En el Siglo XXI, los vampiros pueden seguir siendo villanos
y ser cazados por héroes, que hasta a Abraham Lincoln lo ha reclutado el gremio
de caza-chupasangres. Sin embargo, por primera vez la ficción nos lleva a
admirar a los vampiros, a enamorarnos de ellos y de su modo de vida. ¿Tuvo esto
que ver con el auge de la fantasía post-Harry Potter? Juzguen Uds.
En el post anterior recorrimos la trayectoria de la literatura
vampírica contemporánea y de la fascinación que el cine y la televisión sentían
por esas criaturas desde fines del siglo pasado cuando Anne Rice y Chelsea
Quinn Yabro habían puesto de moda las sagas de vampiros “buenos” o al menos atractivos.
Un fenómeno que surge a fines del siglo XX son los romances
paranormales. En 1999, Christine Feehan inicia su “Serie Oscura” con The Dark Prince (El príncipe oscuro) que por primera vez presenta al publico a los
Carpatianos, una antigua raza de vampiros con poderes mágicos. Aunque los Carpatianos
se alimentan de sangre humana, ni están muertos ni matan a sus victimas. Su
mayor problema reside en la imposibilidad de encontrar parejas. Cada Carpatiano
tiene una compañera ya elegida por el destino y solo con ella puede procrear.
La crisis estalla cuando ya la antigua raza, debido a la ausencia de hijos y
mujeres, encara la extinción. Es entonces que el Príncipe Mikhail descubre una
salida, cuando su elegida resulta ser una humana.
Esa original visión del vampirismo tuvo una gran acogida, lo
que ha permitido que La Serie de los Carpatianos
continúe reproduciéndose hasta nuestros días. Otras autoras de romances paranormales
hicieron suya la formula romántica-vampírica, pero Charlaine Harris la llevaría
hacia otro extremo. En el 2001,
aprovechando la moda de la “chic-lit” y la obsesión estadounidense on las historias
de detectives, combina ambos con el nuevo
fad vampírico, en sus Southern Vampire
Mysteries.
Situados en los bayous de Luisiana, esos misterios tienen como
protagonista a una joven camarera con sangre de hada en las venas, poderes telepáticos
en la cabeza y un corazoncito que se derrite por los chupasangres. En el
universo de Harris los vampiros han salido del closet y conviven con los
humanos bajo ciertas reglas. En el20008, aprovechando la fama de la serie, la HBO y Alan Ball la traducen al cable bajo el
nombre de “True Blood”.
Los vampiros habían conquistado al público adulto, pero
también asechaban al más juvenil. Pocos saben que los Vampire Diaries que hoy cosechan fans en la televisión, nacieron como
novelas en 1991 y en el 2000 se crea una de las más entretenidas series de
vampiros para chicos.
En Cirque Du Freak,
el escritor irlandés Darren Shan narra las aventuras de su epónimo quien, para
salvar la vida de un amigo, debe convertirse en vampiro y asistente de Mr.
Creepseley, el vampiro estrella del Cirque
du Freak, un circo-feria que alberga entes sobrenaturales. Como Harry Potter,
Darren inicia como un muchacho común y corriente que debe ingresar a un mundo fantástico,
a conocer seres extraordinarios. Mas adelante en la serie, como Harry, Darren
descubre que tiene un enemigo que también amenaza a la raza vampírica, en su
lucha, Darren descubrirá secretos familiares.
(sagacrepusculo.es) |
La apoteosis del romanticismo vampírico llega con una mezcla
de romance paranormal y literatura rosa. En el 2003. Stephanie Meyer nos lleva
al pueblecito de Forks a conocer a la altruista Familia Cullen, lindos, buenos
y vampiros. Más allá de franquicia y fenómeno
cultural, la saga de Meyer reafirma la condición heroica del vampiro, a pesar
de que los Cullen sean sui
generis ya que circulan bajo la luz solar y se alimentan de sangre de venado.
Con Crepúsculo
también se ratifica la idea del vampiro como personaje literario. Cuando en el
2005, Elisabeth Kostova convierte su laureada La Historiadora en un bestseller mundial, ya se puede decir que no
hay espacio que el vampiro haya dejado sin
conquistar.
La televisión también se ha convertido en un parque de
diversiones de vampiros. Recordemos que la primera década del Siglo XXI vio un
aluvión de series protagonizadas por vampiros “buenos”. ¿Alguien se acuerda de “Moonlight” (“Luz de
Luna”) en la que Sophia Myles debutó en la TV estadounidense? Solo duró una
temporada. Más suerte corrió “Blood Ties” que alcanzó a durar dos temporadas.
Basada en La saga de la sangre de
Tanya Huff cuenta de las peripecias de una investigadora canadiense cuyo
ayudante es un vampiro ¡e hijo ilegitimo de Enrique VIII!
No hay subgénero televisivo o público al que los vampiros no
alcancen. Inclusive “The Lair” era una serie de vampiros gays. Con “Port
Charles”, un spin off de la longeva
“General Hospital”, los vampiros entraron a las “Soap operas” estadounidenses.
En las telenovelas han aparecido en la brasileña “El beso del vampiro”, la
mexicana “Noche eterna”, y la colombiana “La chica vampiro”. En Chile se han hecho
dos telenovelas de ese tipo, la juvenil “Vampiras” y el drama de época “ CondeVrolok”. En esa última, el vampiro se las arregla para embarazar a una humana.
Iniciamos esta exploración de la ficción vampírica contemporánea con una interrogante ¿Su auge le debe algo a la aparición de Harry Potter? La respuesta es afirmativa y lo prueban esas sagas juveniles en que se describen escuelas donde los jóvenes vampiros pueden conocerse, socializar y aprender más sobre su especie. En el 2007 aparecen dos novelas que tratan ese tema: la primera de la saga de la Vampire Academy (Academia de Vampiros) de Richelle Mead y House of Night (La Casa de la noche) de P.C y Kristin Cast.
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Un año mas tarde Claudia Grey inicia su cuarteto gótico sobre el Internado Evernight en Medianoche. La más interesante es la primera donde hay un distingo entre los Moroi (vampiros mortales) y los villanos del cuento, los Strigoi (inmortales). El vínculo de estas tres historias son las protagonistas, todas jóvenes vampiras; el ámbito escolar, y una historia romántica que combina la idea de un Hogwarts vampírico con amores “crepusculares”.
No todos los retratos de vampiros en la ficción
contemporáneas halagüeños. Ejemplo de eso es Strain, la trilogía de Guillermo del Toro, y filmes como “30 Days and 30 Nights”. Los
cazadores de vampiro siguen siendo heroicos protagonistas desde Hugh Jackman en
“Van Helsing” hasta el mismísimo Abraham Lincoln en la novela Abraham Lincoln, Vampire Hunter de Seth Grahame-Smith.
Sin embargo, los vampiros
buenos y "buenones" reinan en la televisión. En “True Blood”, ahora
en su sexto año y para los más jóvenes están los galanes de “Vampire Diaries”
que ya van en su cuarta temporada. Y este año vienen ya dos series vampíricas
“The Originals” y Dracula”. El apetito del público por los vampiros es
insaciable.