(Foto de dialnet.unirioja.es) |
Aunque material fantástico no escasea en el mercado literario
moderno, me he dado a la tarea de buscar en el pasado más lejano algunos reinos de
fabulas olvidados, sobre todo los representantes de la fantasía histórica, ese subgénero tan difícil de localizar
como de clasificar. Así he tenido la suerte de encontrar (y leer) Un Manuscrito Encontrado en Zaragoza
del polaco Jan Potocki.
En otro siglo había oído hablar de ese libro, tal vez a raíz
del debut del filme de W. Has en 1965, pero nunca me preocupé de leerlo. La
suerte de hallar el texto en línea, me impulsó a conocerlo. Quedé tan impresionada,
que hice a un lado Danza con Dragones
por unos días, hasta terminar esta historia que en su día fue calificada de
“novela gótica” y mas tarde “novela de aventuras”. Es ambas cosas, pero
indudablemente también es fantasía histórica. Pero comencemos por el autor cuya
vida, a ratos, fue más fascinante y laberíntica que su manuscrito.
Nacido en 1761, el seno de la más rancia aristocracia polaca,
Jan Nepomucem Potocki vivió una vida privilegiada, pero también colmada de
aventuras. Educado en Suiza, fue novicio de la orden de los Caballeros de
Malta, oficial de ingenieros en el ejército polaco, y un estudioso de las ciencias
y artes más extraordinarias. Viajero infatigable, recorrió Europa, Asia Menor y
el Norte de África. Era un consumado poliglota sentía una fascinación por las lenguas eslavas y fue uno de los primeros etnólogos.
Sus pasiones lo convirtieron en autodidacta de disciplinas tan diversas como la
egiptología y hasta la aerodinámica, siendo el primero en sobrevolar Varsovia
en un globo. Todo este caudal intelectual se manifiesta en su obra, al igual
que su espíritu librepensador (era masón), y su pasión por las ciencias
ocultas.
Conde Potocki (foto de Wikipedia) |
El Conde Potocki era también un gran mujeriego. Su primer
matrimonio fue con la Princesa Julia Lubomirska con la que tendría dos hijos.
Otros tres tendrá en su segundo enlace, esta vez con su prima hermana Konstança
quien lo abandonará años más adelante. Entremedio, y posiblemente durante sus
matrimonios, El Conde tiene otras mujeres. Contrae sífilis lo que afectará sus
facultades mentales. Profundamente deprimido, se encierra en su castillo en
donde comienza a tener episodios de demencia. Llega a creerse licántropo y manda
fabricar una bala de plata con la cual se suicida el 23 de diciembre de 1815.
Tenía 54 años.
Hoy este hombre brillante es apenas recordado. A pesar de que Potocki puso su pluma al
servicio de la política y escribió crónicas de casi todos sus viajes, El Manuscrito es su única novela.
Comenzó a escribirla en 1795 y fue publicada por partes, y en francés, en 1804
y 1805. En 1813, dos años antes del suicidio del autor, El Manuscrito fue publicado de manera completa en Paris. Es una
obra laberíntica cuya trama se ramifica cada vez que entra un nuevo personaje y
cuenta su historia. Siguiendo el ejemplo de
Las Mil y Una Noches y del Quijote,
el relato está claveteado de cuentos intercalados y como la obra
cervantina, hace uso del subterfugio de hacer
creer que se trata de una historia real encontrada durante las guerras
napoleónicas por un soldado francés.
La novela en si tiene lugar casi un siglo antes, durante el
reinado de Felipe V y está narrada en primera persona por Alfonso van Worden,
un oficial de la Guardia Real. Alfonso, hijo de belga y mora, cruza la Sierra
Morena camino a Madrid cuando comienzan a ocurrirle sucesos extraños.
Desaparecen sus víveres y sus criados. Llegado a la Posada de los Alcornoques, Alfonso
encuentra el sitio despoblado, pero halla un cesto de frutas cuya ingestión le provoca
mareos y durante los cuales desaparece su último criado. Alfonso sigue su
camino hasta llegar al Valle de Los Hermanos llamado así por los De Soto,
bandoleros que asolan la comarca. Dos de ellos han sido capturados y colgados a
la entrada del Valle.
(Foto culture .pl) |
Van Worden llega a la
Venta Quemada un antiguo castillo moro que se rumora está encantado. Aunque
también se ve deshabitada, la venta pronto se llena de interesantes espíritus, las
mellizas Zubeida y Emina y sus esclavas que cenan con Alfonso. Las mellizas son
de Túnez, se han criado en un harem y Alfonso es el primer hombre que conocen. Potocki
ahí se desvía del tradicional cuento de fantasmas para internarse en el
episodio galante con un menage a trois
digno del burdel de Meñique.
Desde su infancia que, las mellizas, tras leer uno de esos
manuales amatorios tan comunes en Oriente, alucinan con conocer el amor físico.
Al no haber hombre, ni aun esclavo, en su casa que pueda instruirles siguen la
tradición de Los Mellizos Lannister y exploran su sexualidad en conjunto. Las incestuosas
hermanitas le confiesan a Alfonso que se
aman tanto que han decidido compartir el mismo marido. Tras revelarle que son
primos por parte de madre, las moritas le ofrecen al oficial casarse con él
siempre y cuando se convierta al Islam.
Cuando él se niega, Emina y Zubeida ofrecen encontrarse con él en sueños. Efectivamente,
van Worden tiene un sueño erótico con las chicas, pero lo sigue un despertar espeluznante en que
se encuentra bajo un cadalso flanqueado por los cadáveres de los hermanos De
Soto (que no están tan muertos).
Sigue una serie de encuentros con bandidos e Inquisidores, demonios
y anacoretas, astrólogos y alquimistas, moros, cabalistas y gitanos, y hasta
ese personaje recurrente en la novela gótica inglesa, El Judío Errante. Cada personaje
tiene una historia que contar, cual más peregrina que la otra. De estos relatos
bizantinos se desprenden tres detalles: el gran caudal intelectual que manejaba
el autor, su profunda tolerancia por las culturas y religiones que retrata y un
astuto conocimiento de la psiquis femenina.
Los personajes femeninos de Potocki son, aparte de
atractivos, poderosos y competentes. Destaca entre ellos el de Rebeca, la
hermana del cabalista y narradora de su propia
historia. Tal como su hermano, Rebeca ha sido comprometida con un par
de esos ángeles-demonios que abundan en
la mitología hebrea, pero se ve condenada a ver a sus novios a través de un
espejo, puesto que está anclada al mundo desde que viera a sus criados hacer el
amor. Obsesionada con el amor humano, es incapaz de ascender al plano donde la
esperan sus futuros maridos. Sin embargo, Rebeca es erudita y valiente, capaz
de cumplir con pavorosos rituales en su búsqueda del conocimiento. Por suerte,
Rebecca se libra de su trágico romance cuando acepta el amor del matemático Don
Pedro de Velásquez, de quien primero se ha burlado. Es un romance muy poco
común en esos tiempos, basado más en el cerebro que el corazón y en el que
ambos comparten mutua admiración por sus intelectos.
(foto de españoladasyole.blogspot.com) |
La novela termina con el descubrimiento por parte de Alfonso,
de que todos estos encuentros han sido fraguados por su tío, el Jeque Gomelez, padre de Emina y Zubeida,
quien busca atraer al sobrino a la
religión de sus mayores y tener un
heredero. Alfonso se niega a convertirse, pero su noche de amor con sus primas
ha dado frutos. Las mellizas paren respectivamente un varón que será el heredero del abuelo y una niña que heredará la fortuna
de los van Worden.
Esta extraordinaria novela fue casi olvidada, tanto así que
el desvergonzado Washington Irving plagió una de sus relatos intercalados en un
cuento llamado “El Gran Prior de Menorca”. En 1965, el director polaco Wojicieck J. Has
la lleva al cine. El filme es admirado por el público en el Festival de San Sebastián,
pero ninguneado por el jurado. Tal como
la novela, el filme hubiese desaparecido sino hubiera sido por el esfuerzo
conjunto de Francis Ford Coppola y Martin Scorsese quienes pagan su
restauración. La película se convierte al formato DVD en el 2001, tal como la novela se adaptará
al teatro al tanto en castellano como en
inglés. Si quieren la versión completa y con subtítulos en español, YouTube la tiene aquí.
(foto de c1n3.org) |
El Manuscrito es
un extraordinario ejemplo de literatura fantástica, dotado de personajes muy
“sui generis” al igual que la tolerancia y simpatía que el autor muestra por los
parias, los marginales sociales e incluso por las mujeres. Con todo lo dicho,
sería ideal que Hollywood decidiese hacer una nueva versión de una de las
pioneras de las novelas de fantasía, o tal vez una biopica de su autor cuya vida
fue tan bizantina como su obra.
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