Cuando en Chile hacia listas de todo lo que vería en la tele, a mi regreso a Nueva York, esta serie del 2015 estaba en los primeros cinco espacios. Recuerdo que en su momento se habló de que sería una contrincante para Penny Dreadful. Aunque nada se compara a la serie de Showtime, Los vivos y los muertos demuestra que la BBC también era capaz de asustar con un sólido relato gótico.
El 2015 es un año
importante en la cultura popular occidental. Marca casi el final de un mundo en
donde imperaba la calidad por sobre lo políticamente correcto. Para los
propósitos de este blog, marca el fin del auge de los fantástico. Curiosamente,
es en este decline que encontramos un breve renacimiento del relato gótico.
Aunque, a fines
de Los 90, la fantasía había entrado con una estampida en la literatura/y
pantallas chicas y grandes, el terror gótico no había sido bien representado. En
el 2014, Penny Dreadful vino a cambiar las cosas y a abrir nuevas
puertas al subgénero. Ese mismo año, la televisión abierta de USA presentó la
excelente Sleepy Hollow con Ichabod Crane resucitando en el Siglo XX y
colaborando con una policía de un pueblo del estado de Nueva York para evitar
que el Jinete sin Cabeza provoque el Apocalipsis.
Fue por entonces
que la ITV decidió seguir esa pauta y recobrar un género al que le iba bien en
el cine donde Daniel Radcliff dejaba atrás a Harry Potter para perseguir
fantasmas victorianos en La mujer de negro y Tim Burton y Johnny Depp parodiaban
el gótico televisivo por excelencia, Sombras Tenebrosas.
La ITV se veía
como una creadora de productos más refinados que las series de sabor cockney de
la BBC. Después de todo llevaba cinco temporadas de un fenómeno mundial como Downton
Abbey. Así se le encargó este cuento de fantasmas que tiene lugar en la campiña
de Somerset en 1894.
Nathan Appleby
(Colin “Merlin” Morgan) es un médico siquiatra reconocido en toda Europa que
viene a visitar a su madre enferma en su propiedad ancestral en Somerset. Lo
acompaña su mujer, Charlotte, (Charlotte Spencer, la Lady Esther de Sanditon), una emancipada fotógrafa. Su llegada coincide
con las festividades del solsticio.
La madre de
Nathan le pide que no sea él quien encienda la fogata que inicia las
festividades, pero el psiquiatra le recuerda que es un deber de todo varón Appleby..
Mientras los Esposos Appleby celebran con los trabajadores, un espíritu maligno
acecha a la enferma. “¡Deja en paz a mi hijo!
“le ordena la mujer, pero el esfuerzo la mata. ¿Se trata del mismo viejo
siniestro que persigue a Harriet, la hija adolescente del Vicario Denning?
Los Appleby
entierran a la madre. Los trabajadores están asustados, creen que el psiquiatra
venderá la propiedad y se volverá a Londres. Esa casa no trae buenos recuerdos
a Nathan puesto que ahí murieron su primera esposa y Gabriel, su hijito.
Para no dejar a
nadie desempleado, Nathan decide abandonar su práctica médica y dedicarse a sacar
adelante una propiedad que ha estado en su familia por siglos. Charlotte abraza
con entusiasmo los planes del marido y utiliza su dote para comprar un rudimentario
tractor . Esto incomoda a los labriegos que temen que la maquina los reemplace.
El vicario visita
a Nathan, teme por su hija. Harriet se ha vuelto taciturna. Sabemos que también
se ha vuelto cruel. La vimos arrojar un patito vivo a los cerdos para que se lo
devoraran. Nathan está muy ocupado con su granja y se niega a aceptar una
paciente rural.
Cambia su actitud
cuando, una noche, Harriet aparece en su
propiedad y se zambulle en la laguna. Nathan decide dejarla en la granja bajo observación.
Cuando la interroga, la chica dice no recordar nada, pero luego habla de un
espíritu que la domina y que le ordenó lanzarse al lago.
Nathan confía a
su esposa que Harriet está sufriendo de una crisis debido al miedo a su
sexualidad adolescente. Eso la lleva a adoptar otras personalidades. En un acto
digno del Dr. House, Nathan se mete en el cuarto de Harriet, en la vicaría, y lo registra buscando alcohol u otra señal
que explique la perturbación de la chica. Encuentra algo más sorprendente, unos
cilindros que son los predecesores de la cintas de grabación.
En un vitáfono ,
la primera máquina grabadora/reproductora, Los Appleby escuchan encantados las
voces de la gente a su alrededor que al parecer grabase Harriet. Nathan se
perturba cuando escucha la voz de su hijo llamándolo, pero hay algo más perturbador.
De pronto de la maquina sale una voz cascada y desconocida. Dice llamarse Abel
North y entona una serie de quejas blasfemas y agresivas. En un momento, la
grabación se detiene y es Harriet quien entra en la sala y la acaba con la
misma voz masculina de Abel North.
La situación es
grave. El Dr. Appleby cree que se trata de un caso de doble personalidad, pero
a Charlotte comienza a incomodarla la paciente. Cree que quiere seducir a su
esposo y no está equivocada. Una tarde, la hija del vicario acompaña a su
psiquiatra a poner flores en las tumbas de sus seres querido. Ahí Harriet
comienza a hablar, primero con la voz de Olivia y luego con la del pequeño Gabriel.
Nathan le exige que se deje de bromas. Ella se abalanza sobre el médico y lo
besa en la boca. Cuando él la rechaza, la joven lo golpea con una fuerza insospechada
y huye.
Charlotte no
aguanta más . Ese mismo día ha descubierto que han roto el tractor y acusa a
John, el capataz, lo que la sitúa en contra de sus labriegos que confían en él .
No necesita de más problemas. Exige a su esposo que envíe a Harriet de regreso
con sus padres.
Los esposos
Appleby buscan a Harriet en los campos y presencian el macabro suicidio de
John. No saben que ha sido impulsado por Harriet o el espíritu que la posee. Nathan
solicita el permiso del vicario para hipnotizar a Harriet. El experimento es un
desastre y la chica huye para luego intentar matar a Gwen, la doncella de Charlotte.
Nathan ha
averiguado que Abel North fue un antiguo labriego, un hombre de mala catadura
que no caía bien a nadie y cuya aura criminal aumentaba con su bravata de que había
matado a una mujer. Nathan medita sobre una frase que Harriet repite cada vez
que North la posee: “lo que no está bautizado no puede ser enterrado”.
Sospecha que el
espíritu de North no puede descansar porque no ha tenido un entierro cristiano
debido a que nunca lo bautizaron. De ahí su empeño en zambullir a Harriet en el
lago o de ella intentar ahogar a Gwen. Entonces será el propio Vicario Denning
quien bautice a North, dentro del cuerpo de Harriet, y así se libran de ese
espíritu…pero hay más.
En los próximos
cinco episodios, Nathan se enfrentará a fantasmas de todo tipo, incluso algunos
que vienen del futuro. A medida que entierra sus prejuicios científicos va desenterrando
secretos, algunos relacionados con su familia, y que deberían permanecer bajo
tierra. Todo este proceso va enloqueciendo a Nathan y alejándolo de Charlotte
quien también enfrenta problemas propios. Se ha convertido en la mayoral de un
grupo de labriegos que desconfía de ella y ademas intenta quedar embarazada.
La atmosfera
victoriana se consigue de una manera ya perdida en las nuevas producciones británicas,
gracias a vestuario y música apropiada, al igual que la iluminación y escenografía
que ha recordado a los espectadores la obra pictórica de Constable y que nos transporta
a las novelas de Thomas Hardy. El ambiente de la serie ayuda mucho a aumentar
la atmosfera de terror y angustia.
Existe una yuxtaposición
entre un mundo oscuro y misterioso poblado de espíritus poco amistosos y un
paisaje bucólico, un remanso de paz donde solo parecen habitar humanos benévolos
cuya bondad desaparece cuando interviene lo sobrenatural. Me ha recordado a la
excelente De Lark Rise a Candleford, con la descripción de pueblos
pintorescos donde en contraposición al progreso de fines de la era Victoriana
se encontraban costumbres y creencias que los campesinos conservaban desde
tiempos milenarios.
Aquí también las
vemos, desde la celebración del
solsticio, hasta el Árbol de los Deseos,
donde Gwen cuelga un paño manchado con sangre menstrual de Charlotte para pedir
que su ama conciba. Pero también sentimos que estos resabios del paganismo
pueden ocultar fuerza ocultas y violencias que nos hacen sentir que entramos en
el territorio de The Wicker Man.
Hay un conflicto
constante entre pasado y progreso que se refleja en una lucha en contra de Charlotte,
de sus máquinas, de sus esfuerzos por traer el tren a sus
tierras y por su incapacidad de quedarse en el sitio que corresponde a la esposa
del amo. Y es que Charlotte va perdiendo a su mayor aliado.
A medida que
aumenten sus dudas, Nathan va a ir cayendo cada vez más en el oscurantismo de
sus empleados a pesar de los esfuerzos del Vicario Denning por traerlo al presente.
Es fascinante ver a un clérigo ser más librepensador y progresista que un
psiquiatra. Realmente es el tipo de detalles que hace a The Living and the Dead
imperdible.
Contenido Violento
y Gore: Fuerte el
suicidio de John. También la escena del patito devorado por puercos, aunque
solo oímos sus gritos. Los poseídos atacan a la gente e intentan matarlos tal
como los labriegos agreden a quien creen ser brujos.
Contenido
Sexual y Desnudos: Un
labriego muestra nalgas mientras tiene sexo con Gwen. Otro se baña desnudo en
la laguna en el tercer episodio. Muchas escenas de cama de los Appleby, pero
nada más allá del foreplay y no hay desnudos.
Factor
Feminista: Charlotte es
una mujer independiente, moderna y con idea progresistas que debe luchar contra
los recelos de un pueblo que desconfía de ella por afuerina y por ser mujer. Vemos
muchas familias de asalariados que son manejadas por una madre viuda por lo que
no es extraño este comportamiento independiente, la misma Gwen es dueña de su
vida. El problema de Charlotte no está en su género sino en su clase y en ser
forastera. Otro caso interesante es el del vicario librepensador que permite
que su hija lea y desarrolle un criterio independiente.
Factor
Diversidad: Aunque no hay
diferencias étnicas ni de otro tipo, hay un fuerte distingo entre lo de afuera
y la cultura rural imperante. Cualquier intento de cambiarla, sea a través de progreso
o brujería, convierte al revolucionario en un” otro”, un paria. A fines de la serie hay un viaje en
el tiempo y conocemos a la bisnieta de los Appleby que está casada con un
anglo-africano.