En una reciente entrevista en el diario Clarín,
George R.R. Martin volvió a poner sobre el tapete la vieja discusión de Henry
James y Robert Louis Stevenson sobre si la literatura debía abarcar aventuras o
ensayos sicológicos. Hoy en día, esa discusión sigue vigente. Muchos ven
al género fantástico como heredero de la
novela de aventuras de Stevenson, Jules Verne y otros. Martin admite que
intenta fusionar ambas corrientes en su obra. ¿Pero hace bien? ¿Por qué nadie se ha atrevido a seguir sus
pasos?
Henry James (Wikipedia) |
Recientemente,
yo escribí un post preguntando si se podía calificar a Canción de Hielo y Fuego como obra propiamente fantástica, pero
ahora el mismo Martin salió en defensa de este nuevo tipo de literatura. En una
entrevista dada a Clarín, en julio
pasado, GRRM hizo alusión al viejo debate Stevenson-James acerca de la temática
correcta para una novela, y cito:
“En la mente
de la mayoría del mundo literario, Henry James ganó ese debate. Ganó el
realismo, con énfasis en retratos psicológicos sobre gente en el mundo real y
todo eso. Todo lo que es aventura y valentía –la tradición en la cual estaba
Stevenson– se dejó a un lado para los niños. Hay que decir que la audiencia se
fue con Stevenson, no con James, que aún en vida vendía muy mal. Su trabajo era
difícil y aburrido.
Mientras Stevenson escribía cuentos sobre piratas, Doctor Jekyll y el Señor Hyde y cosas así, James escribía sobre parientes que discutían
en casas llenas de muebles”. (Clarín, 29 de julio del 2012).
Robert Louis Stevenson (Wikipedia) |
Curiosamente,
entre dragones, wargs, muertos-vivos y sacerdotes dados a la magia,
a Martin le encantan las discusiones de parientes en casas llenas de muebles.
Muchos verán la serie o se leerán los libros por las escenas de batalla, yo soy
una enamorada de los parlamentos martinianos. Sus diálogos son cien veces
superiores a sus escenas de alcoba, Más encima todos sus personajes sufren de
accesos nostálgicos y les da por platicar o meditar sobre su pasado o el pasado
histórico de Poniente. Ya los críticos están calificando esa costumbre como
“neo-romanticismo”, pero de eso hablaré en otra entrada, D-s mediante.
Los Lannister hablando en cuartos llenos de muebles (g33kpron.com) |
Los que no
estaban contentos con todas esas recolecciones eran Benioff&Weiss, porque ya
tenían bastante con meter tantos diálogos en su serie, ¿pero como iban a
manejar la backstory nostálgica? Pues
se las arreglaron creando nuevos diálogos de parientes en cuartos con muebles,
y mucho se los agradezco. Me encanta ver a Arya contándole a Tywin toda la saga
de los primeros Targaryen y sus dragones, y es de comérsela a bocados esa
charla entre Robert Baratheon y Ser Barristan Selmy recordando sus primeras
victimas de batalla. Aun más cuando se inmiscuye Jaime Lannister con su
aportación medio aguafiestas que cierra la boca de sus mayores. Me he visto esa
escena en tres idiomas, que YouTube la tiene en inglés, francés e italiano. A propósito,
“Sterminatore di Re”, así se dice Matarreyes en italiano (ya parece que mata
cucarachas).
Consiente de
ser un innovador del género, Martin también habló sobre la fusión de las dos
posturas:
“Tengo
esperanzas de que esa brecha esté empezando a cerrarse. Ves eso en un escritor
como Michael Chabon, ganador de un Pulitzer, un escritor literario, pero
también uno que escribe ciencia ficción y fantasía. El, y otros como él, están
cerrando esta brecha que, para mí, fue un error desde el inicio. Antes de eso
cada uno escribía sus historias y si era literatura o no, dependía de cuán
bueno era, no de si era realista o no”.
(examiner.com) |
Efectivamente,
Michael Chabon es un autor que integra lo fantástico a la literatura seria y en
eso sigue una larga tradición de novelistas judíos. Cuando a fines de los 80’s,
yo comencé a experimentar en mi narrativa con lo “real maravilloso”, como le
puso Alejo Carpentier, en contextos históricos, no sentí que eso era rebajar el
nivel literario. Yo lo había visto en Kafka, Bashevis Singer y Agnon (sin
olvidar todo el rico folclore sefardí). Pero no reparaba que Kafka es un icono literario,
y Bashevis Singer y Agnon ganaron el Premio Nobel. A ninguno de ellos se les
tildaría de “autores de fantasía”, a ninguno de ellos los alcanzaría ese
estigma que por entonces yo desconocía.
Mi primer
trabajo de bibliotecaria fue como narradora de cuentos lo que me familiarizó con
varias colecciones infantiles de bibliotecas públicas de Queens, NY. En ellas infaltablemente
encontré a Tolkien, C.S. Lewis y Ursula Le Guin, ósea los que hoy consideramos
predecesores de la literatura fantástica. Me quedó claro que la fantasía no era
una especie “seria”. No que la literatura adulta no incluyese elementos
fabulosos, pero a nadie se le ocurría definir El Cuento de la Doncella de Margaret Atwod o los relatos de Ítalo Calvino como “fantasías”.
A nadie se le ocurría decir que El Tambor
de Hojalata de Günter Grass era “fantasía histórica” o que
Fatherland, de Robert Harris, pudiera calificarse como “historia
alternativa”.
(gazillionmovies.com) |
Mi segundo
empleo fue como catalogadora y ahí descubrí que la mayor parte de la ficción
fantástica iba dirigida a niños y a
jóvenes Cuando los elementos mágicos aparecían en una novela adulta se la catalogaba como ciencia ficción o genero de terror, lo que abarcaba tanto a
Lovecraft, como a Poe, como a Stephen King. Términos como “romance paranormal”
o “fantasía urbana” eran totalmente desconocidos. ¿A quién se le ocurriría que una
humana podía enamorarse de un vampiro o que magos blancos deambulasen por las
calles de Nueva York?
Lo extraño es
que toda la tradición del realismo
mágico de los autores del Boom latinoamericano
no sufría la humillación de sub-rótulos. Ni entonces ni hoy. Todos sabemos que
su obra es “alta literatura” y eso se
debe a sus argumentos maduros y profundos y al desarrollo de sus personajes. ¿Pero
es realmente así? Me atrevo a pensar que muchos de esos grandes escritores se
acercan más al campo de Stevenson que al de Henry James.
Lo que más le elogia a crítica intelectual a
George R.R. Martin es su elaboración de personajes. No se impresionan ni con
los dragones ni con los Otros, sino que admiran la complejidad sicológica de
Starks y Lannisters. Tengo la osadía de hacer una pregunta. ¿Encontramos lo
mismo en los muchos estudios sobre Cien Años
de Soledad? La novela de García Márquez es una obra maestra pero por su
estilo, por su desarrollo argumental,
por esa mitología que rodea al pueblo
mágico de Macondo. Se la define como saga familiar, pero los Buendía no se
sientan en cuartos amueblados a hablar de sus parientes o de ellos mismos. Lo que importa es lo que
les pasa, no lo que son. Nos acordamos de la anécdota de los 12 Aurelianos o de
la ascensión de Remedios, La Bella, pero no
sabemos cómo eran sus vidas interiores.
Remedios, La Bella sube al cielo envuelta en una sábana(spacioars.blogspot.com) |
A la pobre
Isabel Allende la ha perseguido el reproche de ser imitadora del escritor
colombiano. Ciertamente, La Casa de los Espíritus
debe mucho a Cien Años, pero a favor de mi compatriota reconozco que si trató de retratar el drama sicológico que bulle dentro de algunos
de sus personajes (Esteban Trueba, su hermana Férula, su hijo Jaime). Ni por un
momento afirmo que I. Allende sea mejor escritora que García Márquez, ni que Don
Gabo no sea un genio literario por privilegiar trama sobre caracterización, o
que sus personajes sean acartonados. Solo que si nos apegamos al modelo
del debate James-Stevenson hay más aventura y fantasía en Cien Años de Soledad y más drama sicológico en La Casa de los Espíritus, tal como en Canción de Hielo y de Fuego.
Pero ahí
surge la interrogante. Al seguir el modelo de Henry James, ciertamente Martin
está reinventando la literatura fantástica. ¿Pero no estará también destruyendo
las bases del género? Yo conozco amantes de la Alta Fantasía que se quejan de
la ausencia de magia en Martin, tal como conozco personas que despreciaban ese tipo de ficción y
que hoy son "troneros” fanáticos.
(espaciofundaciontelefonica.com) |
Mencionaba en
una entrada anterior que Weiss&Benofif han dicho que el mayor logro de la
obra es enfrentar a personajes escépticos y materialistas con lo sobrenatural, pero ya estamos en el quinto libro y hay
personajes importantes como Tyrion, Jaime y Sansa que todavía no se enteran de
que Daenerys tiene dragones o que Los
Otros vienen en camino, y siguen
creyendo que esas cosas son para los ignorantes y supersticiosos que viven al
otro lado del Mar Estrecho. Además, es posible que no lleguen a tener la reacción de horror y humildad que se espera de ese
choque. Sandor Clegane y Brienne se han encontrado cara a cara con resucitados
y ni han pestañeado. Es cierto que los pobrecitos ya tenían bastantes
problemas para preocuparse de leyes metafísicas.
(gameofthrones.wikia.com) |
Aún así hay
algo irregular en una historia en que co-existen amenazas paranormales con un
mundo prosaico de intrigas palaciegas y dramas domésticos, pero en que ambas
corrientes siempre se mueven en planos paralelos sin llegar a contactarse.
Cuando leemos la Canción siguiendo solo
la perspectiva de un personaje determinado, enfrentamos esta oscilación. Los mundos de Daenerys,
Arya, Bran, Jon y hasta Samwell están colmados de sucesos prodigiosos
Contrastan con los de los Lannister o de Catelyn Stark antes de volverse zombi.
La saga inicia
con un encuentro entre Guardianes y Caminantes Blancos. En el siguiente
capitulo, Ned Stark decapita a un desertor por decir que vio a un ser mítico. Es
como si Lord Stark quisiera cortar de raíz lo fantástico de su entorno. No vaya
a ser que Martin también decapite la posibilidad de crear una fantasía seria,
respetable y para adultos que combine lo
prodigioso de Stevenson acoplado a la profundidad sicológica de Henry James. Por algo,
todavía no han aparecido escritores que sigan este modelo “Martiniano·”.
Qué bien me cae Martin. Yo también creo que lo que hace que la literatura sea literatura es su calidad estética, y eso puede encontrarse tanto en el realismo como en la Fantasía. Existe un prejuicio tremendo hacia ésta última al ser un subgénero narrativo, incluso de parte de los estudiantes de literatura. Tengo una amiga que la otra vez se puso a discutir conmigo diciéndome que la Fantasía no existía y que no todo era "feliz" como en ella. ¡¡Feliz!! Eso ya raya en la ignorancia, por no decir en la estupidez.
ResponderEliminarBorges, Bioy y Ocampo eran tremendos escritores a su modo (Bioy me sirve de somnífero, pero es sólo mi opinión) y escribían desde una arista fantástica. Algunos de mis cuentos favoritos de Borges son los que beben de la tradición escandinava que a él tanto le gustaba. Realmente me parece que esta estrechez de miras de poner cara de culo ante la Fantasía (y sin haberla leído) es un rasgo de snobismo, porque no tiene sentido.
Ahora, yo no creo que la aventura y la sicología en el género tengan que estar apartadas. Son las aventuras las que propician las mejores instancias para que el personaje se desarrolle internamente. Personalmente, tiendo más a lo segundo que a lo primero, pero sé que ambos se complementan.
Ahora, no creo que la parte más aventurera en Martin, aquí asociada a los componentes fantásticos mismos, esté tan limitada. De hecho, el contexto es un mundo en donde la magia parece estar cada día más desplazada, hasta el inicio de la historia. Poco a poco, la Fantasía va cobrando su lugar. Tal vez se hubiera notado más con un ritmo distinto de desarrollo -a estas alturas, todo se va a concentrar seguramente en los últimos libros-, pero a mí me parece que está. Las mismas religiones de Westeros son preciosas, muy bien trabajadas.
A todo esto, me encantaría trabajar en una biblioteca :3 ¿Cómo se hace? ¿Se necesitan pitutos?
Y, a todo esto también, estamos sorteando un ejemplar impreso exclusivo de Cuentos Chilenos de Fantasía escribiendo por qué te gustaría ganártelo. Lo digo por acá porque, aunque tenemos gente bien entusiasta, de buenas a primeras he encontrado bien pobres las respuestas... Así que, si estás interesada en tenerlo, adelante: participa :)
Saludos.
¡Ayy es que yo quería Capriana! Si, si vi el concurso y que ha tenido buena acogida, pero yo no soy muy de cuentos, por eso no participé.
ResponderEliminarMi querida Alejandra, en nuestra tierra antártica famosa, como la llamó Ercilla, TODO se hace con pituto. Por eso he pasado años desempleada. Mi experiencia de bibliotecaria fue en otro continente. Yo hice la educación media y todos mis estudios universitarios en Nueva York. Allá saqué un posgrado en bibliotecología y me desempeñé en diversas bibliotecas públicas. Aquí en Chile trabajé una vez en una biblioteca, de cuyo nombre no quiero acordarme, en el siglo pasado y de ahí comencé a escribir freeelance para publicaciones en USA (ganando más del triple de lo que ganaba como bibliotecóloga). En Usa es una profesión respetable y bien pagada. Aquí es lo opuesto. En la V Región, solo la UPLA ofrece la carrera, creo que son tres años y ya egresada, con suerte (y pituto) consigues un empleo en alguna biblioteca académica, que como sabrás no hay muchas.
Ahora pasemos a Martin…
Hay mucha gente como tu amiga que cree que el género fantástico comienza y termina con Harry Potter. Creo que ni los mismos “Fantásticos” (léase. Fans de la fantasía) sabemos todas las variedades y subgéneros que encierra el rubro. Yo acabo de enterarme de que existe “fantasía utópica” o “especulativa. Lo que yo escribo es fantasía histórica y si vieras lo difícil que es explicar lo que es. Me salen “ah es Tolkien”. “No” “Ah es Martin” “No” “Es Historia Alternativa” “Es steampunk”. No, no, no.
Y precisamente porque no hay referentes (no todo el mundo conoce a Diana Gabaldon o ha leído Jonathan Strange y el Señor Norrell) es que resulta tan difícil hacerla convincente. Por ejemplo, recientemente estaba revisando un capitulo donde hay una conversación de parientes en un comedor lleno de muebles en la que hablan de cosas elevadas, de políticas, de filosofía. Al rato sale la luna llena, y el héroe, tan centrado tan terreno, se convierte en lobo. Yo tengo un amigo que se muere de la risa con eso. Por esocreo que lo que hace Martin es único, y nadie se atreve a imitarlo.
Yo ando buscando literatura pre-Harry Potter que caiga en los parámetros de fantasía y hay mucha y escrita por autores respetables. Recientemente me regalaron La Hora del Lobo de Robert R. McMannon, que fue un bestseller el ‘89. Es un thriller bélico sobre un agente aliado en la Segunda Guerra Mundial que también es licántropo. El libro salió el 89 yo recuerdo haberlo catalogado en la sección de “Horror” y no tiene nada de terror, es una historia tipo James Bond. Hoy seria fantasía histórica. Toda esta auto referencia es para decir que hay gente que se siente muy cómoda con Martin mientras el siga el modelo Walter Scott, familias disfuncionales comprometidas en intrigas dinásticas, damas y caballeros en torneos, etc...Pero apenas aparece Melisandre con sus cosas, o Daenerys y sus dragones, se saltan esos capítulos. En cambio otros queremos más magia, aunque se caiga en soluciones “deus ex machina”.
Como siempre, es un gusto tenerte por aquí.
¿Por qué no se van a poder juntar las dos corrientes? La literatura, en cuanto arte, es libre de ataduras, está hecha para experimentar. Y estoy con los que piensas que la dicotomía fantasía/introspección psicológica nunca debería haber existido. Una novela da para mucho, como Martin está demostrando. Démosle una oportunidad de demostrarnos cómo convergen todas las historias... y todos los géneros :-)
ResponderEliminarYo creo que todas le hemos dado la oportunidad a Martin, somos sus leales siervas. La pregunta es si solo Martin puede lograr esa fusión. Porque yo no veo a nadie que le siga los pasos. La mayoría de la fantasía adulta e incluso la fantasía épica sigue escribiéndose como si estuviera dirigida a un público muy poco exigente con personajes unidimensionales y con poca complejidad
ResponderEliminarBueno, de esos también hay muchos en los otros géneros. Dime si no cuánta novela negra, rosa, de intriga histórica, de thriller, de ciencia ficción... hay con personajes planos y de cartón piedra. Es un mal endémico en una sociedad en la que se busca el bestseller que se lea rápido y fácil antes que el libro bien escrito que deje huella.
ResponderEliminarMuy cierto, la literatura de género está de asco, per ahí está el detalle. Martin ya superó ese rotulo de escritor de masas. Yo ya lo veo al nivel de Henry James y de autores victorianos, incluso superior porque es el único capaz de combinar lo épico y lo mágico con familias infelices, complots domésticos y un mundo que aunque sea inventado es reconocible para el lector.
ResponderEliminarHace 5 años que monitoreo las lista de bestseller del NY Times, por primera vez esta semana veo que la fantasía no tiene presencia ahí. Se fueron los vampiros y los zombis, lo "in" ahora son cuentitos eróticos a lo 50 Shades of Grey. Pero el único autor de fantasía presente en rustica y “hardcover” es George R.R. Martin. Me temo que el reinado de la fantasía se esta acabando (por falta de imaginación y calidad) y el único que sigue al pie del cañón es el gordito. Y eso porque no lo leen solo “fantásticos”, ni a pesar de lo que digan cuatro seudo-feministas, no lo leen solo varones, ni lo leen solo chicos. Pero reitero no hay quien se atreva (y en una era de copiones) a imitarlo. ¿Será porque lo que hace es muy difícil?
Qué entrada tan más interesante. Volveré por aquí con frecuencia, porque estradas como ésta merecen que uno las lea y reflexione sobre ellas.
ResponderEliminarSaludos
Bienvenido Adam y gracias. Espero que sigas visitándonos.
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