En su momento, promocioné
la adaptación de la sátira de Seth Grahame-Smith, aunque no hice ningún intento
por verla. Pero al enterarme que había sido un fracaso de taquilla, me entró la
curiosidad por conocerla. “Orgullo y Prejuicio y Zombies” lo tenía todo para convertirse
en un icono del género fantástico. ¿Qué impidió que lo fuera?
La fama le llegó
a Seth Grahame Smith gracias a esta curiosa amalgama del texto clásico de Jane
Austen, Orgullo y Prejuicio, y la
mitología zombi. En el 2007, sus editores en Quirk Books le solicitaron que
creara este nuevo tipo de literatura (que obviamente sería una especie de fanfictión)
para aprovechar dos corrientes de moda: la obra de la Austen y la locura por los
zombis.
Grahame-Smith ya
era un autor publicado, un especialista en exploraciones sariticas sobre temas
como el cine pornográfico, el género del horror y hasta había publicado un
libro sobre El Hombre-Araña, pero este sería su primer trabajo de ficción. Tras
leer el texto, Grahame-Smith se embarcó en lo que denominaría como
“microcirugía”, la intercalación de la tradición zombi dentro de la historia de las
Hermanas Bennett y su búsqueda de marido.
A pesar del temor
de la casa editorial de que el producto final ofendiese a los devotos de Jane
Austen, el libro salió al mercado en el 2009. En un par de semanas era el más
vendido en Estados Unidos, permaneciendo en las listas de bestseller por más de
un año. Desde entonces se ha convertido en un clásico del género fantástico, y
ha sido traducido a veinte idiomas haciendo posible que los Austen fans
conozcan a fondo el tema del Apocalipsis Zombi y haciendo que los zombi freaks lean a Doña Jane.
Usando el texto de Austen de trasfondo, el autor crea una historia alternativa de la Inglaterra de la Regencia. En algún momento del Siglo de Las Luces, se infiltra un virus que convierte a los humanos en zombis. Si se evita que consuman cerebros, la transformación es estancada y el afectado mantiene una apariencia normal, pero si le come los sesos al vecino…ya sabemos lo que ocurre.
La población
zombi aumenta y arrasa con ciudades enteras y sus habitantes. Los nobles
ingleses se fortifican en sus mansiones y envían a sus hijas a estudiar artes
marciales al Japón. Todos se convierten en cazadores de zombis. Lady Catherine
De Burgh es la más afamada decapitadora de zombis del Reino Unido, posee un ejército
de ninjas que protegen sus tierras y ella misma luce un parche sobre el ojo que
perdiera luchando contra. Los muertos-vivos Las familias de escasos recursos
envían a sus hijas a la China. Eso crea una división social, y parte del
desprecio que las Bingley sientes por Las Bennets, es que estas últimas han
entrenado en un templo Shaolin, y hablan cantonés en vez de aprender japonés.
Todos estos
pequeños detalles hacen una lectura deliciosa de un librito que es una parodia
respetuosa de un clásico. Aunque a veces
Grahame-Smith cae en vulgaridades anacrónicas como el que Lizzie confiese
haberse enamorado del Coronel Darcy por lo ajustado de los pantalones del caballero
que enfatizan lo bien dotado que está debajo de su cintura.
Obviamente, un
éxito de esa calaña temía que llevarse a la pantalla. Por años, se han peleado
el proyecto varios estudios hasta que finalmente quedó en manos de Natalie Portman
y se esperaba que la actriz israelí lo protagonizará. Eventualmente., Nat
prefirió ser la productora y el rol de Lizzie recayó en Lily James (Cenicienta,
Downton Abbey). Sam Riley (Maléfica, Suite Française) es Darcy, Bella Heathcombe (Victoria
de Sombras Tenebrosas) es Jane, Charles “Tywin” Dance interpreta a Papá Bennett,
y Lena Heady es la tuerta Lady Catherine.
Yo me moría de
ganas de ver el duelo entre Cesei y Cenicienta que en este libro no es verbal,
pero optaron en la película por hacer que Lizzie pelara con el criado de
Catherine. El personaje de Lena es resumido a tres escenas, cual más inútil.
El filme ha
condensado bastante del libro. Agradezco que hayan quitado la subtrama de Charlotte
Lucas, y su conversión a zombi, porque era muy trágica. También, que hayan
prescindido de las largas discusiones teológicas de Lizzie con El Señor Collins
quien en la versión de Grahame-Smith es un desdichado clérigo que acaba
cometiendo doble pecado (eutanasia y suicidio) por amor.
Pero me pesó que
en el filme nunca visitemos Pemberly, que las hermanas Bennett, aparte de
Jane y Elizabeth, no tengan personalidad y sean totalmente superfluas, y que los
ninjas de lady Catherine se hayan convertido en unos individuos con sombreros
de copa que parecen escapados de Alicia en el País de las Maravillas. Georgiana
Darcy apenas es mencionada, Lady Anne De Burgh aparece en una sola escena y está
totalmente muda, y como dije la Lena le dan apenas seis minutos en pantalla.
En cambio, se creó todo un nuevo arco alrededor de George Wickham (Jack Huston), que lo convierte en un representante de un segmento de la población zombi que, a punta de comer sesos de chancho, evita convertirse en antropófagos. Lamentablemente, esta subtrama esta tan mal editada y es tan difusa que nunca llegamos a creer las buenas intenciones de George (después de todo estamos hablando de Wickham) y no es sorpresa descubrir que también es un no-muerto.
A pesar de estos esfuerzos,
el filme es un fracaso puesto que lo vendieron como cine de acción y el público
se queja de que no la hay. La vendieron como cinta de horror y los fans del
genero se quejan que no se asustan. Se supone que es una comedia negra y nadie
se ríe. Esas son las razones por las cuales audiencia y críticos le hicieron la
cruz. ¿Tienen razón? En algunos puntos sí.
Como comedia es
un fiasco. El único que me arranca risas es Matt Smith (uno de los innumerables
Dr. Who) que en el rol de Mr. Collins termina siendo lo mejor del reparto. Si
hay escenas terroríficas. Al comienzo cuando una jovencita sube a contarle a
una amiguita que el tío acaba de perder la cabeza por zombi y descubre que la
amiga también esta putrefacta, me hizo chillar recordándome al vampiro en la
mecedora en “Salem’s Lot.”
También es bastante
aterrador el encuentro de Jane Bingley con una familia de zombis en el bosque,
pero estos detalles se pierden en escenas que tienen grabado el membrete de “no
se olviden que esto es una bufonada”. Aquí no existe el equilibrio entre terror
y comedia negra que nos ha dado franquicias inolvidables como “La Momia “y “Los
Piratas del Caribe”.
No soy una
experta en escenas de acción, pero si hablamos de artes marciales, no están a
la altura de un wuxia, ni siquiera de “Kill Bill”. Sin embargo, no me frustra
ver a las Bennett convertidas en guerreras con navajas en la liga como la Carmen
de Bizet. Me queda claro que las únicas veces en que Lizzie y Darcy se
comunican románticamente es cuando están decapitando zombies juntos.
He oído muchas
quejas de que no llegamos a creernos los personajes y no los queremos como nos
ocurre al leer Pride and Prejudice. Quien
mejor ha expresado este sentir es Manohla Dargis que en su reseña en el
New York Times se queja que la Lizzie de Lily James ha sido transformada
“radicalmente” y por lo tanto se aleja del personaje que creara Austen.
(Frock Flicks) |
Aunque en la
novela original vemos en muchas ocasiones a Elizabeth enojada, el mal humor no
es una característica que defina su personalidad. El orgullo y su capacidad
para prejuzgar son los que la llevan a situaciones que la irritan. La Elizabeth
de Seth Graham-Smith, tiene serios problemas de anger managememt malajemente. Da la impresión de que su trabajo de
mata-zombis le ha agriado el carácter y convertido en una una persona colérica
e exaltada, lo que no parece conducente para ser una asesina profesional.
En el libro,
Lizzie es la más brutal de sus hermanas, la única que según su padre tiene
instintos asesinos. Siempre está planeando decapitar a alguien sea Lidya, Charlotte
o Darcy. Cuando Caroline Bingham la ofende, Elizabeth casi le rebana el cuello
con su cuchillo, y cuando vence a los Ninjas de Lady Catherine, le arranca el
corazón a uno y se lo come sin que se lo ordene una horda dothraki.
Esta violencia es
parte de la comedia negra que el libro funciona porque todos son violentos en
ese mundo. Darcy apalea a una criada y deja invalido a Wickham, y el maestro chino
de Lizzie la golpea con una vara de bambú. Sin embargo, el filme le baja el
tono a esa aura violenta de Lizzie, por lo que tuvieron que alargar, con
nefastos resultados, la escena del libro donde Darcy por primera vez pide la
mano de la Señorita Bennett.
En el libro,
Elizabeth se ha enterado que Darcy impidió que Bingley cortejara a Jane.
Indignada planifica matarlo. Va a verlo, le da una paliza y termina azotándole
la cabeza en contra de la chimenea. Darcy huye herido.
En el libro, hay
una evolución en Elizabeth que la lleva a entender que, aunque sea justo y
meritorio ser sanguinaria con los zombis, la violencia no es algo que deba
ejercer con los humanos. Esto queda claro cuando le perdona la vida a lady
Catherine. En la cinta, es Darcy quien deja a Elizabeth llorando en el suelo y
Lady Catherine quien acaba con su cuchillo en el cuello de la chica.
Ha habido
feministas que se quejan de que la mala prensa del filme nace del repudio que
sufren obras en las que las mujeres son las protagonistas. No veo protagonismo
en una película donde solo hay un personaje femenino importante, donde las
mujeres usan la violencia como medio de diálogo con parejas y hasta con las
hermanas y donde la protagonista es tan descerebrada que no creo que ningún zombi
quiera devorarla.
Jane Austen
permite que Elizabeth, impulsada por su manía de prejuzgar y su orgullo, cometa insensateces,
pero en el mundo bucólico y campesino de Pride
and Prejudice, tales errores son fáciles de remediar. Un caso diferente es
la sociedad caótica y en crisis de la novela de Seth Grahame-Smith donde a cada
rato se presentan situaciones de vida y muerte. Se espera que guerreros como
Lizzie y Darcy posean, aparte de la habilidad para manejar una catana,
presencia de ánimo, sangre fría y la habilidad de tomar decisiones acertadas.
La Lizzie del filme tiene vacilaciones peligrosas como el de permitir que la
zombi Mrs. Feathersrone (cuya irresponsabilidad provocó su estado y el rebrote
de la amenaza zombi) se le acerque y aun se molesta cuando Darcy la rescata.
Más adelante, Jane
es malherida en una escena escalofriante, pero que manda al diablo toda certeza
de que las Bennett han sido perfectamente entrenadas para defenderse de los no-muertos.
Jane es s llevada a casa de Los Bingley. Ahí, Elizabeth entorpece los esfuerzos
de Darcy por diagnosticar si su hermana ha sido mordida por sus atacantes.
Es una escena
absurda (aunque su propósito sea hacer reír) donde Lizzie caza una por una las
moscas carroñeras de Darcy. Las moscas son el único modo de demostrar que Jane está
sana, y si no lo está, no hay manera de evitar su metamorfosis. Por lo tanto,
la necesidad de Lizzie de retardar lo inevitable y de poner en peligro a los
que los rodean demuestra muy poco juicio. Darcy queda con la duda de si Jane está
en camino de convertirse en una Walking Dead lo que lo motiva a alejarla de su
amigo. ¡Al final es Lizzie la causante de la ruptura entre su hermana y
Bingley!
Todas estas
fallas, la gran mayoría creadas por los libretistas , me fueron aparentes
mientras veía la película. Me sorprendí a mí misma dedicando más tiempo a
analizar las fracturas en la trama que ha internarme en esta. Como se quejan los críticos, el filme no engancha y menos sus personajes. Las escenas
intercaladas (y la pésima edición) distraen al público en vez de mejorar el
texto (textos) original.
Eso lo noté en
una escena temprana donde Jane y Lizzie hablan de Bingley. Los diálogos son los
de Austen, pero en vez de mostrarnos a las hermanas peinándose en un momento íntimo. ¡Nos las muestran dándose golpes y empujones
por toda la casa y el jardín! En vez de reírme
o tratar de oír lo que decían, me la pasé preocupada de que en algún momento
una de ellas quedase aturdida o se quebrara el cuello.
Mucho se comentó
en su momento sobre los problemas que tuvo la adaptación fílmica para nacer. Se
habló hasta de “La maldición de la Austen” La verdadera maldición está en la
producción de un filme que fracasa como cinta de acción, comedia y filme de
horror, pero para mí el verdadero fracaso es la imposibilidad de crear una obra
feminista. De “Girl Power” esta película no tiene nada.
Si no me creen vean la película, en español aquí
No sé en el caso de otras personas, pero a mí, como lectora, me dan mucha rabia los "retellings". Los fanfics son otra cosa, hechos por los fans por amor de fan, sin pretender hacer una continuación oficial ni contradecir el canon, simplemente por divertirse. En estos casos, tenemos a alguien que pretende:
ResponderEliminara) Ganar dinero con una idea que no es suya.
b) Contar una historia que, con toda seguridad, no le habría gustado al autor que escribió la original.
Y es por eso que ni me gustan ni los consumo, porque me parecen una falta de respeto al autor y a su obra. La cara de horror e indignación que pondría Jane Austen al leer "Orgullo, prejuicio y zombies" (o al ver la película), cuando se repusiera de la sorpresa, no creo que fuera distinta a la cara que pondría Daphne Du Maurier al ver que Susan Hill mataba a Maxim en "La Señora de Winter" o que Jean Rhys presentaba a Bertha Mason como una protofeminista sexualmente liberada y oprimida por el heteropatriarcado en "Ancho Mar de los Sargazgos". Y así podría decirse también con las continuaciones de clásicos como "Peter Pan" y las revisiones de obras como "Mujercitas" o "El Señor de los Anillos" que también se han publicado.
Quien quiera publicar una buena historia, que se la invente, no que se aproveche del éxito de otros autores. No sé si ese habrá sido el motivo de que algunas personas hayan rechazado "Orgullo, prejuicio y zombies", pero desde luego sí es la mía.
Como te decía en FB, el gran problema de estas “fusiones “es que terminan destruyendo a los personajes. Como dices, es mejor tomar los personajes, cambiarles el nombre, conservar el contexto y combinarlos con los agregados y entonces es tu historia “que se parece a…pero no es”. Rebecca se parece a Jane Eyre, pero no es un plagio. Dan Curtis se inspiró en Jane Eyre para “Sombras Tenebrosas”, pero no es la misma historia.
EliminarEl problema aquí fue que muchos que nos entretuvimos con OPZ en papel, quedamos asqueados con el filme. Hay más acción en el libro, y eso es imperdonable en un medio audiovisual. Ni el libro ni el filme son muy chistosos. Tampoco asustan mucho. DE hecho, hubo un par de escenas en la peli que me asustaron más y no estaban en el libro. El libro no asusta porque es una parodia. Yo respeto las parodias de géneros. Mal ni al El Quijote parodia la literatura de caballería y Pickwick parodia al Quijote. Ambas son obras de arte. El problema de la película es que se toma en serio, y exagera lo que ya está mal en el libro que es la visión de una Lizze sanguinaria que ataca no solo a zombis sino lo que se le pone por delante.
Yo he visto muchas parodias de películas de horror, los mexicanos son geniales para eso y las hay clásicas, pero aquí a ratos parece querer ser un drama y no lo consigue. Es muy difícil asustar y hacer reír a la vez. La Momia de Stephen Sommers es casi un caso único, porque en Los Piratas del Caribe se alterna el horror, lo cómico y lo dramático sin que se combinen en la misma escena. OPZ quería ser drama y parodia a la vez, lo que es casi imposible.
Volviendo al tema de las secuelas. Yo siempre he querido una de Lo que el viento se llevó y las que he leído “Scarlett” y “Rhett’s Butler People”, no me han dejado satisfecha. En cambio, leí Wind Done Gone pensando que como era una parodia me haría reír. La autora y sus abogados se escudaron tras ese título para que las autoridades permitieran la publicación de algo que no aprobaban los herederos de Margaret Mitchell. No es una parodia para ndsa. Es un libro escrito con odio, muy dramático y con una incomprensión de los personajes de Peggy Mitchell total.