lunes, 22 de agosto de 2022

La Religión de los Ermoza: Sueños, brujas y maldiciones en The Beauty Queen of Jerusalem

 


Creo haber cumplido con haber visto la segunda parte de esta horripilante serie. No me nace escribir una reseña final. Basta decir que es tan mala o peor que la primera, puesto que se han desligado de la novela totalmente. Pero lo más curioso de esta fanfiction sin pies y cabeza es que nos cuenta que más que poseedores de una cultura artística e intelectual, o custodios de tradiciones familiares o religiosas, los sefarditas nos caracterizamos por creer en brujas y supersticiones que superan la “religión doméstica”(folk religión) que los judíos observantes practican de mayor a menor manera.

Es un poco difícil para mí hacer esta crítica porque como toda persona étnica conservo lo que los antropólogos llaman  “religión popular”. Eso consiste en cumplir con ciertas costumbres que no necesariamente son parte de un dogma, apoyarme en hierbas medicinales cuando estoy enferma,  y preservar tabúes y convenciones familiares. Hacer todo eso me parece culturalmente importante y una manera de vincularme al inconsciente colectivo de mis ancestros.

Es parecido a lo que hable al reseñar Dark Winds sobre como lo que otros verían como superstición es en realidad una expresión de la espiritualidad nativa. Solo que en The Beauty Queen… se muestra como un reemplazo de una religión para gente tan ruin que su fe en la magia señala atraso y una vía para hacer daño.

El Significado de los Sueños

Desde la Biblia hasta Freud, las manifestaciones oníricas han sido parte de la cultura judía sea como mensajes mágicos o manifestaciones de un subconsciente desasosegado. En la tradición judía, la aparición en un sueño de alguien recientemente fallecido es un mensaje de ultratumba que debe ser atendido.

En La Reina de Belleza… Mercada insiste en que recibe visitas de su difunto marido.  El mensaje es referente a la nuera que Rafael ha escogido. Todos le creen porque es parte de la tradición sefardita la de tomar decisiones basándose en sueños.

Años más tarde, cuando ya Gabriel está casado con Rosa, la esposa que su padre le eligió en El Mas Allá, le llega el turno de recibir una visita onírica de Rafael. Para entonces Gabriel está cometiendo adulterio con Rochel y la aparición de Rafael es tan vivida que señala la conciencia sucia del adúltero.

                                  Ni los sueños ni las visitas del Mas Allá detienen el adultetio de Gabriel y Rochel

La Bruja de Mercada

Aunque la Biblia condena específicamente la brujería, la necromancia y toda forma de adivinar el futuro, por siglos los miembros de las tres religiones monoteístas han buscado ayuda de curanderos , adivinadores y todo tipo de practicantes de magias negra y blanca.

Me detengo para señalar una ironía de mi religión. Aunque la “bruja” suele ser siempre mujer y en PIrkei Avot (Dichos de los padres) los grandes rabinos advierten de los peligros de tener muchas hijas ya que son más proclives a ejercer la magia, tanto los profetas como los talmudistas más famosos eran capaces de provocar hechos milagrosos que en Hogwarts hubiesen sido tildados de ‘Mágicos”. La excusa es que era el poder divino el que ejercía a través de ellos. ¿Por qué dudar entonces que el poder divino puede trabajar también a través de una mujer de fe?

                                              La cita  de Pirkei Avot

Mercada es clienta de una bruja que ya parece caricatura de lo fea y malacatosa que es (hasta tiene una nube del ojo). La hechicera practica varias artes adivinadoras Algunas parecen charlatanería, como el pretender adivinar el sexo del nieto que espera su cliente leyendo los pozos del café.

                                 Es una creencia universal que se pueden leer los sucesos futuros en los pozos de café

Sin embargo, Jilda acierta cuando en plomo derretido descubre que a Gabriel le van a llegar dos hijos varones. Mercada no entiende, pero nosotros al ver el vientre abultado de Rochel comprendemos que Gabriel espera un hijo ilegitimo y otro nacido del adulterio.

Los Peligros de la Embarazada

Una mito del folclore judío universal es la creencia en espíritus. Mercada,  en el libro,  es descrita como tan temerosa de estos entes que cuando vuelve del mercado siente pasos de seres invisibles que la siguen.

Según la tradición,  estos espíritus habitan un mundo paralelo al nuestro. Cada uno de nosotros tiene un “doble” en ese mundo que es nuestro reflejo en el espejo. Estos dobles son tan envidiosos que desean ocupar nuestro lugar y suelen hacerlo en ocasiones en que estamos vulnerables; recién nacidos, en vísperas de nuestra boda, etc..  Las mujeres son las que más peligran sobre todo en sus embarazos, partos y cuarentenas.

De ahí la preocupación de Mercada y la bruja Jilda por Rosa lo que no le evita a la embarazada maltratos de parte de la suegra. Sucede que la preocupación es siempre por el hijo, la madre es un mero instrumento. Curiosa la superstición a la que alude Jilda. Aun cuando el embrión sea macho, puede que la embarazada borre al orinar los guevos y la chuchunica (pene) del feto. Por descabellada que parezca la teoría revela que,  antes que los científicos el saber popular,  reconocía que el sexo masculino de un bebé lo determina la madre.

Engañando a Lilith

En la tradición judía,  desde el retorno de Babilonia,  que nuestro equivalente al Diablo cristiano es la diablesa Lilith, primera esposa de Adán quien se convertiría en la Reina de los Demonios. Debido a su infertilidad o por ser madre de hijos deformes, Lilith siente un gran odio hacia las embarazadas y sus bebés.

Según declaración propia (extraída en exorcismos),  como compensación,  el Eterno le ha dado poder sobre las bebitas hasta los cuarenta días (de ahí la famosa “cuarentena”) y sobre los varoncitos hasta el octavo día en que suele celebrarse el rito de la circuncisión. Con eso en mente,  se busca “engañarla” cambiándole el nombre al bebé incluso vistiéndolo de nena (con moños rosados)  algo que veremos en la serie.



Jilda no habla de Lilith sino de otros entes malévolos a los que descortésmente llama Los de abaisho, aludiendo al mito universal de que hay espíritus subterráneos que suben para interferir en la vida humana. Como a veces pueden ser útiles y benévolos (ya saben que hablo de los Shedim), un buen sefardita los llama Los meyores que mosotros.

El problema con los espíritus se presenta cuando Rafaeliko,  el único hijo varón de Gabriel y Rosa cae enfermo . Los médicos no pueden curarlo y hay que acudir a la sapiencia de Jilda. Esta insiste en vestirlo de nena y “vendérselo” a Victoria Franco, vecina de los Ermoza. Nada de eso sirve y Rafaeliko fallece.

De Como Jilda Reemplazó a Mercada

En el libro, Jilda aparece solo una vez, cuando Mercada tras ver fallidos sus poderes, y de haber acudido a un cabalista, el Rabino Samuel , decide como último recurso solicitar la ayuda de una hechicera a pesar de que esto va en contra del judaísmo.

En el libro, Mercada es curandera, como tal es parte de una comunidad de gente acostumbrada a las medicinas naturales que no la ven como bruja. Sin embargo, es Mercada quien sabe hacer livianos: ese ver el futuro en plomo derretido que se deja caer en agua y cuyas formas los magos saben interpretar.

                                             Mercada haciéndose la víctima como siempre

Es a punta de livianos y exorcismos que Mercada ha sabido sacar a Rochel del cerebro (no del corazón) de su hijo. Es ella quien decide vender a su nieto (en el libro Rosa pierde dos hijos varones recién nacidos) porque ella misma pasó por eso proceso. De ahí su nombre de “mercada”(comprada).

¿Por qué sacar toda esta información, tan necesaria sobre una comunidad que aun reconoce roles femeninos que empoderan a la mujer? Pues es parte de la necesidad judía seglar contemporánea, y que me temo renace en Israel, de que un buen israelí/judío debe ser libre de religión y de otras supercherías. Por eso digo que hay mala intención en retratar en la serie a Mercada, su nuera y hasta su nieta,  como dependiendo de brujas y magias oscuras.

Jilda, Medium y Ginecóloga

Debido a eso, es Jilda la que adquiere importancia en la serie.  Cuando Luna ha quedado catatónica luego de ver como los árabes violan a su madre,  su abuela quiere que la lleven con Jilda. Ahí nos enteramos de que la bruja posee dones espiritistas. Mercada sospecha que el espíritu de su nieta ha abandonado el cuerpecito de la niña. Gabriel se niega a mandar a su nena a una bruja fea y cura a Luna a punta de vestidos bonitos.

El médico que ha atendido a Luna menciona que muchos niños judíos están como ella traumatizados por los horrores vistos en el pogromo. Lástima que no se les pueda curar a todos con zapato nuevos. Me exaspera ver a Los Ermoza pendientes de esa criatura narcisista desde la infancia . En cambio, nadie se preocupa de Rosa, la verdadera víctima. El mal de Rosa no se cura con un guardarropa nuevo por lo que ella buscará la ayuda de Jilda.



La bruja se niega a interrumpir el embarazo de su clienta. Cambia de opinión al saber que se trata del producto de una violación. Cuando las infusiones de hierbas no bastan para bajarle a sangre a Rosa, Jilda le practica un aborto.Milagrosamente, el feto sobrevive, aunque Rosa casi muere de una infección. Jilda anuncia a Mercada que esa criatura es un milagro y viene protegida. Rosa lo entiende así y se dedica a proteger a su hija antes y después de nacida. Como siempre,  solo cuenta con el apoyo de su hermano. Gabriel y su madre detestan a la bastarda y Mercada vuelve a acudir a Jilda en busca de una solución terrible

La Maldición de los Ermoza

Mercada solicita de la bruja, la misteriosa Pulsa Di Nura. No se sabe si quiere que Jilda la invoque o se comunique con alguno que pueda hacerlo. En este marco, Oded Davidoff, Dafna Prenner  y su incompetente equipo vuelven a demostrar irresponsabilidad e irrespeto tanto por el judaísmo como por los sefarditas.



La PDN (y escribo las siglas por respeto) es mencionada en tratados cabalísticos como un castigo divino que recae en determinadas personas luego de ellos muertos. Una extravagancia de nuestra historia cultural es que desde inicios del Siglo XX  grupos ultraortodoxos residentes,  en lo que es hoy Israel,  se han ufanado de usarla como arma política. Desde entonces que afiebrados fundamentalistas (los hay en todas las religiones) se han adjudicado la enfermedad o muerte de figuras políticas asegurando que han invocado dicha maldición.

Si lo hicieron cometieron una herejía criminal. Primero,  por tomarse atribuciones que solo le corresponden al Todopoderoso. Segundo, porque contrarían el mandamiento judaico de rezar por la redención de nuestros enemigos, nunca su destrucción. En general , los ortodoxos modernos no creen en esta maldición y desprecian la idea de que pueda ser practicada por un ser humano.  ¿Cuán perversa puede ser Mercada para conjurarla contra una niña inocente?

Mal de Ojo y Exorcismo

Cuando Mercada casi envenena a la pequeña Becky con Arak y la reacción del cuerpecito de la niña es cubrirse de ronchas alérgicas Los Ermoza en pleno parten donde Jilda. La bruja anuncia simplemente que esto es “Mal de Ojo”.  Todos los judíos tradicionales, de la cultura, persuasión u origen que seamos,  creemos en la Ayin Hara, tal como los sicilianos modernos siguen creyendo en la Jettatura. Solo que en nosotros es parte de la religión la encontramos en la Mishnah y en el Midrash.

                                                 Un amuleto judío contra el Mal de Ojo

Curiosamente, es una creencia que aparece entre los no judíos también. Cuando Maurito, que me espera en el Cielo de los Gatos, tuvo eczema, dos veterinarios (jóvenes profesionales) expresaron su sorpresa ante el mal diciendo “te lo ojearon”.

Así que no es de sorprender el diagnostico de Jilda. Cubre las cabezas de Rosa y Becky con un lienzo blanco. Recita plegarias tradicionales (prekantes) invocando los nombres hebreos de madre e hija. Un error es que dice Rifka bat Rosa. Rosa no es un nombre hebreo. Mi madre se llamaba Elena, yo soy María Elena. Cuando rezan por mi salud dicen “Miriam Bat Deborah”. Miriam,  la hija de Débora. Usan nuestros nombres hebreos.

La astuta bruja conociendo el odio que Mercada siente por Becky, la acusa de ser la ojeadora y conmina a confesar su crimen. Mercada se niega. Jilda revela el pedido de Mercada (chao a la confidencialidad entre curandera y cliente). Sintiéndose acorralada, Mercada entra en tal estado de tensión que le estalla un vaso sanguíneo y de su ojo mana sangre. Finalmente confiesa. Gabriel hipócritamente se escandaliza.

                                              Un milagro que Becky haya sobrevivido a todas las brujerías de Mercada

El ojo deja de sangrar. Jilda ordena a la culpable hacer un acto de contrición: debe ayunar, purificarse en la Mikvah y recitar salmos. Los Ermoza se marchan. Jilda sigue con su proceso de sanación. Envuelve a la bebé en intestinos de res (no me pidan que les explique esto). El eczema desaparece. Jilda se niega a aceptar un pago de la agradecida Rosa.

Mercada hace su acto de expiación, pero en alarde de su ignorancia incorpora lanzarse cubetas de agua helada. El proceso de arrepentimiento judío no involucra mortificaciones físicas más que la abstención de comida, bebida y placer sexual. No le sirve de mucho ya que se ha contagiado del eczema de Becky. Jilda convoca otra reunión de los Ermoza que opera como terapia familiar. Mercada debe confesar que nunca su esposo la visitó en sueños. Fue una invención para separar a Gabriel de Rochel y para castigarlo porque lo culpaba de la muerte de Rafael. “Yo soy tu castigo” dice Rosa tristemente,

Ahí se acaban los problemas. Mercada se exilia en España,  Rosa le da el divorcio a Gabriel, pero él prefiere quedarse con su familia y acaba aceptando a Becky como hija. ¿Y a quien hay que agradecerle? A la Bruja Jilda. En el último capítulo de la temporada hasta Luna la visita para tener noticias de David que está peleando en La Batalla de Creta.

                                               Como predijo, Jilda, David vuelve cambiado de la guerra

Aquí contrastan dos aspectos de ambas mujeres. Jilda trabajará lo oculto, pero es piadosa y respetuosa de D-s y sus mandamientos. En cambio,  en el mismo episodio,  vemos a Luna mohína y aburrida durante la ceremonia de Havdalah que cierra el Shabbath. ¿Como se explica que esta criatura tan despectiva de la religión de sus mayores y solo carne y nada de espíritu,  crea en brujas y sus poderes?

Esta dependencia de las Ermoza de una hechicera (algo que se han inventado para la serie) deja a la familia a un nivel de oscurantismo poco común en el mundo sefardita, sobre todo en su representación de las mujeres. Rosa y Victoria son analfabetas, pero incluso una mujer con algo de instrucción como Mercada vive sujeta a supercherías. Luna se burlará de la incultura de su madre, pero a los veintidós años sigue siendo estúpida, indocta y perezosa, a pesar de las muchas oportunidades que la vida le ha dado.

La ironía es que la única judía con agencia y conocimientos en este cuento de mujeres rústicas, atrasadas y malévolas es Jilda. A través de veinte episodios vemos su sapiencia en botánica, psicología, obstetricia y sobre todo su conocimientos religioso e incorporación a sus hechizo de oraciones tradicionales judías. La vemos ejercer su trabajo sin ambición de lucro y con ética, precisamente de lo que carecen sus clientes.

En el universo sefardita pre-Holocausto siempre existieron curanderas que fungían como enfermeras, parteras, guías espirituales y hasta consejeras matrimoniales. Se les respetaba porque eran mujeres de vida ejemplar. Algunas teniendo la oportunidad de hacerlo, siguieron cursos de enfermería u obstetricia como mi bisabuela que se fue a España a estudiar en La Escuela de Matronas que hoy es el  Hospital Santa Cristina.

Una lástima que la serie no hubiese tenido una protagonista “bruxa” en vez de cifrarla en los aburridos quehaceres de una boba presumida. Otra ironía es que en Bahréin se haga una teleserie (Um Haroun) homenajeando a una famosa comadrona judía de Los Cuarenta y en Israel se gaste dinero en una saga de agoreras iletradas. Al menos en Shtisel, la sefardita que los Shtisel no quieren en su familia es una destacada laboratorista y estudiante de biología.


                                                             Shira Levy, el nuevo rostro de la mujer sefardita

 

Bibliografía Consultada

Kohen, Eli y  Dahlia Kohen Gordon: Ladino English/English-Ladino Concise Encyclopedic Dictionary (1999)

Levy, Isaac Jack y Rosemary Zumwalt: Ritual Medical Lore of Sephardic Women (2001) 

2 comentarios:

  1. Desde FB de Miroslav Basic Palkovic
    They use melted lead for hocus pocus here as well LOL and prego ladies usually wear a red thread around their wrist for protection.

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    1. Para Miroslav Bašić Palković The melting lead divination is called molybdomancy, and it’s very ancient, but it is not a Jewish tradition. Sephardim learned it from the Turks in Bosnia and Palestine. There is nothing wrong in practicing some form of divination (although orthodox Judaism frowns upon it) , or having superstitions or following family old traditions, but if you are going to present Jews to a non-Jewish world it’s not right to show them as believing more in witches than in their religion, or using their religion for their own benefit. Since now in Israel, there is a perception from the dominant Ashkenazi culture that Sephardim are backward and ignorant, the series perpetuates that perception.

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