Una característica de la adaptación televisiva de Canción de Hielo y Fuego es la de
rehabilitar a los personajes, de hacerlos menos brutales, ambiciosos e indignos
que en los libros. Pero en el caso de Sandor Clegane, su “angelificación” ha provocado un auge del equipo shipero
apodado “San-San”. Algo que ha sorprendido al mismo Martin, y que ha tenido una
respuesta negativa por parte de puristas que se esmeran en recordarnos que en
la saga, El Perro es mucho más sanguinario y perverso que en la pantalla. ¿Es
eso cierto?
Tanto en el libro como en la serie, Sandor Clegane es uno
más de la galería de freaks de George
R.R. Martin, es “El Perro” de Joffrey, cómplice de las canalladas de su
señor, pero también es un ejemplo de
franqueza en el océano de hipocresía
social en el que vive. Su gran propósito en los primeros libros es intentar
transmitir su visión del mundo a Sansa Stark, tal vez con la esperanza de que
eso la ayude a sobrevivir su ordalía. En el esfuerzo de traducir a este ambiguo
y atormentado personaje a la pantalla, el guion le ha otorgado algunos rasgos
benévolos que han molestado a quienes ven en Clegane solo un asesino implacable
y criminal endurecido.
Una relectura de las primeras entregas de la saga me da otra
impresión sobre todo en lo que respecta a su relación con Sansa. Inclusive el repetitivo
uso del adverbio “gently” (gentilmente, suavemente) que intercala Martin cada
vez que Sandor se acerca a la niña Stark, indica que el autor hace hincapié en
que El Perro no es tan malo como lo pintan.
David Benioff (un regalito para la Condesadedía) explica la personalidad del Perro
Veamos la historia de Sandor Clegane tal como la cuentan en
la Canción. Es el hombre de confianza
del príncipe heredero, la mano derecha de Joffrey. A pesar de su alto cargo, El
Perro, como lo apodan, no es un caballero aunque provenga de noble familia. Con
su acostumbrada franqueza mordaz, Sandor cuenta que los Clegane deben su nobleza
a un antepasado (no muy remoto) que salvó la vida a un Lannister con ayuda de
sus perros. Por eso el escudo familiar lleva tres canes y de ahí le viene el
apodo de Sandor.
El suceso más trascendental de su vida es la tortura que le infringe
su hermano cuando son niños y que lo dejan desfigurado y traumatizado de por
vida. Lo más consistente del carácter del Perro es su odio hacía su hermano, el brutal
Ser Gregor, y el desprecio que siente por los caballeros y sus reglas. Sandor
se enorgullece de no ser un caballero y en Choque
de Reyes, se niega a ser juramentado como tal, por lo tanto pasa a ser el
primer miembro de la Guardia Real que no es un “Ser”. En su escena más heroica
de saga y libro, cuando rescata a Ser Loras de la Ira de su hermano Gregor, el
agradecido Caballero de las Flores lo llama “Ser”, pero Sandor secamente le
informa que no merece tal titulo.
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Sandor y Ser Loras (gameofthrones.wikia.com) |
En la saga, aparte de ser feo y servir a tan repugnante rey,
El Perro comete solo un gran crimen. Mas la trascendencia de su brutal
asesinato de Micah, hijo del carnicero, lo perseguirá a través de la historia. Esa
es la razón por la cual Arya Stark, lo incluye en su lista de futuros
asesinatos y por la cual ella lo abandonará mal herido, negándole el derecho a
un muerte piadosa. Cuando Sandor es juzgado por La Hermandad sin Estandartes,
el único crimen que se le puede probar
es el asesinato de Micah.
A pesar de que Sandor
es declarado inocente tras un juicio por combate, para Arya él siempre será un
monstruo y también para un gran sector del público lector. Tal vez porque la
víctima del Perro sea un niño. Como ocurre con Jaime y su defenestración de
Bran, el daño hecho a un inocente marca para siempre a quien lo comete. Tal como hay muchos lectores
que no creen en la redención del Matarreyes, los hay que creen que Sandor
Clegane es un animal sin compasión ni posibilidades de redimirse. Son ellos los
que se quejan que la serie busca “rehabilitar” al Perro inventándole un lado “noble”.
No lo veo así, porque la serie no ha excluido ninguno de los
actos deleznables del Perro, la muerte de Micah, su participación en la masacre
de los vasallos Stark, ni su presencia en la ejecución de Ned. Lo único que
obviaron fue su relato a Sansa de los motivos de su deformidad. Como ya mencioné
en otra entrada, creo que hay una razón para que fuera Meñique y no el mismo
Perro quien se lo contará a Sansa y sonó más cruel y macabra la anécdota en la
boca de un tercero que narrada por la víctima.
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(desmotivaciones.es) |
Aun así, en la serie, en ambas temporadas, han insertado escenas
siniestras que no se le ocurrieron a Martin.
En Juego de Tronos, tras la
captura de Ned Stark, es Clegane quien mata a los vasallos Stark y derriba la puerta
de Jeyne Poole, pero esto lo sabrá Sansa de oídas. Ella no vuelve a ver al
Perro sino hasta que se le aparece en el cuarto, tras la ejecución de Ned, para
sacarla a rastras de su cama por ordenes de Joffrey.
En la serie es Clegane quien se le aparece a Sansa para
arrestarla. Esa breve escena de Sansa azorada y El Perro carcajeante como
villano de película barata es lo suficientemente siniestra para que le tengamos
miedo al personaje interpretado por Rory McCann. Además, inverosímilmente será
Sandor, más adelante, quien informará a
Cersei del “florecimiento” de Sansa. ¿De cuándo acá Clegane anda metido entre
refajos de mujeres, de corre-ve-y-dile de su reina y entrometiéndose en las
intimidades de una niña? Yo no veo eso como muy conducente a un proceso de
rehabilitación.
Lo que si percibo es que la serie busca convertir a Sandor
Clegane en un personaje “romántico”. Eso no es culpa de Weiss&Benioff sino
de los muchos lectores que antes que debutará en pantalla “Juego de Tronos” ya
shipeaban a “San-San” y escribían/leían fanfiction dedicada a los amores del
Perro y su “Pajarito”. El culto a “San-San” no nace de la nada. Tal como ha
ocurrido con Jaime y Brienne, es Martin quien ha sembrado la semilla para un
posible romance que a lo mejor nunca llega a desarrollarse.
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(fanpop.com) |
En Juego de Tronos,
es Sandor Clegane quien instruye a Sansa en como comportarse con Joffrey para
evitarse “More Pain” y es el es quien impedirá que Sansa se lance al vacio en
su intento de destruir al Rey. En Choque
de Reyes, El Perro alterna su lado oscuro con su posición de guardián de a
quien nombra “Pajarito". Durante el torneo por el cumpleaños de Joffrey,
Sandor apoya a Sansa en su intento de salvar a Ser Dontos. El Perro es el único
miembro del entourage de Joffrey que
no golpea a Sansa e incluso intenta detener la paliza que Ser Boros le aplica a
la niña Stark. Cuando Clegane sorprende a Sansa de regreso de su primera cita
con Ser Dontos, se burla de ella, pero no la delata y será él quien la proteja
de la turba enardecida que pretende desmontarla de su caballo.
Au así, Martin también se esmera en recordarle a Sansa y a nosotros
que Sandor Clegane no es un can domesticado. Ella misma lo describe como un
perro bravo que no acepta caricias, pero que es fiel a su amo. Cuando ella le
reprocha herir a la gente con sus comentarios, El Perro le ladra un discurso en
el que expresa su desprecio por los caballeros y por la gente que se escuda
tras falsos conceptos de cortesía y falsa piedad religiosa. Admite que el único
placer de su vida es matar, pero que en eso no difiere de lo demás hombres y que incluso
Ned Stark debe haber gozado matando gente en batalla.
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(nouvellegamine.wordpress.com) |
Más encima, Martin crea la perturbadora despedida de El
Perro y su “pajarito” después de la Batalla de Aguas Negras y que incluye el
infame “Un-Kiss” (No-Beso). Tras desertar del campo de batalla, no por cobardía
sino por su fobia patológica al fuego, Sandor entra al cuarto de Sansa y le
ofrece que huyan juntos. Cuando ella se rehúsa, el Perro, a punta de cuchillo,
exige una canción para luego dejarla con dos recuerdos: su capa blanca manchada
de sangre y la memoria de un beso que ha
desatado todo tipo de debate, sobre todo porque no se sabe si ocurrió. Sansa tendida
en la cama con los ojos cerrados, pero debajo de su captor, siente algo húmedo
en la boca. Más tarde, en el Valle de Arryn, recordará claramente que fue un
beso “cruel”, pero no totalmente
desagradable. En cambio, Clegane cuando le relata los hechos a Arya no menciona
en ningún momento haber besado al “Pajarito”.
Muchos lectores creen que el beso solo existe en la
imaginación desbordante de la besada. Martin no ayuda mucho ya que declaró que
Sansa no era una narradora confiable. Pero esto indica como la visión de Sansa de
Sandor Clegane ha evolucionado. Antes de la Batalla de Aguas Negras, ella reza
por El Perro, esa noche desea que él esté con ella ya que está segura que nunca
Clegane le haría daño. En Tormenta de
Espadas conocemos los pensamientos de Sansa luego que Sandor Clegane se ha
dad a la fuga. Le incomoda que lo tilden de cobarde cuando ella sabe que fue el
trauma y no falta de coraje lo que lo hizo desertar. Guarda la capa en su baúl
de vestidos, se pregunta si hizo mal en no huir con él y desea que El Perro
estuviera cerca de ella. Inclusive, cuando esté a salvo en El Valle lo seguirá
recordando.
Con todo este material, no es sorpresa que la serie intente “rehabilitar”
al Perro Clegane y retratarlo como un personaje romántico. Curiosamente, no han
intentado hacerlo más atractivo. Escogieron a un actor cuarentón cuando el Sandor
Clegane del libro tiene 27 años. Se han conservado en la serie las escenas en
que El Perro impide el regicidio-suicidio de Sansa y en que la apoya en
convencer a Joffrey de no ejecutar a Ser Dontos. Un detalle que incluyeron es
que cuando aconseja a Sansa de no contrariar al Rey, le limpia la sangre del
labio y le regala su pañuelo como presagiando la entrega futura de su capa.
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(fanpp.com) |
En la escena que Tyrion detiene la paliza que Boros le
administra a Sansa por ordenes de Joffrey, obviaron que Clegane grita “¡Basta!”
para detener el castigo. Pero cuando Tyrion solicita una capa para cubrir a la
semi desnuda apaleada, El Perro no se la
arroja como en el libro, sino que la cubre con ella. Estos pequeños gestos de
amabilidad vaticinan la primera de las
dos grandes escenas de “San-San” en la Segunda Temporada.
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Sansa es apaleada (blog.bullz-eye.com) |
Regresando de despedir a la princesa Myrcella que va camino
del Dorne, la comitiva real es interceptada por los descontentos habitantes de
Desembarco del Rey. Durante la protesta alguien le lanza un pastelito de boñiga
a Joffrey. Ahí arde Troya. A diferencia del libro, tanto Joffrey como su
familia y servidores van a pie lo que hace más fácil que sean atacados por la
turba.
En Choque de Reyes,
Joffrey ordena a su Perro que persiga al que lo afrentó. Clegane lo obedece y desaparece
en la multitud. En el show, Clegane hace
oídos sordos a los aullidos de Joffrey, lo alza del suelo casi como un fardo y
lo aleja del peligro farfullando palabras que dan a entender que está mas de
parte de los protestantes que de su rey. En el libro siempre Sandor apoya al
Rey y con excepción de los asuntos de Sansa nunca lo contradice. En el show,
por el contrario, se esmeran en hacernos ver que El Perro no es parte de la Conspiración
Lannister, que su sentido práctico le hace ver que con sus estupideces sus amos
ya son causa perdida.
En el tumulto, Sansa es separada de la comitiva. Vaga
perdida hasta que un grupo de hombres la persigue y en un callejón sin salida
intentan violarla. Aunque Sansa se defiende a golpes y puntapiés, es obvio que
conseguirán su propósito, pero en ese momento es rescatada...por El Perro
Clegane. Todo lo romántico de la escena se pierde cuando vemos al Perro
destripar a los cuasi violadores. En el libro la versión de los hechos los da
Sansa ya pasado el peligro. Ella parece estar más alterada por cómo Sandor le
ha amputado el brazo a un atacante que por lo qué pudo haberle ocurrido. En la
serie, la vemos confiar plenamente en Clegane, aceptar su mano cuando la alza
del suelo, permitir que se la eche al hombro y que la regrese al palacio.
En el libro, Clegane anda más preocupado por su caballo que
se ha perdido que por Sansa a la que parece haber olvidado tras su rescate. En
la serie tras entregársela a Shae y otras criadas, Sandor recibe las gracias de
Tyrion con un “¡No lo hice por ti!”Una respuesta que acelera los latidos de los
corazones de 80.000 miembros románticos de la audiencia. Ni siquiera la hosca y ácida respuesta al agradecimiento de Sansa, días más tarde, opacan el aura
heroica del Perro.
En su diatriba “Todos los hombres son asesinos”, los
guionistas incluyeron una importante clausula, Clegane le dice a Sansa que
algún día le agradecerá ser el único que la pueda defender de la brutalidad de Joffrey.
Con esas palabras quedaba claro del lado de quien estaba El Perro. Por eso
resulta absurdo, que sea El Perro quien delate a Sansa cuando ella intenta
ocultarle a Cersei que le ha llegado la regla. Es un juego que confunde al
espectador y que creó muchas expectativas de cómo iba a ser el infame
“Un-Kiss”.
¡Tantas quejas que he oído sobre el tratamiento visual de La
Batalla de Aguas Negras! Que si los efectos especiales estuvieron mediocres,
que si omitieron elementos importantes, que si incluyeron aquello. ¿Seré
yo única en apreciar el calibre homérico
de este episodio cuyo libreto fue escrito por el mero George. R. R. Martin? Nada
más épico que ese discurso que se manda Sandor Clegane antes de desertar. Un
poco breve, pero ni Aquiles repudiando a Agamenón pudo ser más preciso que ese
“¡Fuck the King!” que lanza El Perro en un completo rechazo a Joffrey y todo lo
que el rey, su familia y la monarquía representan.
Mi hermano me escribió indignado “¡Han puesto al Hound como
un cobarde!” Tuve que explicarle lo del trauma y la fobia al fuego, pero ¿soy
la única en considerar la deserción de
Sandor Clegane como un acto de valentía? Hay que ser valiente para tomar la
decisión de dejar todo los privilegios alcanzados para lanzarse a la deriva,
hay que ser valiente para optar no seguir apoyando a una monarquía corrupta, pero poderosa.
Más tarde, El Perro le dirá a Sansa que Joffrey puede morir muy bien sin su
ayuda. En esas palabras se encierra la conciencia de que servir a un rey
incoherente es un acto incoherente y un suicidio.
Mucho se había debatido qué harían Weiss & Benioff con
la escena del “No beso”. Dos factores entraron en juego: el primero la minoría
de edad de Sophie Turner, actriz que interpreta a Sansa. El segundo fue la opción
de Martin de confirmar que Sansa era una narradora unreliable. Por lo tanto si no hubo beso, tampoco había necesidad
de la violencia que rodeó todo el evento en el libro. Así que quedó de esta
manera, Sansa se oculta en su cuarto siguiendo los consejos de Shae. Ahí
encuentra un visitante inesperado.
A diferencia del libro, Sandor no está dormido, ni borracho
y se ve muy calmo. Le ofrece llevarla al Norte de regreso con su familia. Sansa
opta por tentar la suerte y esperar a la victoria de Stannis. Exasperado, El Perro
le dice que Stannis es un asesino: “Tu padre fue un asesino, tu hermano es un
asesino, tus hijos serán asesinos”. A lo que Sansa responde “pero tú no me harás
daño”. No sé por que tanto doblaje como subtítulos insisten en convertir esa
oración en una pregunta. Tanto la construcción gramatical como la manera en que
la enuncia Sophie indican que es una afirmación y El Perro se lo confirma “No, Pajarito,
yo no te haré daño”. Con esas palabras sale un Sandor Clegane dejando atrás un
aura heroica y una estela de posibilidades románticas que esperamos no sean
desaprovechadas.
Para quienes han leído Tormenta
de Espadas, Sandor Clegane ya cumplió su propósito y dejó de ser imprescindible,
pero a jugar por los fanfics (que
cada día aparece uno nuevo), las aventuras de San-San solo acaban de comenzar.
¿Sera posible que la rehabilitación del Perro Clegane por parte del equipo de
HBO indique redenciones y propósitos futuros tanto en la serie como en la saga?