lunes, 11 de enero de 2016

Ha Muerto El Goblin King: Adiós a David Bowie


Esta mañana me despierto con una noticia pésima. Me escribe mi hermano un e-mail de texto sucinto: “Bowie: Our  Dorian is gone “(“Nuestro Dorian se ha ido”.) Me quedé helada. La partida de quien ha sido nuestro gran ídolo en la música, no solo me golpeaba por ser inesperada (tenía solo 69 años. Cinco más que Lord H) sino que me hacía sentir como que si la magia se hubiera evaporado del mundo. Es natural, David Jones, que los siglos XX  y XXI, conocerían como David Bowie, fue un rey de fábulas en la ficción y en la realidad.

Mágico tenía que ser quien encarnará en el escenario  a Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual.  Ziggy fue uno de los muchos rostros de un músico, pionero del glam rock,  que impactó la cultura de las últimas décadas del pasado siglo. Alguien que vivió reinventándose hasta volverse un icono cultural. Incluso en un momento se confesó bisexual y más tarde juró ser heterosexual. Había que tener cojones  mágicos  para atreverse a hacerse eso, pero Bowie quien rechazara un título de caballero que le ofreció la corona británica, los tenía.

Aparte de ser un hombre muy hermoso, fue un árbitro de la moda. Recuerdo a mis hermanos en los 80’s copiando sus trajes. En aquella época, Bowie impuso estilos que se volvieron el epitome  de la sofisticación masculina.
















Sin embargo en los 70’s había sido  un ídolo de la androginia, atreviéndose a lucir looks transgénero mucho antes que esto estuviera de moda.  Utilizando técnicas de las pantomimas, y del teatro kabuki, Bowie (que también era pintor) convertía su apariencia física en un lienzo para expresar arte y moda.

Pero vamos a su contribución a la fantasía y a la ciencia ficción. Su primer rol protagónico fue en la cinta  de Nicolas Roeg “El Hombre que cayó de las estrellas” (“The Man Who Fell to Earth”, 1972) donde daba vida a un alienígeno cuyo planeta está pereciendo por falta de agua. En busca del precioso líquido llega a la Tierra y cae presa de enfermedades terrícolas como la deslealtad, el alcoholismo y un mal amor.

En los 80’s, la   década que lo vería volverse una superestrella del rock, filmará dos películas, hoy de culto para los amigos de los sobrenatural. La primera fue el drama vampírico “El ansia” (“The Hunger”, 1983). Dirigida por el desaparecido Tony Scott, y basada la novela de Whitley Strieber, “El ansia” era una alegoría urbana sobre el tema inmortal de la fragilidad del amor, la juventud y la belleza.

Bowie es John dominado por su esposa, la tres chic vampiresa Myriam (interpretada por una exquisita Catherine Deneuve envuelta en creaciones de Saint Laurent). Ambos viven en un elegantísimo departamento en Manhattan rodeados de antigüedades, música clásica y todo lo que representa belleza y refinamiento.

Sin embargo, esta pareja milenaria recorre antros nocturnos en busca de sangre que los mantenga vivos. John ha aceptado esa vida a cambio de la promesa de su mujer de que será eternamente joven, pero todo cambia cuando un virus comienza a envejecerlo. Desesperado, busca la ayuda de la geriatra  Sarah Roberts (Susan Sarandon). Sara es incapaz de encontrarle cura y la veleidosa Myriam prefiere a la geriatra como amante antes que un viejo marido.

Voy a hacer ahora un poco de trampa. Ese mismo año, Bowie estelariza mi película favorita suya (y una de las veinte mejores películas que he visto en mi vida) “Merry Christmas Mr. Lawrence”. Aunque esta pieza de Nagisa Oshima es un crudo drama histórico, tiene visos místicos así que hablaré de ella aquí. Está basada la serie de cuentos del ya místico sudafricano  Sir Laurens van der Post  (novelista, folclorista, filosofo, gurú y padrino del Duque de Cambridge) The Seed and the Sower. Como los cuentos, la película tiene lugar en un campo de prisioneros  japonés en Java, durante la Segunda Guerra Mundial.

La vida ya bastante dura de los presos recibe un cambio con la llegada del enigmático Mayor Jack Celliers (Bowie), un oficial sudafricano que parece no entender lo peligrosos que son sus captores ya que constantemente se rebela contra ellos, adoptando actitudes casi lunáticas. Solo a mitad del filme descubrimos que Celliers está obsesionado con  expiar un pecado que en el pasado cometió contra su hermano menor.

El supersticioso  Capitán Yonoi (Ryukishi Sakamoto) llega a pensar que Celliers es un demonio que ha venido a tentarlo (hay una cierta insinuación que Yonoi se siente sexualmente atraído por su prisionero). Cuando Celliers se atreve a interrumpir una ejecución, y abraza a Yonoi  públicamente, el comandante ordena que se le entierre vivo. En su agonía, Celliers tiene un sueño en el que finalmente puede pedir perdón a su hermanito.

Tres años más tarde, en 1986, David Bowie dará vida a un personaje totalmente fantástico, El Rey de los Gobelinos  en la fantasía de culto “Laberinto”.   Dirigida por el gran Jim Henson y producida por George Lucas, “Laberinto” tiene la característica de solo tener dos actores “reales” en un reparto de marionetas y criaturas fantástica: David Bowie y, la entonces adolescente, Jennifer Connelly.

Sarah es una jovencita que prefiere vivir en el mundo fantástico de obras de teatro y libros antes que enfrentar responsabilidades como cuidar de su hermanito Toby. En un momento de ira, Sarah pide que a Toby se lo lleve El Rey de los Gobelinos, un personaje de uno de sus libros. Jareth (Bowie), que así se llama El Goblin King, realmente existe y cumple su deseo. Sarah se verá obligada a internarse en un laberinto mágico y  cumplir con los requisitos de Jareth (que está enamorado de ella) para recobrar a Toby.

En los 90’s, Bowie aceptó el rol del  prodigioso agente del FBI, Phillip Jeffries en la continuación del éxito de David Lynch “Twin Peaks”. Esta vez se trató de “Fire Walk with Me” la versión fílmica de la esotérica serie. Ahí Bowie encarna un agente que aparece y desaparece en un constante ir y venir entre mundos paralelos que eran parte de los innumerables misterios de la serie.

En el Siglo 21, Bowie sigue activo no solo en la música pero también en la actuación. Su último papel es en la fantasía histórica “El gran truco” (The Prestige, 2006)  donde encarna un personaje de la vida real, el enigmático y mítico científico, Nikolas Tesla. Ese mismo año presta su fabulosa voz (una vez dije que las voces masculinas más sexis  del mundo eran las de Maximilian Schell y la de David Bowie) para el villano Maltassard en el filme animado de Luc Besson “Arthur y los Invisibles”.

Quien no quisiera llamarse “Sir David Bowie” aceptó en su breve vida muchísimos honores y títulos no solo como músico y actor. Por algo en la lista de “Los Británicos más Importantes de la Historia” ocupa el  número 29. Me acabo de enterar, pero no me sorprende, que en el 2013 haya ingresado al Hall of Fame de la Ciencia Ficción y la Fantasía. Quien sucumbiera ayer al cáncer hepático simbolizó la fantasía de una época. Su  música y arte tuvieron influencias ocultas que van desde  Aleister Crowley hasta Lovecraft. En un momento se interesó en el budismo, pero terminó diciendo que su única religión era la música.
David, Iman y Alexandria

Su legado es inmenso y abarca varias formas de expresión artística, sin olvidar a sus hijos (al momento de morir estaba casado en segundas nupcias con Imán, la modelo somalí) el galardonado director de cine Duncan Jones y la quinceañera Alexandria. Como si fuera poco, hasta una araña que lleva su nombre: Heteropoda davidbowie

Pero al comienzo mencioné que para mi hermano y para mi, él ERA el verdadero Dorian Gray. ¿de dónde viene esa idea? Pues de un ya olvidado video clip de una canción de Bowie de 1979, Look Back in Anger (Recordando con ira).  David Mallet creó el video alrededor del final de la novela de Oscar Wilde. En el clip vemos a Bowie corromperse y envejecer ante un retrato de si mismo que permanece eternamente joven. Así permanecerás, Sir David, en mi memoria.



2 comentarios:

  1. Un genio el Bowie. Creo una canción de la gran siete, en plena crisis emocional. Eso es ser artista. De chica me daba miedo jaja. Ahora es un mito.
    Saludos Male! Próspero Año!

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    1. Un genio, Dama Blanca, tú lo has dicho. Que bueno que fui una de las pocas en reconocerlo y eso que lo vine a conocer cuando era chica. A mi también me daba miedo, pero era por la androginia, y eso no nace de prejuicio. Es que como siempre he sido esotérica...se dice que originalmente los humanos eramos andróginos y hermafroditas y que nos separaron. Entonces ver a alguien asi "completo" (porque yo creía que de verdad el era como salia al escenario mitad mujer, mitad hombre) daba susto como un ser superior a lo normal. Y lo era, porque incluso trascendiendo esa etapa siempre fue superior.
      Un felicisimo y totalmente prospero 2016 para tí.

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