeric Pressburger. Si pueden, véanla como yo en una versión en
colores. Tiene escenas bellísimas como ese comienzo de de los aviones en la noche que estoy segura
inspiró el descenso de los paracaidistas de La Easy Company en Normandía, en
“Band of Brothers”.
Peter Carter (David Niven) es un piloto de La Real Fuerza Aérea.
Su avión es alcanzado por fuego alemán. Tras asegurarse que su tripulación está
salvo, Peter, cuyo paracaídas se ha estropeado, se prepara a morir con su nave.
Antes consigue comunicarse con una base norteamericana en la costa inglesa y
sostiene una ultima conversación con la soldado June (Kim Hunter).El avión cae,
pero el “conductor” celestial (Marius Goring) a cargo de “subir” a Peter se pierde
en la niebla costera. Peter sobrevive y es recatado en la playa por June que se
ha enamorado de él. El lio es que el conductor encuentra a Peter y le exige que
lo siga a Cielo. El aviador suplica que le permitan apelar la sentencia. Su
suplica es oída ¿Pero podrán Peter y June convencer a La Corte Celestial que el
piloto merece seguir viviendo?
“La Escalera del Cielo” fue nombrada en el 2004 como el
segundo mejor filme hecho en la Gran Bretaña. Tanta influencia ha tenido esta fantasía
que cierta autora la acusa de haber contribuido a la escena en la que Harry
muere y se encuentra con Dumbledore en una estación vacía. El mismo Daniel Radcliffe
admirador de filme, confiesa haber tenido en mente al personaje de David Niven
al interpretar esa escena.
No solo difuntos recalcitrantes y resucitados fueron la cara
de a fantasía de los 40s. Los fantasmas en general también hicieron de las suyas.
Otra historia de pilotos fue “A Guy Named Joe” donde Spencer Tracy, tras ser
derribado fatalmente por los japoneses, debe convertirse en el ángel guardián
de otro aviador (Van Johnson), e incuso prestarle la novia. De este filme hay
un refrito llamado “Always”, uno de los esfuerzos más flojos de Steven Spielberg.
Hablando de esfuerzos flojos, ahí está la primera tentativa
de trasladar a la pantalla grande “El Fantasma de Canterville” de Oscar Wilde.
A pesar de la presencia de Sir Charles Laughton en el papel principal, el
intento de 1944 es injurioso al original. Interesante la idea de convertir a
los americanos invasores de un castillo inglés en un batallón de soldados
americanos estacionados en Inglaterra, pero todo ese invento de una maldición provocada por la
cobardía de Sir Simón y como este defecto repercute en sus descendientes,
hubiese hecho ruborizar de ira a Wilde. Y desde esa adaptación data esa
incomprensible costumbre de convertir a Virginia, una chica casadera en el original, en una niñita (Margaret O’Brien).
Pero no todas las historias de fantasmas les quedaban tan
burdas. Un excelente ejemplo y un filme muy romántico (y muy apropiado para
estas fechas) es “El fantasma y La Señora Muir” (1947). Esta es la historia de
Lucy Muir (Gene Tierney), una joven viuda, que a comienzos del Siglo XX se
traslada a vivir a una aislada casona en la costa inglesa. Pronto descubre que la
casona ya está habitada por El Capitán Daniel Clegg (Sir Rex Harrison) un difunto
lobo de mar cuyo fantasma se niega a abandonar su antigua residencia. Lucy y El
Capitán consiguen un armonioso modus
vivendis y él la ayuda a independizarse de sus parientes políticos y a
ganarse a vida publicando las memorias que el fantasma le dicta. Por supuesto,
con el tiempo, la amistad se convierte en amor. Esta película tuvo en los 60s
una versión televisiva con Hope Lange y Edward Mulhare en los roles de la
Señora Muir y El Capitán Clegg.
Por último, les dejo una de las cincuenta mejores películas
que he visto en mi vida. Jennifer Jones y Joseph Cotten compartieron créditos
en cuatro cintas en Los 40, no sabría decir cual es a mejor, pero “El Retrato
de Jennie” sigue siendo una de las mejores fantasías románticas que he visto en
mi vida.
“El Retrato de Jennie” nace como relato largo de Robert
Nathan en 1940. Es considerada como un hito de la literatura fantástica. El
mayor homenaje se lo hizo Ray Bradbury al calificarlo como “conmovedor y
aterrador” y en 1946 llega a pantalla, con brevísimos cambios de original.
Abner, un dibujante con serios problemas económicos encuentra
en Central Park a una adolescente llamada Jennie. Tanto la ropa como la manera
de hablar de la niña son antiguas. Abner continúa encontrándose con Jennie en el
parque y ella se convierte en su modelo. Pero cada vez, ella va creciendo aceleradamente,
hasta volverse mujer. Una mujer de la
que el dibujante se enamora. Finamente, Abner debe rendirse a la evidencia. Su
Jennie es un fantasma que está recreando su vida pasada. ¿Podrá Abner impedir
que muera nuevamente o deberá contentarse con su mejor obra “El Retrato de
Jennie”? La suerte ha dictado que la película completa esté en Youtube y doblada
al castellano. Si pueden, desfrútenla.
Cierro esta lista de
nostalgias fantásticas con una fantasía diferente. Me refiero a la conmovedora
“El chalet encantado”. Basada en “The Enchanted Cottage” del dramaturgo Arthur
Wing Pinero, la obra ya había sido llevada a cine en 1924. En el ‘45, Hollywood
la a traslada a un escenario contemporáneo. Pasa de la Primera a la Segunda
Guerra Mundial y de Inglaterra a un pueblecito de la Nueva Inglaterra.
Robert Young es Oliver Bradford, un millonario piloto que
queda desfigurado por heridas de guerra. Avergonzado de su aspecto se aleja de
su familia y de su novia. Oliver encuentra refugio en una cabaña-hotel, usualmente
reservada para parejas en luna de miel. Allí
conoce a la cuidadora, la feúcha Laura Pennington (Dorothy McGuire). Lo
extraordinario no es que se enamoren, sino que Laura no ve la desfiguración
física de Oliver y a los ojos del
aviador ella es la mujer más bella del
mundo. Como este milagro solo tiene lugar dentro de a cabaña y solo es
percibido por los amantes (y el púbico espectador), el mundo exterior no
entiende la fascinación de un playboy mundano por una mujer poco agraciada, y
busca separarlos.
En resumen, está es la cosecha fantástica de Los Cuarenta.
¿Han visto algunas de estas películas? ¿Cuál les suena más interesante? Espero
que puedan verlas y que tengan una Feliz Navidad.
Feliz Navidad Male :)
ResponderEliminarFeliz Navidad, Rey Ernezto. Gracias por acordarte de nosotros. Todavía tenemos mucho que hablar sobre las maravillas de esta temporada de "Revenge".
EliminarMuy buena recopilación, me acuerdo de casi todas esas películas. "It's a Wonderful Life" es una bonita película con un buen mensaje que aún está vigente en estos tiempos. Me acuerdo que en los años 80s la repetían en todos los canales de TV, casi como una maratón, y hasta mostraban la versión "colorizada" (algo que criticaron en su momento, pero, bueno...). Hay otras películas que no he visto, pero, cuando pueda, le doy la oportunidad de verlas. Me gusta el cine clásico, y que bueno encontrar alguien en los blogs que le guste el buen cine. :)
ResponderEliminarSaludos,
Renzo
Era un estándar navideño en USA hasta los 90’s. No sé ahora. Era como la maratón de la Twilight Zone el día de Año Nuevo. En “Mi Pobre Angelito”, la familia de M. Caulkin va a París y están en el hotel… ¡Viendo It’s a Wonderful Life! ¡En francés!
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