martes, 6 de diciembre de 2022

¿Crítica del Franquismo o Elogio del Pasado? : ¡García! en HBO




 Es un super agente secreto tipo James Bond, es un superhombre tipo La Mole. ¿Su único problema? Es facha total. Creado por científicos franquistas, García ha permanecido criogenizadoa lo Capitán Américapor más de medio siglo,  hasta que una atolondrada periodista lo despierta para salvar a España de una dictadura más totalitaria que la de Franco. Basada en la novela gráfica de Santiago García y Luis Bustos, esta creación de HBO Max combina la sátira social con un auténtico relato de acción y ciencia ficción.

Un Cuento de Buenos y Malos

Antonia tiene 23 años, ha egresado de periodismo con buenas notas, está haciendo la practica en un periódico madrileño y se sorprende al saber que no se la contratará de planta. ¿Su pecado? Carece de ambiciones y objetivos. No es creativa, no presenta propuestas. “Haces lo que se te pide y nada más” le dice el jefe.



La azorada jovencita ha recibido esa mañana de manos de su portera un misterioso paquete que contiene un hardrive primitivo y unas fotografías viejas en blanco y negro. Antonia intenta conectar la pieza a su modem, pero no consigue más que alertar a “los Malos”. Este es un cuento de “Buenos” y “Malos”. “Soy de los buenos” tranquiliza a Antonia un García (Francisco Ortiz de El Secreto de Puente Viejo) recién despertado. ¡Vaya! Si media España cree que Uds. eran los malos.

Los Malos,  liderados por el sinestro superhombre Winters,  están haciendo de las suyas en un pueblecito colombiano, pero rápido se embarcan a Los Madrides en pos de Antonia. Entretanto, Antonia ha mostrado el contenido del sobre a su amiga Silvia (Marina Glastell de La Cocinera de Castamar), que reconoce en el trasfondo,  una iglesia de las afueras de Madrid. Antonia se va a este pueblecito de la sierra. Ahí un viejito identifica al hombre de la foto como un guardia civil de paisano que le salvó la vida en 1951.



Siguiendo su consejo, Antonia acaba en la basilica benedictina del Valle de Los Caídos y presencia un conflicto entre viejitos ‘fachas” que traen una corona mortuoria para El Caudillo (es una España alternativa donde a Franco no lo han expulsado de su sepultura) y un grupo de turistas cuya guía cuenta como todo el sitio fue construido por los perdedores que fueron convertidos en esclavos.




Antonia logra penetrar en los archivos, pero Los Malos llegan y la persiguen hasta un puente sobre el Manzanares. La periodista se arroja al rio y nada hasta una caverna que la lleva a un laboratorio subterráneo donde encuentra una urna que contiene un hombre aparentemente congelado. Jugando con los controles de un antiguo computador,  Antonia sella la bóveda justo cuando Los Malos están a punto de entrar, pero también se las arregla para despertar al bello durmiente que está desnudo. Por suerte,  sus trajes, de corte impecable,  están cerca.



Antonia y el desconocido no llegan a intercambiar opiniones puesto que Los Malos les ponen una bomba que vuela el portón, Antonia y el despertado huyen, pero por caminos separados. Ella regresa a Madrid donde nadie, ni su novio Riky, ni sus amigos, le creen. Tampoco el jefe que la despide.  Antonia,  en un acto de desesperación,  va a un programa televisivo que se especializa en asuntos sobrenaturales y teorías de conspiración. Al ver la fotografía de García,  Aquilino, el anfitrión del programa,  reconoce la insignia en la solapa.



Le cuenta a la periodista que, al acabar la Segunda Guerra Mundial, americanos y rusos se dividieron a los científicos de Hitler. Según este relato,  para no ser menos, Franco se trajo a uno, llamado Neffenberg,  a España y lo colocó al mando de La Nueve,  una central de inteligencia ultrasecreta. La especialidad de Neffenberg era la ingeniería genética que le permitía crear super agentes a base de experimentar con humanos (incluyendo su propio hijo, Winters el líder de Los Malos)



Entretanto, García, a pie y en metro,  ha llegado a Madrid. Va primero al barrio donde su novia Felicidad tenía una peluquería. Descubre que el establecimiento hoy es para caballeros y no hay ni rastros de Feli. Recordando el nombre del periódico donde trabajaba Antonia, el superagente va allá y se encuentra con Silvia que ya lo había encontrado guapo en la foto (con un tipo a “lo Carlos Larrañaga”).



Antonia regresa a su casa y se encuentra con García esperándola. Silvia le dio la dirección. La periodista le da cobijo en su cuarto. Al día siguiente,  y con ayuda de internet, sé ponen a buscar a otros agentes de La 9. Esto lleva a encuentros enternecedores con viejitos que recuerdan con cariño a García y que siguen vigilando el bienestar de los españoles, a pesar de que La Nueve se cerró tras la muerte del Caudillo.



Y necesidad de vigilar hay mucha. La trama se vincula al secuestro de La Capitana Catalina (Silvia Abascal de La Cocinera de Castamar). La desaparición de la candidata (parece que de VOX) a la presidencia,  está provocando una crisis política.



La serie es encantadora, tiene mucho humor y mucha acción, así que satisface a todo el mundo a pesar de la sátira política que Randy Meeks en este excelente artículo de Espinoff dice acabará molestando a los de siempre. Parece que no soy de “los de siempre”, porque a mí no me molesta y eso que es claramente de izquierdas.

García no es Terminator

Es fácil asumir que Gracia es una mixtura del Terminator, del Ichabod Crane de Sleepy Hollow y de Alonso de Entrerrios, el soldado de Los Tercios del Ministerio del Tiempo. En Antonia veo rasgos de la periodista  hiperactiva de Midnight at the Pera Palace combinados con la Marina Quiroga de Un Asunto Privado, pero ni el agente ni la periodista corresponden a personajes-tipos.

García no es una maquina como el personaje de Schwarzenegger , es un ser humano de carne y hueso con el que experimentó Neffenberg . Tiene valores antiguos que hoy se consideran parte de una mentalidad “patriarcal” que lo lleva a querer proteger a Antonia, pero que también lo hace chocar con esa Millenials (el nombre no se lo he puesto yo,  que se lo encasquetó La Razón) mitutera y progre.



El humor lo lleva esta relación tan dispareja, pero García no es comedia, tiene profundidad y tiene corazón. Me conmovió hasta las lagrima que lo primero que hace García el buscar a la novia, tal como me provocaron ternura ese encuentros con Chencho,  su antiguo subalterno (y hasta con el tataranieto de su perra Brisca) . Ver esos viejitos tan emocionados y llenos de admiración y cariño por su superior a quien no han visto en 60 años es muy emotivo. Y contrasta con Antonia que es una representante de la Era del YO (que viene ya de Los 80,  que no le caigan todas mis piedras a los Millenials).



Antonia vive en torno de sí misma y eso es lo que la hace tan ajena a lo que sucede a su alrededor, sea la posibilidad de quedarse sin empleo hasta el peligro que ha desenterrado junto con García. Alterna bravuconadas con momentos en los que se orina de susto. Esos son los momentos en que afloran emociones en ella, porque no parece ser de grandes afectos. Su relación con su padre está basada en mentiras de ambos. Su relación con su novio Riky y sus amigos (Silvia y la pareja gay) está basada en exigencias,  regaños y pullas por parte de Antonia. Nunca la vemos haciendo nada por nadie y si le da cobijo a García rápidamente se lo echara en cara un par de veces. Y creo que lo hizo más por no perderle la pista que por generosidad.


                                           Antonia descubre secretos de su padre


Eso la diferencia con García que por muy super soldado que sea está lleno de generosidad, afectos y cortesía. Es esa cortesía (hasta usa el “por favor” con sus contrincante) la que más lo define, aún más que su fuerza descomunal y su inteligencia sobrehumana. En eso no se parece a otros superhéroes y a nadie más en la serie, porque Winters se apoya en su fuerza física, en la tecnología y en el poder de las armas de sus secuaces. García se apoya en su ingenio y en la red de apoyo que le sale al paso.

                                                   Dos superhombres en pugna: García vs Winters

En eso se parece a Antonia. Solo que el super-agente convence con buenos modos, labia y hasta coquetería con la que atrae a las mujereses un tipazo a lo James Bond , mientras que la menuda periodista consigue ayuda de gente que le tiene cariño precisamente por verla tan entusiasta, tan impulsiva, pero tan torpe y atolondrada que inspira lástima y ternura como los cachorros .

Antonia, Reina de Los Millenials

Randy Meeks ha dicho que la única falla de la serie es Vekis Velilla, cuya actuación no convence.  Como ocurriese con Midnight at the Pera Palace, se ha culpado a la actriz cuando es el personaje el que cae mal. No es que Antonia sea antipática, pero agota con sus cien preguntas, con las cien veces que no escucha respuestas, con su falta de empatía por los demás y con esa cualidad casi Asperger que hoy es parte del zeitgeist. Me refiero a la mala interpretación de las acciones y palabras ajenas, la incapacidad de analizar,  principalmente la carencia del autoanálisis. Curiosamente es el paternal García quien le tiene más paciencia.

                                                         ¡Es que ya dan ganas de hacerla callar!

Siento que sabemos más del super-soldado que de su Sancha Panza. Ella es un producto de sus tiempos y de la educación (o falta de ella)  dada por un padre cincuentón que a la muerte de la madre la dejó en manos de vecinas. En Antonia los escritores han creado una amalgama, quizá exagerado,  de los defectos que asociamos con las nuevas generaciones. Eso se manifiesta desde el modo en que Antonia enfrenta el mundo laboral hasta como luce.

Parecía relleno cómico el que inicialmente, García creyera que se trata de un chico. No es por el corte de cabello puesto que el peinado “pixie” estaba muy de moda en la época del super agente. Desde Jean Seberg hasta Sophia Loren lo estilaban.

                                        Pixies de la era de García. ¿En que se diferencian al peinado de Antonia?

El problema es que a simple vista nada delata a Antonia como fémina. Con pantalones aguados (hasta usa boxers para dormir) chaqueta de mezclilla, zapatos tenis, sin maquillaje y mochila al hombro está muy lejos de Feli con sus ‘Gatos “ en el cabello, pestañas postizas y exceso de fijador. Y no es que Antonia quiera pasar por no binaria. Simplemente viste de manera cómoda y funcional, y guarda las elegancias para ocasiones formales, puesto que para la cena en que presenta al novio con su padre,  “el chico” se pone un vestido. La diferencia con el tiempo de García es que entonces,  aun para vestir de Sport,  las mujeres buscaban realzar su feminidad.

                                                         Feli de cabello corto, pero ultra femenina
                                                              Antonia se pone un vestido

Volviendo al retrato de una muchacha de hoy, Antonia refleja una actitud laboral que choca con su desempeño. Primero no sabemos por qué ha escogido periodismo como profesión. Si sabemos cómo consiguió buenas notas puesto que le cuenta a García que sacó la carrera a punta de copiar de Internet. Una crítica sutil a lo poco meritorio de los estudios de ahora donde los alumnos hacen más cut&paste que desarrollando ideas propias.



Ese es el problema de Antonia, tiene pereza intelectual o,  como se decía en mi época,  “no ha estrenado el cerebrito”.  Se queja de que no le dan buenas historias sin reparar en que no se las ha ganado y que estas se consiguen a punta de traer propuestas propias y mostrar entusiasmo por el trabajo. Se queja de que van a darle un puesto permanente a un tal Pablo que no tiene su currículo y que se la pasa de juerga con amigos influyentes. No repara en que Pablo , más que lambiscón,  está creando redes de contacto y desarrollando una buena llegada con la gente: dos requisitos de un buen periodista.

Antonia no posee sagacidad. La única vez que derrocha ingenio es cuando crea una distracción a punta de azuzar a un grupo de viejitos fachos contra un grupo de turistas liderados por una guía amiga de la memoria histórica.  Y, sin embargo, parece ella ajena a realidades históricas y cree que La Nuevecomo le enrostra Barea es un simpático juego de espías.




En suma, Antonia es inmadura, impulsiva, desaprensiva y muy egoísta. Sin embargo, tiene esa sensibilidad a flor de piel tan típica de su generación. Apenas siente que le levantan la voz o atropellan sus derechos se empluma como gallito y lanza sus diatribas. “¿Es necesario hablar así? ” le pregunta García escandalizado de los ternos que salen de boca de una jovencita. “¡Yo hablo como me sale de los ovarios!” aúlla la periodista. Esos exabruptos son bravuconadas porque baja la cerviz cuando habla con el padre o cuando Barea,  agente de La Nueve en el pasado y alcohólico en el presente, la pone en su lugar.





[NOTA: Pequeño spoiler, como todo buen personaje, Antonia evoluciona, se enfrenta a un tremendo dilema moral, a partir del episodio 4,  que la hace cobrar agallas y crear una red de apoyo para salvar a García y a España]

Rechazo del Presente y un Elogio al Pasado

He gastado este tiempo nada más para dejar claro que el personaje de Antonia es un compendio de clichés asociados con Millenials y Zetas y que más que relleno cómico,  conlleva una pequeña crítica social. Las reseñas por halagüeñas que sean de la serie son claras: García no es un blanqueamiento del franquismo ni siquiera un mensaje de unidad como lo fue MalnaZidos. Sin embargo, hay un matizado en lo que respecta al mensaje político que no se encuentra en los dramas de época o contemporáneos iberos.



Los partidos políticos son descritos como piaras de cerdos: solapados, oportunistas, ambiciosos y cobardes. Los jóvenes de izquierda como Riky son casi caricaturescos. Antonia,  a pesar de parecer militante, en realidad no tiene color político. Lo más importante es que en el contraste entre los valores de la periodista y del super soldado,  sigue ganando él. Al igual que se percibe una tenue nostalgia por un pasado o al menos por sus códigos que deberían recuperarse sobre todo en el área de la cortesía y la solidaridad. El ejemplo máximo es García en el Metro.

 A pesar de que el sistema de subway ya existía en Los 60, por lo que García sabe cómo llegar donde Feli, es el espectáculo de los transeúntes lo que lo asombra. Lo típico, chicos con atuendo estrafalario, travestis cariñosos y una población de sordos, porque a quien García interpela, responde con indiferencia, ignorándolo totalmente.



Finalmente, el super agente se acerca a una dama mora de hiyab y le pregunta donde puede comprar la tarjeta para viajar en el tren. En respuesta a la urbanidad del hombre, la dama le compra el pasaje. Una vez dentro del vagón, García es testigo de una escena incomoda.



Una viejita de bastón suplica a un tiktokero que le ceda el asiento. El chico,  inmerso en su mundo de videos insulsos,  no le hace caso. Se le acerca García que educadamente lo insta a levantarse y darle sitio a la anciana. El muchacho le responde con lenguaje deslenguado y soez (el mismo que usa Antonia). Solo cuando el Superman español le tritura el “transistor”(léase: el celular) el chico obedece. Lo admirable es la actitud del público. En vez de salirle con un “tío todo lo arreglas con violencia” o “¿qué te crees macho bruto?” aplauden la acción de García.




Ese aplauso conlleva admiración , no por romperle el celular, sino por la actitud caballerosa de ir en ayuda del desvalido y por recordarnos que la cortesía es el primer paso para la solidaridad. En un mundo que nos dice que los buenos modales y la caballerosidad son resabios de un mundo patriarcal, el mensaje no parece precisamente una predica del wokismo imperante.

Volviendo al mundo del pasado, no se nos antoja repudiarlo puesto que está lleno de detalles que nos lo hace atractivo. Este mundo donde un hombre limpia un banco antes de que la novia se siente, pero donde ella también sabe darse su lugar y poner puntos sobre las íes es agradable.

La recreación de la España de 1961 ( yo la conocí por su cine) es semi perfecta. La ropa de ambos sexos es adecuada al igual que peinado y maquillaje de Feli. La banda sonora ayuda. Me encantó que al final del primer episodio toquen “El Raska Yu” de Bonet de San Pedro. O que sea el “Eres diferente” de Estelita Raval y Los Cinco Latinos lo que acompañe en otro flashback a García a su encuentro con su peluquera. Y por supuesto, nunca más escucharemos el bolero “Alma, Vida y Corazón” sin pensar en el siempre joven García bailando con la ya anciana Feli.




Y por supuesto que les quedó muy bonita la recreación de La Verbena con el ” Madrid” de Agustín Lara de trasfondo. ¿Siguen existiendo estas festividades,  pioneras del cosplay,  donde los hombres se vestían de chulapos y ellas venían de pañuelo y mantón de Manila?

Antes de repasar el contenido y lo que pueda ser ofensivo, quiero hablar de la política de la serie. Aunque en Espinof insistan que García es un ataque al franquismo y al ambiente reaccionario de la España actual (¿Cuál?  ¿El del pedrosanchismo?),  yo no veo esa mofa del pasado y por ende del franquismo. ¿Nos vamos a reír de un gobierno que se crea un equipo secreto capaz de formar superhombres? ¿O de una época en que un caballero todavía podía defender a una mesera maltratada por un cliente?  ¿O de los valores de García que ya los quisiéramos en nuestros padres, hijos o parejas?



Además, que el malo de esta historia es Ortiz quien traicionó al gobierno del Caudillo al aliarse con Neffenberg. Aquí lo malos son los nazis (y los rusos con quien La Capitana hacia negocios fraudulentos).  Si Ortiz desobedeció las ordenes franquistas de capturar a Neffenberg y entregarlo a los americanos no fue por ideología,  sino por algo más personal.

Mucho se ha hablado de que si los sentimientos de Robin hacia Batman eran algo…homoeróticos. Pues aquí pasó lo mismo, “Robin” Ortiz no soportó saber que “Batman” García se iba con un mujer y dejaba el servicio secreto y lo dejaba a él. Por eso, ni hay apología del franquismo ni denuncia.  Aparte que no ofrece alternativas políticas. Si todos los comunistas fuesen ingenuos inofensivos como Riki o lloricas como Pablo Rodero no tendríamos problemas. Así que no se esperen un discurso a favor de nada, porque aquí no hay ideología que sea mejor que la otra.



Contenido Violento o Gory: Pues hay mamporros a destajo, muertos que van quedando apilados en el camino, pero yo creo que lo más fuerte son las cicatrices del cuerpo de Winters en esa escena en que se inyecta una substancia verde como la kriptonita de Superman y que asumimos es lo que lo hace joven , fuerte e inmortal.

Contenido Sexual y Desnudos En el primer capítulo hay toma de nalgas de García recién descongelado. No hay escenas sexuales,  que incluso ver a Antonia despertar junto a Riki es tan poco erótico que podríamos creer que tienen un noviazgo blanco.



Contenido Feminista: Aunque todo el discurso de Antonia es mitutero con mayúscula, yo no la veo como un icono feminista. Mas me impresiona Feli que en Los 60 ya prefiere pagar su refresco antes que aceptar mentiras de un hombre y es quien decide cuantos hijos tendrá con García. Ciertamente no creo que sea feminista un cuento donde García despierta en una España que lleva mujeres al gobierno, pero que la candidata resulta más corrupta que los machos.



Factor Diversidad: El primer encuentro de García con esta España diversa del Siglo XXI es en la estación del metro Ya mencioné a la encantadora señora musulmana que le compra el pasaje, pero hay más. Lo mejor lo han reservado para el capítulo cuarto. ¿ García en una boda gay?  Ya se imaginarán su shock . Sin embargo, al final de esa fiesta, García dice algo muy lindo:  todos los presentes, Riki;  los novios gay;  Susana, la travesti,  que lo ha emocionado al cantar “Suspiros de España”(el pasodoble  más lindo que se haya escrito) son al final españoles a los que él ha jurado proteger.



Acabo diciendo que esta serie que recomiendo sin reparos está colmada de nostalgia por el pasado, porque sus personajes incidentales más simpáticos (la tabernera que muere por socorrer a Antonia; Rafa,  el chico punk que ayuda a García a huir de la policía, ect.) representan valores arcaicos de solidaridad, generosidad,  de hacer el bien sin preguntar a quién.

                                                    Rafa ayuda a huir a García

¿El presente es peor que el pasado? ¿En qué hemos evolucionado? Si,  los gays pueden casarse, es mejor que ser exiliados a campos en Las Canarias. Si, una mujer puede aspirar a ser presidenta, ¿pero de que vale si es una estafadora?  Si, una chica puede estudiar periodismo, ¿pero de que vale si todo lo copia de Google y no tiene las virtudes para sobresalir en su trabajo? Aparte de que podemos decir palabrotas en todo momento y que tenemos una variedad de leches para nuestro café, ¿realmente estamos mejor?

lunes, 22 de agosto de 2022

La Religión de los Ermoza: Sueños, brujas y maldiciones en The Beauty Queen of Jerusalem

 


Creo haber cumplido con haber visto la segunda parte de esta horripilante serie. No me nace escribir una reseña final. Basta decir que es tan mala o peor que la primera, puesto que se han desligado de la novela totalmente. Pero lo más curioso de esta fanfiction sin pies y cabeza es que nos cuenta que más que poseedores de una cultura artística e intelectual, o custodios de tradiciones familiares o religiosas, los sefarditas nos caracterizamos por creer en brujas y supersticiones que superan la “religión doméstica”(folk religión) que los judíos observantes practican de mayor a menor manera.

Es un poco difícil para mí hacer esta crítica porque como toda persona étnica conservo lo que los antropólogos llaman  “religión popular”. Eso consiste en cumplir con ciertas costumbres que no necesariamente son parte de un dogma, apoyarme en hierbas medicinales cuando estoy enferma,  y preservar tabúes y convenciones familiares. Hacer todo eso me parece culturalmente importante y una manera de vincularme al inconsciente colectivo de mis ancestros.

Es parecido a lo que hable al reseñar Dark Winds sobre como lo que otros verían como superstición es en realidad una expresión de la espiritualidad nativa. Solo que en The Beauty Queen… se muestra como un reemplazo de una religión para gente tan ruin que su fe en la magia señala atraso y una vía para hacer daño.

El Significado de los Sueños

Desde la Biblia hasta Freud, las manifestaciones oníricas han sido parte de la cultura judía sea como mensajes mágicos o manifestaciones de un subconsciente desasosegado. En la tradición judía, la aparición en un sueño de alguien recientemente fallecido es un mensaje de ultratumba que debe ser atendido.

En La Reina de Belleza… Mercada insiste en que recibe visitas de su difunto marido.  El mensaje es referente a la nuera que Rafael ha escogido. Todos le creen porque es parte de la tradición sefardita la de tomar decisiones basándose en sueños.

Años más tarde, cuando ya Gabriel está casado con Rosa, la esposa que su padre le eligió en El Mas Allá, le llega el turno de recibir una visita onírica de Rafael. Para entonces Gabriel está cometiendo adulterio con Rochel y la aparición de Rafael es tan vivida que señala la conciencia sucia del adúltero.

                                  Ni los sueños ni las visitas del Mas Allá detienen el adultetio de Gabriel y Rochel

La Bruja de Mercada

Aunque la Biblia condena específicamente la brujería, la necromancia y toda forma de adivinar el futuro, por siglos los miembros de las tres religiones monoteístas han buscado ayuda de curanderos , adivinadores y todo tipo de practicantes de magias negra y blanca.

Me detengo para señalar una ironía de mi religión. Aunque la “bruja” suele ser siempre mujer y en PIrkei Avot (Dichos de los padres) los grandes rabinos advierten de los peligros de tener muchas hijas ya que son más proclives a ejercer la magia, tanto los profetas como los talmudistas más famosos eran capaces de provocar hechos milagrosos que en Hogwarts hubiesen sido tildados de ‘Mágicos”. La excusa es que era el poder divino el que ejercía a través de ellos. ¿Por qué dudar entonces que el poder divino puede trabajar también a través de una mujer de fe?

                                              La cita  de Pirkei Avot

Mercada es clienta de una bruja que ya parece caricatura de lo fea y malacatosa que es (hasta tiene una nube del ojo). La hechicera practica varias artes adivinadoras Algunas parecen charlatanería, como el pretender adivinar el sexo del nieto que espera su cliente leyendo los pozos del café.

                                 Es una creencia universal que se pueden leer los sucesos futuros en los pozos de café

Sin embargo, Jilda acierta cuando en plomo derretido descubre que a Gabriel le van a llegar dos hijos varones. Mercada no entiende, pero nosotros al ver el vientre abultado de Rochel comprendemos que Gabriel espera un hijo ilegitimo y otro nacido del adulterio.

Los Peligros de la Embarazada

Una mito del folclore judío universal es la creencia en espíritus. Mercada,  en el libro,  es descrita como tan temerosa de estos entes que cuando vuelve del mercado siente pasos de seres invisibles que la siguen.

Según la tradición,  estos espíritus habitan un mundo paralelo al nuestro. Cada uno de nosotros tiene un “doble” en ese mundo que es nuestro reflejo en el espejo. Estos dobles son tan envidiosos que desean ocupar nuestro lugar y suelen hacerlo en ocasiones en que estamos vulnerables; recién nacidos, en vísperas de nuestra boda, etc..  Las mujeres son las que más peligran sobre todo en sus embarazos, partos y cuarentenas.

De ahí la preocupación de Mercada y la bruja Jilda por Rosa lo que no le evita a la embarazada maltratos de parte de la suegra. Sucede que la preocupación es siempre por el hijo, la madre es un mero instrumento. Curiosa la superstición a la que alude Jilda. Aun cuando el embrión sea macho, puede que la embarazada borre al orinar los guevos y la chuchunica (pene) del feto. Por descabellada que parezca la teoría revela que,  antes que los científicos el saber popular,  reconocía que el sexo masculino de un bebé lo determina la madre.

Engañando a Lilith

En la tradición judía,  desde el retorno de Babilonia,  que nuestro equivalente al Diablo cristiano es la diablesa Lilith, primera esposa de Adán quien se convertiría en la Reina de los Demonios. Debido a su infertilidad o por ser madre de hijos deformes, Lilith siente un gran odio hacia las embarazadas y sus bebés.

Según declaración propia (extraída en exorcismos),  como compensación,  el Eterno le ha dado poder sobre las bebitas hasta los cuarenta días (de ahí la famosa “cuarentena”) y sobre los varoncitos hasta el octavo día en que suele celebrarse el rito de la circuncisión. Con eso en mente,  se busca “engañarla” cambiándole el nombre al bebé incluso vistiéndolo de nena (con moños rosados)  algo que veremos en la serie.



Jilda no habla de Lilith sino de otros entes malévolos a los que descortésmente llama Los de abaisho, aludiendo al mito universal de que hay espíritus subterráneos que suben para interferir en la vida humana. Como a veces pueden ser útiles y benévolos (ya saben que hablo de los Shedim), un buen sefardita los llama Los meyores que mosotros.

El problema con los espíritus se presenta cuando Rafaeliko,  el único hijo varón de Gabriel y Rosa cae enfermo . Los médicos no pueden curarlo y hay que acudir a la sapiencia de Jilda. Esta insiste en vestirlo de nena y “vendérselo” a Victoria Franco, vecina de los Ermoza. Nada de eso sirve y Rafaeliko fallece.

De Como Jilda Reemplazó a Mercada

En el libro, Jilda aparece solo una vez, cuando Mercada tras ver fallidos sus poderes, y de haber acudido a un cabalista, el Rabino Samuel , decide como último recurso solicitar la ayuda de una hechicera a pesar de que esto va en contra del judaísmo.

En el libro, Mercada es curandera, como tal es parte de una comunidad de gente acostumbrada a las medicinas naturales que no la ven como bruja. Sin embargo, es Mercada quien sabe hacer livianos: ese ver el futuro en plomo derretido que se deja caer en agua y cuyas formas los magos saben interpretar.

                                             Mercada haciéndose la víctima como siempre

Es a punta de livianos y exorcismos que Mercada ha sabido sacar a Rochel del cerebro (no del corazón) de su hijo. Es ella quien decide vender a su nieto (en el libro Rosa pierde dos hijos varones recién nacidos) porque ella misma pasó por eso proceso. De ahí su nombre de “mercada”(comprada).

¿Por qué sacar toda esta información, tan necesaria sobre una comunidad que aun reconoce roles femeninos que empoderan a la mujer? Pues es parte de la necesidad judía seglar contemporánea, y que me temo renace en Israel, de que un buen israelí/judío debe ser libre de religión y de otras supercherías. Por eso digo que hay mala intención en retratar en la serie a Mercada, su nuera y hasta su nieta,  como dependiendo de brujas y magias oscuras.

Jilda, Medium y Ginecóloga

Debido a eso, es Jilda la que adquiere importancia en la serie.  Cuando Luna ha quedado catatónica luego de ver como los árabes violan a su madre,  su abuela quiere que la lleven con Jilda. Ahí nos enteramos de que la bruja posee dones espiritistas. Mercada sospecha que el espíritu de su nieta ha abandonado el cuerpecito de la niña. Gabriel se niega a mandar a su nena a una bruja fea y cura a Luna a punta de vestidos bonitos.

El médico que ha atendido a Luna menciona que muchos niños judíos están como ella traumatizados por los horrores vistos en el pogromo. Lástima que no se les pueda curar a todos con zapato nuevos. Me exaspera ver a Los Ermoza pendientes de esa criatura narcisista desde la infancia . En cambio, nadie se preocupa de Rosa, la verdadera víctima. El mal de Rosa no se cura con un guardarropa nuevo por lo que ella buscará la ayuda de Jilda.



La bruja se niega a interrumpir el embarazo de su clienta. Cambia de opinión al saber que se trata del producto de una violación. Cuando las infusiones de hierbas no bastan para bajarle a sangre a Rosa, Jilda le practica un aborto.Milagrosamente, el feto sobrevive, aunque Rosa casi muere de una infección. Jilda anuncia a Mercada que esa criatura es un milagro y viene protegida. Rosa lo entiende así y se dedica a proteger a su hija antes y después de nacida. Como siempre,  solo cuenta con el apoyo de su hermano. Gabriel y su madre detestan a la bastarda y Mercada vuelve a acudir a Jilda en busca de una solución terrible

La Maldición de los Ermoza

Mercada solicita de la bruja, la misteriosa Pulsa Di Nura. No se sabe si quiere que Jilda la invoque o se comunique con alguno que pueda hacerlo. En este marco, Oded Davidoff, Dafna Prenner  y su incompetente equipo vuelven a demostrar irresponsabilidad e irrespeto tanto por el judaísmo como por los sefarditas.



La PDN (y escribo las siglas por respeto) es mencionada en tratados cabalísticos como un castigo divino que recae en determinadas personas luego de ellos muertos. Una extravagancia de nuestra historia cultural es que desde inicios del Siglo XX  grupos ultraortodoxos residentes,  en lo que es hoy Israel,  se han ufanado de usarla como arma política. Desde entonces que afiebrados fundamentalistas (los hay en todas las religiones) se han adjudicado la enfermedad o muerte de figuras políticas asegurando que han invocado dicha maldición.

Si lo hicieron cometieron una herejía criminal. Primero,  por tomarse atribuciones que solo le corresponden al Todopoderoso. Segundo, porque contrarían el mandamiento judaico de rezar por la redención de nuestros enemigos, nunca su destrucción. En general , los ortodoxos modernos no creen en esta maldición y desprecian la idea de que pueda ser practicada por un ser humano.  ¿Cuán perversa puede ser Mercada para conjurarla contra una niña inocente?

Mal de Ojo y Exorcismo

Cuando Mercada casi envenena a la pequeña Becky con Arak y la reacción del cuerpecito de la niña es cubrirse de ronchas alérgicas Los Ermoza en pleno parten donde Jilda. La bruja anuncia simplemente que esto es “Mal de Ojo”.  Todos los judíos tradicionales, de la cultura, persuasión u origen que seamos,  creemos en la Ayin Hara, tal como los sicilianos modernos siguen creyendo en la Jettatura. Solo que en nosotros es parte de la religión la encontramos en la Mishnah y en el Midrash.

                                                 Un amuleto judío contra el Mal de Ojo

Curiosamente, es una creencia que aparece entre los no judíos también. Cuando Maurito, que me espera en el Cielo de los Gatos, tuvo eczema, dos veterinarios (jóvenes profesionales) expresaron su sorpresa ante el mal diciendo “te lo ojearon”.

Así que no es de sorprender el diagnostico de Jilda. Cubre las cabezas de Rosa y Becky con un lienzo blanco. Recita plegarias tradicionales (prekantes) invocando los nombres hebreos de madre e hija. Un error es que dice Rifka bat Rosa. Rosa no es un nombre hebreo. Mi madre se llamaba Elena, yo soy María Elena. Cuando rezan por mi salud dicen “Miriam Bat Deborah”. Miriam,  la hija de Débora. Usan nuestros nombres hebreos.

La astuta bruja conociendo el odio que Mercada siente por Becky, la acusa de ser la ojeadora y conmina a confesar su crimen. Mercada se niega. Jilda revela el pedido de Mercada (chao a la confidencialidad entre curandera y cliente). Sintiéndose acorralada, Mercada entra en tal estado de tensión que le estalla un vaso sanguíneo y de su ojo mana sangre. Finalmente confiesa. Gabriel hipócritamente se escandaliza.

                                              Un milagro que Becky haya sobrevivido a todas las brujerías de Mercada

El ojo deja de sangrar. Jilda ordena a la culpable hacer un acto de contrición: debe ayunar, purificarse en la Mikvah y recitar salmos. Los Ermoza se marchan. Jilda sigue con su proceso de sanación. Envuelve a la bebé en intestinos de res (no me pidan que les explique esto). El eczema desaparece. Jilda se niega a aceptar un pago de la agradecida Rosa.

Mercada hace su acto de expiación, pero en alarde de su ignorancia incorpora lanzarse cubetas de agua helada. El proceso de arrepentimiento judío no involucra mortificaciones físicas más que la abstención de comida, bebida y placer sexual. No le sirve de mucho ya que se ha contagiado del eczema de Becky. Jilda convoca otra reunión de los Ermoza que opera como terapia familiar. Mercada debe confesar que nunca su esposo la visitó en sueños. Fue una invención para separar a Gabriel de Rochel y para castigarlo porque lo culpaba de la muerte de Rafael. “Yo soy tu castigo” dice Rosa tristemente,

Ahí se acaban los problemas. Mercada se exilia en España,  Rosa le da el divorcio a Gabriel, pero él prefiere quedarse con su familia y acaba aceptando a Becky como hija. ¿Y a quien hay que agradecerle? A la Bruja Jilda. En el último capítulo de la temporada hasta Luna la visita para tener noticias de David que está peleando en La Batalla de Creta.

                                               Como predijo, Jilda, David vuelve cambiado de la guerra

Aquí contrastan dos aspectos de ambas mujeres. Jilda trabajará lo oculto, pero es piadosa y respetuosa de D-s y sus mandamientos. En cambio,  en el mismo episodio,  vemos a Luna mohína y aburrida durante la ceremonia de Havdalah que cierra el Shabbath. ¿Como se explica que esta criatura tan despectiva de la religión de sus mayores y solo carne y nada de espíritu,  crea en brujas y sus poderes?

Esta dependencia de las Ermoza de una hechicera (algo que se han inventado para la serie) deja a la familia a un nivel de oscurantismo poco común en el mundo sefardita, sobre todo en su representación de las mujeres. Rosa y Victoria son analfabetas, pero incluso una mujer con algo de instrucción como Mercada vive sujeta a supercherías. Luna se burlará de la incultura de su madre, pero a los veintidós años sigue siendo estúpida, indocta y perezosa, a pesar de las muchas oportunidades que la vida le ha dado.

La ironía es que la única judía con agencia y conocimientos en este cuento de mujeres rústicas, atrasadas y malévolas es Jilda. A través de veinte episodios vemos su sapiencia en botánica, psicología, obstetricia y sobre todo su conocimientos religioso e incorporación a sus hechizo de oraciones tradicionales judías. La vemos ejercer su trabajo sin ambición de lucro y con ética, precisamente de lo que carecen sus clientes.

En el universo sefardita pre-Holocausto siempre existieron curanderas que fungían como enfermeras, parteras, guías espirituales y hasta consejeras matrimoniales. Se les respetaba porque eran mujeres de vida ejemplar. Algunas teniendo la oportunidad de hacerlo, siguieron cursos de enfermería u obstetricia como mi bisabuela que se fue a España a estudiar en La Escuela de Matronas que hoy es el  Hospital Santa Cristina.

Una lástima que la serie no hubiese tenido una protagonista “bruxa” en vez de cifrarla en los aburridos quehaceres de una boba presumida. Otra ironía es que en Bahréin se haga una teleserie (Um Haroun) homenajeando a una famosa comadrona judía de Los Cuarenta y en Israel se gaste dinero en una saga de agoreras iletradas. Al menos en Shtisel, la sefardita que los Shtisel no quieren en su familia es una destacada laboratorista y estudiante de biología.


                                                             Shira Levy, el nuevo rostro de la mujer sefardita

 

Bibliografía Consultada

Kohen, Eli y  Dahlia Kohen Gordon: Ladino English/English-Ladino Concise Encyclopedic Dictionary (1999)

Levy, Isaac Jack y Rosemary Zumwalt: Ritual Medical Lore of Sephardic Women (2001) 

martes, 2 de agosto de 2022

Zombis en la Guerra Civil Española: MalnaZidos de Netflix

 


Me daba ilusión ver MalnaZidos (Valley of the Dead) en Netflix. Eso de que a fines de la Guerra Civil las Dos Españas se echasen una mano,  para sobrevivir y combatir un mal mayor,  sonaba bien. Me sorprendió que apenas un par de días en Netflix tuviese tan mala prensa. Iba a saltármela cuando mi instinto gatuno me aconsejó hacer lo contrario. Así pude disfrutarme una buena película de horror con toques cómicos y caer en cuenta que es lo que realmente molesta a los críticos.

¿Son Los Zombis peores que Fachas y Rojos?

A mí no me gustan las películas de zombis. Nunca he sido fan de ningún tipo de Walking Dead. Mas allá de Los Caminantes Blancos,  no le entro al tema ni le encuentro chiste,  y eso que los zombis son los favoritos universales. Si hasta los coreanos se han agregado al género con su famosa Train to Busan. Por eso hubiese preferido que si querían usar la Guerra Civil Española como marco de algún tema paranormal lo hubiesen hecho con vampiros o licántropos, pero si ya se había escogido a los muertos-vivos, había que apechugar.

No es que MalnaZidos sea única o la primera en combinar el conflicto fratricida con el terror. Ahí tenemos los ejemplos,  y muy buenos,  del cine de Guillermo del Toro con El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno. La diferencia es que en estos filmes teníamos muy claro que los peores villanos no eran entes sobrenaturales sino fascistas de carne y hueso.




Incluso en la excelente y menospreciada Lobos Sucios, los buenos eran represaliados republicanos obligados a trabajar en una mina gallega. El malo era el omnipresente Pierre Kewitt encarnando a un SS imbuido en la mística ocultista nazi que venía a buscar wolframio en la sierra y acababa de almuerzo de unos lobos patriotas que bien podían ser lobisones.



En resumen, eso es lo que no pasa en MalnaZidos (la Z es por lo de los zombis) donde los fachas son simpáticos, y a ratos mejores que sus contrincantes. Esa es la verdadera razón por la que la crítica española y catalana (no se podía esperar menos) se ha volcado en contra de un filme que acusan de ningunear la seriedad del conflicto y de falsear la historia. No se sabe si por decir que los alemanes crearon zombis a punta de experimentos macabros,  o por darles un rostro humano a los fascistas.

Yo me quedo con la crítica de Raquel Hernández Lujan, en HobbyConsolas que cree que lo mejor del filme es su “ácido mensaje de reconciliación” que ella expande a nuestra época en donde también un virus letal nos debería unir en vez de llevarnos a otras guerras. Pero este tipo de comentario positivo ha sido poco común en lo que respecta al filme de Alberto del Toro y Jesús Ruiz Caldera.



ManaZidos ya comenzó con mal pie puesto que, aunque hecha en el 2020 y presentada ese año en el Festival de Sitges, tuvo ( por razones pandémicas)  que ser postergada tantas veces que solo vino a ser vista en los teatros esta primavera pasada donde se dice que no tuvo muy buena acogida. ¿Sería que el público se cohibió con las acusaciones de los críticos de fallar a la memoria histórica?  ¿Acaso España sigue tan o más dividida que en 1938,  año en que ocurre la acción de MalnaZidos?

La “z” está ahí como recordatorio de los zombis, pero también de los nazis que los fabrican. Está basada en la novela de Manuel Martin Ferreras La Noche de Difuntos del ‘38 y ambientada como en el libro en octubre de ese año durante la Batalla del Ebro.



El filme abre con un cliché cinemático que ha sido usado en westerns, películas de mafiosos y hasta en Kill Bill, una masacre en una boda. Lo original es que los novios y sus invitados son simples campesinos aragoneses y quien ejecuta la matanza es un mayor de la SS, tan caricaturesco que parece salido de Hellboy. Lo que no es caricaturesco es lo que sucede inmediatamente. Tras ser rociados con un polvillo azul, los cadáveres cobran vida.



Saltamos ahí al campo nacional. Van a fusilar al Capitán ‘Jan Lozana (Miki Esparbé de Cuerpo de Elite) y como siempre lo salva su tío el Coronel Lozana. Jan es un abogado mercantil que ha acabado como oficial de Requetés sin que se entienda mucho que motivos políticos lo han llevado a hacerlo puesto que,  aparte del tío con influencias,  tiene un hermano en el bando republicano.



Aprovechando su conocimiento de leyes, lo han metido en el tribunal militar donde ha dado muestras de algo que escasea e incómoda en esa guerra entre hermanos: la compasión. Su última hazaña ha sido evitar la ejecución de un jovencito que intentaba desertar. Cuando se le ha regañado, Jan ha atacado a un juez que resulta primo de Franco. El tío lo vuelve a salvar, pero será la última vez. La sentencia es que tanto Lozana como su protegido,  el soldadito De Cruz,  deben demostrar su lealtad al bando Nacional cumpliendo con una misión suicida.



Un Road Trip a Tierra de Nadie

De Cruz que será muy ingenuo (“en mi pueblo todos somos vírgenes, Capitán” dice) sabe que esto es solo un equivalente al paredón, pero Lozana que posee el estoicismo y sentido del deber de La Vieja España, acepta cruzar “Tierra de nadie” y llevarle un mensaje al General Alarcos

La pareja entonces inicia un road trip donde ambos se internan en los bosques en un jeep. Casi llegando a “tierra de nadie” los detiene un destacamento alemán. Lozana que tiene tanta labia como conocimientos de mecánica tiene De Cruz, consigue que les deje seguir su camino, pero el capitán nota que los alemanes están cercando el valle con alambre de espino.



Poco después avistan un avión italiano derribado. Lozana insiste en ir a socorrer al piloto. Es ahí donde son hechos prisioneros por un destacamento republicano que trae a todos los personajes tipos posibles:  El veterano sargento;  la miliciana que obedece al mote de “Matacuras” (Aura Garrido de El Ministerio del Tiempo) ;  el brigadista gringo con su cámara fotográfica;  el lacónico Mechas experto en explosivos;  el ruso fortachón Brodsky que es más español que el gazpacho y, por supuesto, un comisario político.

Al brigadista se le ocurre tomarle una foto al cadáver del piloto y ahí estalla la Marimorena. El cadáver cobra vida, se zampa al brigadista y se arrastra (no tiene piernas) a merendarse a los otros. Todos corren despavoridos por el bosque donde tienen otros encuentros iguales de espeluznantes con Caminantes (no blancos porque se ve un poco puercos). En una de esas para cubrir la retaguardia a sus compañeros, Brodsky es devorado por los zombis.


El grupo se sube a un bote y enfila proa a otro sitio más seguro. Todos están aterrorizados al ver que los muertos resucitan.  Solo saben que se neutraliza a los zombis disparándoles a la cabeza. A Jacinto , El Sargento, le baja un temor religioso. Insiste en que Lozana,  como representante del bando católico,  debe tener una explicación, puesto que según la Biblia  “D-s resucitó en Nazaret”. Lozana pacientemente explica que el resucitado fue Jesús, que lo hizo en Jerusalén,  ÿ no se andaba comiendo a la gente.



En una de esas llegan a las alambradas que rodean el valle y descubren que están electrificadas. Hay mucho recelo y creen que lo que ocurre está ligado a la misión de Lozana, pero esta se reduce a un trozo de papel en el que está inscrita la criptica frase “Se necesitan cojones para ganar una guerra”.

Otra parada es en un caserón donde se les unen nuevos compañeros de viaje que corresponden a clichés asociados con los Franquistas: El Alférez Jurel,  tan enamoradizo que parece acosador;  el soldado marroquí Rafir;  y una monja de armas tomar, la Madre Flor apodada “La Urraca”. Siguen más discusiones ideológicas y teológicas,  ya que muchos creen que este levantamiento en masa de muertos corresponde a la llegada del Apocalipsis. Es La Urraca la que zanja el asunto diciendo que lo que sucede no es obra de D-s “sino de alguien que quiere jugar a ser D-s”,



Le queda a Lozana ir atando cabos. Descubre que en su carta para el general Alarcos hay un mapa trazado con tinta invisible que corresponde al valle. El encuentro con la única sobreviviente de la masacre , la novia, les confirma que esto es obra de los nazis. Se trata de experimentos macabros y la misión de Lozana y De Cruz era llevar un mapa que explicase a los nacionales en que punto del valle está el laboratorio que fabrica a los zombis.




A Lozana se le ocurre (porque es el único al que se le ocurren cosas) que mejor que vayan a buscar refuerzos nacionales. He aquí que aparece el elemento infaltable en estos cuentos que intentan dar un rostro amable de los franquistas. El grupo de guerreros anti zombis puede contener gente decente, pero los Nacionales no lo son y lo demuestran apoyando a los alemanes.  Solo queda esta Liga de Españoles de Bien para salvar a España y al mundo.



Entran en juego ingredientes básicos del cine de zombis que aportan ternura a personajes y trama. A medida que algunos del grupo son mordidos por las bestias se presenta el doloroso deber de ultimarlos, lo que se hace a regañadientes. Hay personajes, y de ambos bandos, que prefieren sacrificarse por sus compañeros y por el bien común,  demostrando que el heroísmo no tiene color político.

Por supuesto lo mejor del guion es cuando humanizan a los personajes incluso fuera de ese escenario de sacrificios y sacrificados. Sor Flor descubre que Jacinto lleva bajo su guerrera una medalla de la Virgen. “Es un amuleto” masculla el sargento que ya anda medio enamorado de la monjita. De Cruz descubre que “Mecha” es su admirado Miguel Andreu, campeón de motociclismo y La Matacuras le confiesa al alférez que solo ha matado a un sacerdote,  un pedófilo que abusó de su hermanita.



El momento más conmovedor es cuando Mechas y Jurel están atrapados en un camión rodeados de zombis hambrientos y finalmente se confiesan porque odian al otro bando. El alférez porque los Republicanos le mataron a la novia, el motociclista porque vio como la aviación enemiga bombardeaba su casa matando a su mujer y su hijo.

Aun así, el descontento con el filme radica en motivos políticos y se entiende. Tras pasarme un mes viendo filmes de la Guerra Civil y de la posguerra he notado que cuando un “facha” es bueno (o buena) se debe a que no tiene realmente una devoción por su ideología o su causa. Eso ocurre en Ispansi!, en Mientras dure la guerra y en las novelas de Ignacio del Valle.  Jan Lozana se alistó en los Requetés y nadie sabe por qué, pero obviamente no es un conservador furibundo.

En cambio, y esto les ha escocido a los Rojos, MalnaZidos muestra que,  después de los Nazis,  el peor humano vivo de la serie es El Comisario. A diferencia de los otros que buscan salvar el pellejo o evitar que la plaga de resucitados se propague, este politólogo dice “Todo es política”.  Quiere el polvillo crea-zombis para entregárselo a los soviéticos, ganar la guerra, ganar todas las guerras y apoderarse del mundo. Nuevamente aparece el mensaje de que son las ideologías las que dividen a los humanos.



SPOILER Aun así es interesante que, en el final, aunque sobreviva la pareja romántica no se queden juntos los enamorados. El motivo es porque, como dice ella,  “No tenemos nada en común”. Es cierto, pero como que desentona con el mensaje de unidad del filme. Algo bueno y original es que también sobreviva Rafir. Algo es algo.

Contenido Violento y Gory: Ejem, se trata de una película de zombis. ¿Qué esperabas?

Contenido Sexual o Desnudos: 0 y apenas un beso.

Contenido Feminista: Serán estereotipos, pero me han gustado mucho Flor y Matacuras, su fortaleza reside más en cómo piensan y reaccionan que como pelean.




Factor Diversidad: El Moro Rafir y creo que es hora de tratar a los zombis como minoría. LOL